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Feb 18th, 2019
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  1. por ellos son abnegadas víctimas del cruel amor e incomparables amantes
  2. son elviras y no han cesado de ser julietas
  3. y en ese coro de vivientes pasionarias
  4. tan americano tan nuestro en la sentimental alegoría de la poesía sin ventura
  5. yo creo que la mexicana y la colombiana vienen juntas
  6. la angelina de este libro está
  7. como la historia de isaacs ésta también según nos dice el autor en el prólogo fué más vivida que imaginada
  8. alterando apenas ciertas fechas y ciertos nombres
  9. nos relata una aventura propia
  10. pueden acaso las ajenas contarse bien delgado no lo cree
  11. dirigiéndose en el prólogo de los parientes ricos al que leyere
  12. confiesa que el autor está siempre en la obra y que eso de la impersonalidad en la novela es empeño tan arduo y difícil que
  13. a decir verdad lo tengo por sobrehumano e imposible
  14. el relatará pues su aventura y con ella la de las mocedades americanas y mejicanas hacia uno mil ochocientos sesenta
  15. cuando los libros de nuestro romanticismo tardío enseñan todos la santidad de amar
  16. la vital necesidad de amar y al mismo tiempo el perenne fracaso de los idilios
  17. la crispada rebelión de los puños y la fatalista languidez de los labios que cantan con leopardi el desposorio del amor y la muerte
  18. leopardi y bécquer son los cultos de la adolescencia sentimental de rafael delgado
  19. en uno mil ochocientos ochenta y uno a los veintiocho años leía estudios sobre ambos poetas desamparados
  20. en la sociedad sánchez oropeza de orizaba
  21. el protagonista de angelina confiesa que sabe de memoria versos de justo sierra y prosas de altamirano
  22. pero también conoce algunas quejas de esa generación mexicana de grandes clásicos
  23. con tal lectura se modera y mitiga el moceril romanticismo
  24. ya su generación pone el oído a los consejos de la escuela realista
  25. y la novela la calandria que publicara delgado en uno mil ochocientos ochenta y nueve
  26. en la revista nacional de letras y ciencias
  27. es obra de regionalista y costumbrista
  28. cuando años más tarde dice a su amigo don francisco sosa que en el plan de sus relatos no entra por mucho el enredo
  29. y que para él la novela es historia
  30. adivinamos que ha adoptado una idea de los goncourt presentida ya en américa por don ricardo palma
  31. acercándose a la historia llegan estos románticos a la vida pero en su pesquisa de la veracidad y el documento se apartan siempre
  32. con aprensivo ademán del estercolero de job en donde zola prospera y se solaza
  33. y porque vienen con lamartine de un país de azahares y de lunas de miel
  34. queda en sus personajes una bondad contagiosa
  35. en su estilo una recóndita y efusiva dulzura que se infiltra en el alma como una bruma de noviembre
  36. nada puede dar mejor idea del operado cambio que el cuento amor de niño publicado en un tomo de relatos breves en donde está en crisálida la novela angelina
  37. es la encantadora y juvenil locura de un chiquillo que se enamora hasta enfermar
  38. de un cuadro del lienzo en donde vive una de las más suaves heroínas de shakespeare
  39. cordelia es el primer amor de este adolescente que delira
  40. el episodio recuerda hasta en el tono un relato de heine aquella estatua feminizada por el musgo que el futuro poeta de los lieder iba a besar
  41. con una oscura congoja de werther bisoño
  42. en un rincón del parque familiar
  43. todos los románticos se llamen heine o delgado irán después a más carnales musas
  44. pero ya llevan en la frente el signo de ceniza
  45. y ante las abnegaciones y los rendimientos de los acendrados cariños
  46. no podrán ser en su pristina simplicidad
  47. el joven y el amante
  48. una intrusa jamás olvidada la obsesionante compañera de un pacto adolescente
  49. acude siempre a citas que no fueron para ella cordelia impalpable y silenciosa
  50. estatua derribada en el jardín que heló y eternizó con labios de mármol perfecto
  51. es casi la tragedia de este libro
  52. maría muere angelina se retira para olvidar
  53. a un convento para olvidar un amor que ya adivina amenguado en el perfecto amante de su fantasía
  54. porque ellas también a su manera son resignadas víctimas de la educación sentimental y casi mística
  55. sus lecturas favoritas la sarracena ardentía de su sangre española
  56. no les dejan entrever otra ventura que un amor de exceso como dijo el poeta
  57. en donde amor y beso fueran síntesis de la eternidad
  58. pero cuando la vida va a enseñarles la dolorosa experiencia de su fragilidad
  59. ellas no quieren aventurarse por la senda en que la señora de bovary camina
  60. velada y suspirando hacia el amor que engaña
  61. éstas hijas de maría expiarán su candor en la celda horrenda y nuestros conventos son asilos de novias
  62. ningún epílogo podía ser pues más americano que el de angelina
  63. americano aún cuando fuera antaño europeo también
  64. recordaría esos grabados encantadores en donde lamartine
  65. de cara al empíreo increpa al cielo por su ventura perdida aquellas imágenes de elvira
  66. de pie en la barca
  67. bajo la luna que entumece los corazones y los lagos
  68. pero estamos seguros de que seduce y seducirá esta obra a cuantos nacimos en países románticos
  69. en esos países donde hay siempre margaritas que deshojar
  70. versos ingenuos en los abanicos
  71. novias que juran desde una reja nocturna el amor vitalicio de angelina
  72. ventura garcía calderón ilustración prólogo de la primera edición allá te va esa novela
  73. lector amigo allá te van esas páginas desaliñadas o incoloras
  74. escritas de prisa sin que ni primores de lenguaje ni gramaticales escrúpulos hayan detenido la pluma del autor
  75. son la historia de un muchacho pobre pobre muchacho tímido y crédulo
  76. como todos los que allá por el sesenta y siete se atusaban el naciente bigote
  77. creyéndose unos hombres hechos y derechos historia sencilla
  78. vulgar más vivida que imaginada que acaso resulte interesante y simpática para cuantos están a punto de cumplir los cuarenta
  79. como el rodolfo de mi novela
  80. gran lector de libros románticos
  81. eran todos mis compañeros de mocedad
  82. te lo aseguro a fe de caballero
  83. y ni más ni menos que como villaverde algunas ciudades de cuyo nombre no quiero acordarme
  84. ruégote por tu vida amigo lector que no te metas en honduras
  85. que no te empeñes en averiguar dónde está villaverde
  86. mira que perderías el tiempo y correrías peligro de mentir
  87. ya sabes que los noveladores inventan ciudades que no existen
  88. y de las cuales no te daría noticia ni el mismísimo garcía cubas
  89. tampoco busques en los capitulejos que vas a leer hondas trascendencias y problemas al uso
  90. no entiendo de tamañas sabidurías y aunque de ellas supiera me guardaría de ponerlas en novela que a la fin y a la postre las obras de este género
  91. poesía pura poesía no son más que libros de grata
  92. apacible diversión para entretener desocupados y matar las horas
  93. libritos efímeros que suelen parar
  94. olvidados y comidos de polilla
  95. en un rincón de las bibliotecas
  96. además una novela es una obra artística el objeto principal del arte es la belleza
  97. con eso le basta mas si por acaso fueses de esos críticos zahoríes que adivinan o presumen de adivinar las intenciones y propósitos de un autor
  98. para que el mejor día no salgas diciendo que quise decir esto o aquello
  99. declaróte que tengo en aborrecimiento las novelas tendenciosas
  100. y que con esta novelita
  101. si tal nombro merecen estas páginas
  102. sólo aspiro a divertir tus fastidios y alegrar tus murrias
  103. y no me pidas otra cosa
  104. orizaba a treinta de julio de uno mil ochocientos noventa y tres
  105. ilustración ilustración uno la diligencia iba que volaba
  106. sin embargo me parecía lenta y pesada como una tortuga
  107. ya no me causaba repugnancia el hedor de los cueros engrasados
  108. ni me ahogaba el polvo
  109. ni me arrancaban una sola queja los tumbos del incómodo y ruidoso vehículo
  110. hubiera yo querido duplicar el tiro
  111. emborrachar a los cocheros y hostigar a las bestias
  112. a fin de recorrer en pocos minutos las tres leguas que faltaban para llegar a villaverde
  113. aniquilado por la impaciencia me arrinconé en el asiento
  114. delante de la anciana y junto al ganadero recogí la indomable cortina y me puse a contemplar el paisaje
  115. aquellos campos fértiles y ricos
  116. aquellas montañas cubiertas de abetos
  117. vistos diez años antes a través de las lágrimas
  118. una fría mañana del mes de enero a los fulgores purpúreos del sol naciente
  119. nada había variado las arboledas más copadas conservaban la misma disposición el mismo aspecto el caserío de la hacienda próxima volvía ante mis ojos igual
  120. idéntico como una estampa admirada en la niñez
  121. y que el mejor día
  122. cuando menos lo esperamos viene a recordarnos épocas dichosas
  123. blancas las paredes del lado del poniente las orientales
  124. pardas ennegrecidas por los vientos salobres de la costa
  125. las enredaderas que trepaban por la torrecilla hasta prender sus tallos en la cruz de hierro
  126. hacían gala de sus festones floridos
  127. y en las cornisas en los tejados en los árboles friolentas palomas pichones tornasolados esperaban la noche para recogerse al amoroso nido
  128. el triste octubre prodigaba en laderas y rastrojos amarillas flores
  129. y al soplo del viento que pasaba susurrando
  130. los fresnos se estremecían y dejaban caer las muertas hojas
  131. en el ancho camino el rechinar lejano de una carreta vacía
  132. y orilladas a un vallado de piedras
  133. paso a paso vuelto el arado doblegadas al yugo y seguidas de los gañanes
  134. media docena de yuntas que volvían de los barbechos
  135. en el real solitario junto al estanque de aguas turbias
  136. una parvada de ocas los techos pajizos envueltos en la gasa del humo vespertino detrás
  137. la casa de la hacienda
  138. vetusta en parte con aires de arruinada fortaleza
  139. en parte sonriente y alegre
  140. restaurada rejuvenecida al gusto europeo dejando adivinar en las vidrieras luminosas y en las verdes persianas un interior elegante y rico
  141. fondo de aquel hermoso cuadro graciosa cordillera valles conocidos y amados un cielo límpido y puro
  142. por el cual ascendía la creciente luna semivelada en un celaje
  143. de quién es esta hacienda pregunté
  144. la anciana dormitaba el ganadero doblaba cuidadosamente
  145. cómo se llama esta finca de quién es repetí
  146. es de un tal fernández
  147. murmuró el campesino exclamando en seguida sin dejar el jorongo buena boyada hartos pesos alzan aquí unas cosechas
  148. vaya seguí entregado a la contemplación del paisaje
  149. para mí se hacía transparente como para dejarme ver entre sombras una casa humilde y modesta
  150. la casa paterna donde me aguardaban mis tías
  151. dos hermanas de mi madre
  152. dos ancianas amables y cariñosas
  153. unico amparo del niño desdichado que no tuvo la buena suerte de conocer a sus padres
  154. ellas le recogieron le criaron y a costa de no pocos sacrificios le proporcionaban educación
  155. el que salió chiquillo volvía hecho un mancebo venía crecido y guapo negro bozo le sombreaba los labios no había malogrado tantos afanes
  156. y en él cifraban las buenas señoras toda su dicha
  157. ya estarían disponiéndose para ir a recibirle ya le tendrían lista la alcoba y la merienda
  158. ah sí todo quedaría dispuesto y bien arreglado
  159. la recamarita aquella que daba al patio
  160. muy aseada y cuca con su cama albeando con su aguamanil provisto de todo
  161. y allí estaría sin duda el retrato del abuelo muy estirado de gran uniforme el pecho cuajado de cruces
  162. el abuelito un general del antiguo ejército
  163. honor y gloria de la familia santanista feroz que peleó en tampico y en veracruz
  164. habrían colocado también a la cabecera el cuadrito de san luis gonzaga
  165. que no quise llevarme a pesar de las súplicas de mi tía carmen
  166. ella me le regaló el día que hice mi primera comunión
  167. piadoso obsequio dulce recuerdo de aquel viernes de dolores venturoso y feliz en que mi alma tenía la pureza de las azucenas en que los cielos y la tierra me sonreían
  168. cuando en el templo alfombrado de amapolas
  169. entre el humo de los incensarios
  170. a los acordes solemnes del órgano
  171. delante de un altar resplandeciente me acerqué trémulo anonadado a recibir el pan eucarístico
  172. me parece que veo al sacerdote
  173. venerable anciano de aspecto dulcísimo como san vicente de paul
  174. que seguido de los acólitos que vestían mantos nuevos y sobrepellices limpias
  175. descendía trayendo en una mano áureo copón
  176. y en la otra la forma inmaculada
  177. de un lado las niñas cubiertas con velos vaporosos ceñida la sién de rosas blancas del opuesto nosotros
  178. los varoncitos de gala ornado el brazo con un moño de moaré flecado de oro
  179. ah qué alegremente que repicaban las campanas cómo olían los aires a primavera venían las brisas cargadas de azahar
  180. y esparcían por la ciudad no sólo el aroma de los naranjales
  181. sino los mil olores de los huertos y de los bosques cercanos los aromas embriagantes de las amapolas
  182. de los acónitos y de los jinicuiles florecidos
  183. como si la naturaleza despilfarrara todos sus perfumes en obsequio de los niños que volvían a sus hogares
  184. y allí qué fiesta tan hermosa qué desayuno aquel el comedor que parecía un jardín sobre blanco mantel las garrafas llenas de leche fresca en fuentes que sólo salían cuando repicaban recio
  185. pasteles tortas hojaldres las bizcotelas del convento de las teresitas
  186. suaves esponjadas porosas llovidas de azúcar como nieve vasos y copas que de limpios parecían diamantes
  187. en grandes jarrones de porcelana española
  188. los viejos jarrones de la familia
  189. frescos ramilletes de rosas lirios y azucenas y por todas partes
  190. regados aquí y allá pétalos rosados amarillos blancos purpúreos y apiladas en torno de mi taza
  191. las místicas y caducas balsaminas
  192. los chinos de castor que de ordinario engalanaban la humilde lamparilla de la dolorosa
  193. lucían ahora en aquel banquete religioso su nívea veste manchada de carmín
  194. en la vasera convertida en altar entre dos candelabros con las velas encendidas
  195. el cuadrito de san luis gonzaga
  196. el santo angelical ofreciendo de rodillas ante la reina de los cielos
  197. lisada corona la vida y el alma
  198. enfrente el retrato del abuelito el abuelo que muy grave y seriote parecía desarrugar el adusto ceño para sonreir a su nieto
  199. al concluir el alegre desayuno cuando me levantaba yo ahito de pasteles
  200. mi tía pepa entre afable y severa me detuvo diciendo te falta una cosa
  201. me hicieron rezar el padre nuestro
  202. el ave maría la oración de san luisito
  203. y un requiem y otro y otro más por el abuelito por la abuelita y por mis padres
  204. cómo me entristecieron las fúnebres preces pasó por mi alma no sé qué
  205. algo como una sombra de fugitivo dolor el carruaje iba a todo correr por el ancho camino
  206. la noche venía y el caserío se perdía en las tinieblas
  207. al fin de la dehesa al otro lado del riachuelo
  208. detrás de una hilera de sauces babilónicos
  209. blanqueaba el templo cuyas campanas convocaban a la oración
  210. en las vertientes en los repliegues de las montañas
  211. en las espesuras del valle
  212. la noche obscurecía los matorrales cercanos llegaban hasta nosotros el mugir de las reses y el tomear de los vaqueros un ejército alado cruzaba los espacios raudo y vibrante
  213. y en el cielo sin nubes brillaba la triste luna con apacible claridad
  214. desde lo alto de la cuesta descubrimos la ciudad
  215. silenciosa y lánguida se me antojó rendida de cansancio
  216. a la pálida luz del astro nocturno columbré los principales edificios el convento de los franciscanos
  217. pesado y sombrío la iglesia del cristo con su arrogante cúpula la parroquia
  218. la casa municipal y a la derecha en el montecillo en una loma siempre tapizada de mullido césped
  219. la capilla de san antonio
  220. donde las muchachas solteras y sin galán iban a rezar y a decir aquello de bendito san antonio
  221. tres cosas te pido salvación
  222. y dinero y un buen marido y donde los chicos de la escuela del cura y los de la escuela nacional reñían tremendas batallas
  223. allí en la sabanita a espaldas del santuario eran las carreras de caballos el día de san juan
  224. poco tiempo pocas horas y de mañanita iría yo con algunos amigos de la infancia a recorrer aquellos sitios
  225. subiríamos al campanario para mirar desde allí el magnífico panorama de villaverde
  226. tan hermoso tan bello para mí que otros tal vez mejores no me le hicieran olvidar
  227. la diligencia se detuvo en la garita
  228. los guardas salieron a cobrar no sé qué gabela de seguridad pública
  229. con lo cual no había contado el pobre estudiante escaso de dineros
  230. qué hacer le detendrían si no pagaba lleno de angustia registré mis bolsillos
  231. nada el ganadero comprendió lo que me pasaba
  232. y desprendido francote como era veracruzano al fin pagó por la anciana y por mí
  233. antes de que dijésemos una palabra
  234. diciendo pestes del recaudador que le oía sereno e inmutable
  235. y echando ternos contra el gobierno
  236. que cobraba semejantes impuestos sin mantener en los caminos ni un soldado
  237. volvió a su asiento y a su zarape multicolor
  238. allí el vehículo comenzó a dar tumbos y más tumbos
  239. las calles de villaverde estaban peores que la carretera
  240. fuí reconociendo las casas y sitios de aquel barrio perdidos en mi memoria
  241. tenduchas solitarias alumbradas por un farolillo casucas de madera deshabitadas y miserables expendios de bebidas y comestibles
  242. donde grupos de obreros y campesinos charlaban y fumaban frente a un vaso de toronjil o de naranja amarga
  243. más adelante jarcierías y almacenes de pasturas ancho portal en que pernoctaban unos arrieros
  244. y cerca del cual ardía una fogata luego
  245. allí más animación más vida gentes que iban y venían el alumbrado público
  246. faroles con lámparas de petróleo
  247. que solo servían para dejar que se viese la obscuridad jinetes que volvían de las haciendas y de los pueblos cercanos un almacén de ultramarinos
  248. el puerto de vigo iluminado profusamente centelleando en las botellas en los frascos y en las latas de sardinas el reflejo de los quinqués una botica soñolienta
  249. hipnotizada por sus reverberos y sus aguas de colores
  250. la botica de don procopio meconio delante del mostrador un marchante en espera detrás un mancebo que hacía píldoras
  251. y en la puerta el dueño
  252. de charla con un amigo
  253. solis que sabía muy tranquilo embozándose en la capa dos calles adelante al doctor sarmiento
  254. lo mismo que siempre con levita larga el bastón bajo el brazo y el sombrero espeluznado caído hacia la nuca
  255. la casa de diligencias el zaguán abierto de par en par
  256. personas que aguardaban mozos dispuestos para cerrar la puerta luego que entrase el ruidoso vehículo
  257. hemos llegado el administrador un joven cejijunto de negra y espesa barba
  258. un poquito cargado de espaldas
  259. sale a recibir a los viajeros
  260. seguido de varios curiosos los cuales viendo que no han llegado amigos
  261. ni parientes ni personajes notables ni muchachas bonitas se retiran mohínos haciendo un gesto de contrariedad
  262. pronto las mulas quedan desenganchadas
  263. un momento antes entraban sudorosas echando espuma sacando chispas del empedrado ahora se pasean solas por el gran patio
  264. el ganadero recoge cajitas y bultos chicos
  265. se echa al hombro el zarape
  266. y baja de un salto
  267. cortés y comedido ayuda a la anciana que no sin dificultades llega a tierra
  268. sigo yo cargando el abrigo y la exigua maleta estudiantil
  269. y buscando a mis tías
  270. en vano no estaban allí se habrían retardado
  271. creerían que la diligencia llegaba más tarde
  272. me dispuse a salir cuando sentí que me tocaban el hombro
  273. aquí estoy ya no me conoces no me conoce usted soy andrés
  274. era un antiguo criado nuestro que cuando la familia vino a menos dejó la casa y se dedicó al comercio
  275. andrés tú qué grande está usted no me hables así
  276. de tú de tú el buen viejo
  277. trémulo de emoción arrasados en lágrimas los ojos
  278. estás hecho un hombre y qué buen mozo si el amo viviera
  279. si tu mamá pudiera verte
  280. y mis tías no vinieron
  281. ya sabes como doña carmelita está un poco mala
  282. de qué pregunté inquieto
  283. no dejas nada no mañana temprano vendrás por el baúl
  284. a la salida me despedí muy de prisa de mis compañeros de viaje
  285. andrés no dejaba de verme ni de acariciarme
  286. a cada paso me decía
  287. si estás tamaño dos tomé por calles que conducían a la casa paterna
  288. en ella debían vivir mis tías
  289. nadie me había dicho lo contrario hasta que andrés me detuvo a dónde vas ya no conoces tu tierra a casa
  290. si ya no viven donde antes
  291. echándome el brazo me impulsó a seguir por una callejuela
  292. cuándo mudaron de casa uh hace tiempo como vendieron la casita
  293. yo les dije que no lo hicieran pero fué preciso
  294. estas palabras del antiguo servidor de mis padres fueron para mí como un rayo de luz
  295. la situación de mis tías era
  296. ahora me daba yo cuenta de la tristeza que informaba sus cartas ahora estimaba yo en lo justo la magnitud de sus afanes y de sus sacrificios
  297. andrés prosiguió están muy pobres
  298. no han querido decirte nada para no afligirte
  299. las pobrecitas te quieren mucho que si me quieren vaya nada les digas
  300. veremos a ver por dónde salen
  301. para tu gobierno ya no pueden seguir dándote la mesada
  302. las ayudo cuanto puedo pero ya comprenderás que no les doy mucho los tiempos están malos no se paga un peso
  303. tienes que estudiar mucho todavía pues si no es mucho
  304. si no es mucho alcanzará
  305. aunque me quede sin nada al fin
  306. para lo que yo he de vivir al fin no hago más que pagar lo que a los amos les debo
  307. y sin dejarme contestar pasó a otra cosa
  308. si estás tamaño qué grande qué buen mozo detúvose delante de una casa de pobre apariencia
  309. asió el llamador y tan tan no tardaron en abrir
  310. apareció una joven que me miró con insistente curiosidad
  311. doña carmelita gritó andrés entrando doña carmelita aquí está el niño muy grande y
  312. muy formal no sabía yo por dónde dirigirme
  313. llegaron a mis oídos voces conocidas
  314. sonó en la cerradura de la puerta contigua ruido de llave
  315. y salió mi tía pepa
  316. muchacho muchacho mi rorró ven ven para que te abrace estrechándome
  317. repetía con su locuacidad de siempre niño de mi alma si estás tan alto que no te alcanzo entra para que te veamos
  318. la emoción la ahogaba
  319. me besó en las mejillas como si fuera yo un chiquitín
  320. me dejó húmedo el rostro
  321. entra para que te vea carmen y agregó sigilosamente
  322. agarrándome de un brazo la pobrecilla está muy malita
  323. te vas a entristecer al verla
  324. no te lo hemos dicho para que no perdieras la tranquilidad en tus estudios
  325. el doctor sarmiento dice que no tiene remedio pero que la cosa va larga vivirá así
  326. tullida más o menos pero que eso de sanar
  327. pero mira mira tengo mucha fe en la santísima virgen
  328. la pobre carmen se va a poner tan contenta
  329. todito el santo día ha estado diciendo por dónde vendrá mi señor don rofoldo por dónde vendrá dios quiera y no le pase una desgracia entramos en la salita
  330. qué pobre y qué triste de una ojeada
  331. a la luz de la vela que traía la joven que nos abrió la puerta
  332. aprecié lo que encerraba algunos muebles vetustos sillas seculares de alto respaldar y garras de león
  333. resto de antiguos esplendores domésticos dos rinconeras con sus nichos de hoja de lata un sofá tapizado de cerda
  334. en la pieza siguiente cerca de la ventana cerrada
  335. yacía la enferma sentada en un sillón de vaqueta
  336. envuelta en grueso pañolón de lana
  337. en la cabeza tenía un pañuelo blanco
  338. rodolfito exclamó con acento débil rodolfito ven
  339. dame un abrazo mira que no puedo levantarme llegué a su lado y me incliné para estrecharla contra mi pecho y darle un beso en la frente
  340. tenía los ojos arrasados de lágrimas
  341. levantó el único brazo que tenía expedito
  342. y me acariciaba con dulzura infantil
  343. aquí a mi lado siéntate aquí
  344. mientras te ponen la cena
  345. tendrás hambre no es cierto se come muy mal por esos caminos
  346. pepa pepa pon la vela aquí
  347. cerca para que vea yo bien al señor de la casa
  348. tía carmen arrimó la mesita en la cual en un candelero de latón
  349. ardía con luz rojiza una vela de sebo
  350. como no me viese a su gusto
  351. me senté a su lado
  352. andrés y tía pepa permanecían de pie delante de nosotros
  353. desde la puerta que daba paso a las habitaciones interiores
  354. era alta y esbelta vestía de blanco
  355. y me pareció de singular hermosura
  356. la enferma secó sus lágrimas
  357. siempre fué adusta y severa jamás lisonjeaba
  358. nunca tenía una frase dulce y afable
  359. la enfermedad había quebrantado aquel carácter entero
  360. ahora tenía ternuras y delicadezas que conmovían profundamente
  361. vamos ya te veo a mi gusto jesús qué guapo que estás mira
  362. pepa mira ya tiene bigotito enterito a su abuelo su voz era débil y apagada
  363. como si el pensamiento la abandonara para volar hacia las regiones de ultra tumba
  364. quedóse la anciana silenciosa fija en el suelo la mirada
  365. después de un rato prosiguió sonriendo dolorosamente con esa sonrisa de los ancianos próximos a morir cómo me encuentras
  366. hijo mal verdad te acuerdas antes tan fuerte
  367. tan activa estaba yo en todo ahora
  368. peor que si los tuviera aquí me tienes
  369. clavada en el butaque sin poder dar un paso sin poder ayudar a tu tía
  370. la pobrecilla que no para y yo que en nada le aligero el trabajo antes
  371. estos nervios hijo don pancho sarmiento es muy bueno con nosotras
  372. si vieras dice que todo lo que tengo es cosa de los nervios
  373. nervios nervios y ello es que a mí se me van las fuerzas más y más cada día
  374. cuando dijo esto me hizo una señal de inteligencia
  375. como indicándome que la engañaban
  376. que ella no creía nada de cuanto le decían acerca de su enfermedad
  377. que te pongan la cena
  378. mientras hablaremos de otra cosa
  379. le referí mil casos de enfermedades nerviosas que tenían aspecto de gravísimos males
  380. y que con el tiempo y el cuidado habían desaparecido
  381. dejando a los pacientes buenos y sanos
  382. pareció convencida y volviéndose a mí me dijo sonriendo te habrás paseado mucho
  383. vas a ver esto muy triste
  384. tendrás razón hijo aquí nadie se mueve todos viven como cansados
  385. saliste bien de tus exámenes ya lo sabemos nos lo dijo ricardito tejeda la noche que vino a visitarnos
  386. el pobrecillo te quiere mucho
  387. nos contó que tenías mucho miedo
  388. nosotras rezamos por tí pepa fué a misa ese día
  389. y yo le encendí una lamparita a san luisito
  390. a tu san luisito para que te sacara con bien
  391. y dime te entregaron el dinero que te mandamos para el traje ya sabemos que sí pero te lo pregunto por saber si te lo dieron a tiempo
  392. sí y por cierto que sentí mucho que ustedes hicieran ese sacrificio
  393. ah muchacho ya vienes con lo del sacrificio
  394. como en todas tus cartas qué sacrificio no
  395. era preciso que te presentaras bien
  396. por fortuna en esos días recibimos un dinerito
  397. ya sabes que la vendimos sí contesté creo que me lo escribieron
  398. tú dirás estaba ya tan vieja en reponerla se hubiera gastado más
  399. comprendí que trataban de engañarme de hacerme creer que vivían cómodamente
  400. mira pepa que le pongan a éste la cena
  401. se come tan mal por esos caminos
  402. mi tía la joven y andrés se retiraron al comedor
  403. no tardaron en llamarme
  404. la joven se presentó diciendo que ya está la cena
  405. acaricié a mi pobre tía y pasé al sitio donde me esperaban
  406. las buenas señoras quisieron tratarme a cuerpo de rey
  407. y sin embargo qué cena tan modesta y tan triste tres cerré la puerta
  408. dejó en la mesa la brillante palmatoria
  409. y de un soplo apagué la bujía
  410. de codos en el alféizar me puse a contemplar el cielo
  411. los vientos otoñales habían extendido en pocos minutos negro manto de nubes
  412. uniformemente obscuras y sólo en un punto ralas y tenues
  413. hacia el oriente donde a través de blancos velos dejaban adivinar las más altas regiones del éter
  414. los océanos superiores del aire
  415. limpios surcados por mil celajes voladores
  416. oíase el ruido lejano de la lluvia
  417. las plantas del jardincillo se balanceaban rumorosas
  418. las adelfas columpiaban sus tallos flexibles los floripondios mecían en la obscuridad sus campanas de raso
  419. y en la espléndida copa de un naranjo las primeras gotas
  420. gruesas y resonantes caían con ímpetu extraordinario precursoras de un largo aguacero
  421. estaba yo en la casa de los míos
  422. pero ay qué triste aparecía ante mis ojos
  423. no era aquella casita la casita alegre y risueña que me vió nacer
  424. que albergó mi niñez y que me vió salir de allí bañado en lágrimas
  425. la casa de mis padres era ajena quiénes la habitaban acaso quien no era capaz de amarla y de estimar sus bellezas
  426. allí murieron mis padres dejándome en la cuna allí el abuelo se durmió tranquilamente en el señor allí corrió mi vida regocijada y venturosa
  427. con qué pena dejarían mis tías aquella casa
  428. centro de todos sus afectos
  429. relicario de los más dulces recuerdos me la imaginaba
  430. y mis ojos se llenaban de lágrimas
  431. bien visto estaba solo las buenas ancianas pronto emprenderían el eterno viaje
  432. y me quedaría yo abandonado en un mundo que me causaba miedo
  433. truenos lejanos pálido fulgurar de relámpagos distantes
  434. anunciaban que la tempestad invadía la cordillera
  435. el agua caía a torrentes
  436. en el naranjo aleteaban los pájaros
  437. amedrentados al sentir inundado su nido
  438. una mariposa nocturna pasó rozándome la frente
  439. encendí la bujía y cerré la vidriera
  440. allí estaba mi lecho de niño la camita de hierro con sus blancas colgaduras
  441. y por la cual había yo suspirado tantas veces en el frío y desolado dormitorio del colegio
  442. allí estaba el aguamanil provisto de todo
  443. con su toalla tejida por la tía pepa
  444. junto a la cama arriba del buró el cuadrito de san luis gonzaga
  445. a un lado un estante lleno de libros
  446. y cerca de la ventana el pupitre del escolar
  447. el negro pupitre de estudiante
  448. compañero cariñoso del niño confidente de sus amarguras casi testigo de sus triunfos
  449. mudo depositario de sus esperanzas
  450. allí había colocado la mano discreta de la tía mis primeros libros de estudia
  451. conservados cuidadosamente en la familia desde el catecismo de ripalda y el fleury
  452. hasta la gramática de iriarte
  453. aquella gramática atiborrada de malos versos
  454. que puso en mis manos don basilio
  455. el eterno alcalde de villaverde
  456. una noche inolvidable la noche del reparto de premios
  457. aun conservaban en sus guardas la caricatura del maestro
  458. don román lópez el pomposísimo cicerón como le llamábamos porque nunca hablaba del orador de túsculo sin aplicarle rimbombante epíteto
  459. y legibles todavía notas significados de inusitadas voces sólo usadas de tal o cual poeta listas de condiscípulos condenados a ser detenidos dos o tres horas
  460. por no haber acertado con no sé qué dificultades horacianas
  461. felices tiempos aquellos cómo varían las cosas dónde están las alegrías de aquella época dónde los infantiles regocijos a dónde se fueron las ilusiones rosadas
  462. las mariposillas de la infancia ahora todo ha cambiado no hay sueños para el alma la frente
  463. antes soñadora tiene ya la palidez del primer dolor ya probé las amarguras de la vida
  464. y sé que sus dejos se quedan en los labios para siempre
  465. en uno de los libros al abrirle al acaso tropezaron mis ojos con un nombre de mujer matilde así
  466. entre dos admiraciones como un grito de alegría
  467. como la expresión de la más dulce esperanza
  468. como la confesión de un afecto sofocado en el pecho
  469. que un día se nos escapa irresistible y delata ante la malicia estudiantil
  470. ante la cruel y dura indiscreción de los condiscípulos
  471. que una mujer de ese nombre tiene en nuestro corazón un altar
  472. donde recibe culto y homenajes donde sólo ella reina
  473. señora de todo afecto puro
  474. dueño de todos los pensamientos
  475. y me pareció mirar una niña pálida y rubia
  476. esbelta y graciosa de grandes ojos de color de violeta una niña en cuyo semblante puso el cielo angelicales bellezas
  477. que ataviada gallardamente con rica veste azul
  478. corta la falda dejando ver unos pies brevísimos
  479. pasaba y huía e iba a perderse entre la sombra que proyectaba en el muro el blanco lecho la dulce niña objeto de mi primer amor
  480. de ese amor primero que embalsama con su aroma de azucenas la más larga vida
  481. no pude contenerme y llevé a mis labios aquel libro
  482. aquella página aquel nombre que no gusto de repetir
  483. aunque resuena en mis oídos como celeste melodía que está grabado en mi corazón que no se aparta de mi mente que para mí expresa todo cuanto hay de tierno y puro y santo aquí en la tierra
  484. no le olvido ni le olvidaré quizás porque de niño le escribí tantas veces
  485. a todas horas en todas partes en los libros en los cuadernos en cualquier papel que tenía yo cerca
  486. cuando en mis manos había un lápiz o una pluma
  487. nombre escrito en las arenas de la ribera en las cortezas de los árboles en la bóveda azul las noches consteladas
  488. trazándole con el pensamiento como sobre una pauta de estrella en estrella para verle extendido por los espacios ilimitados
  489. cómo me río ahora al copiar estas páginas de mis romanticismos de entonces cómo me burlo de aquellos raptos amorosos
  490. de aquellos éxtasis quijotescos pero ay no lo hago impunemente que me hiero en el pecho
  491. me desgarro el corazón como si me arrastrara yo sobre él un haz de espinas
  492. aquella vida siempre dada al ensueño
