Crisis imperial, coyuntura peligrosísima para toda América Latina

# Crisis imperial, coyuntura peligrosísima para toda América Latina

Por Magencio.

El mundo se desliza acelerada e irremisiblemente por el despeñadero de una guerra fría calentada con energía termonuclear a raíz del conflicto en Ucrania y la actual polarización política en los Estados Unidos.

En nuestra región, esto se traduce en una de las coyunturas más peligrosas de las últimas décadas, incluso más peligrosa que la que se presentó tras los atentados contra las torres gemelas en septiembre de 2001.

Para dar una dimensión más justa de los peligros a los que nos enfrentamos, habría que pensar en los inicios de la década de los años 60 del siglo pasado, cuando Cuba se vio obligada a instalar armas nucleares soviéticas en su territorio para evitar una invasión militar de los Estados Unidos.

Esto no es un invento, casualmente este martes lo reconocieron el hijo del candidato presidencial estadounidense Donald Trump Jr. y el ex demócrata Robert F. Kennedy en un artículo publicado en el medio político The Hill. (1)

Si los EE. UU. y sus aliados le permiten a Ucrania usr sus armas para ataques de largo alcance en las profundidades de Rusia, esto “pondría al mundo en riesgo de una conflagración nuclear mayor que en cualquier momento desde la crisis cubana de los misiles”, advirtieron.

Esta vez, el peligro inmediato y directo para América Latina no es tanto que el imperio desate una guerra nuclear en nuestras latitudes, sino más bien una escalada de intervenciones limitadas para desarticular países y gobiernos, y al mismo tiempo asegurarse el control de recursos claves como las fuentes hídricas, el litio, las fuentes de hidrocarburos y otras que ellos consideran “su propiedad”.

En el gran esquema de las cosas, los planificadores imperiales saben que se deben garantizar el control de lo que ven como su “patio trasero”.

Desde hace años ya, la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardsson, no descansa viajando de un país a otro de nuestro continente, promoviendo la desestabilización de determinados gobiernos y agitando a sus fuerzas cipayas en otros.

No debe desorientarnos la violenta lucha de poder entre las éites de Estados Unidos, si algo une a Trump y Elon Musk con los demócratas globalistas, es su fe inquebrantable en la Doctrina Monroe, el Destino Manifiesto y el mal llamado excepcionalismo estadounidense.

La coyuntura electoral en el corazón del imperio puede ser el pretexto perfecto para terminar de una vez por todas con la gran ola de resistencia continental contra el imperialismo que se levantó a fines del siglo pasado con el triunfo de la Revolución Bolivariana en Venezuela.

En estos momentos, Estados Unidos están lanzando un ataque en toda la línea en varios países de nuestra región:

- En Honduras, la Embajadora de EEUU Laura Dogu (la misma que durante años incubó la fracasada “Revolución de Colores” contra el gobierno sandinista en 2018), y la CIA, están organizando un golpe de Estado junto con la oposición de derecha contra el Gobierno de Xiomara Castro, buscando establecer un vínculo inventado de la familia Zelaya con el narco. Viejos cuentos, como el que usaron para derrocar Jacobo Árbenz en 1954, acusándolo de ser un “agente de Moscú”.

- En Colombia, La derecha uribista, la CIA y el Departamento de Estado destinan millonarios fondos a la prensa para desacreditar al presidente Gustavo Petro, entre otras cosas, demasiado independiente con el tema del genocidio israelí contra el pueblo palestino. El operativo de lawfare contra Petro ya está en marcha acusando a su coalición de financiamiento ilegal de su campaña electoral. Despues vendría el ataque desde el Congreso.

- En Venezuela, los Estados Unidos y sus vasallos de la OTAN se niegan a reconocer el resultado de las elecciones e intentan descaradamente reeditar el fiasco de Juan Guaidó, esta vez apadrinando al candidato perdedor Edmundo González. Pero esta solo es la fachada del golpe en curso, que tiene como telón de fondo los sabotajes (por ejemplo, al sector eléctrico), el empleo de terroristas, los ataques cibernéticos, la campaña mediática global y las sanciones económicas.

- En Bolivia, la embajadora estadounidense, Debra Hevia, hace lo propio para derrocar (otra vez) al gobierno masista desempolvando el viejo plan de la “autonomía” de Santa Cruz, (ese plan fue redactado hace más de 20 años e impulsado en varias versiones), y ahora aderezado con las fuertes contradicciones internas en el MAS con motivo de la definición del candidato a las elecciones del año que viene. Para impulsar su plan golpista la embajadora cuenta con sus fuerzas de choque en Santa Cruz y demás regiones de la Media Luna secesionista, así como con la DEA, la CIA, su enjambre de ONGs, etcétera.

- En Cuba, los Estados Unidos recrudecen la asfixia económica con el bloqueo, por parte de los bancos yanquis, de los cobros y pagos de la isla. Asimismo, los Estados Unidos atacan la importación de combustibles, golpeando el sistema eléctrico y los servicios médicos que Cuba brinda a nivel internacional. Al mismo tiempo, no cesan los intentos de llevar a cabo actos terroristas en el país, así como las campañas mediáticas internacionales. La CIA, el IRI, la NED y la USAID están más activas que nunca destinando fondos para la subversión en Cuba.

- En México, la CIA participa abiertamente junto con la USAID, el IRI y la NED, junto a las ONGs imperiales para hundir la Reforma Judicial impulsada por el gobierno. Al mismo tiempo, la DEA ataca la estabilidad nacional usando para ello a las bandas del narco.

- En Ecuador, convertido en un centro de operaciones de la CIA contra Venezuela y con alta presencia del Comando Sur, el presidente Daniel Noboa anuncia un proyecto de reforma parcial a la Constitución para permitir la instalación de bases militares extranjeras en el país.

- En Panamá, histórica base operacional de la CIA y el Comando Sur para la región, se preparan en secreto fuerzas especiales de los Estados Unidos y se controlan y espían los flujos migratorios, la navegación y el tráfico aereo.

- En Perú, convertido en centro de operaciones de la CIA y el Comando Sur contra Bolivia, desde hace años se denuncia que el laboratorio de investigación biomédica del Departamento de Defensa y el Pentágono de los Estados Unidos conocido como Namru-6, rodeado de secretismo, realiza investigaciones sobre enfermedades tropicales que muy bien pueden ser usadas para la guerra biológica contra nuestros pueblos. “¿Cómo es posible que los EE. UU. se interesen tanto por estas enfermedades y no hagan nada por combatirlas en nuestro país?” se preguntan políticos y activists locales.

- La Argentina, gobernada por el político fascistoide Javier Milei, hacia el cual la administración demócrata de Washington no parece sentir la menor animadversión, se ha convertido en una sede de bases miitares secretas y un centro subversivo donde el Comando Sur, la CIA y la USAID entrenan agentes y mercenarios contra países como Cuba y Venezuela.

Los pueblos de nuestra región y sus movimientos sociales y políticos deben estar alertas ante todos estos signos de los graves peligros que nos acechan.

## Notas

1) https://thehill.com/opinion/international/4882868-negotiate-with-moscow-to-end-the-ukraine-war-and-prevent-nuclear-devastation/