  493. siempre mecida en los columpios de la fantasía
  494. alimentada y nutrida con platillos lamartinianos
  495. era desviada acaso perniciosa pero ay tan bella
  496. que cada hora suya se me antojaba como el canto de un poema sublime cuyas delicadezas y excelsitudes nos arrancan de esta pobre vida terrena y nos llevan a vivir en un mundo ideal me parecen como una sinfonía adormecedora
  497. algo como la música de los grandes maestros
  498. así como de mozart beethoven o wagner que nos saca de la penosa y prosaica vida material y por breves horas nos hace felices
  499. aniquilando en nosotros todo dolor
  500. el cansancio me tenía rendido el estropeo del viaje en la malhadada diligencia me había magullado de pies a cabeza
  501. y principié a sentir el desmayo precursor del sueño
  502. a los diez y siete años siempre se duerme bien
  503. ni tristezas domésticas ni el recuerdo de venturas desvanecidas nos quitan el sueño
  504. la cama albeaba en un rincón el cariño velaba cerca de mí
  505. y el aguacero con su ruido monótono me arrullaría dulcemente
  506. a la cama un soplo
  507. pfff ahora como dijo bécquer a dormir y roncar como un sochantre
  508. cuatro no sé a qué hora desperté
  509. desconocí el sitio en que me hallaba
  510. me volví del otro lado y seguí durmiendo hasta las ocho de la mañana
  511. no quisieron sin duda despertarme para que me desquitara de las desmañanadas del colegio
  512. que duerma hasta que quiera dirían las buenas señoras
  513. harto habrá madrugado en diez años de encierro
  514. la luz que se filtraba por las junturas del techo y por las hendiduras de la ventana
  515. alegre y regocijada me hizo dejar el lecho
  516. fuera resonaba la escoba cantante de una barredora inteligente
  517. cantaban pajarillos y cacareaban las gallinas
  518. un gallo ronco lanzaba de tiempo en tiempo su canto de ensoberbecido sultán
  519. presentía yo hermoso día uno de esos inolvidables días que dan a las almas de los niños festivo buen humor uno de esos días que convidan
  520. a sacudir el yugo escolar para irse por los campos a tenderse bajo los álamos del río
  521. cabe las ondas murmurantes cerca de las piedras cubiertas de musgo
  522. lejos del dómino cetrino e irrascible
  523. lejos de las coplas del iriarte
  524. de las discusiones del foro y de las catilinarias terríficas día de los más bellos para salar
  525. me olvidé de mi edad me imaginé que tenía siete años
  526. me persuadí de ello y me dije lo que es hoy
  527. me desayuno y dejo al pomposísimo don román con sus odas y sus églogas
  528. allá se las avenga ahora
  529. al cerro del cristo a las dehesas del escobillar
  530. a cortar guayabas en las sabanillas que bordan las orillas del pedregoso y
  531. no procuré cambiar de traje y me puse el muy empolvado de la víspera
  532. que me olía a lo que huelen los caminos de la mesa central
  533. a sequedad y tierra estéril
  534. cuando entré en el comedor qué comedor una pieza de seis varas cuadradas
  535. mi tía pepa muy risueña y parlera me esperaba sentada a la mesa
  536. por dios rorró quieres que me dé un ataque son las nueve
  537. y aquí me tienes sin probar bocado en espera del caballero mientras éste duerme como un marqués
  538. carmen no ha dormido en toda la noche
  539. pensando en tí muy contenta de haberte visto
  540. tiene tu tía unas cosas dice que pronto liará el petate que ya viniste y que
  541. tal vez eso nada más espera dios para llevársela
  542. así sucede todos los días siempre amargándonos la vida con tristezas
  543. siempre haciéndonos llorar pero vaya a todo esto ni quien piense en el desayuno
  544. señora juana aquí estamos ya el chocolatito tú tomarás café con leche
  545. no es eso ustedes los muchachos no gustan ya del chocolate dicen que es antigualla
  546. yo hijo como tu abuelo chocolate y nada más chocolate bueno eso sí
  547. mira rorró a eso sí no puedo acostumbrarme
  548. comes algo dílo muchacho que para eso estás en tu casa
  549. señora juana a ver qué le hace usted a rodolfo
  550. hay que chiquear al niño
  551. suelta de lengua viva ingeniosa era difícil cortarle el hilo una vez que principiaba a hablar
  552. no bien pidió el almuerzo siguió diciendo ya sabes que está con nosotros una joven no la viste anoche creo que sí
  553. muy buena muy buena cómo un pan de gloria y te quiere mucho
  554. parece que te conoció desde que eras así
  555. te acuerdas qué travieso te acuerdas de cuando rompiste el juego de café de tu tía carmen me parece que te veo te fuiste a esconder en la bodega
  556. de allí te sacamos para que vinieras a comer
  557. y viniste pálido y lloroso
  558. tú dirás por unos cacharros cualesquiera
  559. eran de china y muy bonitos pero qué importaba
  560. todavía se acuerda de ellos tu tía por que te sonrojas vaya
  561. hijo todavía tienes miedo de que te castigue tu madrina efectivamente
  562. el recuerdo de aquella diablura me sacaba al rostro los colores
  563. se trataba de un precioso servicio de café
  564. de legítima procedencia chinesca que mi abuelo compró en un puerto del pacífico
  565. a bordo de un navío inglés que volvía del celeste imperio
  566. era el encanto de la casa
  567. pues bien como te iba yo diciendo prosiguió mi tía
  568. y te quiere mucho
  569. las últimas camisas que te mandamos las hizo ella
  570. y con qué cuidado dígame usted
  571. tía quién es esa joven ahora te diré e interrumpiéndome
  572. gritó angelina angelina ven acá y continuó
  573. si tú vieras es muy hábil para todo
  574. muy hacendosa o como dice señora juana muy mujer es la alegría de la casa
  575. parece un pajarito que a todas horas está cantando
  576. si te diga que pareces de la familia qué cuidados con carmen es muy viva
  577. muy sabia escribe que es un
  578. encanto ya conoces su letra ella escribe cuando yo estoy con la jaqueca
  579. la pobrecita ha sido muy desgraciada
  580. dios le dé un buen marido
  581. pedírselo a san antonio
  582. qué qué dices que ya tendrá novio
  583. novio angelina por dios rorró qué otro vienes y en tono dulce y suplicante agregó ay
  584. rorró no hagas malos juicios de las personas
  585. en aquellos momentos llegó la joven
  586. tímida y cortada se detuvo en el umbral bajaba los ojos
  587. y al parecer distraída jugaba con la punta del delantal
  588. sí respondió mi tía para que conozcas al sobrino
  589. no deseabas conocerlo pues aquí lo tienes
  590. la doncella murmuró una excusa
  591. mi tía continuó dirigiéndose a mí aquí tienes a la que
  592. con esas manecitas te hizo las camisas que te gustaron tanto la que bordó aquellos pañuelos que te mandamos de cuelga el día que cumpliste diez y siete años
  593. mentira parece y quien te conoció
  594. así chirriquitín que cabías en un azafate
  595. elogié las habilidades de angelina
  596. esta confusa y contrariada no alzaba los ojos para verme
  597. mientras señora juana ponía delante de mí el café
  598. el pan la mantequilla y no recuerdo qué más
  599. y en tanto que la tía pepa me servía
  600. era alta esbeltísima y arrogante había en ella esa externa y encantadora debilidad de las personas sensibles y delicadas que reside en todo el cuerpo y que se revela en todos los movimientos
  601. su rostro era de lo más distinguido
  602. pálida con palideces de azucena aquella carita fina y dulce se hacía casi marmórea por el contraste que producían en ella lo negro de los cabellos y lo espeso de las cejas
  603. permanecía con la vista baja con cierto aire gazmoño sí gazmoño que no me causó buena impresión
  604. cómo hacer para que me dejara ver sus ojos vea usted
  605. dije precipitadamente ese pajarito que está bañándose
  606. volvió el rostro levantó la cabeza y miró hacia la jaula
  607. ese es el que ha estado cantando ese contestó
  608. qué hermosa ojos negros luminosos húmedos nariz delgada fina correctísima boca agraciada mejillas en las cuales se dibujaban apenas lindos hoyuelos
  609. le molestaría un poco
  610. desde muy temprano se suelta cantando
  611. a veces agregó haciendo un mohín risueño está insufrible pude gozar entonces de la belleza singular de aquella boca
  612. de aquellos labios rosados que dejaron ver
  613. mi tía pepa se entretenía con el chocolate
  614. y yo me servía en una rebanada de pan la fresca e incitante mantequilla
  615. la anciana como si quisiera establecer entre nosotros una corriente de recíproca simpatía
  616. exclamó después de engullirse una sopa
  617. oye angelina rodolfo está muy contento de las camisas que le mandamos
  618. y dice que nadie las hará mejores
  619. elogia mucho las marcas de los pañuelos
  620. prosiguió la santa señora en un arranque de indiscreta sencillez
  621. comprendí la inconveniencia de mi tía
  622. tía qué tal está bueno el soconusco pero ella no me oyó
  623. dice que si ya
  624. tía exclamé sin poderme contener
  625. eso no debe decirse adiós y por qué no porque no
  626. angelina turbada nos veía con penosa curiosidad
  627. qué tiene eso dice que si ya tienes novio
  628. la doncella se estremeció de pies a cabeza
  629. se encendió como una amapola
  630. y bajó los ojos avergonzada
  631. qué malos ratos le hacemos pasar a esta buena niña
  632. oyóse el repicar de una campanilla
  633. en esto encontró la doncella su salvación
  634. dijo la señora necesita de mí
  635. cinco arrodillado delante de la enferma conversé largo rato
  636. la pobre anciana aunque dulce y cariñosa en realidad fué siempre áspera y severa
  637. contábase en la familia que en su primera juventud se distinguía de mi madre y de mi tía pepa en lo festivo de su conversación
  638. en lo dulce de su trato
  639. alegro y bulliciosa muy dada a fiestas y saraos
  640. encanto de toda buena sociedad
  641. a los veinte años se tornó silenciosa
  642. a qué se debió tal cambio ello es que la carmelita
  643. así la nombraba el abuelito
  644. renunció a los espectáculos moderó su lujo en el vestir
  645. se apartó del trato de sus compañeras
  646. y engrosó las filas de las solteronas
  647. pero no era como ellas murmuradora y amiga de censurar a toda bicho viviente
  648. vicio de cortijos y poblachones
  649. donde no se vive más que para espiar a los vecinos y relatar diariamente cuanto éstos hacen o dejan de hacer
  650. en mi tía carmen no arraigó la murmuración ni halló tierra propicia la maledicencia
  651. acaso porque a la nobleza de su alma repugnaba todo lo bajo y miserable
  652. por lo contrario en todas ocasiones salía en defensa del ausente
  653. desgarrado en su buen nombre por las tijeras del gremio solteríl
  654. de aquí que todos la quisieran y la respetaran de aquí
  655. sin duda que nadie o muy pocos gustaran de penetrar en los misterios de aquel cambio de carácter
  656. para ninguno inadvertido que más que tal era resultado de una resolución hija de una voluntad inquebrantable y firme
  657. se dijo así me lo contó una vez don basilio
  658. que todo provenía de un desengaño amoroso
  659. tía carmen no tuvo como todas las muchachas de villaverde
  660. para la festiva y bulliciosa señorita el amor era cosa muy grave y muy seria
  661. con la cual no debía jugarse
  662. sino algo único en la vida que se alcanza vivo noble duradero y dichoso que asegura la felicidad o resulta malogrado
  663. pasajero e infeliz y al cual todo corazón bien puesto
  664. toda alma elevada debe permanecer fiel en todos los instantes de la vida
  665. hasta la hora de la muerte
  666. fué el caso responda de la historia el señor alcalde
  667. que mi tía residió en pluviosilla varios años
  668. a la sazón que mi abuelo desempeñaba allí un importante papel político
  669. como era natural no le faltaron a la tía carmita muy finos galanes
  670. donceles amartelados que no la dejaban ni a sol ni a sombra que desde la esquina le hacían unos osos fenomenales que la seguían a todas partes
  671. lo mismo a las distribuciones piadosas en la iglesia de san francisco
  672. que todos los domingos a la misa de diez en el templo de san juan de la cruz
  673. que era en aquel antaño la preferida de todas las muchachas lindas y en privanza
  674. como ahora en estos felices días la misa de ocho en santa marta
  675. en un paréntesis agregaba el señor alcalde
  676. que mi tía era uno de los palmitos más codiciados de la piadosa y próspera pluviosilla
  677. y no lo dudo en la familia se conservó durante muchos años
  678. una miniatura hecha en jalapa por castillo
  679. una miniatura que al decir de mi abuelo
  680. era de mérito singular en la cual aparecía la carmita con una hermosura y una cierta
  681. majeza dignas del pincel de goya
  682. majeza y hermosura que nada tenían de ordinario
  683. vulgar y provocativo cierta gracia andaluza sevillana que robaba las miradas y cautivaba el corazón
  684. había que verla en aquel retrato amplio el escote corto el talle desnudo el torneado brazo ricillos en las sienes rica
  685. donairosa mantilla y ladeada peineta de boca de olla ni más ni menos que la reina
  686. doña maría luisa con razón los pisaverdes y lechuginos de pluviosilla se bebían los vientos por mi hechicera tía sucedió lo que tenia que suceder
  687. aquí entra lo más importante de la historia del señor alcalde
  688. que un gallardo capitán guapo discreto elegante como el que más
  689. logró clavar una saeta en aquel corazoncito de roca
  690. y consiguió que la rubia carmita pusiera alma y vida en tan brillante y codiciado oficial
  691. hallósela éste en un sarao bailó con ella una contradanza y una ceremoniosa cuadrilla
  692. declaróle su atrevido pensamiento y la señorita dijo terminantemente que estaba dispuesta a dar la blanca mano a su admirador
  693. siempre que el afortunado galán que la escuchaba atusándose el audaz bigote
  694. se dirigiera como hacerlo debe todo caballero de altas prendas
  695. al jefe de la familia
  696. el galán a quien abonaban no sólo particulares prendas sino también nobilísimo abolengo
  697. habló a su jefe y con toda solemnidad pidió la mano de la señorita
  698. todo se arregló a maravilla disponíase ya la boda cuando estalló en el interior un pronunciamiento
  699. el regimiento tuvo que salir de pluviosilla
  700. y el matrimonio quedó aplazado
  701. de todo esto nada se sabía en la ciudad
  702. la familia hizo de ello un misterio
  703. y los murmuradores se contentaron con repetir que el capitán fuenleal estaba loco por mi tía
  704. pero que ésta envanecida y orgullosa de su hermosura
  705. jugaba con el corazón de su amartelado
  706. sin dejarse coger en las amorosas redes
  707. sin dar prenda que la comprometiese más tarde
  708. pasaron los días los meses y los años
  709. y nada supo pluviosilla del capitán fuenleal
  710. unos contaban que había muerto en campaña
  711. después de batirse como un héroe otros que pereciera en un duelo a que le llevó una aventura escandalosa quienes que se había casado en guadalajara con una rica heredera quienes qué estaba procesado por un delito que la ordenanza castiga con peña de muerte
  712. hasta que un día la rubia carmita dió en vestir lutos
  713. y lutos fueron por toda su vida
  714. parece cierto así lo asegura don basilio
  715. que fuenleal pereció en un duelo pero no garantiza que fuera por causas de escandalosos amoríos ni por altos motivos de pundonor militar
  716. mi tía permaneció fiel a la memoria de su único amor
  717. fiel a su brillante y apuesto capitán
  718. esta es la historia de la pobre anciana a esto se atribuía su cambio de carácter
  719. la melancolía de su rostro sus vestidos de luto
  720. su acritud y su aspereza aparentes
  721. es una rosa decía don basilio una rosa que de un día para otro se convirtió en cardo siempre agria e intolerante conmigo hasta que dejé la casa paterna
  722. hoy acaso fuera por los sufrimientos de la enfermedad
  723. se afanaba en mimarme se complacía en satisfacer el menor de mis caprichos
  724. y no sabía qué inventar para tenerme contento
  725. no hijito decía nosotras hemos sido contigo lo que debíamos ser hemos hecho las veces de madre
  726. has que quieras estás en tu casa eres como el jefe de la familia
  727. aquí estamos para servirte y obedecerte
  728. pero qué vas a salir con ese traje agregó viendo el mío empolvado y sin aliño
  729. andrés trajo ya el baúl
  730. y al oírme decir que deseaba yo ir a vagar por los ejidos de villaverde y por las márgenes del pedregoso pero
  731. dime estás loco no eso será otro día
  732. ahora ponte elegante y sal a visitar a los viejos amigos
  733. ni un día ha pasado sin que pregunten por tí
  734. visita a don román tu maestro al doctor sarmiento
  735. que es tan bueno con nosotras a don basilio
  736. que te quiere tanto al señor fernández
  737. es el dueño de la hacienda de santa clara
  738. muy buena persona ya irás con pepa
  739. ya verás tiene una hija como una plata aquí no le faltan pretendientes
  740. no venía muy provisto el baúl no había en él mucho con que engalanarme pero en dos por tres
  741. con ayuda de tía pepa y de angelina
  742. saqué la ropa y pronto me presenté delante de la enferma hecho un veinticuatro
  743. eso es así como persona decente dijo tía pepa y angelina me seguían
  744. una me veía de arriba abajo con aires de satisfacción maternal
  745. la doncella desde la puerta del corredor
  746. donde los pajarillos cantaban alegremente
  747. cuando yo volvía el rostro ella fingía componer una planta que lucía en el pretil hermosos ramilletes de encendida
  748. ya en la puerta me gritó tía pepa a qué hora vuelves te esperamos a comer
  749. al fin de la calle me ocurrió regresar para ir a la casa del dómine
  750. angelina estaba en la ventana
  751. sin duda había salido a verme
  752. al pasar la saludé
  753. díjele algo que la hizo sonreír
  754. qué había en el rostro de la doncella que me trajo a la memoria la angelical figura de matilde
  755. la dulce niña de mi primer amor seis villaverde es una ciudad de ocho mil habitantes
  756. situada entre los repliegues de una cordillera
  757. en valle pintoresco y dilatado
  758. circundada de risueñas colinas y de montes altísimos
  759. villaverde como la isla de calipso
  760. goza de una constante primavera
  761. no agotan calores estivales la mullida grama de sus dehesas
  762. ni los vientos glaciales del citlaltépetl marchitan la exuberante lozanía de sus florestas
  763. para ella no hay más que dos estaciones la que engalana los campos con los dones de abril
  764. y la pluviosa que renueva los no empalidecidos verdores de las selvas y de las llanuras
  765. allá por las últimas semanas de septiembre acaban las lluvias diarias y copiosas
  766. los cielos se despejan y principia lo que suelen llamar los villaverdinos el veranito de octubre
  767. frescos y hermosos días cuyas alegres y límpidas mañanas y cuyos crepúsculos áureos y nacarados vienen a ser como la nota regocijada de la elegiaca sinfonía otoñal
  768. después las brumas entristecen los paisajes
  769. y con ellas puntuales mensajeras del plañidero noviembre
  770. llegan a las dehesas y se esparcen por laderas y rastrojos las flores amarillas
  771. repentinamente una mañanita los campos aparecen como espolvoreados de oro de tíbar
  772. y los picachos y las cumbres se envuelven en gasas cenicientas
  773. así durante los meses invernales
  774. a fines de febrero las nieblas se remontan
  775. y se van para que las montañas luzcan sus nuevos trajes
  776. el vistoso atavío con que se engalanan
  777. los árboles al advenimiento de la primavera
  778. la cual se acerca precedida de arrasantes huracanados vientos
  779. que se llevan las frondas caducas
  780. siegan las ramas muertas hinchan con su hálito vivífico yemas y brotes
  781. y aceleran el desarrollo de los capullos
  782. estos vientos huracanados recorren los valles
  783. bajan al fondo de las hondonadas
  784. barren las llanuras e inundan de mil aromas la ciudad olores de líquenes y musgos
  785. esencia de azahar suave fragancia de liquidámbar y de mil flores campesinas
  786. id entonces al escobillar subid a la cercana colina
  787. y gozaréis del más hermoso panorama trepad a lo más alto
  788. y tendréis ocasión de admirar la fecunda vega del pedregoso
  789. celebrada mil y mil veces por los poetas de villaverde
  790. y cantada en exámetros latinos y en liras arcaicas por el pomposísimo cicerón
  791. imaginaos una llanura siempre verde limitada en todas direcciones por obscuras montañas y risueños collados
  792. el tono subido de los bosques hace resaltar el tinte alegre de los prados y de los campos de caña sacarina
  793. el pedregoso gárrulo y cantante en las quebradas
  794. sesgo y cerúleo en los planíos
  795. corta en dos partes la ciudad
  796. sinuoso aquí recto allá corre como una serpiente hacia la barranca de mata espesa
  797. libre de arboledas en algunos sitios
  798. oculto en otros por las alamedas y los naranjales
  799. desde lo más alto de la colina del escobillar veréis la ciudad como un juego de dominó esparcido en un tapete verde
  800. cortada por la cinta plateada del río a cuyas márgenes se agolpan caserones y templos
  801. singular alegría la de aquel valle espléndido panorama el de aquel paisaje en que se mezclan y confunden la serenidades de la tierra fría con la vegetación abrumadora de las regiones cálidas pero ay no busquéis en los habitantes de villaverde una alegría placentera
  802. como pudierais esperarla en harmonía con la naturaleza no busquéis allí caracteres regocijados
  803. villaverde es la ciudad de los espíritus desalentados y melancólicos es la ciudad de las almas tristes
  804. cosa del clima no porque ciudades de la misma región y de naturaleza idéntica son animadas
  805. alegres festivas jucundas como decía el pomposísimo cicerón
  806. los villaverdinos son de semblante triste
  807. y en sus labios tiene la risa dolorosa expresión
  808. como en gentes contrariadas y pesimistas
  809. se me antojan prematuramente envejecidos seres desventurados para los cuales murió en crisálida la mariposa azul de las juveniles esperanzas
  810. esta tristeza de las almas en contraste con el risueño aspecto de los campos
  811. trasciende a todo a los edificios
  812. a las calles a los trajes a las personas a su trato a sus maneras y a su lenguaje
  813. los villaverdinos no se entusiasman por nada hay en su vida algo o mucho de la inmovilidad budística
  814. sólo comparable con esas lagunas adormecidas
  815. en cuyas aguas eternamente límpidas y serenas se retratan como en espejo clarísimo las copas de los árboles
  816. los pompones de la enea y la obscuridad de las cercanas espesuras lagunas perdidas en lo más recóndito de los bosques
  817. muertas heladas sin peces ni ovas que cualquiera creería de cristal
  818. que no se estremecen al beso de la luz meridiana
  819. cuyo reposo no turban cefirillos juguetones ni huracanes bravíos
  820. son los villaverdinos un tesoro de virtudes
  821. en su mirada se transparentan la mansedumbre y la benevolencia es en ellos ingente la piedad
  822. y al par de ésta sobresale la resignación
  823. pero el sentimiento religioso no es en las almas villaverdinas plácido y activo
  824. la abnegación y la caridad las grandes virtudes del cristiano
  825. fuente de alegría en todas partes
  826. en villaverde aunque espontáneas tienen algo que en ocasiones causa disgusto y repugnancia
  827. de todo recelan los villaverdinos a nadie conceden su confianza todo se lo temen de los extraños
  828. tanto lo malo como lo bueno nada les place todo lo censuran a nada se atreven por miedo a los demás viven con el día y nunca piensan en lo venidero
  829. de aquí que no prosperen ni adelanten de aquí su mezquindad y su pobreza vergonzantes
  830. son una especie de cristianos fatalistas
  831. lo que ha de suceder sucederá y no sucederá de otra manera
  832. por eso no medran ni progresan por eso lo malo se perpetúa y reina soberano en villaverde por eso los alcaldes son allí eternos
  833. y las bodas muy raras
  834. y por eso allí nada cambia ni varía
  835. villaverde es una ciudad en petrificación
  836. pueblo por excelencia agrícola mira cultivados sus campos como hace cien años
  837. y gasta y consume hoy lo mismo que gastaba y consumía hace veinte lustros
  838. las casas como cortadas por el mismo patrón los trajes iguales las caras parecidas unísonas las voces
  839. la vida como las cosas y las personas
  840. pero en medio de esta rara inmovilidad
  841. secreta y silenciosa como la sorda y lenta labor de la polilla
  842. una guerra sin treguas ni victorias
  843. una guerra de pasiones bajas
  844. rastreras y mezquinas ruines y dolosas en que todo bicho viviente toma participación los unos capitaneados por la envidia
  845. los otros acaudillados por la codicia
  846. todos azuzados por la murmuración y aguijoneados por la maledicencia de los que se dicen ajenos a toda rencilla y enemigos de chismes y rencores
  847. en villaverde se murmura de todos y de todo se averigua qué hacen
  848. y en qué se ocupan los demás se lleva cuenta y razón de los actos de cada vecino nadie ignora hasta lo más secreto de la vida de los otros
  849. y quien vive más alejado de los mentideros que los hay a docenas
  850. en boticas y tiendas de ultramarinos pudiera inventariar de memoria las ropas de quienes no pisan los umbrales de su casa más que por corpus y san juan
  851. puede afirmarse que todo villaverdino al meterse en la cama por la noche
  852. sabe de cualquiera de sus paisanos cuántas cucharadas de sopa se engulló ese día
  853. así se trate del vecino más conspicuo como del bracero más humilde
  854. villaverde no pasará nunca de perico perro
  855. qué ha de pasar si a sus hijos todo los alarma todo paso adelante o atrás los inquieta
  856. y ni por la gloria celestial
  857. que es cuanto hay que ofrecer
  858. fijarían un clavo fuera del sitio en que le fijaron sus abuelos
  859. me diréis y los extranjeros y los que de fuera vienen
  860. no dan a esa ciudad en petrificación ideas nuevas
  861. nuevas costumbres savia de vigor que transfundida en ese organismo le rejuvenezca y reviva ay no el extranjero se aviene pronto al medio
  862. enriquece en pocos años explotando a los villaverdinos y se va a gozar a otra parte de los duros atesorados
  863. algunos pocos lo hacen así los más
  864. a los dos o tres años de haber llegado
  865. son ya unos villaverdinos completos
  866. ni más ni menos que si allí hubieran nacido como si de rapaces hubiesen guerreado en homéricas pedreas al pie del cerro del cristo
  867. en pro o en contra de la escuela del cura como si hubieran salado en las dehesas del escobillar
  868. y aprendido latines en los bancos del pomposísimo cicerón
  869. a poco en nada difieren de mis paisanos reúnen los cuatro reales
  870. se prendan de alguna villaverdina modesta
  871. hacendosa y pacata que las hay lindas como una rosa y buenas como el pan de gloria
  872. lasciate ogni speranza voi che entrate la belleza del paisaje
  873. la dulzura del clima y la tranquilidad de la población
  874. seducen a quien pone los pies en villaverde la budística ciudad extiende sus redes misteriosas
  875. y presa segura de cierto que los villaverdinos no son localistas
  876. a lo menos de un modo común y corriente
  877. de modo que choca como los hijos de una ciudad vecina
  878. en su localismo se advierte una originalidad digna de ser apuntada
  879. alardean de recibir bien al extraño pocas veces alaban y ponderan las cosas de la tierra
  880. antes por el contrario las apocan y menosprecian miran con indiferencia cuanto hay en la ciudad la belleza de los campos y la hermosura de las mujeres critican acerbamente cuanto tienen fingen que nada de otras partes les sorprende y podéis
  881. con toda libertad hacer trizas cualquiera cosa de la tierra en presencia de un villaverdino
  882. seguros de que no dirá nada en contrario
  883. pero si observáis con detenimiento a mis paisanos no tardaréis en descubrir que viven pagados y enorgullecidos de sus cosas que para ellos no hay otras como las suyas
  884. y que no las quieren distintas porque creen
  885. de buena fe que no las hay mejores
  886. de lo que sí no hacen misterio
  887. de lo que se muestran francamente satisfechos
  888. es de la ingénita lealtad que atribuye a los villaverdinos la leyenda de su viejo blasón
  889. muéstranse merecedores de cuantas lindezas les dice el mote prodigan en todas partes la heráldica presea
  890. en edificios sellos telones marcas de tabacos y botellas de cerveza repiten la empresa en inscripciones castellanas y latinas
  891. en discursos en documentos oficiales en periódicos que también tiene periódicos villaverde y hasta en los sermones sale a relucir el famoso lema
  892. concedido a mi querida ciudad natal por la muy católica majestad del rey don felipe cuatro
  893. fuera el consabido lema poderoso estímulo para mis paisanos
  894. si éstos entendieran las cosas a derechas
  895. pero villaverde es la tierra de las ideas falsas
  896. y el mote lisonjero de su blasón sólo sirve para que los villaverdinos vivan estacionarios y no suelten los andadores para entrar
  897. libres y decididos por los amplios caminos de la vida moderna
  898. en villaverde dicen sus hijos no se hace política
  899. y sí se hace pero por debajo cuerda a la calladita de modo vergonzante sin riesgos ni peligros sin temor de verse derrotados y blanco de odios
  900. y como por buenos que sean los diestros que están en el tendido
  901. si los lidiadores son malos
  902. mala resultará la corrida para los buenos villaverdinos no hay chupa que les venga
  903. ni capote que les salga a gusto
  904. así no consiguen nunca lo que desean y viven condenados al perpetuo alcaldazgo de don basilio
  905. conspicuo villaverdino reflexivo y listo que intriga más de lo que parece y que sabe más de lo que suponen sus paisanos
  906. estos son muy celosos de sus glorias y admiradores fidelísimos de sus hombres ilustres
  907. no son los tales muchos ni muy conocidos pero los villaverdinos traen a cuento sus nombres
  908. en toda ocasión vengan o no vengan al caso
  909. dos son los principales
  910. el uno general victorioso en no sé qué batallas
  911. que la historia olvidadiza habrá registrado en sus páginas inmortales
  912. antiguo cosechero de tabaco hombre nulo cuyo habilidad consistió en rodearse de media docena de ambiciosos villaverdinos
  913. los cuales le encumbraron a fuerza de charlatanismo y demasías
  914. hasta donde propios méritos y altas dotes de inteligencia nunca le hubieran elevado
  915. el general cayó pronto del encumbrado puesto
  916. y acabó sus días triste y descorazonado cincinato en miserable ranchejo cuidando de unas cuantas vacas tísicas y estériles
  917. en aquel retiro fué hasta oí último día dechado de patriotas
  918. modelo de firmeza política y allí murió como napoleón de una enfermedad hepática despreciando a los villaverdinos y burlándose de sus antiguos partidarios
  919. a quienes atribuía el fracaso que le echó por tierra
  920. y siendo objeto de la incondicional admiración de todos sus paisanos
  921. para que tan ilustre nombre pasase a los pósteros
  922. así lo dijo en cabildo pleno el pomposísimo cicerón
  923. el apellido ilustre del general fué aplicado a todo establecimiento público
  924. una lápida conmemorativa los villaverdinos se parecen por la epigrafía
  925. señala al viajero la casa en que nació el grande hombre
  926. la escuela nacional se llamó escuela pancracio de la vega el hospital hospital pancracio de la vega el teatro
  927. un teatrillo en proyecto nunca concluido y frecuentemente visitado por volatines y comicotes
  928. la otra gloria villaverdina fué un buen clérigo que nunca se acordó de su pueblo natal un sacerdote austero
  929. sencillo y trabajador gran teólogo al decir de don román lópez que llegó a canónigo angelopolitano
  930. y después a obispo honor a que nunca aspiraron los villaverdinos que nunca pensaron alcanzar
  931. y que los llenó de alegría obispo un hijo de villaverde cielos qué dicha desde entonces sueñan mis paisanos con que villaverde llegue a ciudad episcopal
  932. eso y más se merecen sus piadosos hijos
  933. no digáis en villaverde que no tiene grandes hombres no lo digáis
  934. por vida vuestra porque luego os replicarán mis paisanos
  935. así sean jornaleros o abogados o médicos o propietarios vuestros interlocutores y el señor general don pancracio de la vega y el ilmo y reverendísimo señor don pablo ortiz y santa cruz
  936. obispo in pártibus de malvaria
  937. si está presente el pomposísimo os dirá el general de la vega gran político el mecenas de todos los poetas veracruzanos mi maestro el ilmo señor obispo de malvaria gran teólogo amigo
  938. no hay que darle vueltas el melchor cano de villaverde mi querida ciudad natal es pobre
  939. una agricultura descuidada es para ella la única fuente de riqueza
  940. el pedregoso con su cauce hondísimo no basta para las necesidades de la tierra
  941. a la pobreza debemos atribuir la indiferencia de los caracteres y la tristeza de las almas
  942. en villaverde nada se desea y a nada se aspira todos están contentos con su suerte
  943. el porvenir es obscuro y anhelarle risueño sería una locura
  944. el alcalde perpetuo don basilio dice cuando de esto se trata que en esa falta de aspiraciones está la dicha de villaverde y la felicidad de sus gobernados
  945. el vive muy satisfecho
  946. con el producto de seis u ocho solares y de un rancho cafetero le basta y sobra para vestir a la señora alcaldesa
  947. y a su hijo un muchacho idiota hinchado de vanidad
  948. en villaverde se trabaja poco lo suficiente para comer no andar desnudo pasar el día y santas pascuas quien se excediese en el trabajo sería un tonto de capirote
  949. no por eso ganaría más
  950. así dejara el alma en la tarea no se guardaría en el bolsillo
  951. ni achocaría para el arcón media docena de duros
  952. en villaverde se gana poco y la vida es cara
  953. los méritos de un servidor de un empleado son mayores y más estimados cuando gana poco
  954. aquello parece una escuela de franciscana pobreza
  955. una hermandad de miseria voluntaria
  956. en villaverde nadie paga ni aunque le ahorquen más de lo que pagaron sus abuelos
  957. allá en los tiempos felices del estanco del tabaco
  958. época venturosa para mi querida ciudad
  959. lo mismo que para pluviosilla
  960. su vecina afortunada y próspera
  961. pero me diréis y esas haciendas
  962. esas fincas que como santa clara y mata espesa
  963. levantan prodigiosas cosechas santa clara
  964. mata espesa dijisteis pues queda dicho todo
  965. en ella cifran los de villaverde prosperidad y bienestar
  966. el pomposísimo cicerón en sus días de murria
  967. cuando no tenía un real
  968.  
  969. y renegaba de villaverde y no se le daba un ardite la susodicha empresa del glorioso blasón
  970. me decía de sus paisanos unos verónicos unos verónicos ni buenos ni malos para ellos
  971. ni pena ni gloria y añadía
  972. mesándose el copete ralo y encanecido está en la sangre en la sangre siete el aire de la tierra natal qué grato y qué fresco esa mañana el sol inundaba el valle y dibujaba en los muros de las vetustas casas la sombra ondulada de los aleros
  973. de las húmedas montañas bañadas la víspera por copiosa lluvia
  974. soplaba un vientecillo halagador y perfumado
  975. seguí hasta las afueras de la ciudad
  976. a fin de gozar siquiera fuese por breves horas
  977. del magnífico panorama que se extendía delante de mí variado lomerío
  978. dilatada llanura espesas arboledas que dan pintoresco fondo a la capilla de san antonio
  979. una iglesita que tiene aspecto de melindrosa vejezuela
  980. faldeando la colina va el camino de la sierra
  981. desde allí quebrado y pedregoso
  982. por ahí subían lentamente unos arrieros
  983. silbando una canción popular arreando a unos cuantos asnillos enclenques cargados de loza arribeña ollas y cazuelas vidriadas que centelleaban con el sol
  984. un ranchero jinete en parda mula venía por el llano y allá cerca de las vertientes del escobillar
  985. trazaban las yuntas surcos profundos en la tierra negra y vigorosa
  986. los galanes las seguían paso a paso
  987. guiando el arado muy enhiesta la crinada pica
  988. qué benéfico el aire de las montañas insufla en los pulmones vida nueva
  989. acelera la sangre y comunica a las almas dulcísima alegría
  990. cómo suspiré durante diez años en las soledades del colegio
  991. por aquellos sitios y por aquel espectáculo cómo
  992. mil y mil veces a la hora de la siesta
  993. desde el balconcillo del dormitorio
  994. ante la colina poblada de cactos
  995. cansada de las arideces del valle de méxico
  996. soñé despierto con la húmeda belleza de la tierra natal no puedo olvidar aquellos tristes días
  997. jueves y domingos salíamos de paseo
  998. a lo largo del fangoso río
  999. cuyas aguas parecían dormidas a la sombra de los sauces piramidales
  1000. allí cerca de una hacienda frente por frente de una aldea salinera
  1001. entre cuyos montículos estériles yergue una pobre palma
  1002. mísera desterrada de fecundo suelo
  1003. su empolvado penacho había un sitio que hasta en lo más crudo del invierno hacía gala de sus hierbajes verdes
  1004. era mi sitio predilecto
  1005. mientras la turba estudiantil iba y venía buscando nidos en los árboles
  1006. o vigilada por el padre rector
  1007. jugaba al salta cabrillas yo me tendía en la hierba
  1008. y dejaba que mi pensamiento volara más allá de la populosa ciudad
  1009. más allá del obscuro lago de texcoco
  1010. y volaba volaba tramontaba los volcanes y seguía a través de bosques y espesuras
  1011. en busca de regiones amadas
  1012. entonces el paisaje que yo tenía delante se iba borrando poco a poco el suelo pajizo la acequia fangosa la llanura inundada los chopos cenicientos del camino polvoso
  1013. siempre lleno de viandantes las hileras de sauces melancólicos la ciudad lejana
  1014. túrrida envuelta en pesados vapores la aldea salinera
  1015. situada como en un islote la remota cordillera de ajusco y los picachos de la cruz del marqués
  1016. bañados en la luz de brillante crepúsculo
  1017. surgían ante mis ojos valles y colinas
  1018. llanuras y dehesas bosques y heredades en donde la rica vegetación de las tierras cálidas desplegaba su frondosidad incomparable
  1019. el citlaltépetl corona espléndida de las serranías
  1020. aparecía bañado en rosada luz
  1021. como si le iluminaran los fuegos de la aurora
  1022. tornaba yo a la casa de mis padres
  1023. villaverde me convidaba a recorrer sus calles desiertas
  1024. y el acento tierno y conmovido de los míos resonaba en mis oídos regocijado y amante
  1025. de aquel ensueño me sacaba la voz del rector o el toque de ángelus en la cercana catedral
  1026. honda tristeza se apoderaba de mi espíritu
  1027. y lento retrasado perezoso volvía yo al colegio entregado a la subyugadora melancolía que despierta en los jóvenes el espectáculo siempre nuevo de la tarde moribunda
  1028. de la llegada de la noche
  1029. dulce nostalgia anhelo de algo sublime grato sentimiento de muerte
  1030. que alivia consuela y eleva las almas hacia la bóveda celeste
  1031. ya entenebrecida y salpicada de luceros
  1032. el sueño de aquellos días de largo destierro
  1033. la ilusión de aquellas tardes invernales
  1034. estaba yo en villaverde
  1035. adónde iría yo en busca de los amigos de mis primeros años acaso me recibirían indiferentes y fríos
  1036. regresé por donde había venido y al azar sin darme cuenta de lo que hacía
  1037. me interné en la ciudad
  1038. me detuve en el puente
  1039. el pedregoso el gárrulo pedregoso corría como siempre límpido y parlero como le seis tantas veces cuando era yo niño espumoso al tropezar con una roca cerúleo y adormecido en sus pozas umbrías
  1040. bajo el dosel de los álamos
  1041. queriendo arrastrar a su paso las espiras lánguidas de los convólvulos perennes
  1042. todas las gentes me miraban curiosas
  1043. como si quisieran reconocerme para llamarme por mi nombre
  1044. temerosas de un chasco no se atrevían a hablarme
  1045. y se daban por satisfechas con verme de pies a cabeza y examinar mi traje de cortesano
  1046. me pareció que unas a otras se preguntaban al verme quién es éste a qué vendrá pobre de mí que había soñado con un recibimiento caluroso todos me conocían
  1047. me vieron crecer y me tuteaban
  1048. me detuve en un tenducho y pregunté por don román lópez
  1049. el tendero salió a la puerta
  1050. y señalándome una casa me dijo allí
  1051. en aquella casa pintada de amarillo el ruido de los muchachos le dirá dónde allí está la escuela y si mi buen maestro
  1052. si el pomposísimo no me recibía cariñosamente eché calle arriba
  1053. y llamé a la puerta de la casa de estudios
  1054. así solía decir el dómine
  1055. no gustaba de que su establecimiento fuese equiparado ni con la escuela del cura ni con la escuela nacional
  1056. un chico abrió la puerta
  1057. un muchacho jetudo de cabello erizado y ojos lacrimonos
  1058. alguna tempestad producida por un concertado gallego o por alguna oración de infinitivo revesada y de tres bemoles
  1059. el granuja sonrió al mirarme viendo en mí el iris de la suspirada bonanza
  1060. pase usté me dijo
  1061. pase usté y me colé por la puertecilla del cancel
  1062. ruido de la chiquillería que se ponía en pie
  1063. movimiento de sorpresa en el dómine
  1064. silencio exclamó levantándose y subiéndose a la frente las antiparras
  1065. y dirigiéndose a mí adelante caballero dejó el libro en la mesa
  1066. un horacio antiquísimo y vino paso a paso a recibirme
  1067. ocho atravesó el dómine por entre la doble hilera de bancos
  1068. diciendo a los chicos que tomaran asiento
  1069. los muchachos le obedecieron cuchicheando
  1070. don román vestía su eterno traje
  1071. su traje típico pantalones anchos larga levita negra
  1072. verduzca y mugrienta chaleco blanco
  1073. pringado de rapé en las solapas el cuello de la camisa altísimo
  1074. arrugado sin almidón ancho y apretado corbatín
  1075. así le conocí cuando era yo niño
  1076. cuando mis buenas tías me confiaron a la férula resonante de aquel buen anciano
  1077. maestro de dos o tres generaciones de villaverdinos
  1078. esto de la férula no es figura retórica el pomposísimo la tenía
  1079. verdugo diligente e implacable dispuesto a vengar en las manos infantiles el menor desmán
  1080.  
  1081. don román no se andaba con chicas
  1082. ni tenía piedad quien la hacía la pagaba
  1083. así fuera el hijo del alcalde
  1084. don román se detuvo a dos pasos de mí
  1085. me vió atentamente y componiéndose los anteojos me preguntó en tono de notario aburrido
  1086. qué mandaba usted no tardó en reconocerme
  1087. y abriendo los brazos exclamó rodolfo rodolfo tú por aquí ya sabía yo que de un día a otro llegarías
  1088. bendito sea dios y qué crecido estás alabado sea el señor que me concede verte hecho un varoncito
  1089. un lechuguino de lo más guapo y
  1090. ante todo ya lo sé ya lo sé como siempre estoy preguntando por tí
  1091. ya sé que has salido muy aprovechado
  1092. no como estos asnillos que para nada sirven
  1093. ni uno solo de estos bribones sacará buey de barranco
  1094. el pobre anciano loco de alegría se complacía en mirarme y me abrazaba y pasaba por mis mejillas sus manos larguiluchas y exangües
  1095. pasa muchacho vamos a la sala
  1096. tengo muchas ganas de platicar contigo
  1097. y tus tías como siempre no es eso las pobrecillas siempre afligidas y achacosas
  1098. a toda hora pensando en el sobrinito
  1099. pero qué tengo que decirte cuando eres tan bueno y tan noblote pasa
  1100. muchachito pasa decía esto acariciándose e impulsándome hacia adelante
  1101. entre la doble hilera de bancas
  1102. los chicos abrían tamaños ojos para verme
  1103. como sorprendidos de la rara dulzura de su maestro
  1104. cerca de la mesa se detuvo don román
  1105. volvióse hacia la chiquillería y prorrumpió solemnemente en tono de sermón este
  1106. éste que ven ustedes es uno de mis discípulos más queridos
  1107. muchas veces muchas os he hablado de él
  1108. este sí que no me daba
  1109. como ustedes tantos disgustos éste sí que no hacía concordancias gallegas
  1110. y se sabía al dedillo los pretéritos
  1111. y entendía como un maestro al dulce virgilio al conciso tácito y al asiático y pomposísimo cicerón
  1112. ya me lo esperaba yo
  1113. milagro que no acabó el discurso con algún exámetro oportuno
  1114. los chicos al oir el consabido epíteto
  1115. sonrieron maliciosamente señal de que el apodo puesto al maestro por nosotros diez años antes
  1116. los bribonzuelos reían y se miraban unos a otros con caritas de diablillos regocijados
  1117. vamos prosiguió os doy la mañana
  1118. a fin de que celebréis la llegada de mi discípulo muy amado
  1119. pero oídme nadie se irá hasta que suenen las doce
  1120. el mejor día volverá este joven
  1121. y os examinará y ya veremos ya veremos cuáles son vuestros adelantos en la hermosa lengua latina
  1122. don román levantó la cabeza y agregó tú
  1123. mientras el niño acudía al llamado de su maestro eché una ojeada por el salón
  1124. en nada había variado
  1125. los mismos muebles los mismos objetos las papeleras manchadas de tinta
  1126. con letreros en las tapas
  1127. grabados a punta de cortaplumas el pizarrón
  1128. el mismo pizarrón de otro tiempo
  1129. en su caballete verde la mesa del dómine ocupada por los mismos libros
  1130. allí estaba la campanilla con el mango roto y el tintero circundado de plumas de ave
  1131. don román no usaba de otras
  1132. y al lado la palmeta de zapotillo
  1133. en las paredes ennegrecidas y desconchadas dos o tres mapas amarillentos arriba del sillón magistral
  1134. muy pulido y resobado la virgen de guadalupe la patrona de la escuela delante de la imagen una lamparita
  1135. un vaso azul lleno de aceite obscuro
  1136. en el cual sobrenadaba una mariposilla moribunda
  1137. no bien entramos en la salita se oyó el vocerío de la turba escolar
  1138. ruidos carcajadas estrépito de libros cerrados de golpe
  1139. las mil y mil voces
  1140. francas y alegres de la dichosa libertad infantil
  1141. el anciano retrocedió colérico
  1142. abrió la puerta por ella se precipitó desbordado
  1143. recordándome felices años un torrente de ingenuas carcajadas
  1144. don román severo e irascible dictó nuevas órdenes amenazó con duros castigos y luego haciendo un gesto de dolor
  1145. pronto borrado por una expresión resignada de tristeza
  1146. qué gusto me da verte cuando te fuiste creí que no me volverías a ver
  1147. estoy ya muy viejo
  1148. no me ves en febrero cumpliré los setenta y dos
  1149. los achaques me tienen triste y desmazalado
  1150. tú consideras todo esto no es verdad viejo enfermo solo y pobre no te parece cosa triste
  1151. cosa que parte el alma
  1152. esta situación mía después de haber trabajado tanto todos ustedes se van logrando
  1153. tengo discípulos en toda clase de oficios y profesiones
  1154. unos en altos puestos de la política
  1155. los que fueron más desaplicados
  1156. muchos no pasaron del quis vel quid otros en la iglesia
  1157. dos me han dado ya la comunión otros
  1158. médicos y buenos médicos otros abogados otros
  1159. como tú en camino de ser gente de provecho a decir verdad
  1160. nunca valí gran cosa ni por la conducta ni por la aplicación de seguro que pocos estudiantes dieron más guerra que yo al pomposísimo maestro
  1161. pero tal era de bondadoso el señor don román
  1162. cuando estaban en sus bancos todos eran flojos incapaces asnillos luego con excepción de aquellos por extremo perdularios
  1163. pero es lo cierto que don román me quiso siempre como a un hijo que me trató con suma benevolencia que pocas veces sintieron mis manos los golpes de su férula
  1164. y que el buen anciano
  1165. no obstante su pobreza me dio lecciones durante dos años
  1166. sin exigir de mis tías extipendio alguno
  1167. me apenó ver a mi maestro tan triste y abatido
  1168. cuando estaba tan cerca del sepulcro
  1169. hubiera yo deseado ser rico riquísimo para ampararle contra la miseria
  1170. darle cuanto quisiera y comprar para él si tal cosa fuese posible
  1171. te he dicho que estoy pobre pues estoy más pobre de lo que tú puedas imaginártelo
  1172. ya viste cuántos sólo faltaron dos unos bribones que se van a salar todos los días unos pícaros que no tienen remedio
  1173. qué hemos de hacer hijo mío
  1174. nadie quiere que sus hijos aprendan el latín
  1175. tú dirás el latín que es la llave de las ciencias ni latín
  1176. ni otras cosas todo lo que puedo enseñar
  1177. todo lo que sé cuanto aprendiste aquí dicen que estoy atrasado que mi manera de enseñar es anacrónica
  1178. has oido anacrónica eso lo dicen los pedantes de hoy en día y todo porque mascullan el francés
  1179. eso dicen los que aquí aprendieron todo lo que saben
  1180. y que ahora no quieren confesar que me lo deben todo
  1181. dicen que ya no sirvo para nada
  1182. para nada pues a que no se ponen delante de mi
  1183. y abren el tácito o el terencio y traducen el pasaje que yo les señale pero eso sí
  1184. sin que se ayuden de versiones francesas
  1185. oye lo que más me duele
  1186. lo que me llega a lo más vivo
  1187. lo que me desgarra el corazón
  1188. lo que siento aquí como la hoja de un puñal
  1189. el pobre anciano quería llorar el rostro se le contraía dolorosamente
  1190. su voz se iba poniendo trémula
  1191. en sus ojos asomaba una lágrima
  1192. hizo un esfuerzo y acabó qué estoy chocho me partía el corazón al ver al pobre anciano
  1193. lloraba como un chiquillo
  1194. deseoso de alivio y de consuelo vejado por la maldad y la ingratitud
  1195. abría su alma sencilla y llena de dolores
  1196. a un pobre muchacho que años antes fué su discípulo y del cual esperaba frases compasivas
  1197. y como dicen que estoy chocho
  1198. y como andan repitiendo eso por todas partes
  1199. me faltan discípulos y faltándome discípulos me falta trabajo y sin trabajo
  1200. no hay remedio me moriré de hambre
  1201. y me enterrarán de limosna
  1202. diez o doce discípulos que pagan poco y es cuánto unas leccioncitas y nada más don román
  1203. respondí no hay que abatirse
  1204. nada es eterno los tiempos varían
  1205. sí hijo mío variarán los tiempos quién lo duda pero no para mí no me queda más que prepararme para morir cristianamente
  1206. pobrezas miserias hambres contumelias todo lo sufro con paciencia
  1207. lo que me apena y me amarga
  1208. lo que me contrista y conturba es la ingratitud
  1209. en cambio tiene usted la gratitud y el amor de muchos
  1210. abatirme eso no replicó en un arranque de energía
  1211. eso no nadie me verá rendido
  1212. por eso no me quieren
  1213. siempre que se ofrece les ajusto las cuentas a esos ingratos
  1214. que lo diga agustín ese macuache que aprendió aquí aquí todo lo que sabe y que ahora está de director
  1215. yo no sé lo que podrá dirigir de director de la escuela nacional
  1216. el otro día aquí sonrió satisfecho el buen anciano
  1217. el otro día publicó en la voz de villaverde
  1218. el periódico ese que sacaron cuando las elecciones del jefe político
  1219. un papasal dándosela de espíritu fuerte de libre pensador y yo el dómine habló quedito como temeroso de que le oyesen qué hice tomé la pluma
  1220. y burla burlando le puse de oro y azul
  1221. mandé a el montañés tres comunicados de chupa y daca
  1222. pero no escarmienta y sigue disparatando a su gusto en esa voz de villaverde que no es voz ni cosa que lo valga
  1223. sino un papelucho asqueroso indigno de una ciudad que
  1224. como la muestra es patria de tantos hombros ilustres
  1225. como el general de la vega
  1226. y mi respetable y siempre respetado maestro el ilustrísimo señor quinientos
  1227. pablo ortiz y santa cruz obispo in pártibus de malvaria el mejor día
  1228. luego que me deje el reuma
  1229. le largo un artículo morrocotudo
  1230. en latín en latín crespo y ciceroniano
  1231. y entonces ya veremos ya veremos si es capaz de entender una palabra
  1232. una sola y el otro otro que bien baila ocaña
  1233. jacinto ocaña el que vino de pluviosilla tan sabio como un guardacantón
  1234. y que ahora regenta la escuela del cura este no habla mal de mí en los mentideros
  1235. ni me insulta en los periódicas
  1236. ni se burla de mis canas en la botica de meconio
  1237. no pero un día en el puerto de vigo
  1238. en la tienda de mi compadre don venancio
  1239. cuando ya se acercaban los exámenes
  1240. dijo que no quería que yo fuese de sinodal a su escuela porque mi método es anacrónico
  1241. de dónde habrá sacado la palabreja así dijo
  1242. y eso que yo le hice el discurso que pronunció el dieciséis de septiembre
  1243. yo no fuí a los exámenes
  1244. el señor cura que es persona excelentísima me invitó pero mamola no fuí
  1245. qué había de ir este pobre viejo ocaña vino después a darme satisfacciones
  1246. y con mil hipocresías me negó lo dicho
  1247. embustero si yo lo supe todo por boca de santiaguito
  1248. el hijo de mi compadre don venancio
  1249. el chiquillo me contó la cosa del pe al pa
  1250. pero hijo mío no hablemos más de eso
  1251. estoy muy contento me da gusto verte tan grande dime has aprendido bien vas a seguir los estudios síguelos
  1252. vendrás y veremos si puedes traducir una cosita que tengo guardada por ahí una oda sálica al pedregoso
  1253. te gustará estoy cierto de que te ha de gustar dieron las doce en la torre de la parroquia
  1254. y en las demás iglesias de villaverde
  1255. las campanas de la ciudad natal grave y solemne la de la parroquia gritonas y disonantes las del cristo destemplada la de san antonio
  1256. muy compasada y majestuosa la del convento franciscano
  1257. otra vez la bulla el vocerío el cerrar de libros y el estrépito de gavetas
  1258. voy a ver a esos diablejos dijo contrariado el anciano
  1259. me aguardas o te vas mira ven una noche de noche estoy aquí
  1260. de noche no tengo que lidiar con el rebaño ven y oirás la odita
  1261. pero antes dame un abrazo vaya
  1262. muchacho si eres ya un hombre quinientos uno a tus tías que por allá iré
  1263. nueve a la salida me detuvo en la esquina unos cuantos minutos
  1264. iba delante de mí un grupo de chiquillos que venían de la escuela nacional
  1265. alegres parlanchines con sus bolsas de brin en bandolera
  1266. muy cuidadosos de sus tinteros
  1267. unas botellitas tapadas con un corcho y pendientes de un hilo que los granujas se enredaban en el índice de la mano derecha
  1268. casi a mi lado avanzaban paso a paso algunos discípulos de don román
  1269. con el nebrija bajo el brazo
  1270. serios graves orgullosos muy pagados de su ciencia
  1271. como personas de altísimos saberes
  1272. mientras los escolares se detenían en la esquina para emprender en la parte más llana de la acera un partido de canicas o de burras
  1273. los latinistas del pomposísimo cicerón siguieron de largo
  1274. volviéndose para mirarme con cierta curiosidad entre burlona e impertinente
  1275. al fin de la calle delante de una tienda una carreta tirada por una yunta aguardaba la salida de los gañanes
  1276. estaba cargada de barriles de aguardiente y pilones de azúcar blanquísima
  1277. el buey de la izquierda un hermoso buey sardo permanecía inmóvil el otro
  1278. blanco manchado de negro se azotaba el lomo con la cola para espantar las moscas que le hostigaban
  1279. en la parte posterior de la carreta
  1280. a mi paso en todas las calles en ventanas y puertas veía yo rostros que no eran nuevos para mí
  1281. al contemplarlos yo como que se reproducían vagamente
  1282. allá en los rincones más escondidos de mi memoria
  1283. hombres y mujeres me miraban con insistencia y examinaban atentamente mi traje
  1284. sorprendidos del corte de mi ropa
  1285. del pantalón ceñido entonces al uso de la americana cortita de mi corbata roja que los villaverdinos decían de chinacos de mi sombrero abombado
  1286. blanco salpicado de puntitos negros como si me le hubieran asperjado de tinta
  1287. antaño los villaverdinos tenían en el extranjero que llegaba a su pintoresca ciudad motivo de burla y diversión
  1288. principiaban por reirse del color de sus vestidos y de su manera de llevar el cabello
  1289. cuchicheaban de él en sus bigotes
  1290. le cortaban un sayo y luego acababan por imitar lo que censuraban
  1291. y de la peor manera
  1292. hace mucho tiempo que no pongo los pies en villaverde
  1293. y entiendo que mis paisanos son ya más cultos
  1294. pues de allá me escriben
  1295. y me dicen que ya no son así que ya no gustan de presentarse mal vestidos que adoptan las modas acertadamente
  1296. y que en las sastrerías villaverdinas se reciben figurines nuevos cada tres meses
  1297. pero entonces cuando acaecieron los sucesos que voy a referir
  1298. los más guapos usaban zapatones de gamuza el traje de charro
  1299. mal hecho y peor elegido
  1300. era el usual y por eso los jinetes y cócoras de la vecina pluviosilla
  1301. donde siempre hubo aun entre los obreros y gente del campo
  1302. charros muy galanos llamaban a los petimetres de villaverde los charritos de barro
  1303. en la plaza de la blasonada ciudad nada había variado la parroquia estaba intacta
  1304. igual como la dejé diez años antes
  1305. con su graciosa cúpula de azulejos
  1306. su torre arruinada abriéndose al peso de sus campanas ponderosas
  1307. como decía don román la yerba crecida en el cementerio el frontis del templo
  1308. festonado con espontáneos helechos que a lo largo de las cornisas lucían sus palmas séricas
  1309. y coronaban con gallardos plumajes el susodicho blasón que los villaverdinos ponen en todas partes
  1310. arrimado a la torre en su rollo grietado y leproso
  1311. el cascado reloj virreinal con su esfera de mármol y sus agujas doradas
  1312. invisibles para quien las viese de lejos
  1313. porque las ocultaba el ramaje de soberbios ahuehuetes
  1314. a cuya sombra se refugiaban los lechuguinos que cada domingo
  1315. después de la misa de doce
  1316. se instalan allí para ver a las muchachas que salen de misa muy emperifolladas y de ataque
  1317. en el cuadrante un clérigo melancólico
  1318. pensativo fumando como un árabe delante de su tienda en el corredor baja de las casas municipales un policía haraposo
  1319. con el fusil al hombro
  1320. paseándose y allá por la calle real
  1321. centro del miserable comercio villaverdino
  1322. una recua un pordiosero y el doctor sarmiento muy de prisa echado el sombrero hacia la nuca figura invariable
  1323. tipo eterno del médico de las poblaciones cortas
  1324. la plaza mejor dicho el centro de ella
  1325. jardín en otro tiempo gracias a los empeños de un prefecto santanista
  1326. se conservaba como yo la dejé
  1327. en medio la fuente secular ancho pilón de ocho lados con surtidor de granito
  1328. en forma de alcachofa del cual salía poderosamente grueso chorro de agua cristalina
  1329. que cuando el viento huracanado de invierno le hacía pedazos inundaba las baldosas del contorno
  1330. la barda de cal y canto estaba ruinosa y desconchada los bancos derruidos y desportillados y los naranjos que circundaban la fuente
  1331. en un arriate el único que parecía tal
  1332. algunas plantas frondosas y lucientes
  1333. atrajo mi atención al costado del templo
  1334. un edificio nuevo una casa magnífica de brillante aspecto magnífica para villaverde y para aquella plaza donde todo es mezquino y vulgar
  1335. linda casa de airoso alero de anchas y rasgadas ventanas
  1336. con rejas de hierro vidrieras elegantes y umbrales de mármol
  1337. las ventanas del salón estaban abiertas
  1338. el ajuar lujoso los cortinajes los muros empapelados los espejos los grandes cuadros con grabados finísimos que representaban escenas bíblicas el casamiento de isaac
  1339. ruth y booz rebeca en el pozo todo todo indicaba la riqueza de quienes allí vivían
  1340. sonaba brillantemente el soberbio piano
  1341. manos habilísimas tocaban en él una redoma muy aplaudida
  1342. la caída de las hojas
  1343. música soñadora y lánguida que delataba un ejecutante melancólico
  1344. me detuve cerca de una reja
  1345. entonces pude columbrar el interior gracioso jardín
  1346. amplios y frescos corredores pretiles llenos de macetas con rosales
  1347. camelias y azaleas jaulas y jaulitas una pajarera llena de canarios que cantaban regocijados
  1348. era una joven rubia ataviada con modesto traje blanco
  1349. uno de esos vestidos de muselina de hilo
  1350. frescos ligeros vaporosos que tanto sientan a las muchachas núbiles trajes que llevan con singular donaire las pollitas de villaverde y de pluviosilla
  1351. qué gallarda caía en torno del taburete la ondulante cola de aquella falda concluída la redowa
  1352. la hermosa señorita siguió jugando en el teclado
  1353. primero escalas rapidísimas cuyas notas se desgranaban como las cuentas de un collar luego pasajes favoritos
  1354. de pronto cuando menos lo esperaba yo
  1355. dejó su asiento la tocadora
  1356. cerró el piano y corrió a la ventana
  1357. linda hechicera criatura pero ay no pude contemplarla
  1358. me parecía que oía yo detrás de mí el ruido de la ondulante falda de muselina
  1359. no tuve valor para volver el rostro
  1360. por qué en aquel momento pensé en matilde
  1361. la dulce niña de mi primer amor ay por qué creí ver delante de mí un rostro apenado
  1362. lloroso y dolorido el rostro de angelina minutos después
  1363. al entrar en mi casa
  1364. salió a mi encuentro la gentil doncella
  1365. estaba radiante de alegría
  1366. y bajó los ojos
  1367. diez andrés vino a visitarme
  1368. le invité a dar un paseo por las orillas del río
  1369. y entonces me declaró que mis tías estaban en la miseria
  1370. para sostenerme en el colegio sin que nada me faltara
  1371. habían hecho toda clase de sacrificios
  1372. redujeron sus gastos a lo menos posible
  1373. y trabajaban del día a la noche
  1374. en cierta época torcieron cigarrillos para el puerto de vigo
  1375. pero el mejor día enfermó tía carmen
  1376. una enfermedad muy común en villaverde a la entrada del verano
  1377. la postró en el lecho
  1378. pasó la disentería pero la pobre anciana quedó achacosa
  1379. aunque aparentemente sana estaba herida de incurable enfermedad
  1380. al principio se presentó un síntoma que no acertaron a explicarse las buenas señoras algo decía la enferma como hormigueo en la columna medular algo que descendía
  1381. en ocasiones vértigos que duraban un instante y que dejaban a la paciente cansada y sin fuerzas
  1382. así durante algunos meses
  1383. después no volvieron hormigueos ni vértigos
  1384. pero sobrevinieron convulsiones muy fuertes en el brazo izquierdo
  1385. vino el doctor sarmiento recetó pomadas y bebidas tónicas prescribió alimentos sanos y nutritivos
  1386. ejercicio moderado por la mañana y por la tarde
  1387. y durante las horas intermedias sosiego y reposo
  1388. la anciana no quería estar mano sobre mano pero tuvo que obedecer las órdenes del médico en vista de los progresos de la enfermedad
  1389. desde entonces pesó sobre la tía pepa todo el trabajo
  1390. el cual como es de suponerse no bastó a las necesidades de aquella casa
  1391. ni para sostener al sobrino
  1392. para sostenerme en el colegio
  1393. tía pepa dijo que se venga que no siga estudiando aquí le buscaremos un empleo
  1394. cualquier destino en que se gane alguna cosa
  1395. pero la enferma se opuso a ello que acabe el año
  1396. replicó dios dirá acaso para entonces nos paguen la pensión
  1397. y así pasó un año y buena parte de otro
  1398. nunca me faltó nada nunca dejé de recibir
  1399. con toda puntualidad el dinero que desde un principio me señalaron para atender a mis gastos
  1400. sólo una vez por mayo o junio no recibí el dinero en los primeros días del mes
  1401. escribí y vino orden para que un villaverdino ricacho
  1402. de años atrás establecido en la capital
  1403. por andrés vine en conocimiento de que entonces vendieron la casita
  1404. la hermosa casita en que nací
  1405. nunca fuimos ricos teníamos lo necesario para pasar la vida pero todo se fué acabando poco a poco aquello era lo último que nos quedaba
  1406. en verdad que la tal casita no valía gran cosa sin embargo
  1407. no había en villaverde otra mejor
  1408. tenía agua corriente y un gran patio que mis tías habían convertido en hermoso jardín
  1409. donde se producían hermosas flores y magníficas frutas naranjas de china
  1410. como almíbar de dulces aguacates
  1411. muy afamados en villaverde chinenes
  1412. blancos como la leche y sin una hebra jinicuiles riquísimos
  1413. estas las daban unos árboles plantados por el abuelito
  1414. quien trajo la simiente de las antillas
  1415. vinieron las escaseces la pobreza y la miseria
  1416. la enferma iba de mal en peor
  1417. las convulsiones eran diarias y duraban dos o tres horas
  1418. el brazo izquierdo no le servía para nada las piernas fueron debilitándose
  1419. y la buena señora no pudo caminar sin el auxilio de ajena mano
  1420. a las amarguras de la pobreza se juntaron en mi pobre tía otras mayores las que le causaba ver que su hermana trabajaba del día a la noche
  1421. sin que ella la pudiese ayudar
  1422. tía pepa hacía flores cosía y daba lecciones de lectura y de catecismo a una veintena de niños
  1423. no pudieron conseguir que la pensión fuese pagada
  1424. el gobierno no estaba en condiciones de hacer esos gastos
  1425. decían pero yo he creído siempre que para quienes entonces estaban en privanza no fueron nunca simpáticas las ideas de mi abuelo
  1426. qué entendían ellos de pelear en defensa de la patria
  1427. en tampico en veracruz y en churubusco qué les importaba a ellos que se murieran de hambre unas pobres viejas andrés acudió en auxilio de mis tías hizo por ellas y por mí cuanto pudo pero el fiel servidor no tenía mucho un tendejón insignificante
  1428. mis tías conservaron siempre en su pobreza su amada dignidad
  1429. nunca pidieron ni un real a sus amigos
  1430. y eso que los tenían muy ricos y dispuestos a socorrerlas y prefirieron imponerse las más duras privaciones
  1431. antes que molestar a nadie
  1432. se privaron de cuanto les pareció superfluo
  1433. y nada superfluo había en aquella casa
  1434. y hasta de lo más necesario
  1435. me duele el corazón cuando lo recuerdo se me humedecen los ojos al apuntarlo aquí mi tía carmen se negó a medicinarse para que no me faltase nada
  1436. con el dinero de la casita hubo para algunos meses
  1437. saldaron un gran adeudo de contribuciones
  1438. me proveyeron de ropa y me adelantaron el importe de mis gastos dos o tres meses
  1439. entonces vino angelina a nuestra casa
  1440. la infeliz había quedado huérfana
  1441. el sacerdote que la tomó bajo su protección la puso allí
  1442. al verse obligado a desempeñar la cura de almas en un pueblo de la sierra
  1443. que a la sazón estaba infestada de guerrilleros y bandidos
  1444. algún amigo de la familia habló de mis tías al párroco
  1445. y angelina se quedó con ellas
  1446. el sacerdote les pagaba una corta pensión
  1447. el cura era pobre y no podía derrochar el dinero así como quiera
  1448. sin embargo sobradas pruebas dio de generosidad
  1449. era preciso renunciar a todo prescindir de estudiar no pensar en ser médico o abogado
  1450. y perder la risueña esperanza de suceder al doctor sarmiento o de heredar la clientela del señor lic
  1451. castro pérez el más ilustre jurisconsulto de villaverde
  1452. no había más que ponerse a trabajar
  1453. en qué y cómo sólo dios lo sabía
  1454. andrés se encargó de allanar el camino
  1455. el desinteresado servidor me propuso que volviera yo a la capital para continuar los estudios
  1456. sacrificaré me repitió hasta el último medio eso no era posible
  1457. convinimos en que hablaría con algunas personas de las más ricas de villaverde
  1458. particularmente al señor castro pérez
  1459. para que me proporcionaran empleo
  1460. el caso era trabajar
  1461. seria yo capaz de aliviar de alguna manera la precaria situación de mi familia me sería dable corresponder a los sacrificios de aquellas cariñosas ancianas que por verme dichoso habrían dado su vida confieso que en aquellos momentos me faltó el valor
  1462. qué haría el inexperto escolar apenas salido del colegio convertido en jefe de familia respondía de su diligencia
  1463. de su abnegación pero no fiaba en sus aptitudes
  1464. le alentaba saber que en villaverde todos le conocían que allí
  1465. de tiempo atrás todos los suyos merecieron consideraciones de los más conspicuos villaverdinos
  1466. le alentaba esto pero al mismo tiempo miraba en ello cierta dolorosa humillación valor ayúdate que dios te ayudará
  1467. once dejóme triste y abatido la conversación de andrés
  1468. la generosidad de aquel servidor fiel en todo tiempo a sus amos
  1469. andrés no tenía familia no conoció a sus padres le dejaron huérfano en muy temprana edad
  1470. y pasó la infancia en el campo
  1471. desempeñando rudísimas labores al servicio de gentes que lo trataban mal
  1472. solía recordar las amarguras de esa época
  1473. y contaba minuciosamente sus trabajos y sus penas pero nunca le oímos quejarse de la aspereza de sus primeros amos
  1474. ni jamás se le escapó una palabra en contra de ellos
  1475. mi padre le sacó del rancho donde vivía
  1476. le tomó a su servicio
  1477. y el mancebo fué bien pronto digno del cariño de todos nosotros
  1478. para qué no me hace falta la familia
  1479. ustedes son mi familia ustedes son todo para mí cuando la familia vino a menos
  1480. y mis tías no pudieron ya retribuir sus servicios
  1481. andrés más por ser útil a nosotros que por deseos de medro
  1482. nos dejó y fué a establecerse en un pueblo cercano
  1483. con sus ahorros ya muy mermados por haber subvenido secretamente a las necesidades de la familia
  1484. puso una tienda y allí a fuerza de trabajo y de economías hizo un piquillo
  1485. que como decía le bastaba para vivir y auxiliar a las señoritas
  1486. cayó enferma mi tía carmen y andrés se dijo a villaverde no debo vivir lejos de la familia
  1487. ahora más que nunca necesitan de mí
  1488. de qué sirve ir a verlas de cuando en cuando traspasó
  1489. malbarató el changarro lió el petate y se vino a villaverde
  1490. en pluviosilla hubiera estado mejor y habría medrado fácilmente
  1491. pero como su objeto era vivir cerca de mis tías no vaciló en trasladarse a la budística ciudad
  1492. mientras residió en santa rosa venía cada ocho días
  1493. entre ocho y nueve de la mañana
  1494. allí estaba andrés en su caballejo
  1495. al irse domingo por la tarde o lunes muy tempranito
  1496. no dejaba de poner en el comedor cuatro o cinco duros acaso buena parte de sus ganancias
  1497. de tiempo en tiempo recibía yo en el colegio algún regalo suyo magníficas frutas
  1498. algunas veces dinero después que pasaba la cosecha del tabaco y del café
  1499. al recibir los diez o doce pesos me decía andrés está en fondos y me alegraba yo por él y por mis tías
  1500. cierta ocasión recibí una cajita de puros
  1501. me la entregó ricardo tejeda
  1502. dentro de la carta de la tía pepa venía una tira de papel
  1503. en la cual escribió andrés
  1504. con aquella su letra torpe y desgarbada para que chupes
  1505. ya eres grandecito y ya te gustarán los buenos puros
  1506. decía mi amo que un puro bien revoleado disimula la arranquera
  1507. entonces no me gustaba el tabaco
  1508. ricardo se fumó todos los puros
  1509. el domingo se me presentaba hecho un figurín rodolfo dame uno de aquellos de nuestra tierra el dio cuenta de los tabacos él
  1510. que no tenía necesidad de disimular la arranquera
  1511. el fiel servidor establecido en villaverde allá por el barrio de san antonio
  1512. en una tienda que se llamaba la legalidad
  1513. fué como siempre una providencia para las tías
  1514. desde luego resolvió que ellas le asistieran
  1515. y por ello pagaba más de lo justo
  1516. que nada falte repetía veremos hasta dónde alcanza la pita nada de esto me dijo lo supe más tarde de boca de la tía pepa
  1517. el buen viejo se limitó a ofrecerme lo que acaso no le era dable hacer gastarse cuanto tenía
  1518. ni la salud de andrés ni su piquillo resistirían cuatro años de gastos
  1519. y cuatro años cuando menos me serían necesarios para que tuviera yo un título y pudiera tratar de compañero al doctor sarmiento o al lic
  1520. hube de conformarme con lo que la suerte me deparaba
  1521. me resigné a dejar los libros y a renunciar a las alegrías de la vida estudiantil
  1522. para buscar en villaverde lo que tal vez no faltaría un destinejo que me proporcionara cada mes algunos duros
  1523. confiaba yo en la bondad de mis paisanos
  1524. en la benevolencia de nuestros amigos
  1525. para quienes no era un misterio la situación precaria de mis tías
  1526. me lisonjeaba la idea de que iban a cesar en aquella casa dificultades y miserias
  1527. tal vez en lo futuro gozaríamos de vida más tranquila y
  1528. a decir verdad me halagaba ser el jefe de la casa
  1529. con más dinero la enferma sería mejor atendida
  1530. la veríamos aliviada y acaso recobraría la salud
  1531. a nadie comuniqué mis proyectos
  1532. procuré no sin esfuerzo que me vieran alegre y contento
  1533. estaba yo apenado y triste
  1534. no me creía yo extraño en aquella casa
  1535. ni me sentía degradado al recibir de las pobres ancianas cuanto me era necesario no porque el afecto filial con que las veía
  1536. y el cariño maternal con que siempre me trataron
  1537. alejaban de mi ánimo toda idea mezquina y todo pensamiento humillante
  1538. durante varios días estuve abatido
  1539. por la noche a buena horita me encerraba yo en mi cuarto
  1540. metíame en la cama y me ponía a leer
  1541. leía yo páginas y páginas sin parar mientes en los conceptos
  1542. en un vetusto armario me hallé varios libros una historia de napoleón no recuerdo qué obra clásica de arte militar
  1543. y oh dicha dos o tres volúmenes de walter scott
  1544. en pocas noches le dí fin
  1545. al acabar la última página advertí que aquella lectura había sido inútil
  1546. mi cabeza no estaba para novelas
  1547. temprano antes de que se despertaran mis tías
  1548. allí me lavaba yo en una gran jofaina que desde la víspera ponían para mí en el borde de la fuente
  1549. entre los tiestos floridos bajo la copa aparasolada de un floripondio cuyas campanas de raso se columpiaban al soplo vivífico de los vientos matinales
  1550. mientras en jaulas y ramajes cantaban los pajarillos la incomparable alborada otoñal
  1551. el agua retozaba en el surtidor y caía desbordante en el pilón
  1552. en la superficie del cristalino líquido bogaban pétalos y flores caídos durante la noche
  1553. se me antojaban esquifes gondolillas maravillosas en que bogaban seres invisibles
  1554. volvía yo a mi cuarto
  1555. a poco principiaba angelina su matinal faena
  1556. pronto resonaba en el corredor el ruido de su escoba
  1557. en los labios de la joven susurraba alegre cancioncilla que parecía un eco suave
  1558. apenas perceptible de la que cantaban los alados músicos en su prisión de cañas y en la copa de los naranjos ornados ya con amarillas pomas
  1559. al salir me detenía a conversar con la doncella
  1560. tratábala yo como a una hermana predilecta
  1561. y procuraba inspirarle confianza pero ella se mostraba siempre
  1562. sin embargo no tardé en comprender que aquel airecillo gazmoño que tanto me chocó en angelina el primer día
  1563. no era más que timidez de bondad
  1564. muy en harmonía con su carácter y su belleza
  1565. muy natural en quien había tenido tanto que llorar
  1566. la plática iniciada con una frase lisonjera en elogio de su diligencia
  1567. se iba enredando poco a poco
  1568. sin saber cómo y más de una vez la tía pepilla vino a interrumpir nuestra charla
  1569. dulces instantes aquellos angelina de pie cerca del pretil
  1570. envuelta en el rebozo caídos los brazos con placentera indolencia
  1571. entre las manos la escoba perezosa
  1572. yo a horcajadas en una silla
  1573. o puesto un pie en el travesaño
  1574. ella escuchándome cariñosa yo bañado en la luz de sus rasgados ojos
  1575. a las veces si algún ruido nos anunciaba que tía pepa venía
  1576. sin motivo sin saber por qué nos despedíamos de prisa y salía yo con rumbo a los barrios más distantes
  1577. volvía yo a la hora del desayuno
  1578. ya la casa estaba lista barrido el corredor
  1579. la doncella solía sentarse a mi lado
  1580. me atendía y me servía como una hermana cariñosa al chicuelo preferido
  1581. dispuesta a satisfacer todos mis deseos y caprichos
  1582. mi tía parecía complacerse en aquella dulce y sencilla fraternidad
  1583. cualquiera que nos viese juntos a los tres
  1584. habría creído que éramos dos hermanos
  1585. y que la anciana era nuestra madre
  1586. el desayuno duraba frecuentemente una hora
  1587. tía pepa charlaba a su sabor
  1588. yo y angelina no sentíamos correr el tiempo
  1589. la anciana se levantaba para ir a sus quehaceres
  1590. y al pasar detrás de nosotros se detenía y nos acariciaba a mí
  1591. estrechando mi frente entre sus manos a ella
  1592. dándole una palmadita en cada mejilla
  1593. un campanillazo solía poner término a nuestra conversación
  1594. era que tía carmen llamaba
  1595. dónde está mi angelina qué hace mi angelina que no viene doce entonces iba yo a saludar a la enferma
  1596. la pobrecilla pasaba muy malas noches
  1597. padecía insomnios y ataques de convulsión que la obligaban a dejar el lecho por algunas horas y a pasearse por el aposento
  1598. apoyada en el brazo de angelina
  1599. es para mí una hermana de la caridad me decía la tía carmen
  1600. conmigo no tiene la pobrecilla sueño tranquilo
  1601. y a angelina pobre de tí eres muy buena
  1602. muy buena qué obligación tienes de velar mi sueño me da pena llamarte
  1603. sí me da pena si lo hago es porque no quiero despertar a pepa
  1604. la infeliz cae rendida y ya no está para eso en tanto que yo conversaba con la enferma
  1605. en el corredor más lejano se reunían los discípulos veinte o treinta niñitos de las principales familias de villaverde un coro de querubines traviesos y mimados
  1606. pronto resonaba en el patio el rumor alegre del estudio
  1607. la buena señora daba lección a cada niño
  1608. y luego se ponía al trabajo en una mesa larga y angosta
  1609. de manos de mi tía hábiles por extremo salían todos los ramilletes que adornaban las iglesias de villaverde
  1610. flores de mil clases y colores
  1611. unas fantásticas de papel dorado y plateado otras
  1612. las más bellas tan propias y bien dispuestas
  1613. que a cierta distancia nadie las distinguiría de las naturales
  1614. allí torciendo alambres enhebrando capullos acocando pétalos pintando hojillas se pasaba mi tía toda la mañana
  1615. sólo dejaba su labor para atender a los niños y tomarles la lección
  1616. la joven venía en ayuda de la anciana
  1617. la doncella se pintaba para aquellas labores
  1618. de su mano recibían flores y ramilletes el último toque
  1619. qué guirnaldas y qué festones aquellos gallardos
  1620. sueltos flexibles como las guías de convólvulos y cabrifollos que sombreaban la fuente
  1621. ah las rosas lindas y espléndidas salían de manos de la anciana pero angelina las embellecía al tocarlas
  1622. un tallo duro una hoja rebelde un pétalo sin gracia todo recibía de la joven singular hermosura
  1623. parecía que a través de los ramilletes pasaba un soplo primaveral que daba a las flores vida y lozanía
  1624. los niños atraídos por tanta belleza dejaban sus sillitas y paso a paso se iban colocando en torno de la florista
  1625. a las doce concluía la tarea
  1626. los criados llegaban por los niños
  1627. y era la hora de la lección
  1628. los chicos preferían que angelina les tomase la lección
  1629. ella paciente y bondadosa conseguía que los niños estuvieran atentos
  1630. y con una mirada o una caricia ponía orden en aquella turba de diablillos rubios
  1631. vestidos con faldellines de seda
  1632. angelina era una muchacha muy inteligente
  1633. escribía con mucho primor
  1634. linda letra la suya suelta cursiva elegantísima sin que lo donairoso de los trazos le hiciera perder esa suavidad del carácter femenil que no sólo se manifiesta en el estilo
  1635. sino que trasciende a la forma de las letras
  1636. siempre que la mujer no presume de sabia o gusta de llamar la atención
  1637. difícilmente se le escapaba una falta de ortografía
  1638. escribía como hablaba con mucha naturalidad y sencillez
  1639. sin rebuscar frases ni atildamientos
  1640. siguiendo el orden lógico de las ideas
  1641. ajena a la calculada afectación
  1642. que hace del estilo epistolar una cosa insoportable y ridícula
  1643. mas no por eso caía en el extremo opuesto
  1644. en las fórmulas de rito y en los conceptos de estampilla
  1645. era muy dada a los libros pero sólo leía cuando se lo permitían sus quehaceres
  1646. leía todas las noches el año cristiano
  1647. y se sabía al dedillo las vidas de los santos
  1648. una noche le tocó leer la vida de santa teresa
  1649. si ya me la sé de memoria
  1650. puedo repetirla del pe al pa y como tía carmen dudara
  1651. angelina refirió con muy buen acuerdo y muy donosamente
  1652. la vida de la mística
  1653. cosa rara en una joven gustaba de los libros serios y se perecía por los históricos
  1654. había leído tres o cuatro veces la historia de alamán
  1655. y solía atreverse contra los juicios del célebre escritor
  1656. no sin gran disgusto de mi tía pepa
  1657. para quien los dichos de don lucas eran un evangelio
  1658. discurría de historia patria con mucha donosura
  1659. sonriendo sin fatuidades ni alardes de saber
  1660. valdría la pena consignar aquí el juicio de angelina acerca de algunos libros
  1661. para ella no había mejor novelista que fernán caballero
  1662. ni peor novelador que pérez escrich
  1663. abrir un libro de esos la mujer adúltera la esposa mártir y tener sueño todo es uno novelas de fernán caballero
  1664. aquello sí que es verdad comen
  1665. si me parecen gentes a quienes trato todos los días yo no entiendo de esas cosas
  1666. pero los libros de fernán me gustan porque pintan la vida tal y como es
  1667. ha leído usted la gaviota elia lágrimas y de cervantes
  1668. qué me dice usted angelina eso es aparte el quijote es algo que parece novela y acaso no lo es
  1669. no acierto a explicarme
  1670. si es una novela pero algo hay en ese libro que le pone por encima de todas las novelas
  1671. me pasaba largas horas conversando con angelina
  1672. a pesar del estado de mi ánimo y del abatimiento de mi espíritu
  1673. cuando tejía con ella la red de viva plática
  1674. recobraba yo mi buen humor de otro tiempo
  1675. y me volvía alegre y jovial
  1676. y me olvidaba de esas enervantes melancolías que han sido
  1677. y acaso todavía lo son
  1678. nota sombría de mi carácter de este carácter mío soñador y lánguido
  1679. dado a la pereza y al fantaseo
  1680. al delirio vago y a la meditación sin objeto
  1681. perniciosa melancolía nacida tal vez en mi alma cuando viví lejos de mi familia
  1682. condenado a las soledades de un colegio
  1683. cuyos claustros vetustos entenebrecieron mi espíritu melancolía que me arrastra a los campos y a la espesura de los bosques
  1684. para extasiarme largas horas ante el espectáculo deslumbrador
  1685. a orillas de laguna adormecida
  1686. escondido entre los juncos o para abismarme en la contemplación de una flor desconocida
  1687. sentimiento tristísimo de la naturaleza que me hace odiosos el mundo ruidoso y frívolo y los atractivos de una sociedad vanidosa sentimiento profundo de las bellezas del mundo físico
  1688. sentimiento que desarrollan en mí los poetas y novelistas románticos
  1689. por fortuna me he redimido un tanto de las preocupaciones y falsas ideas del romanticismo
  1690. y aunque no del todo exento de ellas
  1691. pues aun me queda en el alma lamartiniana levadura
  1692. miro la vida de otro modo
  1693. no pretendo que todo sea a mi gusto y a medida de mi deseo
  1694. y vivo tranquilo como vive toda buena persona
  1695. sin que me atormenten poéticos anhelos
  1696. ni me divaguen devaneos inútiles
  1697. ni me amarguen delicadas sensiblerías
  1698. trece a las diez de la mañana tomaba yo el sombrero y me iba a pasear por la ciudad
  1699. al principio preferí los arrabales los callejones sombríos las márgenes pintorescas del pedregoso o las plazoletas de la alameda
  1700. vasto cuadro sembrado de fresnos
  1701. al pie de la colina del escobillar alameda sin flores y sin árboles copados
  1702. que por lo apacible y retirada me era gratísima
  1703. a la sombra de un naranjo
  1704. el único crecido y frondoso
  1705. en cuya copa anidaban bulliciosos pajarillos
  1706. allí en un asiento musgoso y desportillado
  1707. me entregaba yo a la lectura de mis autores favoritos allí leí la atala y el renato el rafael y la graciela allí devoré el conde de monte cristo
  1708. y repasé por mi mal algunas novelas de jorge sand
  1709. que acongojaron mi corazón y dejaron en mi alma sedimentos de acíbar
  1710. allí gusté de la poesía de zorrilla
  1711. zorrilla le conocía yo le había oído leer de un modo maravilloso sus admirables versos
  1712. aquellas serenatas que eran en labios del poeta miel de abejas susurro de arboledas cantos del agua en las acequias de la alhambra música del cielo
  1713. allí aprendí de memoria muchas composiciones del incomparable soñador de milly el lago
  1714. aun las recuerdo y suelo repetir ainsi toujours poussés vers de nouveaux rivages
  1715. dans la nuit éternelle emportés sans retour
  1716. y allí preciso es que lo confiese
  1717. allí cometí un pecado mayúsculo
  1718. del cual no me arrepentiré debidamente en los años que me restan de vida
  1719. me pasó lo que a los gastrónomos principian por gustar de los buenos platillos
  1720. y acaban por invadir la cocina y preparar ellos mismos los guisos predilectos
  1721. a fuerza de leer versos me dió por hacerlos
  1722. malísimos salieron los míos a juzgar por lo que dijo de ciertos sonetos un periódico villaverdino
  1723. publiqué los tales sonetos en el montañés
  1724. previa la aprobación de don román
  1725. quien los tuvo por buenos y muy buenos
  1726. antes y después de que la voz de villaverde
  1727. la sombra de vega y cierto periodiquín de pluviosilla los hicieran trizas y pusieran al autor como chupa de dómine
  1728. por supuesto que no salieron con mi firma
  1729. firmélos anteo y el seudónimo sirvió para que mis críticos extremaran la zumba
  1730. entiendo que mi literatura poética no era inferior a la muy aplaudida de los más afamadas poetas de villaverde
  1731. el pomposísimo y el lic
  1732. castro pérez quien de tiempo en tiempo tenía sus dares y tomares con las esquivas deidades del parnaso
  1733. discípulo aprovechado de don román criado en los clásicos como él me dijo dióme a pesar de mis aficiones románticas
  1734. por la poesía mitológica y horaciana
  1735. cantaba yo la vega villaverdina el sesgo y undívago pedregoso
  1736. y la hermosura de mis paisanas
  1737. en el último soneto puse sobre los cuernos de la luna a la dulce angelina
  1738. oculta bajo el poético nombre de flérida
  1739. los rivales de mi maestro jacinto ocaña el director de la escuela del cura
  1740. y agustín venegas el de la escuela nacional
  1741. creyeron que el sonetista era el pomposísimo
  1742. y al domingo siguiente cuando esperaba yo elogios y aplausos
  1743. salió en la voz de villaverde un articulejo desentonado y cáustico
  1744. en que ponían a don román de oro y azul
  1745. corrí a verle ya leyó usted le dije al entrar
  1746. qué cosa lo que dice la voz
  1747. no no quiero leer esos disparates
  1748. ya me imagino lo que dirán
  1749. pero la curiosidad pudo más en el dómine que el desprecio con que miraba a sus rivales
  1750. después de un rato de silencio me dijo dame ese papasal el anciano se caló las gafas
  1751. se compuso en el asiento
  1752. y principió a leer el artículo editorial
  1753. una crítica de los sonetitos aquellos
  1754. y quién es agustín venegas para meterse a crítico lea usted
  1755. don román estrujó el periódico y leyó
  1756. a las pocas líneas se puso trémulo
  1757. han creído que usted es el autor
  1758. lamento lo que ha sapado
  1759. bellacos fátuos presumidos exclamó
  1760. quiénes son ellos qué obra los acredita para darla de sabios y de críticos les perdono las ofensas
  1761. lo único que no puedo perdonar es la ingratitud
  1762. no les temas no te asustes escribe
  1763. muchacho escribe y que rabien tú harás algo al paso que ellos
  1764. así se quemen las pestañas años y años
  1765. cuanto escriban servirá nada más para que envuelvan cominos en la casa de mi compadre don venancio
  1766. contestamos no eso se quieren ellos
  1767. nunca salgas a defender tus escritos
  1768. nada tengo que decirte conozco bien a esos necios
  1769. por eso no he dado a la estampa los sáficos aquellos que te gustaron tanto
  1770. mira rodolfo no hablemos más de esos bellacos
  1771. serenóse don román sacó la tabaquera tomó un polvo y quitándose las gafas me dijo en tono cariñoso vamos qué piensas hacer sigues los estudios
  1772. o te quedas en tu tierra
  1773. y en tu casa para buscarte la vida hablé ya con tus tías
  1774. pero ya sé ya sé que las cosas andan malas
  1775. como yo me las figuraba habló andrés con castro pérez mira yo le veré esta noche
  1776. allí puedes ganarte alguna cosa poco
  1777. poco porque ya lo sabes en villaverde todo es roña pero algo es algo por lo pronto
  1778. estoy cierto de que te colocará se lo pediré
  1779. y no ha de negármelo
  1780. le recordaré que fué amigo de tu padre
  1781. andrés había hablado ya con el abogado
  1782. sólo castro pérez podía darme trabajo
  1783. el doctor sarmiento se interesó en favor mío
  1784. y prometió a mis tías arreglar el asunto
  1785. así las cosas corrían los días y las semanas
  1786. y el empleo deseado no venía
  1787. en verdad que la idea de alejarme de villaverde no me halagaba
  1788. no sólo me detenía en la budística ciudad el amor de los míos
  1789. no cuando me ocurría que acaso sería preciso ausentarme
  1790. pensaba yo con tristeza en angelina
  1791. había ya entre nosotros cierta intimidad fraternal
  1792. dulce y respetuosa que me hacía grata la vida en villaverde
  1793. en ocasiones pensé si estaré enamorado no hasta entonces aquello era una amistad afable
  1794. un afecto sencillo que mi tía pepa fomentaba a todas horas
  1795. una vez la buena señora se dejó decir ay rorró si alguna vez piensas casarte
  1796. busca una mujer como angelina
  1797. mi tía trabajaba en sus flores
  1798. le gustaría a usted que me casara con angelina cómo no exclamó alborozada
  1799. si es tan buena si te quiere tanto no sé por qué se me encendió el rostro
  1800. nunca pensé que angelina pudiera amarme
  1801. y bien visto el caso por qué no angelina era muy digna de ser amada
  1802. me ocurrió averiguar si alguien había puesto los ojos en ella
  1803. y diga usted tía no ha tenido novio angelina por dios
  1804. rorró desde el otro día estás con eso
  1805. angelina es una niña muy juiciosa
  1806. angelina no tendrá más novio que aquel que llegue a ser su marido
  1807. no es ella capaz de jugar con el amor
  1808. dígame usted no ha tenido pretendientes ah eso es otra cosa
  1809. así y mi tía juntó los dedos de la mano derecha
  1810. y los movió como para indicarme una multitud de personas
  1811. en pluviosilla prosiguió muchos un español rico un mancebo de botica muy burlón y endiantrado
  1812. capaz de reírse hasta de su sombra un colegial muy guapo
  1813. que le hacía versos otros
  1814. quién uno nada más
  1815. eduardo el hijo del alcalde no
  1816. eduardito es un pedazo de alcornoque
  1817. el el hijo del alcalde prendarse de una muchacha pobre cuándo el enamora a gabrielita fernández
  1818. a la jovencita rubia la que toca muy bien el piano ya la conoces el otro día la seis en la reja
  1819. guapa no es verdad reguapa linda como un sol eduardo se perece por ella
  1820. entonces quién es el pretendiente de angelina adivina jacinto ocaña dios nos libre agustín venegas jesús me valga no te digo que es amigo tuyo
  1821. ricardo tejeda el mismo que viste y calza no es rival temible dije para mí
  1822. catorce a veces iba yo a charlar en la botica de don procopio meconio
  1823. en aquel famoso mentidero centro recreativo de ociosos y desocupados
  1824. se reunían a todas horas los jóvenes más guapos y los viejos más parlanchines de la budística ciudad
  1825. en aquella botica concurrían venegas espíritu fuerte liberal de la nueva echada
  1826. republicano incipiente muy enconado contra el malaventurado ensayo imperial jacinto ocaña
  1827. monarquista hasta la médula de los huesos
  1828. que siempre que hablaba de maximiliano
  1829. se descubría respetuosamente y que a cada instante trababa disputas con venegas
  1830. sacando a bailar la saratoga y el tratado mac lane el doctor don crisanto sarmiento
  1831. retrógrado por los cuatro costados
  1832. que vivía suspirando por el régimen colonial
  1833. que se hacía lenguas de revillagigedo
  1834. que de buena gana viera restablecido en méxico el santo tribunal de la fe
  1835. y que cuando alguno hablaba de la independencia
  1836. decía echándola de agudo la maldita india pendencia que nos tiene hechos una lástima y no sé cuántos más
  1837. entre quienes figuraba el dueño de la botica
  1838. el invariable don procopio jugador desenfrenado que había convertido aquel templo de galeno en un santuario de birján
  1839. venía de tarde en tarde a la hora en que había menos tertulios se leía de cabo a rabo los periódicos
  1840. a charlar con sarmiento y con venegas mientras don procopio jugaba adentro con sus cofrades
  1841. afuera delante del mostrador en presencia de los compradores
  1842. se enredaban pláticas que frecuentemente se convertían en disputa
  1843. venegas se complacía en atacar al caído imperio sarmiento le defendía acalorado y lleno de brío
  1844. el republicano se ensañaba contra el catolicismo el médico decía pestes del partido liberal
  1845. el pedagogo muy encariñado con el catecismo político de pizarro suárez
  1846. alegaba no sé qué razones
  1847. en favor de la tolerancia de cultos
  1848. y oponía a los dichos de su contrario algunos de aquellos argumentos protestantes tan usados por los periódicos a fines del cincuenta y seis y principios del cincuenta y siete
  1849. el médico montaba en júpiter sacaba a relucir sus argumentos en forma
  1850. su ciencia de seminarista y por último a los desahogos de sarmiento contestaba con dicterios
  1851. solís reflexivo y cachazudo se estaba quedo oía y callaba
  1852. hasta que para calmar los ánimos
  1853. primero tal era su táctica se iba derecho hacia el doctor le concedía la razón
  1854. pero censurándole acremente sus exageraciones de monarquista
  1855. iturbide a quien el acta de independencia llama un genio superior a todo elogio hizo una tontería
  1856. en nuestro tiempo nadie se improvisa rey ni emperador
  1857. papel tan alto sólo cuadra a quién fué mecido en regia cuna
  1858. a quien nació en las gradas de un trono
  1859. un pueblo no se da a sí propio
  1860. sólo porque así lo quiere
  1861. un buen gobierno y buenas instituciones
  1862. es preciso que se los busque de acuerdo con sus tradiciones es necesario que tenga en cuenta las enseñanzas de su historia es preciso que las instituciones y la forma de gobierno le vengan apropiadas
  1863. como a mí la sotana
  1864. a usted la levita y a este joven el saquito corto
  1865. ahí tiene usted explicado lo efímero del imperio de maximiliano
  1866. luego pasando a la cuestión religiosa
  1867. decía sereno y reposado amigo
  1868. amigo don crisanto entiendo que la iglesia no patrocina ni monarquías ni repúblicas
  1869. para ella cualquiera forma de gobierno es buena
  1870. cuándo es buena poco le importa que el jefe de un estado se llame rey o presidente o emperador
  1871. no amigo no hay que pretender eso que usted quiere
  1872. nada de identificar la cuestión política con la cuestión religiosa
  1873. en seguida cerraba contra venegas
  1874. era de oirle cuando en un estilo conciso breve incisivo ponía en la picota los dislates del pedagogo que nada sabía a derechas y todo se volvía palabras sonoras y retumbantes
  1875. se burlaba de él se reía a más y mejor de sus conclusiones luteranas
  1876. joven joven prorrumpía en tono de sermón
  1877. esta constitución que usted pone por las nubes
  1878. no ha sido hecha de acuerdo con las necesidades del país
  1879. hago punto omiso de cuanto hay en ella contra la religión
  1880. pugna contra nuestras costumbres
  1881. nuestro prelado no está educado para esas libertades
  1882. dígame usted si yo para contestar una demanda tendría que consultar con castro pérez
  1883. o con cualquier tinterillo qué haré si un día llego a diputado y tengo que legislar y cualquiera puede llegar a diputado usted
  1884. el doctor ese indio que va por allí
  1885. muy cargado con su soberanía
  1886. no yo no porque soy sacerdote ministro de un culto y por ende no soy ciudadano más que a medias
  1887. pues claro o no sabrían ustedes lo que habrían de hacer
  1888. y votarían a la buena de dios
  1889. o lo que es más seguro a la buena del diablo
  1890. ahora cuanto a las perrerías esas que ha vomitado usted contra la santa madre iglesia
  1891. vamos al grano señor y amigo mío no sabe usted lo que se dice
  1892. ya se ve toda su ciencia de usted está en el catecismo de nicolás pizarro
  1893. vamos joven beba usted en fuentes más limpias
  1894. y no hable por ahora de cosas que no entiende
  1895. y aquí paz y después gloria y adiós
  1896. amigos me voy no he rezado el oficio
  1897. y es la horita del chocolate
  1898. ustedes gustan el exclaustrado se iba sarmiento se componía la chistera y tomaba el portante
  1899. y venegas se marchaba diciendo pestes de frailes y retrógrados
  1900. nosotros nos quedábamos comentando la conversación de los tertulios
  1901. hasta que a las seis me iba yo a instalar en un asiento de la plaza
  1902. para oir tocar a la señorita fernández
  1903. conviene saber que la familia fernández era mal vista en la ciudad
  1904. su cultura chocaba a los buenos budistas de villaverde
  1905. cuando compró la hacienda de santa clara
  1906. el señor fernández vino a vivir a mi ciudad natal
  1907. y procuró relacionar a los suyos con lo mejor de villaverde
  1908. pero éstos no hicieron relaciones con nadie mejor dicho los villaverdinos no correspondieron a los deseos de la señora y señorita fernández
  1909. solís pues aunque visitaron a las principales familias de la ciudad
  1910. mis buenas paisanas no dieron muestras de estimación por las recién llegadas
  1911. las gentes de villaverde las mujeres particularmente no veían con agrado los usos y costumbres de la familia fernández
  1912. murmuraban de ella susurraban acerca de la señorita tonterías y burlas
  1913. y como es natural a la simpática y elegante pollita nada de esto le agradó
  1914. gabriela fernández más orgullosa más frívola qué pagada de sí qué entonada qué se estará creyendo si creerá que en villaverde no hemos visto lujo ni elegancia
  1915. sí sí ya sabemos que dice que esta población es una hacienda grande
  1916. creerá que viene a deslumbrarnos con sus exterioridades y sus trajes
  1917. y todo por qué porque sabe tocar el piano
  1918. allí está luisita castro pérez que toca tan bien como ella
  1919. y sin embargo es modesta y humilde
  1920. pues se engaña no hemos de visitarla ni por una de estas nueve cosas
  1921. que gocen de su lujo y de su dinero que luzca gabrielita sus trapos caros para nada necesitamos de ella
  1922. qué gusto repetían las envidiosas
  1923. qué gusto todos los muchachos de aquí salen con cajas destempladas mejor mejor quién les manda enamorar marquesitas y bien visto
  1924. quiénes son los enamorados eduardito
  1925. sólo eduardito el muy tonto como tiene dinero como su padre es rico
  1926. está seguro de que le hará caso
  1927. mis paisanos no tardaron en advertir que
  1928. tarde a tarde me pasaba yo las horas oyendo tocar a gabrielita
  1929. una noche al entrar en la botica
  1930. oí que hablaban de la señorita fernández
  1931. y que decían algo de mí
  1932. pronto supe que en todos los corrillos
  1933. en todos los mentideros en cada casa decían y repetían que estaba yo enamorado que me bebía los vientos por la hija del acaudalado dueño de santa clara
  1934. quince una tarde recibí una cartita de don román
  1935. una esquela muy punticomada escrita gallardamente con aquella la excelente letra de palomares que años atrás dió a mi maestro fama de habilísimo pendolista
  1936. muy querido discípulo y amigo como te lo ofrecí anteayer
  1937. estuve anoche a visitar al señor lic
  1938. castro pérez para hablarle acerca de tí
  1939. y de lo útil que podías serle en el despacho
  1940. díjele cuanto me pareció oportuno le hablé de tus buenas prendas
  1941. de tu buen carácter de tu índole laboriosa de tu instrucción sólida y bien dirigida
  1942. y de la dificultad en que te hallabas para seguir los estudios y la carrera tan brillantemente iniciada
  1943. así como de la necesidad en que te veías de buscar algo productivo
  1944. oyóme de buena voluntad lo cual me pareció de buen agüero y me prometió ocuparse en el asunto a la mayor brevedad
  1945. juzgo necesario que le hagas una visita
  1946. cuanto antes y te recomiendo que trates a mi amigo que lo fué también
  1947. y muy íntimo del señor tu abuelo con tu genial y característica bondad
  1948. con la cortesía que te distingue
  1949. castro pérez se paga mucho de exterioridades
  1950. y para tenerle propicio es necesario halagarle
  1951. es maniático y la menor cosa le contraría
  1952. ya te dejo preparado el campo
  1953. a tí te corresponde lo demás
  1954. el hígado me tiene desde ayer molesto y achicopalado
  1955. ven charlaremos y te enseñaré algo que te gustará mucho unos exámetros que forjé anoche contra esos sabios de la sombra y de la voz
  1956. ya sabes cuánto te quiere este tu maestro y amigo román lópez
  1957. me dió mala espina la esquelita de mi señor maestro
  1958. desde luego pensé que iba yo a tratar con un hombre de mal carácter
  1959. esto me puso disgustado
  1960. me imaginé que castro pérez era uno de esos abogados viejos
  1961. peritísimos en cuestiones de jurisprudencia
  1962. pero en lo demás unos ignorantes de tomo y lomo un señorón de aldea
  1963. pagado de su fama y de su ciencia
  1964. de esos que suspiran por todo lo antiguo
  1965. y que siempre están mal dispuestos para todo lo nuevo un fantasmón iracundo
  1966. gruñón de esos que ven con desconfianza a los jóvenes
  1967. y que se complacen en censurar a todas horas la educación enciclopédica de estos tiempos
  1968. la cual si bien no produce sabios a granel no cría fátuos
  1969. como tantos viejos que yo conocía
  1970. encastillados en su saber hipotético
  1971. muy vanidosos y engreídos con su ciencia ciencia exígua y mezquina que les conquista en el pópulo vil admiradores y monaguillos de amén que aprueban cuanto dicen los sócrates de aldea
  1972. así suelten éstos el mayor disparate
  1973. en una palabra me imaginé que castro pérez era uno de esos abogados viejos
  1974. repletos de latines que se saben de memoria las partidas
  1975. que tienen pujos de canonistas
  1976. como los llamaron in illo témpore peritos en las triquiñuelas jurídicas
  1977. pero vacuos de todo lo demás habilísimos para ocultar su ignorancia
  1978. y desdeñosos de cuanto no entienden que miran a todo el mundo con aire de protección
  1979. y que apareciendo graves y sesudos
  1980. mostrándose inaccesibles y huraños pasan por unos portentos y vienen a ser
  1981. en pueblos y ciudades como villaverde
  1982. señores de vidas y haciendas
  1983. nada sacaréis de ellos si no os mostráis humildes
  1984. sumisos incondicionales admiradores de sus personas
  1985. ay de vosotros si no os acercáis a tan excelsos caballeros
  1986. aparentando que todo lo esperáis de ellos ay de quién no les rinda parias de seguro que nada obtendrá de fijo que a todo le contestarán con monosílabos
  1987. y saldrá de allí colérico y desesperado
  1988. me repugnaba seguir los consejos de mi maestro
  1989. entendí muy bien lo que éste me quería decir con aquello de te recomiendo que trates a mi amigo con tu genial y característica bondad pero me chocaba presentarme tímido y meticuloso como un donado
  1990. aparentando una estimación que no pasaba en mí de los límites de un respeto vulgar y corriente
  1991. como el que concedemos a todos por razones de urbanidad y cortesía
  1992. qué hacer me dispuse a seguir los consejos del pomposísimo cicerón
  1993. y de tardecita poco antes de que sonara el angelus
  1994. me encaminé a la casa de castro pérez
  1995. vivía a espaldas de la parroquia
  1996. en un caserón vetusto y sombrío
  1997. cuando llegué al zaguán me ví tentado de retroceder e ir a charlar a casa de don procopio
  1998. hice de tripas corazón y avancé hasta la puerta del despacho
  1999. adentro dijo una voz atiplada
  2000. el señor castro pérez adentro repitió la voz de falsete
  2001. mala impresión me causó tan delicada personilla
  2002. era un muchacho pálido ojeroso exangüe y consumido por el trabajo un infeliz
  2003. condenado sin duda a prisión perpetua en aquel mundo de legajos y mamotretos siempre inclinado sobre aquella mesita cubierta con un tapete de bayeta verde
  2004. delante de aquel tintero de plomo lleno de tinta espesa y natosa
  2005. el señor castro pérez en la otra pieza me contestó el covachuelista
  2006. puedo pasar pase usted
  2007. me colé de rondón
  2008. mi hombre casi tendido en una poltrona
  2009. al sentirme se incorporó contrariado dejó el asiento y fué a cerrar la puerta
  2010. acaso para que no pudiese oirnos el escribiente
  2011. qué mandaba usted me dijo frunciendo el entrecejo
  2012. mi maestro el señor don román lópez
  2013. el rostro de castro pérez cambió de expresión
  2014. vamos joven murmuró levantándose y ofreciéndome un asiento aquí tiene usted una silla
  2015. mi hombre volvió a su poltrona
  2016. y luego por sobre los anteojos me miró de pies a cabeza
  2017. qué se ofrece ah ya recuerdo es usted el joven que desea entrar de amanuense en esta casa sí
  2018. veremos veremos si es usted útil
  2019. aquí tenemos mucho trabajo
  2020. ya sabe usted mi clientela es numerosísima
  2021. y por ende no falta quehacer
  2022. si quiere usted trabajar
  2023. es lo que deseo
  2024. murmuré bajando la vista mientras el abogado me miraba de hito en hito
  2025. diez amanuenses he cambiado en este año
  2026. y a decir verdad ninguno me ha dejado contento
  2027. el mejor no valía tres caracoles no pretendo valer mucho pero
  2028. procuraré bajo tan buena dirección aprender en poco tiempo cuanto sea necesario
  2029. castro pérez sonrió y a dos manos juntando el pulgar y el índice se compuso los anteojos
  2030. y luego dándose palmaditas en el abdómen
  2031. echóse atrás y me interrumpió
  2032. nada de lisonjas joven nada merezco de cuanto dicen de mí
  2033. es usted por extremo modesto
  2034. aquí del incienso quién no tiene noticia de los talentos de usted
  2035. de su saber profundo de su fama de su acrisolada honradez estos elogios me sonrojaban
  2036. bien bien veremos si obtiene usted lo que desea
  2037. está usted eficazmente recomendado por román
  2038. me dice que fué usted su discípulo
  2039. y de los más aventajados
  2040. el señor mi maestro me quiere mucho
  2041. y es conmigo demasiado benévolo
  2042. deseo trabajar y estoy seguro de adelantar al lado de persona tan recomendable
  2043. quién no sabe que es usted el primer abogado del estado de veracruz castro pérez se hinchó como un pavo
  2044. se meció en la poltrona
  2045. fingió sonrojarse y me dijo al grano al grano conoce usted el ramo no
  2046. pues entonces cómo solicita usted una ocupación que le es desconocida tengo buenas noticias de usted
  2047. ya román me dijo que es usted un muchachito inteligente
  2048. que sabe usted hacer bonitos versos
  2049. pero es cosa sabida no son los mejores empleados los que se andan todo el día a caza de consonantes
  2050. me dieron ganas de estrangular al viejo
  2051. señor repliqué es cierto que hago versos pero no vivo entregado a tan grata ocupación
  2052. y muy hermosos gracias joven restos de mis aficiones juveniles en verdad que la poesía suele cautivarme
  2053. pero sólo de tiempo en tiempo
  2054. bien bien bien esta era su muletilla
  2055. espero que usted en memoria de mi abuelo
  2056. ya don román le hablaría de las circunstancias en que me encuentro
  2057. no puedo volver a méxico no puedo seguir los estudios
  2058. y estoy obligado a buscarme un pedazo de pan
  2059. bien bien bien así lo hace un joven delicado
  2060. veremos veremos si me sirve usted
  2061. pero debo advertirle que
  2062. hasta dentro de una semana no podré resolverlo
  2063. mañana veré si puedo conciliar varias cosas
  2064. allí tiene usted lo necesario
  2065. en la mesa había un candelero con una bujía
  2066. no ve usted pues encienda la vela y escriba lo que guste
  2067. tomé la pluma y escribí si el señor licenciado castro pérez se digna recibirme en su casa
  2068. procuraré servirle con toda fidelidad
  2069. me acerqué al abogado llevando la hoja y la bujía
  2070. mi hombre se acomodó en su poltrona
  2071. se compuso con ambas manos las gafas
  2072. bien bien bien conforme prefiero la antigua y gallarda letra española
  2073. pero en fin la de usted es clara y hermosa
  2074. esta letra inglesa tan amanerada y presumida y después de un rato de silencio ya sabe usted viernes o sábado
  2075. no yo le llamaré a usted
  2076. entiendo que no le caí mal a castro pérez
  2077. así me lo dijo dos días después el bueno de don román
  2078. has clavado una pica en flandes dieciséis estábamos a fines de octubre
  2079. mediaba el otoño y los campos reverdecidos por las lluvias hacían gala de sus follajes
  2080. las mañanas eran límpidas frescas pródigas de luz los crepúsculos breves
  2081. me placía vagar por los alrededores de villaverde
  2082. cien veces recorrí las márgenes del pedregoso
  2083. y otras tantas ví desde lo más alto de la colina del escobillar
  2084. mi sitio favorito a donde iba yo todas las tardes
  2085. era una roca casi plana
  2086. que parecía derrumbada del último picacho
  2087. y que ladeada sobre un peñasco
  2088. me brindaba cómodo asiento que circundaban buvardias coralíneas
  2089. cebadillas de suave fragancia helechos maravillosos y vaporosas gramíneas que
  2090. mecidas por el viento esparcían el pardo plumón de sus espigas maduras
  2091. qué panorama tan hermoso a mis pies las primeras calles de la ciudad
  2092. como extendidas en una alfombra de felpa amarillenta la alameda de santa catalina los edificios apiñándose a proporción que se acercaban a la plaza el poblado dividido por el río
  2093. y a orillas de éste el convento franciscano
  2094. lúgubre y sombrío desolado y triste como si llorara la ausencia de sus mendigos
  2095. del lado del norte las lomas de san antonio los potreros del escobillar las casucas del barrio alto
  2096. ocultas en la espesura de los jinicuiles y de los naranjales
  2097. al oriente lo más pintoresco de la vega
  2098. a derecha e izquierda las montañas de mata espesa
  2099. cubiertas con la exuberante vegetación de las tierras calientes el cerro de los otates que
  2100. visto desde el punto en que yo estaba
  2101. parece un camello que postrado en la arena aguarda el soplo abrasador de los desiertos
  2102. entre ambas alturas el llano entenebrecido el cielo dividido en dos fajas horizontales y paralelas la superior cerúlea y transparente la inferior teñida de color de violeta
  2103. sobre esta zona se dibujaban los perfiles suaves y ondulados de lejana cordillera
  2104. y la arrogante cúpula de la iglesia del cristo
  2105. domo correcto y presumido rematado con una cruz de hierro
  2106. en torno de la cual trazaban círculos interminables algunas docenas de rezagadas golondrinas
  2107. en el cénit cúmulos níveos flecados de plata celajes de tul girones de gasa incendiados por la luz poniente retales de brocado que ardían enrojecidos cintas nacaradas aves de fuego serpientes de gualda que se retorcían y se alargaban esquifes con velas de encaje
  2108. que bogaban como cisnes en el inmenso zafirino piélago
  2109. el sol iba ocultándose lento y majestuoso en un abismo de oro
  2110. entre montañas de brillantes nubes
  2111. a través de las cuales pasaban las últimas ráfagas que subían divergentes a perderse en los espacios
  2112. o bajaban a iluminar con misteriosa claridad purpúrea las solitarias dehesas
  2113. los gramales de las laderas
  2114. los plantíos de caña sacarina
  2115. los carrizales cenicientos del río
  2116. las arboledas que dividen las heredades
  2117. y el tupido bosque de una aldea cercana
  2118. cuyo campanil recién enjalbegado surgía de la espesura como un pilar ruinoso
  2119. y aquí y allá y más allá y por todas partes en sabanas vertientes y rastrojos áureo centelleo de amarillas flores
  2120. precursoras de los días lúgubres y melancólicos de la primera semana de noviembre
  2121. los últimos fuegos del moribundo sol fulguraban en la tranquila ciudad
  2122. en los azulejos de las cúpulas
  2123. y de los campanarios y espejeaban en las vidrieras
  2124. y prestaban brillos argentados al pedregoso
  2125. las aves volvían raudas a sus nidos
  2126. millares de pajarillos cantaban en los matorrales de la colina
  2127. y el viento susurraba en las gramíneas
  2128. me abismaba yo en la contemplación de aquel espectáculo encantador
  2129. se despertaban en mi mente dulces memorias
  2130. y estremecían mi corazón sentimientos y ternuras del amor primero
  2131. de mis labios se escapaban las más bellas estrofas de mi poeta favorito mi mano trazaba en la tierra rojiza un nombre amado
  2132. y entre las sombras que bajaban en tropel hacia la llanura creía yo ver la silueta donairosa de gentil doncella
  2133. a tales delirios que delirios eran y nada más sucedía en mi alma cierta melancolía dolorosa que me arrancaba suspiros y humedecía mis ojos
  2134. y buscaba yo entre las mil casas de villaverde
  2135. la humilde casita de mis tías
  2136. ahí estaban las buenas ancianas que tanto me querían ahí estaba angelina
  2137. la pobre huérfana objeto de mi amor
  2138. quedito muy quedito temeroso de que alguno me oyera
  2139. decía yo el nombre de la dulce niña
  2140. como si ella estuviera cerca de mí y pudiera escucharme y fuese yo a decirle angelina te amo
  2141. te amo ámame eres desgraciada yo también soy desgraciado
  2142. vivamos uno para el otro seamos
  2143. como dice el poeta dos almas con un mismo pensamiento y palpitando acorde el corazón
  2144. confieso que al ir copiando estas páginas
  2145. escritas hace cuatro lustros y tanto tiempo olvidadas torna y se apodera de mi alma árida y triste aquella plácida melancolía de mi penosa juventud confieso que al copiar los capítulos de esta historia amorosa
  2146. viene a mi memoria el recuerdo de aquellos días
  2147. y de mis ojos que ya no saben llorar
  2148. y sin embargo me río de mis tonterías juveniles
  2149. de mis locuras de enamorado
  2150. de aquel fantasear de mi mente que malogró en mí fuerzas y energías que debieron ser útiles a los demás
  2151. pero no me burlo de mis ensueños juveniles impunemente cuando me río de ellos me duele el corazón
  2152. ahora vivo la vida prosáica de quien no fía en humanos afectos
  2153. de quien llama las cosas por sus nombres
  2154. de quien sólo gusta de la poesía en teatros y academias
  2155. y no quiere que el mundo y la sociedad sean como los pintaban los novelistas de antaño
  2156. los soñadores lamartinianos los grandes ingenios de la legión romántica
  2157. ay de mí que malgasté en vanas imaginaciones las energías de mi alma
  2158. y despilfarré los más nobles sentimientos
  2159. y cansé mi fantasía y dejé en los zarzales del camino pedazos del corazón a las veces renuncio a copiar estas páginas envejecidas en la gaveta
  2160. y que acaso no serán entendidas de la generación presente
  2161. que ha de leerlas deprisa en el folletín de un periódico
  2162. me ocurre echarlas al fuego para entretenerme en ver las llamas que las devorarían en pocos minutos pero me es imposible resistir al deseo de que sean conocidas estas memorias
  2163. escritas por un pobre muchacho
  2164. admirador incondicional de aquellos escritores gallardos y de aquellos poetas amables y sentidos que fueron delicia de nuestros padres
  2165. he dado en creer que su lectura será provechosa para la actual generación
  2166. me ocurre preguntar será interesante para ella este modesto libro que acaso peca de indiscreto no será acogido con menosprecio y risas burlonas yo quiero que los muchachos que ahora empiezan a vivir
  2167. sepan cómo sentían y pensaban los jóvenes de aquel tiempo
  2168. sea como fuere prosigamos la tarea y que la mocedad de hoy
  2169. agitada y turbulenta tristemente precoz falta de nobles ideales prematuramente envejecida y nunca saciada de placeres
  2170. sepa cómo eran qué pensaban y qué sentían los jóvenes de entonces
  2171. permanecía yo en mi sitio predilecto hasta que las sombras invadían la ciudad
  2172. hasta que se apagaban en los horizontes y en las cimas los últimos reflejos del sol
  2173. y villaverde encendía sus luces
  2174. y véspero el amado véspero bañaba la vega en apacible y misteriosa claridad
  2175. entonces apoyado en nudoso tallo cortado a la subida bajaba yo lentamente cargado de flores irídeas de subido escarlata
  2176. que a millares crecen entre las piedras de la vertiente patas de león
  2177. simpáticas moradoras de las umbrías buvardias que se me antojan talladas en coral helechos que parecen tiras de raso musgos raros frutos desconocidos guías enflorecidas de cierta campánula blanquecina que huele a miel virgen
  2178. ya sabía yo que angelina me saldría al encuentro
  2179. al llegar me la encontraba yo en la puerta
  2180. cariñosa sonriente como toda niña delante de aquél a quien ama
  2181. cuando sospecha que es amada
  2182. qué me trae usted lo más hermoso que pude hallar
  2183. la huérfana recibía las flores y corría a examinarlas
  2184. mirábalas una a una aspiraba su aroma y en la corola de la más bella
  2185. en el ramillete más lindo
  2186. dejaba un beso silencioso que yo me apresuraba a recoger
  2187. por aquel beso hubiera yo subido entonces
  2188. en busca de flores hasta lo más encumbrado de la sierra ahora no caminaría yo cien metros en busca de una rosa
  2189. así fuese para obsequiar a la mujer más bella
  2190. listo diecisiete de noche me quedaba en casa
  2191. conversando con la enferma o charlando con angelina
  2192. ella y tía pepa hacían sus flores
  2193. y yo hojeaba un libro o leía para mí
  2194. lea usted en voz alta solía decirme la doncella
  2195. lea usted algo bonito
  2196. la vida del santo del día no contestaba en tonillo suplicatorio
  2197. haciéndome un mohín de niña mimada
  2198. traía yo un tomo de versos
  2199. angelina se encantaba con las leyendas del afamado poeta a buen juez
  2200. con ésta sobre todo que era para ella lo más hermoso de la poesía moderna
  2201. me parece que veo a la anciana y a la joven muy diligentes y afanosas
  2202. oyendo atentamente los sonoros versos
  2203. aquella mesita baja y larga cubierta con un mantel viejo
  2204. iluminada por un quinqué con pantalla verde
  2205. y llena de cajitas ruedas de alambre y rollos de papel
  2206. se me antojaba a veces como un arriate engalanado con todos los primores de un jardín
  2207. mi tía acocaba sépalos sobre la rodilla angelina
  2208. pincel en mano delante de un gran plato
  2209. y cercano el papelillo de arrebol
  2210. empapábalos primero en agua acidulada los enjugaba después entre los pliegues de una toballa y luego les aplicaba la tinta
  2211. al poner el pincel en el húmedo paquetillo
  2212. aparecía una mancha carminada de tono intenso que poco a poco se desvanecía sin llegar a los bordes
  2213. entonces la joven sumergía las hojuelas en una solución de alumbre muy ligera
  2214. yo seguía leyendo pero en ocasiones la doncella demandaba mi auxilio
  2215. rorró así me decía ya sin que este nombre cariñoso llamara la atención de mi tía
  2216. rorró deje usted el libro y ayúdeme se trataba de separar los pétalos uno a uno
  2217. sin estropearlos con la punta de un alfiler
  2218. para que la tela no perdiese el barniz que traía de la fábrica y sacaran las flores un brillo natural
  2219. iba yo despegando las hojas y colocándolas cuidadosamente
  2220. esta operación era muy larga
  2221. una noche la tía se quedó dormida
  2222. advirtiólo angelina y me hizo seña para que habláramos en voz baja
  2223. y quedito muy quedito mientras oprimía con la punta de los dedos los empapados paquetillos y los apartaba en el borde del plato
  2224. me dijo esta mañana estuve en la conferencia
  2225. tuvimos una discusión muy acalorada
  2226. por qué cosas de las gentes no piensan con juicio ni entienden las cosas a derechas
  2227. quiénes eso sí no diré pero es el caso que una señora que usted conoce
  2228. quién es ella curioso despierta usted mi curiosidad y
  2229. ya dije que no lo he de decir bueno
  2230. qué pasó propuso una compañera que diéramos socorros a una familia que está en la miseria
  2231. todas aceptamos pero entonces esa señora dijo que no que no era justo quitar a verdaderos necesitados
  2232. auxilios y socorros que no abundan
  2233. para darlos a unas muchachas muy emperifolladas y que tienen novio
  2234. la verdad es que
  2235. no rodolfo qué verdad ni qué verdad no es cierto que esas infelices anden emperifolladas
  2236. suelen vestir bien es cierto pero no porque despilfarran en trapos y moños lo poco que ganan
  2237. andan arregladas y aseaditas
  2238. eso no es un pecado si a veces llevan un bonito traje es porque se los da una alma caritativa
  2239. y en cuanto a lo del novio
  2240. eso es cosa que a nadie le interesa así lo dije yo
  2241. pero la señora insistió y entonces una señorita una señorita muy guapa que estaba allí
  2242. también la conoce usted se mostró muy contrariada
  2243. y dijo que aquello no le gustaba que era muy feo eso de averiguar vidas ajenas
  2244. y tuvo razón sí señor mucha razón verdad que eso no es caridad qué es eso no
  2245. señor si esa familia es pobre y necesita del auxilio de la conferencia
  2246. pues darlo si es posible si lo hay o negarlo si no alcanzan para ello los recursos pero a qué tales averiguaciones la señora no cedía
  2247. y entonces la señorita no pudo más
  2248. y exclamó con mucha gracia en cuanto a eso de los novios
  2249. señora piense usted que esas pobres muchachas no se han de quedar para vestir santos
  2250. y recordemos que asunto es eso en el cual nada tienen que hacer las conferencias
  2251. si alguna vez ve usted a esas niñas con vestidos buenos
  2252. es decir con vestidos que no parecen de pobre
  2253. es porque yo sólo porque es preciso lo digo
  2254. y esto lo dijo encendida y muy apenada
  2255. y quién es esa señorita después hablaremos de ella
  2256. y en qué paró la discusión en qué había de parar en lo que era debido en que la presidenta dijo que teníamos razón que se dieran los auxilios
  2257. y que no se volviera a hablar de eso
  2258. la señora se fué mohina y nosotras salimos muy contentas
  2259. sabe usted lo que me dijeron esta mañana
  2260. al salir de la conferencia si usted no me lo dice
  2261. veamos quién y qué ah exclamó
  2262. sonriendo dejando ver toda la hermosura de sus hoyueladas mejillas
  2263. es algo que a usted se refiere
  2264. quién fué un pajarito
  2265. de qué color azul como el de los cuentos angelina no me contestó
  2266. y como si creyera que había dicho algo inconveniente siguió hablando de otra cosa de la obra que tenían empezada
  2267. yo me complacía en mirar los ojos de la doncella
  2268. aquellos ojos soberbios negros rasgados sombreados por la rizada pestaña y la negra y arqueada ceja
  2269. advirtió angelina que la miraba yo con interés de amante
  2270. y se encendió al igual de los pétalos que llenaban el plato
  2271. qué dijo el pájaro azul sonrió dulcemente
  2272. es usted muy curioso no tengo yo la culpa
  2273. usted despertó mi curiosidad
  2274. dice usted que azul pues azul no se equivoca usted
  2275. porque es rubia y estaba vestida de color de cielo
  2276. no es mejor no poner tentaciones aunque la joven inclinaba la cabeza sobre el plato
  2277. pude observar que se había puesto pálida
  2278. velaba su rostro una sombra de repentina tristeza
  2279. supliqué qué dijo y quién es esa pajarita será una golondrina de las que anidan en la torre
  2280. adiós las golondrinas no son rubias
  2281. y a qué viene eso de las tentaciones a nada
  2282. cosas mías por decir algo
  2283. por avivar la curiosidad del caballero
  2284. sin duda que me ha de interesar
  2285. ah y sí que sí pues
  2286. es el caso que una señorita muy guapa
  2287. muy elegante y además muy rica la misma que se puso tan seria y abogó por esas pobres muchachas que pedían socorro a las conferencias
  2288. bien tomó a usted del brazo
  2289. y qué y salimos
  2290. y qué más y me preguntó con mucho interés
  2291. con demasiado interés quien era un joven recién llegado a villaverde
  2292. que vive en esta casa
  2293. y que tarde a tarde
  2294. se pasa las horas muertas
  2295. en un asiento de la plaza
  2296. de codos en la baranda
  2297. hacia la casa del señor fernández
  2298. no es eso concluí riendo
  2299. ella prosiguió y oyendo tocar a una señorita que vive allí
  2300. angelina me miraba atentamente procurando observar el efecto que sus palabras producían en mí
  2301. pues angelina diga usted a esa señorita que ese joven soy yo
  2302. y que paso muy gratas horas
  2303. oyéndola tocar no yo no le diré nada pero
  2304. con razón dicen las gentes que está usted enamorado de gabriela exclamó apenada
  2305. enamorado de esa niña ni por pienso murmuración villaverdina murmuración vale más
  2306. créame usted angelina créame usted la señorita es guapa
  2307. sí que es guapa linda como un ramo de rosas pero el joven que se complace en oirla tocar no ha puesto en ella los ojos
  2308. ni los pondrá jamás mi voz despertó a tía pepa
  2309. yo estaba separando el último pétalo
  2310. la anciana se volvió a dormir
  2311. y entonces siguió la interrumpida conversación
  2312. e interrumpida de tal modo que nos dejó turbados
  2313. como si fuéramos dos amantes sorprendidos en furtivo coloquio
  2314. buenos son los hombres para eso no me doy por engañada
  2315. el tiempo lo dirá le juro a usted que hasta hoy supe su nombre
  2316. oía yo la señorita fernández
  2317. por aquí la señorita fernández
  2318. por allá conque no sabía usted el nombre de esa niña no
  2319. conque no no y no pues ya lo sabe usted se llama gabriela
  2320. angelina me veía y sonreía como si dudara de mi dicho
  2321. como si quisiera sorprender en mis ojos la verdad
  2322. no angelina sería una locura eso de que yo pusiera los ojos en esa señorita
  2323. la primera la principal y que vale por todas
  2324. es ésta porque soy pobre
  2325. la doncella suspiró como si quedase libre de un gran peso
  2326. díjele esto fijos mis ojos en los suyos
  2327. ella me dirigió una mirada profunda
  2328.  
  2329. y diga usted también que decía que estoy prendado de la señorita fernández
  2330. usted lo cree tía no muchacho ni sería de mi agrado
  2331. a carmen sí que le gustaría
  2332. la otra tarde me dijo ay
  2333. pepa a mí la única muchacha que me gusta para rodolfo es gabrielita qué bonita pareja harían los dos el rostro de la joven se entristeció de súbito
  2334. como esos manantiales de agua purísima cuando pasajera nube les roba por un instante los rayos del sol
  2335. dieciocho angelina se mostró conmigo muy reservada y desdeñosa
  2336. ya no me esperaba en el corredor a la hora en que lavaba las jaulas y regaba las flores
  2337. y si allí la sorprendía yo parecía más atenta a los quehaceres domésticos que a mi conversación
  2338. a dónde va usted me decía
  2339. ya es tarde pronto pronto a pasear si ha de volver usted para desayunar
  2340. a la calle así me despedía
  2341. tomaba yo el portante y cuando salía muy contrariado y mohino
  2342. al detenerme en la puerta para quitar la aldabilla
  2343. sentía yo en pos de mí las miradas de la huérfana
  2344. más de una vez me volví rápidamente
  2345. y siempre logré sorprenderla en momentos en que me veía con cariñosa curiosidad
  2346. después de vagar una o dos horas por los callejones o en la alameda de santa catalina
  2347. andrés a quien diariamente mandaban desayuno y comida a su changarro del barrio alto
  2348. me place recordar aquellos desayunos
  2349. qué de veces en el comedor de fastuoso banquero
  2350. he pensado con triste alegría en aquellas horas dichosas tía pepa en un extremo yo a su derecha
  2351. y enfrente de mí angelina
  2352. andrés tomaba asiento lejos de nosotros
  2353. en la otra cabecera siempre distante de sus amos
  2354. sin igualarse a ellos sin confundirse con las personas que creía superiores a él
  2355. en vano le instábamos para que se acercara en vano pretendimos que ocupara a nuestro lado el lugar merecido
  2356. andrés no era un extraño que por clase y condición debía vivir de manera distinta que nosotros
  2357. siempre le vimos como pariente nuestro
  2358. como individuo de la familia
  2359. igual a mí igual a mis tías pero el honrado viejo nunca quiso aceptar tales distinciones nunca accedió a nivelarse con aquellos que consideraba sus amos
  2360. y sin sentirse humillado sin desdeñar lo que tanto merecía
  2361. se quedaba en el sitio acostumbrado
  2362. cómo si le tuviera yo delante me parece que le veo
  2363. hace tiempo que bajó al sepulcro
  2364. y no he podido olvidarle
  2365. en este momento creo verle aquí
  2366. del otro lado de la mesa en que escribo
  2367. muy sencillote y franco muy recatado y pudoroso para cualquier acto de generosidad
  2368. y nunca más tímido que cuando quería averiguar si necesitábamos algo
  2369. paréceme que estoy viendo aquel rostro moreno
  2370. tipo hermoso de la raza indígena
  2371. afinado por el cruzamiento en dos o tres generaciones obscuro
  2372. muy obscuro del color estrecha la frente alto el cráneo salientes los pómulos la barba escasa
  2373. escasísima los ojos pequeñitos negros negros y vivos la mirada franca el aire resuelto
  2374. como en todo aquel que no tiene en su vida acción que le avergüence
  2375. que a nadie teme y de nadie es temido que así se enternece a la vista de ajenos dolores como rechaza sereno
  2376. con dura franqueza con valerosa resolución a quien le ofende o desconfía de él
  2377. robusto ancho de espaldas dobladote como se dice vulgarmente
  2378. tenía una fuerza y un vigor hercúleos
  2379. a su edad nadie alardea de vigoroso y fuerte
  2380. y andrés dejaba atónitos a los mozos más fornidos en eso de echarse a cuestas un fardo y levantar y poner en el mostrador un barril de aguardiente
  2381. bajo aquella blusa azul bajo aquella camisa sin almidones ni planchados ni añiles presuntuosos
  2382. se abrigaban una musculatura de acróbata y un corazón de oro
  2383. cada visita de andrés tenía por objeto hacer bien a la familia de sus amos a sus amas
  2384. de ordinario acabado el desayuno mientras señora juana retiraba los platos
  2385. andrés se levantaba y se iba a la cocina señora juana vaya usted por allá tengo muy buen arroz
  2386. vaya usted que ahora está todo muy bueno en el changarro
  2387. hay una mantequilla que
  2388. qué ya verá usted cómo se chupa los labios el amito volvía
  2389. al pasar por la cocina hablaba en voz baja con señora juana encendía un puro
  2390. jamás se atrevió a fumar delante de mis tías
  2391. angelina tan desdeñosa conmigo cuando estábamos solos
  2392. en presencia de mis tías se mostraba amable y obsequiosa
  2393. cuando yo no la veía me miraba cuando yo clavaba en ella los ojos volvía el rostro encendida y ruborosa
  2394. me amaría la doncella sí clarito
  2395. clarito que me lo decían su aparente desdén
  2396. su cauteloso empeño en mirarme cuando yo parecía distraído y muy atento a la conversación de la anciana
  2397. después como de costumbre seguía la charla con la enferma
  2398. angelina se ponía a coser
  2399. a las veces terciaba en la conversación
  2400. cuando tía carmen estaba muy débil me costaba trabajo entenderla
  2401. como entonces su voz era trémula y apagada
  2402. la enferma se veía obligada a repetir las frases
  2403. y no lo hacía sin dar muestras de impaciencia
  2404. la doncella habituada a oirla se apresuraba a decirme lo que yo no había entendido
  2405. y apuraba el ingenio para no entristecer a la anciana
  2406. ocurrióseme una vez tratar de las muchachas más lindas de villaverde
  2407. tía carmen se prestó a la conversación
  2408. y estuvo ese día de muy buen humor
  2409. en ocasiones como aquella se complacía en charlar como una polla y en agotar el frívolo y gastado tema de noviazgos y bodas
  2410. no dejamos de nombrar a ninguna de las niñas casaderas
  2411. ninguna fué del agrado de mi tía
  2412. unas le parecían tontas coquetas feas sin gracia otras aunque bellas superficiales y vanas algunas buenas muchachas pero de mala rama como decía la enferma esto es de familias desconceptuadas e incorrectas cuales simpáticas
  2413. pero de mala educación cuales bien educaditas
  2414. pero vanidosas y muy pagadas de su letra menuda
  2415. la educación decía la educación antes que nada llegamos a la señorita fernández
  2416. esa sí exclamó la buena señora
  2417. esa sí me gusta tan bonita
  2418. tan inteligente tan buena tan sencilla es rica y tiene la sencillez de una pobre es inteligente e instruída
  2419. y no hace alarde de ello es hermosa
  2420. y no está pagada de su belleza
  2421. ay rorró agregó después de elogiar con mucho entusiasmo a la niña
  2422. así quiero una mujer para tí
  2423. el otro día se lo dije a pepa para rodolfo
  2424. solamente gabrielita no temas no temas yo sé lo que te digo
  2425. ya sabes que para esas cosas tengo yo buenos ojos
  2426. cierto pues estoy segura de que gabrielita te preferiría a cualquier villaverdino
  2427. así la pretendiera ricardo tejeda
  2428. tu amigote o el hijo de don basilio
  2429. ese muchacho que es un bobo
  2430. que no sirve más que para contar a todo el mundo cuánto vale el traje que lleva
  2431. y cuánto el caballo en que montará dentro de pocos días
  2432. no es verdad angelina no es verdad que para rorró
  2433. sólo gabriela la doncella clavó la aguja en el lienzo
  2434. y pálida como una muerta
  2435. arrasados en lágrimas los ojos
  2436. pero las tejedas no la quieren ni tampoco las castros ni las martínez
  2437. y yo no sé por qué será porque esa señorita es más elegante que ellas
  2438. y más bonita y de muy buen trato
  2439. en cuanto a eso
  2440. no hay en villaverde otra como gabrielita pero yo creo que rodolfo merece otra muchacha mejor
  2441. mejor la quieres sí porque ninguna me parece digna de él
  2442. era aquello un arranque de soberbia era ironía me volví para ver a la doncella
  2443. tía carmen prosiguió dulcemente mira rorró tú eres un buen muchacho
  2444. y por eso te queremos mucho
  2445. mira nosotras deseamos tu felicidad siempre has oído nuestros consejos
  2446. pues oye ahora uno no seas como tantos otros muchachos de tu edad
  2447. yo comprendo muy bien que los jóvenes se entusiasmen con las muchachas bonitas
  2448. es natural la edad lo quiere así pero
  2449. vamos hijo mío por qué engañar a tantas
  2450. por qué engañar a tantas antes de fijarse en aquella que ha de ser su esposa el amor no es un juego con el amor no hay que jugar
  2451. es cosa muy seria
  2452. para una persona de buenos sentimientos y de alma noble y elevada
  2453. no hay más que un amor
  2454. en la vida no se ama de veras más que una vez
  2455. la voz de la anciana se iba poniendo trémula
  2456. acaso el recuerdo de un amor malogrado le oprimía el corazón
  2457. observé que por sus mejillas exangües y marchitas rodaban gruesas lágrimas
  2458. dos lágrimas seniles de esas que no se pueden contener
  2459. la enferma buscó un pañuelo que tenía en el regazo
  2460. y levantándolo difícilmente con la única mano que tenía expedita
  2461. sí rorró prosiguió conmovida así entendía estas cosas tu papá así las entendía tu abuelito
  2462. mira oye mis consejos que no te irá mal
  2463. aunque eres pobre te casarás sí porque no te has de quedar soltero
  2464. como don román tu maestro ni has de ser sacerdote
  2465. cuánto le pedimos a dios que hagas buena elección cuando busques esposa atiende a encontrarla fina
  2466. atiende sobre todo a la educación mira que por falta de ella se pierden muchos matrimonios
  2467. lo sé bien lo sé bien yo sé lo que te digo
  2468. ante todo la educación y la prudencia
  2469. una mujer prudente es la bendición del cielo para su esposo
  2470. y la educación suele hacer veces de la prudencia
  2471. por eso gabriela me gusta para tí
  2472. te ríes ya lo veo te ríes tristemente
  2473. ya te entiendo piensas que eres pobre
  2474. y que por eso no puedes aspirar a ser amado de esa niña
  2475. y aunque no lo seas pobre
  2476. muy pobre más pobre de lo que eres
  2477. por tu familia por tu educación por todo eres muy digno de ser esposo de gabriela
  2478. me sonrojé pero no quise interrumpir a mi tía
  2479. no te rías así mira que tu risa la siento aquí
  2480. no te rías ya sé lo que me vas a contestar no hables
  2481. vas a decirme que eres pobre
  2482. y que aunque descendieras de un rey
  2483. aunque fueras un sabio y el primero por lo guapo y buen mozo
  2484. de nada te serviría todo esto
  2485. pero dime serías el primero que sin poseer caudales se casaba con una rica no
  2486. pues ya lo ves
  2487. sí tía pero no siempre en esos casos queda a salvo la dignidad
  2488. te engañas muchos pobres se han casado con ricas
  2489. y se han casado sin que su nombre pierda lo más mínimo
  2490. tal vez pero la sociedad murmura
  2491. crees tú que yo no sé los males que causa la murmuración hijo mío el mundo murmura de todo
  2492. procura que tu conciencia esté tranquila
  2493. y deja que el mundo diga lo que quiera
  2494. no engañes a ninguna muchacha
  2495. a qué mentir amores a quien no será tu esposa angelina seguía cosiendo
  2496. las campanas de la parroquia soltaron en ese momento alegre repique
  2497. ah prorrumpió la joven
  2498. la fiesta de todos santos ni quien se acordara levantóse y salió
  2499. cuando quedamos solos tía carmen me dijo ven
  2500. y mirándome tristemente agregó no seas causa de que una mujer llore un desengaño no
  2501. rodolfo no hagas eso no puedes imaginar qué de males ocasiona un hombre cuando miente amor
  2502. cásate con quien quieras
  2503. tía yo no lo haré nunca movido por el interés y la codicia
  2504. apruebo ese modo de pensar
  2505. pero si te es posible conciliar por supuesto que sin mengua de tu decoro el amor y la conveniencia
  2506. por qué desdeñar a una mujer rica por eso te decía yo que gabrielita
  2507. sí tía sí tiene usted razón pero
  2508. créame usted si algún día pienso en casarme
  2509. no consultaré más que a mi corazón
  2510. diecinueve charlé media hora en la botica de meconio
  2511. solís y don crisanto
  2512. adentro como de costumbre se tributaba culto a birján
  2513. oficiaba su gran pontífice don procopio
  2514. y entre los cofrades ví
  2515. con sorpresa al piadoso y manso don basilio
  2516. era muy aficionado a las cuarenta el señor alcalde pero nunca pasaban de un duro sus apuestas
  2517. sólo jugaba palabras textuales para matar el tiempo
  2518. célebre ciudad de jugadores fué villaverde allá en los tiempos coloniales
  2519. y sotas caballos y reyes se llevaron de allí más dineros que de la veracruz los piratas de lorencillo
  2520. ahora es decir en los tiempos en que acaecieron los sucesos que voy narrando
  2521. contaba birján pocos oratorios pero aun tenía culto en muchos sitios
  2522. antiguamente se jugaba en todas partes
  2523. en trastiendas talleres boticas mentideros y hasta en la plaza
  2524. durante la segunda quincena de diciembre
  2525. al anuncio de las rifas se regocijaban mis paisanos
  2526. y huía de villaverde la budística tristeza que de ordinario la consume
  2527. monte ruletas dados polacas y lotería de cartones
  2528. congregaban todas las noches en la plaza a los piadosos villaverdinos
  2529. que allí dejaban los cuartos para que los ediles nivelaran con el producto de las rifas el presupuesto municipal siempre deficiente
  2530. no sé lo que ahora sucede en villaverde
  2531. a ser ciertas algunas noticias que de allí recibo
  2532. aun son fieles los villaverdinos a su dios el culto ha decaído
  2533. pero la devoción vive y vivirá en ellos por los siglos de los siglos
  2534. la tertulia languidecía los pedagogos estaban displicentes y mal humorados el doctor disertaba de farmacología indígena
  2535. solís leía con avidez cierto periódico conservador
  2536. el primero que saltó a la palestra después de la catástrofe imperial
  2537. viendo que los tertulios no reían ni disputaban
  2538. me decidí a pasar la velada en la casa del dómine
  2539. además me era insoportable la presencia de los periodistas
  2540. desde el día en que me ajustaron las cuentas y pusieron en solfa mis sonetos
  2541. me repugnaba el trato de mis críticos
  2542. solamente soportables para mí cuando discutían y se peleaban
  2543. cada cual en defensa de sus ideales
  2544. nada más triste que villaverde al fin del día nada más horrendo que mi ciudad natal después de obscurecer
  2545. todo el mundo se mete en casita
  2546. y si el aburrido no acude a cualquier mentidero
  2547. es cosa de morirse de fastidio
  2548. ni un organillo que alegre aquella espantosa soledad
  2549. casi todas las casas están cerradas
  2550. qué se hacen a esa hora las dulces y modosas villaverdinas sábelo dios
  2551. ahí se están en la sala
  2552. acurrucadas en el sofá columpiándose en las mecedoras soñolientas y aburridas en espera del novio atisbando el momento oportuno para pelar la pava
  2553. me lancé a la calle
  2554. iba yo perdido en las tinieblas
  2555. camino de la casa de mi maestro
  2556. pasé por la plaza delante de la morada de gabriela
  2557. la hermosa señorita estaba en el piano
  2558. la pobrecilla para entretener sus fastidios villaverdinos
  2559. repasaba el repertorio en boga
  2560. no me detuve a escucharla
  2561. me pareció que cometía yo una infidelidad
  2562. la plaza estaba casi a obscuras
  2563. ardían los cinco faroles pero con luz tan débil y escatimada
  2564. que apenas dejaban ver los árboles
  2565. la fuente y el barandal
  2566. salían del templo algunos hermanos de la vela perpétua los vicarios departían en el cuadrante con los campaneros
  2567. y en la esquina opuesta una vendedora de frutas secas dormitaba en espera de marchantes
  2568. a la luz de un farolillo de papel
  2569. en un ángulo del cementerio una garnachera condimentaba sus fritadas
  2570. el airecillo nocturno llevaba calle abajo el picante olor de la cebolla y el hedor de la manteca requemada
  2571. salí de la botica contagiado de tristeza pedagógica
  2572. pensé en mi situación me puse a cavilar en mi suerte en que era yo pesada carga para mis tías
  2573. las cuales me habían sostenido por tantos años a costa de extremos sacrificios
  2574. aquello no podía seguir así
  2575. y bien por qué sólo de tarde en tarde me detenía yo a considerar mi penosa situación esto fué el tema constante de mis meditaciones en los primeros días
  2576. pero luego puse toda mi atención en la belleza de los campos de villaverde
  2577. en las puestas de sol
  2578. en la galanura de mis poetas favoritos
  2579. en las visitas de mi maltrecha musa
  2580. en el amor de angelina
  2581. mente maldita la mía tan divagada e inestable inquieta como una giraldilla encariñada con todas las cosas inútiles y frívolas habían pasado los ocho días de plazo señalados por castro pérez
  2582. y mi hombre no daba señales de vida
  2583. se me cerró el mundo y me ví solo en él
  2584. me dieron ganas de morir un deseo vago y dulce de morir
  2585. que entonces como ahora surge en mi corazón no solamente en momentos de angustia
  2586. sino también cuando me considero feliz grata inclinación al suicidio
  2587. en la cual no he parado mientes hasta después de cumplir los treinta años
  2588. y que como digo para mí riendo tristemente es la nota trágica de mi carácter
  2589. acaso bebí el germen pesimista en las fuentes románticas en algunas páginas de chateaubriand
  2590. en el werther en las cartas de fósculo
  2591. que repasé mil y mil veces en los melancólicos versos de mis poetas favoritos
  2592. después he leído las obras de leopardi
  2593. de schopenháuer y de hártman
  2594. y confieso que me son simpáticos
  2595. aunque no acepto sus ideas
  2596. este mundo es un valle de lágrimas
  2597. pero la vida del hombre es pasajera
  2598. y algo divino llevamos aquí dentro
  2599. no hay grandes caracteres ni almas grandes sino a condición de ser templadas en el fuego del dolor
  2600. sin él qué seria el hombre algo así como la planta que vive y muere sin darse cuenta de su existencia algo como la piedra que reposa en la cantera o rueda en el camino
  2601. conservo íntegras las creencias en que fuí criado guardo incólume la fe de mis padres
  2602. y ella ha sido para mí
  2603. en mis horas negras en mis días tristes fuente de consuelo faro salvador ella alivió mis dolores y restañó siempre las heridas más hondas de mi corazón con el bálsamo de las eternas esperanzas
  2604. tenga usted paciencia rorró me decía angelina vaya usted a la iglesia y pídale a la virgen amparo y protección
  2605. entonces recordé estas palabras de la doncella
  2606. palabras que resonaron detrás de mí como si ella me hablase al oído
  2607. enfrente estaba el templo
  2608. desde la calle veía yo la humilde lamparita del sagrario
  2609. me encaminé hacia la iglesia
  2610. busqué el rincón más retirado y allí oré oré con fervor de mujer
  2611. pero a poco me quinientos uno a considerar lo augusto del templo
  2612. la majestad del edificio lo suntuoso del altar el efecto que producían en muros y columnas las luces de los hachones las sombras que al titilar de las flamas bailaban en las pilastras una danza de endriagos espantables y trémulos
  2613. y hasta me reí de la grotesca figura de los devotos
  2614. del sonsonete de sus rezos
  2615. de un estornudo inoportuno que vino a interrumpir una oración solemnemente principiada
  2616. y después por una de esas volubilidades de la fantasía
  2617. me imaginé que era el amanecer que el altar estaba adornado con rosas blancas que resplandecía iluminado con centenares de luces y que una joven
  2618. en traje de boda oraba en un reclinatorio una joven elegantísima
  2619. no sé si angelina o gabriela
  2620. cubierta graciosamente con el velo nupcial
  2621. cerca de ella estaba el caballero que iba a ser su esposo
  2622. entregado a tales fantasías no advertí que los devotos se habían ido
  2623. hasta que el sacristán pasó cerca de mí
  2624. sacudiendo un manojo de llaves
  2625. salí y a poco estaba yo en la casa de don román
  2626. el anciano se disponía a cenar
  2627. quieres chocolate no es de lo mejor pero te le ofrezco de buena voluntad
  2628. recibiste mi esquelita no
  2629. pues todo queda arreglado
  2630. sacó del bolsillo una carta y me la dio
  2631. no dejé de sonreirme
  2632. de qué te ríes muchacho ah ya me lo imagino
  2633. de los disparates de castro
  2634. pues no te rías
  2635. castro pérez es un hombre muy instruido
  2636. lo será pero no sabe una palabra de
  2637. hijo defectos de la educación antigua pero
  2638. mira prefiero mil veces estos abogados que no saben escribir con propiedad y corrección a esos sabios de nuevo cuño
  2639. don román engullía sopas y sopas
  2640. pues ya lo sabes mañana a las nueve te presentas en la casa de castro
  2641. mañana no tienes razón mañana es día de fiesta
  2642. y pasado mañana día de difuntos
  2643. poco vas a ganar muchacho pero algo es algo ya veremos si después encontramos cosa mejor
  2644. castro pérez había despedido a su escribiente
  2645. y en atenta carta avisaba a mi maestro que el empleo estaba a mi disposición
  2646. hacía grandes elogios de mí y se prometía encontrar en el nuevo amanuense un joven inteligente
  2647. yo dije para mí cuando leí el párrafo y que gane poco veinte salí de allí muy alegre y regocijado
  2648. angelina salió a encontrarme
  2649. doña carmelita ha tenido un ataque horroroso
  2650. como nunca hace mucho tiempo que estaba bien comía con apetito
  2651. es cierto que iba perdiendo las fuerzas
  2652. pero no tenía esos ataques
  2653. esas convulsiones que a mí me asustan
  2654. corrí al cuarto de la enferma
  2655. halléla sosegada había tomado alimento y parecía dormitar
  2656. y quién me aseguraba que aquel sosiego no era síntoma de suma gravedad la anciana había sufrido uno de esos ataques que caracterizaron el principio de su enfermedad una convulsión general
  2657. mayor en un brazo y una inquietud que no la dejaba queda cinco minutos
  2658. ni en la cama ni en el sillón estaba a gusto era preciso traerla y llevarla de aquí para allá
  2659. a cada instante se quejaba diciendo esta convulsión interior que me mata a poco despertó
  2660. y quiso levantarse y caminar por la habitación
  2661. apoyada en angelina y en mi tía pepa
  2662. las extremidades inferiores eran más débiles cada día
  2663. la pobre temía caerse y su angustia aumentaba al considerar que sus enfermeras no podrían sostenerla
  2664. acudí a relevar a mi tía
  2665. esperando que la anciana segura de mi vigor
  2666. se mostrara más decidida y animosa
  2667. tú no sabes llevarme
  2668. voy mejor con pepa
  2669. en vano quise imponerme dulcemente fingiendo que no acertaba yo a comprender por qué rehusaba mi ayuda
  2670. en el sillón en el sillón era su voz tan débil que apenas la oíamos
  2671. en nuestra congoja creímos por momentos que iba a expirar
  2672. en esto llegó el doctor
  2673. qué tal mi señora esos nervios esos nervios sentóse cerca de mi tía
  2674. y mientras conversaba con nosotros y bromeaba con angelina estuvo observando a la enferma
  2675. es un accidente penoso pero que no debe preocuparnos
  2676. vamos mi señora doña carmen ánimo
  2677. ánimo que ya todo pasó dónde está ese valor famoso veamos esa lengua
  2678. y el apetito bien pues calma
  2679. y valor valor y dirigiéndose a la joven vaya
  2680. niña una tacita de té de hojas de naranjo
  2681. con unas gotas de éter
  2682. la enferma parecía no poner atención a los dichos del médico
  2683. ya lo ves no creo en nada de esto recetó sarmiento unas cucharadas y una pomada
  2684. le acompañé hasta el zaguán
  2685. doctor dígame la verdad
  2686. cómo ve usted a mi tía mal muchacho
  2687. muy mal pero no te aflijas esto va largo
  2688. a menos que cualquier día sobrevenga otra cosa
  2689. la enfermedad sigue su curso
  2690. volverá usted mañana no es preciso
  2691. que observe el régimen que tengo prescrito reposo
  2692. distracción buenos alimentos una copita de vino en cada comida
  2693. y adelante que no esté sentada todo el día que camine que se mueva que salga por aquí
  2694. que vaya a la salita
  2695. la inmovilidad es perjudicial que ande
  2696. que camine hasta donde pueda
  2697. pronto será completa la parálisis
  2698. don crisanto me vió tan apenado
  2699. que me puso una mano en el hombro y me dijo cariñosamente muchacho
  2700. y vamos dime qué tal andamos de dinero mal
  2701. doctor precisamente iba yo a decirle a usted que no podemos pagarle la visita
  2702. pagarme la visita prorrumpió casi colérico pagarme la visita ni ésta
  2703. ni cien ni mil más ninguna cuándo he cobrado yo en tu casa por mis servicios soy amigo viejo de tu familia
  2704. fuí condiscípulo de tu padre
  2705. oyelo bien sabes a quién debo la carrera pues a tu abuelo
  2706. ya verás que no puedo venir a esta casa por interés
  2707. mira muchacho no vuelvas a hablarme de eso
  2708. qué pero ni qué peras cuánto agradecí al facultativo su desinterés bien sabe dios que nunca he olvidado tanta generosidad pero esa noche me sonrojé
  2709. me dio vergüenza aceptar los servicios del médico
  2710. prosiguió don crisanto en tono afable ya te resolvió castro pérez vas a servirle de amanuense el martes estaré por allá
  2711. no entiendo nada de esas cosas
  2712. bueno pero todo se aprende
  2713. hijo eso es el huevo de juanelo cuánto vas a ganar no lo sé todavía
  2714. de seguro que será poco
  2715. sonrió sarmiento me hizo una caricia y me dijo en voz baja
  2716. casi al oído ten paciencia yo te buscaré algo mejor
  2717. más bien dicho ya tengo para tí una colocación
  2718. no todo sale a medida del deseo
  2719. y no podremos contar con el destino hasta dentro de dos meses
  2720. fernández necesita un empleado en su hacienda de santa clara
  2721. allí ganarás un poco más
  2722. cuál no servir para el caso sí
  2723. qué entiendo yo de cosas de campo aprenderás
  2724. estarás allí muy contento
  2725. fernández es persona muy fina
  2726. trata muy bien a sus empleados
  2727. y aunque así no fuera estás obligado a no perder la oportunidad
  2728. adiós muchacho tengo por ahí un enfermo de suma gravedad
  2729. un ranchero que va que vuela para el otro mundo
  2730. tendióme la mano y agregó nada digas a castro pérez de eso del empleo en santa clara
  2731. eh ya estás advertido
  2732. chitón no te apenes al ver a tu tía
  2733. eso no es nada la enferma estaba tranquila
  2734. angelina y mi tía se la pasaron en claro
  2735. desde mi cuarto las oía yo que iban y venían
  2736. entonces comprendí toda la abnegación de la doncella
  2737. cuidaba a la anciana dulce y cariñosamente
  2738. fina y bondadosa con todos con ella extremaba sus delicadezas
  2739. la mimaba todos sus deseos eran mandatos para angelina
  2740. y sufría resignada desagrados y reprensiones
  2741. el mal humor caprichoso de los enfermos
  2742. que de nada están contentos
  2743. y que se impacientan sin motivo
  2744. esta niña me conversaba tía pepa es un ángel creo que por eso le pusieron angelina
  2745. no tiene sueño tranquilo cada noche se levanta dos o tres veces para ver a carmen y darle el alimento y la medicina
  2746. a mí no me gusta eso
  2747. porque no tiene obligación de velar a tu tía
  2748. eso me toca a mí
  2749. ya se lo he dicho pero ella no dejaría
  2750. por nada de este mundo
  2751. que me levantara yo a deshora
  2752. el otro día como le dijera que iba yo a velar a carmen
  2753. me contestó un poco mohina
  2754. como impaciente y molesta no
  2755. si yo lo hago con mucho gusto usted ya no está para eso
  2756. de día tiene usted mucho que trabajar
  2757. no no el día que yo no quiera hacerlo
  2758. mira rorró yo creo que angelina ha de parar en hermana de la caridad
  2759. un día que hablábamos de eso salió diciéndome sí
  2760. señora por qué no y es muy capaz de ser un modelo de hermanas de la caridad lo mismo para enseñar a los niños
  2761. que para cuidar a los enfermos
  2762. el señor cura dijo el otro día
  2763. en casa de don román
  2764. que no hay en las conferencias de san vicente otra socia como angelina
  2765. ahora es secretaria de la conferencia de la parroquia
  2766. y todos están muy contentos
  2767. no sé si angelina habrá nacido para ser casada
  2768. pero la verdad rorró si te casaras con angelina a mí me daría mucho gusto
  2769. mucho mucho sí porque la quiero tanto como a tí
  2770. como ella se lo merece porque así todo quedaría en casa porque a esa niña la miro como algo nuestro
  2771. como persona de la familia
  2772. veintiuno villaverde se regocija de cuando en cuando
  2773. y tiene sus fiestas y sus paseos populares
  2774. no siempre ha de estar triste y malhumorada
  2775. el día tres de mayo acuden los villaverdinos a la herbosa alameda de santa catalina
  2776. pasan la mañana en los callejones del escobillar
  2777. recorren todo el barrio se reúnen en los solares
  2778. y allí comen el tradicional mole de guajolote
  2779. y los tamales de frijol
  2780. a la sombra de los naranjos y de los jinicuiles rumorosos
  2781. por la tarde hombres y mujeres ancianos jóvenes y niños suben a la colina del escobillar
  2782. donde un viejo borrachín ya medio loco por el aguardiente
  2783. y muy conocido de mis paisanos
  2784. clava una gran cruz de madera en una roca de la vertiente oriental
  2785. al son de las músicas
  2786. al estallido de los petardos
  2787. y al disparar de los morteretes
  2788. pero el paseo más hermoso es el dos de noviembre
  2789. en un pueblecillo cercano situado en el borde izquierdo de la barranca de mata espesa
  2790. no lejos del punto en que rápido y espumante se despeña el pedregoso
  2791. recorred ese día las calles de villaverde y las veréis desiertas
  2792. todo el mundo está de gira el pobre lo mismo que el rico
  2793. vánse con sus familias muy de mañana antes que el sol caliente
  2794. después de oír dos o tres misas por los difuntos
  2795. allí en las húmedas y boscosas calles de barrio viejo
  2796. encontraréis a todos los villaverdinos unos a caballo
  2797. luciendo el potro rijoso y bien enjaezado
  2798. el pantalón ceñido el sombrero suntuoso y el zarape de mil colores otros
  2799. en viejos y desvencijados carruajes los más
  2800. caballeros en el corcel de san francisco
  2801. desde la entrada del pueblo principian los puestos
  2802. las vendimias como dicen en villaverde las fondas y los figones
  2803. improvisados bajo un toldo de manta
  2804. o a la sombra de una enramada
  2805. por todas partes vendedores de frutas
  2806. de torrados de cacahuates de tepache de bizcochos y de dulces
  2807. hay allí cosas para todos los gustos
  2808. desde lejos percibiréis el olor del mole que hierve en grandes cazuelas
  2809. y os dejarán aturdidos el incesante vocerío de los vendedores
  2810. el gritar de los chicos
  2811. y el cantar báquico de los artesanos que han cogido la zorra
  2812. los habitantes del pueblo indígenas viciosos y haraganes ven invadidas sus casas por la multitud
  2813. y los indizuelillos andan asustados en los cafetales o se asoman a través de los vallados de hierba para mirar a los transeúntes
  2814. llamadlos y al punto echarán a correr como gamos perseguidos
  2815. en los jarales huele a copal quemado
  2816. y de la calle a la puerta de las cabañas un reguero de cempaxóchiles os guiará hasta el lugar en que estuvo la ofrenda dedicada a las almas de los que dejaron para siempre este mundo de dolor
  2817. es curioso notar que mis paisanos
  2818. los budistas villaverdinos nunca se alegran y regocijan como en día tan lúgubre y de tan penosas memorias
  2819. no podía suceder de otra manera en la ciudad de las almas tristes
  2820. cómo suspiré en el colegio por aquella fiesta y aquel paseo así es que al ver que tía carmen seguía bien me encaminé hacia barrio viejo
  2821. la tarde era espléndida una linda tarde de otoño
  2822. hormigueaba la multitud en la ancha calle puertas y ventanas estaban cuajadas de muchachas bonitas
  2823. y era aquello un conjunto de gentes festivas y alegres
  2824. tan pintoresco y hermoso que no le olvidaré jamás
  2825. unas que iban bulliciosas y parlanchinas otras
  2826. que volvían cansadas arrepentidas cargando el cesto de la comida
  2827. mozos encandilados por el alcohol que se detenían para requebrar a las chicas honrados padres de familia que bregaban con la prole máxima
  2828. mientras la esposa traía en brazos al mocoso rebelde y llorón
  2829. más allá un viejo de capote antes negro y ahora tornasol
  2830. cofrade de la vela perpétua
  2831. hermano de la tercera orden de san francisco el panadero de flamante azulada camisa
  2832. faja purpúrea flecada de blanco y sombrero a lo terne unos rancheros
  2833. muy orondos con la calzonera de pana y el sombrero galoneado unas lavanderas
  2834. que hacían ruido de huracán con sus enaguas tiesas unos gachupincillos
  2835. vendedores de ropa o dependientes de el puerto de vigo
  2836. inocentones recién llegados toscos de pies mirando a todos con airecillo protector una media docena de pisaverdes villaverdinos
  2837. jinetes en buenos caballos y al fin solo en el overo acabado de comprar
  2838. esa tarde pude admirar la hermosura de las muchachas más lindas de villaverde
  2839. sencillas vestiditas modestamente ajenas a las modas y a los figurines de parís modositas
  2840. tímidas pacatas tristes como si a los quince años empezaran a envejecer niñas grandes
  2841. que me parecían sin ilusiones ni esperanza
  2842. y para quienes el mundo se reducía a la silenciosa ciudad nativa
  2843. las mas aristocráticas que también tiene aristocracia villaverde avanzaban lentamente
  2844. no irían hasta barrio viejo ni visitarían la cascada se quedarían a medio camino
  2845. en la casa de cualquier amigo allí les darían asiento
  2846. e instaladas en la acera alfombrada de césped se divertirían con los paseantes
  2847. los carruajes pasaban dando tumbos mortales
  2848. y los jinetes sacando chispas del empedrado
  2849. al caracolear de la escarceadora caballería
  2850. de trecho en trecho un mozo de cordel un artesano o algún hortera
  2851. ni una nube en el cielo
  2852. el cielo de un hermoso azul el sol poniéndose detrás de la colina del escobillar
  2853. y al noroeste soberbias montañas
  2854. el pie nevado del citlaltépetl
  2855. avanzaba yo entretenido con el espectáculo de aquella regocijada multitud
  2856. cuando columbré a castro pérez
  2857. venía cansadísimo fatigado como perro jadeante apoyándose en el bastón de puño de oro
  2858. arrollada sobre los hombros la española capa
  2859. echado hacia la nuca el sombrero de copa
  2860. había ido a pasear por los callejones de barrio viejo su esponjada prosopeya
  2861. al verme se detuvo amiguito va usted a donde todos
  2862. no es eso vengo medio muerto llegó usted hasta la cascada guárdeme el cielo no pasé de la puerta
  2863. y ya no puedo con mi humanidad
  2864. echóse para atrás y mirándome por sobre las gafas agregó ayer escribí a lópez
  2865. tendré mucho gusto en darle a usted el empleo
  2866. me gustan los jóvenes como usted
  2867. ya veremos ya veremos si encuentro en mi nuevo amanuense lo que deseo y he buscado siempre un joven inteligente
  2868. mañana me tendrá usted por allá
  2869. bien bien a las nueve
  2870. a las nueve en punto
  2871. me gusta mucho la exactitud
  2872. iba yo a seguir la conversación pero el abogado me interrumpió bruscamente y tendiéndome la mano me dijo adiós que usted se divierta no bien me separé de castro pérez
  2873. cuando oí a mi espalda un ruido de carruaje ligero
  2874. no sonaba como los otros vehículos de villaverde
  2875. como carro viejo o diligencia desvencijada
  2876. resonaba con ese ruido uniforme compacto de los trenes suntuosos que nos hacen presentir mujeres hermosas y en privanza
  2877. volví la vista y me encontré con un carruaje abierto
  2878. nuevo flamante de ruedas altas y ligeras en las cuales centelleaba el sol
  2879. ocupaban el coche un caballero de noble aspecto
  2880. de barba gris y una señorita que atraía las miradas de la multitud por su hermosura y la elegancia de su traje
  2881. vestía de color obscuro y llevaba cubierta la cabeza con un gorro de blondas sobre las cuales resaltaba una rosa de alejandría
  2882. un grupo de galanos jinetes se detuvo para saludarla
  2883. el coche pasó como un relámpago
  2884. me detuve un instante y seguí con mirada curiosa a la encantadora señorita
  2885. deslumbrado a veces por el reflejo del sol poniente que centelleaba en las brillantes ruedas del carruaje
  2886. veintidós acudí con toda puntualidad a la cita del abogado
  2887. aguardé en la esquina próxima la hora señalada
  2888. y al sonar ésta en el reloj de la parroquia me presenté en el despacho
  2889. el jurisperito gran madrugador había vuelto de misa y del acostumbrado paseo por la alameda de santa catalina
  2890. o sea el bosque pancracio de la vega
  2891. y muy instalado en su poltrona aguardaba la llegada de su nuevo amanuense
  2892. adelante joven dijo en alta voz
  2893. adelante bien bien me place la exactitud tome usted asiento
  2894. voy a decirle cuáles son aquí sus obligaciones
  2895. no hay aquí mucho trabajo pero bueno es que sepa usted
  2896. amigo mío que aquí no se pierde el tiempo puede usted ordenar lo que guste
  2897. respondí sentándome en una silla de ojo de perdiz
  2898. vendrá usted a las ocho de la mañana
  2899. me entiende usted en punto saldrá usted a la una
  2900. hora de ir a comer
  2901. en punto de las tres trabajaremos hasta las cinco
  2902. a esa hora puede usted retirarse
  2903. cuando tengamos algo extraordinario trabajaremos hasta concluir
  2904. pero esto no sucede más que de tarde en tarde
  2905. está usted conforme sí pues bien
  2906. quedamos arreglados si al llegar ve usted cerrado el despacho
  2907. señal es de que aun no vuelvo o de que estoy durmiendo la siesta
  2908. entonces pide usted las llaves a las niñas
  2909. no quiero retribuir el trabajo de usted como a los demás
  2910. así lo hice con otros pero con usted será otra cosa
  2911. le estimo a usted y a su familia y me complazco en proteger a los jóvenes listos y de porvenir
  2912. por lo cual he decidido señalar a usted un sueldo fijo
  2913. así no quedará usted expuesto a contingencias nocivas para sus intereses
  2914. hizo una pausa me vió de arriba abajo
  2915. y agregó tendrá usted quince pesos mensuales
  2916. me parece que para empezar es una cantidad
  2917. era una miseria sin duda pero dadas mis circunstancias aquella cantidad me pareció el premio gordo
  2918. en los términos más corteses contesté que agradecía el favor
  2919. y que procuraría corresponder a la confianza que se me dispensaba
  2920. castro pérez me interrumpió joven me prometo hallar en usted lo que tanto he deseado
  2921. lo que hasta hoy no pude conseguir un escribiente activo
  2922. no perdamos el tiempo
  2923. en aquella habitación encontrará usted lo necesario para escribir
  2924. vamos a despachar antes de que principien a llegar los clientes
  2925. esto es atroz no paro en todo el día
  2926. esto parece un jubileo
  2927. se levantó y fuimos a la pieza contigua
  2928. en facha voy a dictar un escrito
  2929. me puse en facha
  2930. castro pérez se caló una gorra de terciopelo verde bordada de oro
  2931. a manera de fez con una gran borla que colgaba hacia atrás y se balanceaba como un péndulo
  2932. mi hombre se compuso las gafas
  2933. y con las manos atrás
  2934. ocultas bajo los faldones de la pringosa levita
  2935. principió a pasearse mientras yo con el papel delante y lista la pluma
  2936. después de largo silencio durante el cual el jurisperito recogió sus ideas
  2937. y tosió y se sonó con el inmenso pañuelo de hierbas
  2938. habló en tono muy enfático ciudadano juez
  2939. dos puntos y yendo y viniendo castro pérez dictó larguísimo alegato
  2940. en estilo pesado difuso verdaderamente fatigador empedrado de latines y citas de las partidas
  2941. mi hombre se las sabía al dedillo
  2942. y lleno de los mil primores y maravillas de la jerga jurídica
  2943. castro pérez alardeaba de ser un dictador de primera fuerza
  2944. como césar isabel de inglaterra napoleón y el arzobispo munguía
  2945. es verdad que dictaba sin tropiezos ni vacilaciones
  2946. sin que fuera preciso repetirle la frase anterior
  2947. sin que el amanuense le hiciera eco
  2948. murmurando entre dientes la última silaba de la palabra final pero así salía aquello
  2949. compadecí de todo corazón al infeliz magistrado que tendría que echarse al coleto el indigesto fárrago
  2950. y temí que de puro aburrido sentenciara en contra de los patrocinados por castro pérez
  2951. leí en alta voz el alegato
  2952. mi hombre quedó satisfecho
  2953. mucha lógica veamos esos latines
  2954. no les puso tacha
  2955. entonces le hice observar muy delicadamente que se le había escapado una concordancia gallega
  2956. una de aquellas concordancias por las cuales nos castigó tantas veces don román
  2957. no joven replicó disgustado castro pérez así está bien en eso sí que ninguno me enmienda la plana
  2958. así está bien así debe ser recuerde usted aquella reglita del nebrija
  2959. y no la dijo
  2960. mi hombre prosiguió amigo sepa usted que en esa materia no le temo a nadie
  2961. ni a lópez su maestro de usted
  2962. que lo vale lo vale para eso de los tiquismiquis gramaticales larga y erudita polémica tuvimos él y yo
  2963. escribimos más que el tostado
  2964. román decía que debe decirse villaverdino yo
  2965. la victoria fué para mí
  2966. efectivamente en villaverde todos decían y escribían villaverdino
  2967. hasta que en mala hora se le ocurrió a un periodista dudar de la acertada formación de la palabreja
  2968. se alborotó el cotarro salió a contender el pomposísimo saltó a la palestra castro pérez charlaron los pedagogos a su sabor la cosa llegó al cabildo
  2969. y los ediles tuvieron asunto para varias sesiones
  2970. villaverde se dividió en dos bandos villaverdinos el uno
  2971. vilaverdino el otro y se armó la de dios es cristo
  2972. el dómine y el abogado se dijeron mil perrerías el periodista se metió en cabaña
  2973. y la budística ciudad estuvo mucho tiempo entretenida con la polémica
  2974. por fin el gobierno del estado puso término a las disputas
  2975. expidió una circular que cayó como bomba en villaverde
  2976. con la tal circular sancionó el ejecutivo la opinión de castro pérez
  2977. desde entonces en mi querida ciudad natal todo el mundo dice y escribe vilaverdino
  2978. menos don román que no se da por vencido
  2979. firmó el jurisconsulto su alegato se quitó el bordado fez
  2980. tomó el sombrero y el bastón
  2981. y se fué a la calle
  2982. apenas salió el jurisconsulto me puse a examinar el despacho
  2983. era el despacho típico de los abogados de provincia
  2984. en una la que estaba destinada al amanuense
  2985. unos estantes con papeles y legajos polvorientos
  2986. comidos de la polilla folletos y periódicos en paquetes atados con hilo de campeche una mesa secular
  2987. cubierta con una carpeta de paño verde
  2988. manchada de tinta gran tintero de plomo
  2989. una marmajera del mismo metal
  2990. dos plumas dignas del gabinete de un arqueólogo
  2991. y un retal de casimir negro para limpiar las plumas
  2992. procedente sin duda de algún pantalón viejo del abogado
  2993. enfrente de la mesa un banco conventual y tres sillas desvencijadas
  2994. para los clientes que esperaban audiencia
  2995. las paredes blanqueadas con cal el piso ladrillado y sucio
  2996. qué falta hacían allí unas escupideras tenía mejor aspecto el gabinete de castro pérez
  2997. paredes piso y techo iguales a los de la otra pieza
  2998. aseado en cuanto era posible dada la incuria de su dueño
  2999. el tal gabinete mereció toda mi atención
  3000. daba frío el frío polar que sentirán los que pierden un pleito
  3001. y se arruinan y se quedan a un pan pedir por culpa de un patrono ignorante
  3002. muebles dos estantes de cedro con alambrera llenos de libros viejos infolios monumentales añosos pergaminos que nadie tocaba
  3003. en los cuales ninguno ponía mano
  3004. y que estarían hechos polvo
  3005. y cuenta que según me dijo cierto día castro pérez
  3006. valían mucho mucho mucho nada joven repetía el abogado acariciándose el abdomen
  3007. en esos libros está la ciencia
  3008. todo lo que ahora priva lo encuentra usted allí
  3009. en esos librotes que ve usted allí
  3010. tan desdeñados por los eruditos a la violeta
  3011. es donde beben los sabios de hoy cuanto hay de bueno en sus flamantes teorías
  3012. y luego nos presentan sus novedades
  3013. muy orondos y pagados de sí aquí viene muy a pelo lo que dijo un músico célebre de un innovador
  3014. en todas esas sabidurías de los abogados de hoy no falta lo nuevo
  3015. ni lo bueno es nuevo ni lo nuevo es bueno sí
  3016. joven no hay que tomarlo a broma o a engreimiento mío con las cosas antiguas en esos pesados volúmenes está la ciencia
  3017. casi en el centro del gabinete
  3018. una mesa una gran mesa con su cubierta de paño verde
  3019. que caía hasta cerca del suelo
  3020. dejando ver los pies del mueble
  3021. unas garras de león o de grifo que hincaban en sendas esferillas las pujantes uñas
  3022. como en mísera presa famélico milano
  3023. cargada de legajos y mamotretos aquella mesa característica no tenía espacio libre en su ancha superficie
  3024. detalle fastuoso de aquel cerro de papeles valioso tintero de plata
  3025. sin uso porque castro pérez se servía de uno de plomo un verdadero tintero colonial
  3026. de oidor enriquecido o de canónigo próximo a obispar
  3027. con una campanilla que le servía de tapa
  3028. de entre aquella cordillera de olvidados expedientes
  3029. de los cuales hasta sus dueños habían perdido el recuerdo
  3030. y aglomerados allí por la contumaz procrastinación del ilustre papiniano villaverdino de entre aquella balumba de papeles amarillentos y polvorosos surgía un crucifijo
  3031. un cristo de talla hecho en guatemala al decir de don juan
  3032. la divina imagen fija en el madero con cuatro clavitos de plata
  3033. desencajadas las facciones pálido el rostro amoratadas las sienes afilada la nariz los ojos mortecinos los labios entreabiertos por la agonía
  3034. me pareció que dirigía a los mamotretos echados en olvido
  3035. dolorosa mirada de extraña compasiva piedad
  3036. el único mueble moderno que allí había era una poltrona de caoba
  3037. obsequio de algún cliente agradecido
  3038. en ella se arrellanaba el jurisperito con gravedad de obispo en misa pontifical
  3039. cerca de la ventana sobre un tapete empalidecido dos butaques medellineros de cuero resobado y lustroso
  3040. y un gran sillón incomparable para dormir la siesta
  3041. los visillos de la vidriera en un tiempo blancos tenían hoy color de ceniza húmeda
  3042. y en sus pliegues eran visibles los estragos de la polilla
  3043. frontero a la ventana encima de una mesa entre dos jarrones de porcelana
  3044. un reloj de cristal una lira con la esfera de cobre dorado y las cifras esmaltadas de azul
  3045. bajo roto fanal cuyas partes estaban cogidas con lañas de papel
  3046. la forma de aquel reloj recordaba las aficiones poéticas del jurisperito
  3047. parado siempre mudo siempre señalando la misma hora
  3048. me parecía aterrador como la eternidad
  3049. entre un estante y la pared estaba otro reloj de pesas
  3050. en larga y estrecha caja de ébano
  3051. previo un sordo gruñido de sus intestinos de cobre
  3052. soltaba un repique de cien campanillas de timbre agudo y disonante
  3053. y luego con voz grave y solemne daba la hora tón tón tón
  3054. yo al ver aquellos relojes me decía uno para los clientes
  3055. a la derecha junto a la ventana un cuadro atribuído a cabrera san juan nepomuceno
  3056. vestido como un canónigo angelopolitano
  3057. presentando asida con el pulgar y el índice de la mano derecha
  3058. el rostro del mártir me causaba risa era una carita de tonto
  3059. pálida risueña sin majestad sin nobleza sin la expresión augusta que corresponde a santo tan ilustre
  3060. a la izquierda en un marco dorado bajo un cristal verdoso y orlado de oro sobre fondo negro
  3061. un retrato de don antonio lópez de santa anna
  3062. de gran uniforme al cuello la cruz de guadalupe
  3063. uno igual había en mi casa
  3064. la buena de mi tía pepa le relegó al cuarto del baño
  3065. allí está bien decía cuando le hacíamos notar la profanación
  3066. allí allí está bien a ese maldito viejo debemos todas nuestras desgracias a eso de las diez comenzaron a llegar los clientes
  3067. primero una logrera irascible que se fué echando chispas
  3068. muy quejosa del abogado después unos indios que entraron tímidos y respetuosos
  3069. con el sombrero entre las manos
  3070. vestidos de limpio al hombro el zarape purpúreo
  3071. traían para don juan un par de pavos
  3072. qué pavos que ni de encargo para un mole en los callejones de barrio viejo el día de difuntos habló el más listo
  3073. aquí te lo trais el guajolotito de la ofrenda para el siñor licenciado
  3074. alguien me dijo después que aquellos hijos de motecuhzoma eran ediles de un pueblo cercano
  3075. clientes de don juan en un lite de quince años
  3076. para recuperar una dehesa y una faja de monte
  3077. veintitrés grato pasatiempo diario fué para mí la tertulia que se reunía todas las tardes
  3078. dadas las cinco en el despacho del jurisconsulto
  3079. concurrían de ordinario en aquel sitio
  3080. el doctor sarmiento a menos que los deberes de su profesión se lo impidieran
  3081. don cosme linares y el escribano quintín porras
  3082. este era el alma de la tertulia por lo bullicioso y decidor
  3083. inteligente instruído perspicaz oportuno hacía que le oyéramos sin darnos cuenta de las horas que pasaban
  3084. recibió el título a mediados del sesenta y siete había estudiado en villaverde
  3085. en pluviosilla y en méxico
  3086. leía mucho y aunque joven y al parecer ligero tenía grande afición a los estudios serios gustaba de las ciencias eclesiásticas
  3087. y siempre andaba a vueltas con la moral y la teología
  3088. había que escucharle cuando soltaba la sin hueso
  3089. le dominaban dos pasiones la de controvertir y disputar
  3090. y otra muy dulce y pacífica el tresillo nocturno en casa de sarmiento
  3091. baltronero como el mejor a causa de la vehemencia de su carácter
  3092. cuando tomaba la palabra era imposible cortarle la hebra del discurso
  3093. cuando él peroraba nadie metía baza era capaz de discutir con el lucero del alba
  3094. y hasta con los moradores de ultra tumba
  3095. cierta vez así lo cuentan en villaverde
  3096. el amigo porras fué llevado a un círculo espiritista
  3097. con visos de lógia masónica
  3098. fundado recientemente por don juan jurado
  3099. el gran círculo centro de teósofos y de libres pensadores
  3100. formando al uso del liberalismo más avanzado
  3101. era por aquellos días piedra de escándalo para los piadosos timoratos villaverdinos
  3102. y dió quehacer y congojas al cura y a sus vicarios
  3103. solís y qué más hasta puso en manos del pomposísimo la pluma gloriosa del apologista
  3104. los individuos de la sociedad católica fundaron un periódico
  3105. la era cristiana que sea dicho de paso y repitiendo las palabras del dómine
  3106. es el papel que habla más alto en favor de la cultura villaverdina
  3107. le redactaba don román ayudado por el exclaustrado y por castro pérez
  3108. porras no pudo refrenar sus bríos
  3109. y se metió a periodista
  3110. y publicó en la era unos articulillos con mucha sal y pimienta y mucho sí señor
  3111. enderezados a impugnar las nuevas y perniciosas doctrinas
  3112. mucho me dieron que reír los articulitos de porras
  3113. quien bajo el seudónimo de canta claro
  3114. hizo gala de sus saberes y dió cada felpa a los ardorosos discípulos de allán kardec
  3115. que dios tocaba a juicio
  3116. los del bando espiritista no se quedaron callados
  3117. y a su vez sacaron un papel
  3118. rotulado la nueva revelación en el cual trataron a los de la era poco menos que como a cafres o negritos del congo
  3119. porras especie de veuillot villaverdino cobró alientos apuró su ciencia y extremó sus sátiras contra los que él llamaba destructores de la unidad religiosa de la blasonada ciudad
  3120. se armó el zípizape villaverde tuvo con qué entretenerse cada domingo
  3121. y las cosas subieron a tal punto que a poco se llegan a las manos los exaltados contendientes
  3122. el cura persona muy juiciosa y prudente
  3123. puso paz en ambos ejércitos
  3124. y la budística población volvió a su calma y tranquilidad habituales
  3125. antes de que las cosas llegaran a tal altura
  3126. venegas presidente del nigromántico senado supo o sospechó que canta claro era mi amigo porras
  3127. y acometió la empresa de llevarle al círculo para que presenciara las maravillas que allí se producían
  3128. sacó el cuerpo mi don quintín pretextó ocupaciones se negó a tratar del asunto
  3129. como no fuera en los periódicos pero agustín perseveró en la empresa
  3130. la curiosidad pudo más en el ánimo del improvisado escritor que las censuras de la iglesia
  3131. porras fué llevado a una reunión extraordinaria
  3132. especialmente convocada para que el incrédulo canta claro saliera de allí vencido por los hechos
  3133. así lo dijo en varios corrillos el sabihondo jurado que era el más fanático de la cohorte nigromántica
  3134. allí tuvo que habérselas mi amigo con el mismísimo voltaire
  3135. el célebre escritor no tardó en acudir al llamado de la pitonisa
  3136. y ésta escribió bajo la influencia del evocado espíritu
  3137. en castellano de gacetilla y en estilo difuso y pesado
  3138. semejante al de los redactores de la nueva revelación
  3139. no sé cuántas perrerías luteranas
  3140. es fama que al oirlas saltó porras en el asiento
  3141. como lanzado por un resorte
  3142. y pidió la palabra para decirle a voltaire cuanto era del caso
  3143. echóle en cara su mala fe
  3144. las contradicciones de sus escritos y su desprecio para con la nación francesa citó textos del mismo voltaire que decían de la confesión cosas muy distintas de las que ahora repetía
  3145. y acabó con grandísimo escándalo de los sectarios
  3146. por negar que fuese voltaire quien hablaba por boca de la pitonisa
  3147. voltaire era un gran escritor cómo pocos yo no sé si poseía el castellano
  3148. pero si así era como supongo no escribiría tan mal la hermosa lengua de guillén de castro
  3149. de lope de vega y de ruiz de alarcón
  3150. sin duda caballeros que un espíritu chocarrero se está burlando de todos nosotros
  3151. y dijo y tomó el sombrero y se retiró sin que nadie pudiera detenerle
  3152. mucho se habló en villaverde del incidente
  3153. desde entonces si mentáis al escribano os dirán todos porras si es capaz de disputar con los difuntos correctamente vestido de negro
  3154. albeándole la camisa desaliñado el calzado y muy peinada y brillante la profusa barba
  3155. era un tipo de los más simpáticos pero más simpática aún era su charla
  3156. conocía muy bien a castro pérez se complacía en hacerle rabiar
  3157. y cuando éste iba poniéndose mohino le calmaba con un chiste o con una frase halagadora
  3158. los primeros días me le encontraba yo en la esquina
  3159. y pasaba sin saludarme después solía decirme
  3160. entre afable y sereno adiós
  3161. joven más tarde cuando conversé con él en el despacho
  3162. se mostró conmigo cariñoso y sincero
  3163. le oí y quedé encantado de su charla
  3164. por gozar de ella procuraba yo retardar el trabajo
  3165. aquellas copias de los alegatos de castro pérez
  3166. difusos cansados y fastidiosos que me tenían por largas horas pegado a la mesa
  3167. castro no dejaba salir de su casa un escrito suyo si no iba puesto en limpio por el amanuense
  3168. tengo entendido que sabedor de que sus conocimientos gramaticales eran pocos
  3169. temía soltar una faltilla ortográfica que hiciera reir a sus enemigos y amenguara su bien sentada reputación de sabio y profundo conocedor de las humanas letras
  3170. volvamos a mi amigo quintín
  3171. no tenía humos ni vanidades y lo mismo trataba al rico que al pobre
  3172. al discreto que al tonto
  3173. llegaba y parado en la puerta
  3174. bajo el carcomido dintel se detenía atusándose el bigotazo
  3175. al verle yo se inclinaba quitándose el sombrero me dirigía correcto saludo siempre acompañado de una picante alusión a la disputa de la víspera
  3176. y luego en voz baja me decía está el tío el tío era el abogado
  3177. así llamaba a un superior cuando hablaba de él con quienes le estaban sometidos
  3178. tomaba asiento en el banco monacal
  3179. a poco después de ofrecerme un tuxteco y de encender el suyo
  3180. se soltaba no ha venido linares no ha venido el gran tartufo qué dice el doctor no pasó por aquí esta mañana tal para cual el uno
  3181. hipocondriaco quejándose todos los días de una nueva enfermedad el otro
  3182. listo para recetar y sacar los pesos al don cosme
  3183. las tenazas de nicodemus porras era maldiciente pero tenía una cualidad muy rara en los murmuradores no calumniaba ni ofendía
  3184. por lo menos nadie se daba por lastimado
  3185. con una gracia particular y cierto no sé qué donoso y chispeante
  3186. provocaba a reir por mucho que de ordinario alzaran ámpulas sus censuras
  3187. la víctima reía y quedaba desarmada
  3188. y ni replicaba mohina ni respondía disgustada
  3189. pronto estimé a porras en cuanto valía no tardé en medir
  3190. aquella nobleza de corazón aquella sencillez de alma que parecía opuesta a toda acritud
  3191. y que sin embargo era ingente en mi amigo sencillez ingenua
  3192. infantil que se manifestaba a cada minuto en burlas y censuras de cuanto parecía injusto y merecedor de vituperio
  3193. quintín decía cada verdad que temblaba la tierra
  3194. cada verdad tamaña como un templo
  3195. y ni sus amigos ni las personas a quienes tenía en subida estimación escapaban de sus filosas tijeras
  3196. tenía algo mucho del amigo ingenuo que nos ha pintado a maravilla edmundo de amicis en uno de sus libros más hermosos de ese cruel amigo que nos domina desde el primer día
  3197. que nos subyuga que nos hace sus esclavos
  3198. sin que nos sea dable rebelarnos en contra de él que con una frase nos parte medio a medio
  3199. y que riendo del modo más natural en presencia de todos sin discreción ni consideraciones de ninguna especie
  3200. nos dice lo que no queremos que nadie nos diga
  3201. o que a propósito de una debilidad o de un afecto que ocultamos con el mayor empeño
  3202. nos lanza un chiste que penetra en nuestro corazón como la hoja de un puñal amigo contra el cual no podemos alzarnos indignados por duro que sea con nosotros
  3203. ya porque somos impotentes para replicarle de modo que nos asegure el triunfo
  3204. ya porque a pesar de todo le estimamos y le amamos por sus muchas cualidades
  3205. quintín porras no le venía mal el apellido poseía el don de penetrar con la mirada en lo más hondo de la conciencia ajena
  3206. caía en ella como el buzo en el mar
  3207. como buzo que se sumerge hasta apoderarse de la concha
  3208. la asía no la soltaba y salía luego a flote
  3209. sin pararse en pelillos descubría el secreto sorprendido
  3210. haciendo de él fisga y chacota
  3211. en ocasiones nos sacaba los colores al rostro
  3212. ganas daban de contestarle con un revés o con un insulto atroz pero quintín tenía siempre una sonrisa
  3213. un chiste una frase cariñosa para calmar la tempestad
  3214. paraba el golpe y no había más remedio que tomar a broma el incidente
  3215. reir dar un abrazo a quien momentos antes hubiéramos estrangulado de muy buena gana
  3216. nadie como porras para dar un buen consejo ninguno mas discreto y atinado para el arreglo de un asunto grave nadie como mi amigo para hacer un beneficio
  3217. sencilla y noblemente del modo más natural sin lo repugnante y forzado que tienen en villaverde la abnegación y el desprendimiento
  3218. buen contraste hacía porras con castro pérez y con don cosme
  3219. el primero un pavo vanidoso engreído con su fama pagado de su saber de su crédito y de su dinero
  3220. atascado en el pantano de su prosopopeya jurídica el segundo larguirucho
  3221. cetrino amojamado con aspecto de sacristán célibe por egoismo alardeando a todas horas de timorato y concienzudo
  3222. paréceme que le veo sentado en el butaque
  3223. con la pierna cruzada preso en la estrecha y perdurable levita
  3224. puesto en las rodillas el gran pañuelo de algodón
  3225. a nadie contrariaba con nadie reñía tenía el talento de saber callar
  3226. siempre temeroso de que le conocieran
  3227. empeñado en ser un arcano para todos
  3228. sonriendo poniendo paz tratando de conciliar sus deseos y sus malas pasiones con los preceptos de la moral más severa
  3229. el cumplimiento de la ley divina con la utilidad y conveniencia propias
  3230. el rostro de suaves líneas los labios delgados la nariz afilada el mentón saliente y azuloso la voz fina
  3231. esto le pinta maravillosamente se cuenta en villaverde
  3232. que nombraron albacea de un clérigo rico
  3233. que dejó largos los cien mil del águila
  3234. desempeñó con singular actividad el pesado encargo
  3235. dicen todos los villaverdinos que el piadoso clérigo señaló una fuerte suma para que su albacea mandara decir mil misas
  3236. mil pesos legó para ello el testador y linares se dijoaquí mil misas me costarían mil pesos
  3237. haré que las digan en italia
  3238. en roma es corto el estipendio
  3239. y así lo hizo y se aplicó el sobrante en pago de sus buenos servicios
  3240. era de ver cómo se divertía con él y con castro pérez el amigo porras
  3241. los viejos se instalaban en los butaques
  3242. quintín permanecía de pie moviéndose de aquí para allá
  3243. atusándose la barba o retorciéndose el bigote con beatífica dulzura
  3244. solía poner a discusión un punto teológico o una cuestión de derecho a veces refería un cuento carminado
  3245. si era lo primero luego saltaba el abogado que se decía muy fuerte en tales asuntos
  3246. y allí era aquello de citar autores y el oponer razones que porras desbarataba de un soplo
  3247. solían ser de aquellas que algunos llaman de porque si
  3248. y había que oír al escribano
  3249. si eran buenas mi amigo argumentaba con sofismas que sus compañeros no acertaban nunca a distinguir si eran vacías y fuera de propósito
  3250. porras recurría a la sátira para quemar a los buenos señores
  3251. los cuentecillos venían al fin
  3252. castro pérez no se alarmaba antes parecía oirlos con interés pero linares montaba en júpiter
  3253. o movía la cabeza como repitiendo qué cosas qué cosas es usted atroz yo
  3254. desde la pieza contigua lo oía todo me reía a carcajadas y gozaba de la tertulia lo que no es dado imaginar
  3255. a las seis me iba yo a la plaza para oír a la señorita fernández pero cuando la discusión se prolongaba hasta las siete
  3256. me hacía yo el sueco y me quedaba oyéndola
  3257. un día quintín estaba de vena
  3258. se hablaba de las costumbres de villaverde
  3259. porras las censuraba con la mayor acritud el abogado las defendía
  3260. y linares decía que habían variado mucho
  3261. y que él no se explicaba el cambio de ellas
  3262. veamos claro decía lleno de fuego el amigo quintín
  3263. veamos don cosme veamos claro don juan se quejan ustedes de que hay en nuestra tierra muchos jóvenes holgazanes tienen ustedes razón los hay
  3264. y son más de los que ustedes suponen
  3265. lamentan ustedes la corrupción de los villaverdinos villaverdinos con perdón de usted
  3266. que crece más y más cada día pues voy a explicar la causa de todo eso
  3267. en dos palabras en dos palabras no en dos palabras no pero veré de explicarlo brevemente
  3268. encendió el apagado puro tomó aliento se pasó la mano por los bigotazos
  3269. y prosiguió en tono dulce
  3270. persuasivo apacible como si quisiera agradar a sus interlocutores vean ustedes el mundo siempre ha sido mundo corrupción la hubo siempre por algo mandó dios el diluvio
  3271. quién se atreve a tirar la primera piedra vamos
  3272. quien usted licenciado usted mi señor don cosme y los miraba de hito en hito
  3273. el abogado se acariciaba el abdómen con cierta complacencia de epulón
  3274. y linares bajaba los ojos humildemente
  3275. y enclavijaba las manos larguiluchas y exangües
  3276. como diciendo soy un gran pecador pues bien corrupción siempre la hubo
  3277. aquí en esta levítica ciudad
  3278. vamos en todas partes vagos y ociosos no faltan en parte alguna
  3279. ahora bien por qué son tantos en villaverde don cosme movía la cabecilla y hacía un gesto de duda
  3280. para decir no lo sé castro pérez se componía las gafas
  3281. voy a decirlo porque en esta tierra no tiene porvenir la juventud porque los horizontes son obscuros y todos
  3282. usted don juan y usted linares y yo todos los villaverdinos
  3283. sin excepción alguna nos empeñamos en cerrar a los jóvenes el camino de la prosperidad
  3284. esto es lo cierto dudan de ello vamos al grano dígame usted
  3285. mi señor don juan hágame el favor de decirme cuánto gana ese muchacho que tiene usted aquí
  3286. y que trabaja de la mañana a la noche veinte pesos al mes
  3287. y me parece mucho cree usted que con eso pueda vivir don juan iba a contestar pero
  3288. este le quitó la palabra tendrá con eso lo suficiente para comer
  3289. vestir pagar casa y subvenir a las necesidades de su familia no
  3290. claro que no con esos veinte pesos
  3291. o quince o diez o menos que eso ganará porque usted no peca de pródigo
  3292. no le alcanzará para comprarse un par de botines
  3293. cuando más para sostener ese lujo de corbatas chillonas con las cuales anda tan majo
  3294. rondando la casa de la señorita fernández
  3295. le oía yo desde la otra pieza
  3296. me pareció que tomaban a prodigalidad que gastara yo corbatas bonitas
  3297. como si eso me hiciera merecedor de castigo
  3298. lo de que rondaba yo la casa de gabriela fernández me hizo reir
  3299. me gustaba la rubia a qué negarlo pero nada más mi corazón era de angelina
  3300. pues bien continuó porras y qué tiene eso de extraño gasta lindas corbatas
  3301. es natural no había de usar harapos de seda
  3302. como ese pañuelo raído y sempiterno que lleva usted al cuello
  3303. a manera de dogal amigo don cosme no hay que divagar
  3304. sigamos con el capítulo primero
  3305. pregunto de qué viva ese joven pues de lo que en su casa le dan sentí ganas de entrar en el gabinete de castro pérez y estrangular al escribano
  3306. el cual siguió diciendo no puedo hacer otra cosa en qué puede ganar más un chico que acaba de salir del colegio
  3307. y que vive acaso por necesidad en esta ilustre y magnífica villaverde pues así como rodolfo viven todos los muchachos villaverdinos
  3308. muchos no tiene en qué ocuparse
  3309. los que gozan de un empleo ganan poco
  3310. tal vez quien trabaja más tiene sueldo más corto
  3311. usted don juan no se dejaría ahorcar por diez o doce mil duros tiene usted magníficas entradas
  3312. porque los pleitos y los chismes producen la plata
  3313. pues bien así fuera usted más rico que el mismísimo creso
  3314. no le subiría el sueldo a ese pobre muchacho
  3315. eso que hace usted es lo que hacen todos aquí
  3316. todos cuántos conozco yo personas ricas podridas en plata que reciben en su casa a ésto o al otro joven
  3317. de meritorios por supuesto que de meritorios
  3318. y en dos o tres años no les pagan un real
  3319. no les dan nada nada no señor que bastante tienen los infelices con el honor de servirlos
  3320. pero al cabo llega un día en que la víctima ya no quiere trabajar de balde
  3321. se aburre de hacer méritos
  3322. y tímida y temerosa solicita respetuosamente que le señalen sueldo
  3323. entonces saben ustedes lo que sucede pues entonces con cualquier pretexto le despiden
  3324. o le ponen en condiciones tales que le obligan a tomar el portante
  3325. se va no hay cuidado hace falta el meritorio
  3326. que era muy útil y muy cuidadoso de los intereses de su jefe no importa ya caerá en la red otro meritorio
  3327. el pobre mancebo que sirvió fielmente dos a tres años se va a la calle
  3328. necio de él que en su candorosa necedad creyó que alguna vez serían recompensados sus trabajos
  3329. si no con dinero sí con estimación y cariño pobre tonto que tuvo la esperanza de encontrar allí brillante y risueño porvenir
  3330. trabajo para toda la vida
  3331. quiera dios que salga de allí con la reputación intacta el jefe
  3332. para evitar hablillas y censuras
  3333. saben ustedes cómo dirá que el pobre meritorio metía la mano en el cajón que vestía bien
  3334. qué ironía los teatros de villaverde de dónde salía dinero para todo esto pues ya lo sabe todo el mundo del cajón hay otro medio más expedito
  3335. cuál no hablar del asunto
  3336. preguntan por qué se fué el meritorio pues no hay más que hacer un gesto intencionado
  3337. mentira y calumnia la madre y las hermanas del pobre meritorio trabajaban para vestir al muchacho
  3338. cómo había de ir al establecimiento hecho un pordiosero esta es la verdad creían
  3339. como el muchacho que el mancebo estaba en camino de ganar el oro y el moro
  3340. cómo el jefe lo quiere tanto dirían pronto le señalará sueldo
  3341. y buen sueldo entonces será otra cosa
  3342. por dios don quintín exclamó don cosme
  3343. no hay pero que valga continuó el escribano
  3344. esa es la verdad la pura verdad eso pasa todos los días no se alarmen ustedes
  3345. que falta lo mejor sale el pobre muchacho de aquella casa
  3346. y sale con el crédito perdido
  3347. espera encontrarle más tarde pero el dichoso día no llega nunca y como ya se acostumbró a que le mantengan los suyos
  3348. y perdió el ánimo y toda esperanza de medro
  3349. se echa a vagar a vivir de ocioso se envicia
  3350. se corrompe se resuelve a entrar en cualquier establecimiento donde trabajará mucho y ganará una miseria
  3351. casi nada y entonces entonces sí que no responde de su conducta ahora vamos al punto segundo sabe usted
  3352. don cosme por qué los jóvenes de villaverde no son un modelo de buenas costumbres pues
  3353. por la sencilla razón de que aquí no hay trato social porque aquí ni los hombres tratan a las mujeres ni las mujeres a los hombres
  3354. viven separados los sexos
  3355. nada más a propósito para que se corrompan las costumbres que la soledad y la tristeza villaverdinas
  3356. con perdón de usted nada más a propósito que la separación cenobítica de los sexos
  3357. por la noche nadie sabe qué hacer de su persona
  3358. hay aquí bailes tertulias teatros reciben las familias qué han de recibir a las ocho de la noche se encierran a piedra y lodo
  3359. y las que no lo hacen
  3360. pase usted y verá cómo están las niñas durmiéndose en la sala
  3361. muriéndose de fastidio y desesperación
  3362. separe usted los sexos y ya verá usted ya lo verá por lo pronto se llevará satanás a los del género masculino
  3363. omito el cuadro una boda cada veinte años
  3364. y con razón si los chicos y las chicas ni se conocen ni se tratan
  3365. los muchachos no tienen en qué pensar
  3366. y como no han de ir a jugar tresillo con nosotros
  3367. se van por esos mundos de dios
  3368. ustedes saben lo que sigue
  3369. y he dicho y preguntado más que ripalda
  3370. y aquí paz y después gloria amén
  3371. gruñó el reloj de pesas y soltó el repique de sus campanas disonantes
  3372. eran las siete de la noche
  3373. tomé el sombrero y me dispuse a salir antes de que acabara la tertulia
  3374. al irme oí que porras decía vamonos
  3375. ya estamos en tinieblas y el buen amigo don juan es tan avaro que no quiere gastar en una vela por eso nos tiene a obscuras
  3376. viva el obscurantismo veinticuatro mi entrada en el despacho de castro pérez fué para mi tía pepa el colmo de la dicha
  3377. no sólo porque allí ganaría algunos duros su pobre sobrino
  3378. sino porque creía en su candorosa sencillez que dados el crédito y la buena posición del abogado
  3379. se mostraba contentísima la buena señora e iba diciendo por todas partes ya saben ustedes no lo saben estamos muy contentas rodolfita está colocado en el bufete del señor don juan
  3380. ahora sí que se acabaron las penas y las dificultades ya el sobrino tiene un buen sueldo
  3381. y si dios quiere me quitaré de lidiar con la chiquillería pero la enferma veía las cosas de otro modo
  3382. estoy contenta sí porque de algo a nada
  3383. algo es algo tú mereces más
  3384. no es justo que trabajes así
  3385. todo el santo día por tan poco dinero pero
  3386. qué quieres así es todo en villaverde
  3387. digámoslo claro todos quieren que los demás les sirvan de balde
  3388. confórmate rorró y procura cumplir con tus obligaciones
  3389. para que si mañana es necesario que te ocupes en algo que te produzca más
  3390. no tenga castro que decir de tí lo que yo le he oído decir de otros muchachos
  3391. desde el día en que entré a servir al jurisconsulto me propuse vivir aislado
  3392. lejos de los chismes villaverdinos que ya comenzaban a disgustarme
  3393. así es que a las horas de descanso me encerraba en casa
  3394. a leer o a conversar con angelina
  3395. y únicamente los domingos por la tarde me echaba a vagar por los callejones
  3396. o me iba a pasar dos o tres horas en las orillas del pedregoso o en las verdes laderas del escobillar
  3397. de donde volvía cargado de helechos y flores campesinas
  3398. angelina se mostraba amable y cariñosa conmigo
  3399. pero pronto pude observar que no gustaba de quedarse sola a mi lado
  3400. antes por el contrario huía de mí como temerosa de un peligro
  3401. aquel despego de la hermosa niña avivaba en mi alma
  3402. de un modo terrible la pasión que la belleza y las cualidades de la joven habían encendido en mi
  3403. y que mi tía pepa procuraba fomentar
  3404. cuando por las mañanas al salir de mi cuarto
  3405. buscaba yo a la gentil doncella
  3406. y esperaba encontrarla en el comedor
  3407. me hallaba yo a juana
  3408. qué hace usted aquí estoy barriendo esto no es de mi obligación
  3409. pero como la niña no quiere hacer este quehacer
  3410. por la noche en torno de la mesa
  3411. mientras mi tía pepa y angelina hacían aquellas hermosas flores que han dejado perdurable fama en villaverde
  3412. me instalaba yo triste y contrariado en un sillón cerca de ellas y sin decir palabra me engolfaba en la lectura de un libro ameno
  3413. la enferma estaba ya en el lecho
  3414. y la anciana y la joven trabajaban hasta media noche
  3415. qué te pasa solía decirme tía pepa
  3416. qué tienes que así estás como pajarillo en muda nada tía
  3417. este libro que me tiene interesado y lleno de curiosidad
  3418. angelina conversaba de cosas indiferentes pero a cada instante clavaba en mí una mirada llena de ternura
  3419. yo habría deseado decirle angelina mi dulce angelina óyeme por qué huyes de mí por qué te muestras indiferente y desdeñosa con quien te ama antes no eras así antes
  3420. nadie sabe mejor que tú que soy pobre y desgraciado
  3421. tú has sido desdichada también
  3422. pues amémonos amémonos pero no como dos hermanos
  3423. tus ojos esos hermosos y brillantes ojos
  3424. húmedos por las amargas lágrimas de la orfandad
  3425. me dicen que me amas
  3426. en vano pretendes ocultarme que vives para mí es inútil que te empeñes en esconder así ese secreto de tu corazón
  3427. no ves que a cada momento te traicionan tus miradas el cielo nos ha reunido bajo el mismo techo
  3428. como para decirnos amaos amaos y te amo
  3429. dulce y buena niña te amo con la plácida ternura de los primeros años de la vida
  3430. temes por qué mi dulce niña sabes acaso que hace mucho tiempo me robó el corazón una chiquilla graciosa y bella ah piensa que ese amor fué un delirio
  3431. un sueño fugitivo algo así como esos alcázares de nubes
  3432. palacios de plata que forma el viento de la noche en la serena inmensidad de los cielos
  3433. brillantes edificios que duran un instante
  3434. y luego se desvanecen dejándonos ver un reguero de astros
  3435. mira ese amor alegría venturosa de mis primeros años juveniles
  3436. la que despertó en mi alma eso sentimiento
  3437. es ahora esposa y madre es feliz
  3438. y su felicidad me tiene contento y satisfecho
  3439. acepta el amor que te ofrezco
  3440. angelina noble sencillo puro ese amor renueva en mí la plácida ilusión de los quince años
  3441. tímida flor de pélalos embalsamados que se abre al rayo apacible de tus miradas
  3442. regada con el llanto de tempranos infortunios
  3443. eres desgraciada yo también lo soy
  3444. eres huérfana también soy huérfano
  3445. el cariño maternal no ungió nuestra frente con sus besos envidiables
  3446. nada puedo ofrecerte de cuanto el mundo codicia y aplaude
  3447. pongo en tus manos mi corazón
  3448. mi pobre corazón trémulo de amor
  3449. al dejar el libro en que leía yo
  3450. levanté los ojos para mirar a la doncella
  3451. nunca más hermosa vestía ligero traje de muselina
  3452. y estaba graciosamente envuelta en un rebozo que cruzándose flojo y llena de pliegues en el pecho de la joven dejaba caer hacia atrás
  3453. la luz de la lámpara daba de lleno en el rostro de la doncella
  3454. en aquel rostro pálido y melancólico
  3455. doblemente interesante bajo los negros cabellos
  3456. angelina armaba un ramillete de fantásticas flores de papel de plata
  3457. de esas que presentan tan buen aspecto en los altares
  3458. y que son desde hace algunos años indispensables en toda fiesta religiosa
  3459. visitad en pluviosilla la iglesia de santa marta
  3460. y veréis qué aspecto tan hermoso presenta el templo con esos adornos
  3461. con esa floración metálica que parece robada de los jardines de los gnomos
  3462. la joven iba disponiendo los tallos floridos en una varilla larga y flexible
  3463. en el extremo superior un grupo de azucenas rodeado de espigas abajo de éstas
  3464. a cada lado grandes malváceas de anchos pétalos
  3465. y en seguida estupendas rosas de apretado seno
  3466. capullos vigorosos hojas de lirio gráciles y flexibles
  3467. cuando angelina hizo el último nudo y cortó el haz de pita floja
  3468. y lió el tallo con una tirilla de papel de china
  3469. alargó el brazo para observar a la distancia el efecto del ramillete
  3470. miróle largo rato y luego compuso las flores que no le parecían bien colocadas
  3471. encorvando los alambres o dando con breve toque de sus afilados dedos
  3472. gallardía y expresión a las corolas
  3473. y volviéndose cautelosamente para ver si estábamos solos
  3474. agregó no lee usted ya ha tiempo que cerré el libro
  3475. qué hacía usted verla a usted
  3476. verme sí admirar tanta belleza
  3477. tanta belleza parece que el señor don rodolfo se ha vuelto galante
  3478. ay angelina exclamé poniéndome en pie
  3479. es preciso que esto tenga término
  3480. la joven comprendió al punto lo que iba yo a decirle
  3481. me acerqué de puntillas y apoyado en el respaldar del sillón
  3482. me incliné y en voz baja le dije al oído angelina la amo a usted me muero de amor
  3483. no me contestó llevóse las manos al pecho
  3484. y fijó la mirada en una cestilla que tenía delante
  3485. silencio silencio horrible la emoción la ahogaba
  3486. oía yo los latidos de su corazón
  3487. una palabra por piedad no quiero hablar
  3488. me dijo tristemente no quiero hablar no lee usted en mis ojos más de lo que mis labios pudieran decirle a qué negar lo que ya sabe usted a qué ocultar
  3489. rodolfo que hace mucho tiempo que le amo a qué negar lo que mis ojos le han dicho tantas veces apartó los ramilletes que tenía delante
  3490. y ocultó el rostro entre las manos
  3491. sonaban en aquel momento las doce en el viejo reloj de la sala
  3492. y tía pepa que andaba en las piezas interiores
  3493. se presentó en la habitación
  3494. acabaste ya ya vea usted
  3495. no dices que quieres ir a las misas de aguinaldo yo también
  3496. yo también quiero ir ni quien se acordara de eso rodolfo no irá prosiguió la anciana
  3497. bueno es él para levantarse tan temprano si tú quisieras
  3498. yo no pierdo nunca esas misas me gustan mucho
  3499. me parece que soy muchacha
  3500. el abuelito nos levantaba tempranito
  3501. con él íbamos todos menos carmen porque siempre fué muy floja
  3502. ya se ve se acostaba a las mil y quinientas vas con nosotras ya no te acordarás de cómo son las misas de aguinaldo
  3503. no son como antes cuándo pero verás cómo te gustan
  3504. qué allá en méxico no hay misas así mientras mi tía hablaba
  3505. angelina puso en orden las cosas de las mesas cerró cajas y cajitas las alineó en un extremo
  3506. recogió los alambrillos dispersos y tapó el cacito del engrudo para que los ratones no hicieran de las suyas en él
  3507. charlaba la anciana y yo más atento a la joven que a la conversación de mi tía
  3508. me gozaba en los rubores de la doncella que
  3509. medio envuelta en el rebozo
  3510. huía de mis miradas como si hubiera cometido un delito
  3511. colocaba angelina sus ramilletes en una gran cesta y los cubría con un lienzo
  3512. cuando mi tía tocándome en el hombro exclamó impaciente pero muchacho estás ido o qué te pasa que no oyes lo que te digo usted dispense
  3513. tía contesté avergonzado temeroso de que sorprendiera el secreto que me tenía distraído
  3514. misas de aguinaldo las hay en todos los templos
  3515. y con pitos sonajas y música de cuerda
  3516. mas no para los colegiales sujetos a rigoroso reglamente
  3517. condenados a perenne clausura como si fueran monjitas capuchinas
  3518. en el oratorio había misa pero muy silenciosa y triste
  3519. ahora iré con angelina y con usted a todas
  3520. a todas para acordarme de mis buenos tiempos
  3521. artega no me hables de eso
  3522. hijo mío ni me recuerdes a ese infeliz que se hizo hereje
  3523. y desdeñando la conversación cortó la hebra de su charla
  3524. a dormir que es muy tarde carmen te está esperando
  3525. la pobrecilla quiere cambiar de postura
  3526. en tanto que angelina cerraba la puerta de la sala me dirigí a mi recamarita
  3527. el viento inundaba la habitación con los mil aromas del jardín
  3528. y el amor derramaba en mi alma el perfume embriagante de los años juveniles
  3529. apagué la bujía y de codos en la ventana me puse a contemplar el cielo
  3530. mis labios quisieron pronunciar el nombre de angelina
  3531. y sólo dijeron matilde la dulce niña de mi primer amor ocupaba todavía un lugar en mi corazón
  3532. veinticinco aquel recuerdo me llenó de tristeza
  3533. vinieron a mi memoria las alegrías de los quince años
  3534. las fugitivas amarguras del primer pesar
  3535. la tortura congojosa del primer desengaño
  3536. mísera humanidad en la cual todo pasa y perece en ella no persisten ni dichas ni dolores la más intensa alegría se disipa como la niebla el afecto de hoy se ve traicionado por el afecto de ayer
  3537. afecto que creíamos muerto y que de pronto revive en el alma fuerte y activo
  3538. el dolor con el cual llegamos a encariñarnos
  3539. del cual nos abrazamos perdida toda esperanza de volver a la dicha
  3540. deseosos de vivir para él
  3541. sólo para él pasa y se va huye y no vuelve nos deja para que brisas de ventura
  3542. de una ventura fugaz y efímera también
  3543. venga a refrescar nuestra frente y a reanimar el desmayado corazón
  3544. la noche era magnífica una de esas noches de villaverde
  3545. tibias y benignas sin nubes ni celajes en que los astros centellean como diamantes
  3546. en que los vientos traen a la ciudad el rumor de los campos adormecidos
  3547. los cantares del perezoso río y los gratos perfumes del valle
  3548. el agua corría dulcemente por el sumidero del pilón
  3549. y en la espesura del jardincillo el huele de noche embalsamaba el espacio con el penetrante aroma de sus flores tardías
  3550. al pie de los muros y en torno de la fuente las últimas maravillas prodigaban
  3551. como en las noches otoñales
  3552. la esencia suavísima de sus caducas corolas
  3553. orión fulguraba espléndido sirio brillaba apacible como una lágrima de oro aldebarán ardía purpúreo la cerúlea capella parpadeaba melancólica
  3554. y allá por el sud
  3555. joya sin par de las regiones australes
  3556. resplandecía canopo con irradiaciones azules
  3557. en suma hermosísima noche una de esas noches ante las cuales se dilata el alma y se ensancha el corazón en que el pensamiento vuela de estrella en estrella
  3558. y en que olvidados de las miserias de la triste vida terrena
  3559. quisiéramos volar y subir hasta más allá de los últimos astros
  3560. para perdernos y abismarnos en las soledades misteriosas del éter
  3561. me puse de codos en el alféizar
  3562. y allí pasé la noche
  3563. solo con mi dicha y mis recuerdos
  3564. el constelado firmamento hacía gala de sus pálidos fuegos
  3565. la tierra dormía silenciosa y de cuando en cuando se oía a lo lejos el ladrido de un perro o el canto de un gallo
  3566. recordé cosas y sucesos pasados evoqué memorias dolorosas de la niñez
  3567. pesares y amarguras infantiles los tristes días de colegio
  3568. las melancolías del primer amor
  3569. uno a uno desfilaron delante de mí parientes cariñosos
  3570. al repasar las páginas del librillo de mi vida me pareció que iba yo recorriendo larguísima y desolada calle
  3571. entre dos hileras de tumbas que aquí y allá blanqueaban a la sombra de los sauces y de los cipreses
  3572. la felicidad y bienestar de mi familia en tiempos mejores vino a sonreirme
  3573. a lastimar con sus alegres memorias mi dolorido corazón
  3574. dónde estaban los amigos de mis padres no quedaban más que dos el bondadoso médico y el desgraciado dómine
  3575. me dí a pensar en los días felices de mi primer amor
  3576. entonces surgió ante mis ojos blanca figura de mujer
  3577. esbelta pálida vaporosa ideal aquella imagen querida venía a recordarme olvidados juramentos
  3578. triste doliente llorosa parecía decirme me ofreciste tu alma y tu vida me ofreciste tu corazón
  3579. y se los diste a otra
  3580. ingrato y aquella voz tenía el timbre de la voz de angelina
  3581. la visión desapareció arrebatada por una ráfaga del viento matinal que pasó estremeciendo las copas de los naranjos y columpiando los floripondios
  3582. locuras de muchacho delirios de ardorosa fantasía presentimientos de una alma tímida
  3583. de un corazón inconstante sentí anhelo infinito de que aquel amor que llenaba mi alma fuese el último de mi vida deseo firmísimo de vivir sólo para angelina
  3584. sólo para ella deseo vehemente de ser bueno para merecer el amor de la modesta niña para gozar
  3585. como de cosa propia de la hermosura de aquel cielo tachonado de luceros
  3586. de las mil y mil bellezas que la noche tenía cubiertas con sus velos
  3587. y que dentro de breves horas
  3588. al clarear el alba aparecerían en toda su magnificencia que sólo a condición de ser bueno me sería dable gozar del supremo espectáculo de la naturaleza
  3589. de modo que se me revelaran todos sus encantos
  3590. y no fueran arcanos para mí la dulce melancolía de una tarde de otoño
  3591. ni la risueña alegría de una alborada de mayo
  3592. ni la serenidad abrasadora de un día canicular
  3593. ni la terrífica majestad de la tormenta
  3594. cuando desatada en las alturas incendia con cárdenos fulgores las cumbres de la sierra
  3595. creía yo entonces pobre muchacho soñador que un orto de fuego sería opaco y brumoso para el malvado que los lirios del río no tendrían aromas para el perverso que las selvas acallarían sus músicas y enmudecerían medrosas cuando pasaran bajo sus arcadas
  3596. bajo sus bóvedas de follaje
  3597. creía yo que el verdadero amor era premio y palma de la bondad
  3598. y que para amar y ser amados
  3599. con amor tan alto como yo le sentía y alcanzaba a comprenderle
  3600. elevación sublime anhelo incesante de perfección aspiración interminable a lo absoluto
  3601. era preciso que el alma se asemejase
  3602. por lo inmaculada y pura
  3603. a la flor que coronada de rocío abre su intacta corola al soplo cariñoso de los céfiros
  3604. pasé la noche en la ventana
  3605. orión descendía hacia el ocaso y el carro iba ocultando sus estrellas en las profundidades de luctuosa nube que subía lenta y creciente en los húmedos valles de pluviosilla
  3606. permanecí largo rato con el rostro entre las manos
  3607. el sueño entornaba mis párpados e iba yo a recogerme
  3608. cuando grave y majestuosa sonó la campana mayor del templo parroquial
  3609. tañido misterioso y solemne que anuncia la llegada del día que repetido de montaña en montaña dice a los moradores de la serranía que villaverde ha despertado
  3610. a los ecos del sagrado bronce contestan el río
  3611. la selva los huertos y las aves
  3612. las corrientes del pedregoso cambian de ritmo hay en las espesuras preludios corales
  3613. amorosos aleteos y principia por todas partes el movimiento y la vida
  3614. diríase que los vientos se apresuran a derramar por los valles el aroma de las flores que se abrieron durante la noche
  3615. los toques de la campana eran pesados y lentos
  3616. cesaron y un instante después estalló en todas las torres un repique bullicioso y plácido
  3617. retozón e infantil como si convocara turbas escolares
  3618. como si los tañedores fuesen angelillos traviesos escapados del cielo
  3619. las misas de aguinaldo veintiséis oí ruido en la habitación contigua
  3620. tía pepilla se había levantado y no tardó en llamarme
  3621. daba golpes en la puerta y al contestarle yo decía vamos perezoso ya está amaneciendo
  3622. arriba ya es hora
  3623. si has de ir con nosotras
  3624. levántate no has oído el repique y la buena señora reía y bromeaba como una chiquilla
  3625. aun no cesaba la música de las mil campanas villaverdinas
  3626. las de la parroquia graves solemnes como un arcediano cuando entona el prefacio en la misa de corpus las de san francisco seriotas
  3627. sonando en ritmo circular rotundo el toque como en los domingos de cuerda las de san juan desafinadas y chillonas el campanario de la iglesita de san antonio armaba una algazara sin igual
  3628. como en una orquesta platillos y chinesco en la espadaña del convento de santa teresa se volvían locas las campanillas
  3629. y el esquilón rajado del cristo resonaba presumido y vanidoso
  3630. a semejanza de un tenor cascado que no quiere retirarse del teatro
  3631. el conjunto era singularmente bello
  3632. aquel repicar vario y caprichoso sin unidad ni medida tan distinto del otro con que se anuncian los días solemnes y las fiestas clásicas
  3633. tenía algo de la maravillosa música moderna en que parece que los instrumentos van libres
  3634. de su cuenta campando por sus respetos desdeñando compás y disciplina huyendo los unos de los otros
  3635. pero que de pronto se unen y concuerdan en rara e incomparable harmonía que primero sorprende
  3636. luego subyuga y por último nos hace ver bosques silenciosos
  3637. regiones celestes sin nubes ni celajes
  3638. la música de los campanarios caía sobre la ciudad en frescas oleadas y se difundía por el valle
  3639. a manera de río desbordado que quisiera escaparse por los barrancos
  3640. allí se detenía un instante y luego como que se levantaba ansiosa de volver a las alturas
  3641. para remontarse a los cielos en pos de los astros que iban palideciendo y borrándose en la ténue claridad del crepúsculo
  3642. qué bien se harmonizaba aquel vibrante vocerío con el despertar de valles y montañas
  3643. con los preludios del pueblo alado
  3644. con el susurro de las arboledas
  3645. con el canto idílico del pedregoso
  3646. con el centellear de los luceros
  3647. y con el mugir de las vacadas en el cercano ejido no sé por qué temí que la tía pepilla supiera que no había yo probado el sueño
  3648. deshice el intacto lecho revolviendo sábanas y colchas tomé el sombrero y el gabán
  3649. la anciana y angelina me aguardaban allí
  3650. tía pepa muy rebozada con el pañolón la doncella
  3651. caído sobre los hombros el abrigo
  3652. dejaba ver su hermosa frente
  3653. buenos días me dijo tímida y medrosa
  3654. seguro estoy de que se puso roja como una amapola al estrechar mi mano
  3655. vamos qué aguardas y tú angelina despertaste a señora juana para que se quede con carmen sí
  3656. pues vámonos rorró que de aquí a san antonio ya tenemos que andar
  3657. está lejos pero allá iremos repetía que allí hay pisos
  3658. y sonajas y panderos y música de cuerda que toca sones y piezas alegres
  3659. y la misa no es larga
  3660. solís tomamos calle arriba por una acera angosta y desigual
  3661. había que subir penosísima cuesta
  3662. la capilla de san antonio está en el barrio alto
  3663. desde allí se goza de un hermoso panorama
  3664. los farolillos ardían con mortecina luz
  3665. los serenos apagaban sus linternas y grupos de mujeres y niños iban apresurados hacia el templo
  3666. las madres regañaban a los chicos porque sonaban sus pitos y sus panderetas
  3667. como temerosas de que a la hora precisa unos y otras se les quedaran mudos
  3668. ofrecí mi brazo a la anciana
  3669. no me contestó voy mejor sola dáselo a la señorita
  3670. angelina no le rehusó pero comprendí que le aceptaba por compromiso
  3671. de pronto se detuvo tía pepa y
  3672. sonriendo nos dijo bonita figura la vieja siguiendo a los galanes angelina quiso desenlazar su brazo pero yo no lo permití
  3673. encontramos nuevos grupos que iban a toda prisa
  3674. sin duda para ganar puesto en la capilla
  3675. en una esquina topamos con unos nacateros que se dirigían al mercado
  3676. muy cargados con grandes piezas de carne sanguinolenta
  3677. al llegar a la plazuela pasó delante de nosotros un lechero
  3678. jinete en un caballejo a cada lado un cántaro
  3679. era joven bien claro nos lo dijo su fresca y limpia voz es mauricio
  3680. es el lechero de santa clara
  3681. de la hacienda del señor fernández
  3682. cuando subimos la escalinata vimos que las gentes se agolpaban en la puerta
  3683. aun no abrían los sacristanes y todos pugnaban por colocarse en buen sitio para entrar los primeros
  3684. la capilla de san antonio el santuario como la llaman los viejos villaverdinos
  3685. es una iglesita de estilo churrigueresco
  3686. muy bien dispuesta y situada en lo más alto de una loma desde la cual se domina toda la ciudad
  3687. el cementerio está acotado con una verja que tiene sendas puertas en los tres lados
  3688. cuatro añosos cipreses dan al sitio un aspecto fúnebre
  3689. tía pepilla no quiso llegar hasta el punto donde los devotos bregaban para abrirse paso
  3690. y tomó asiento en el último peldaño de la escalinata
  3691. reían los mozos charlaban las doncellas regañaban las viejas y la chiquillería iba de un lado para otro
  3692. con incesante ruido de cascabeles y de pitos de agua que remedaban a maravilla los gorjeos de un coro de alondras
  3693. angelina y yo nos acercamos a la verja
  3694. ya no repicaban en las torres
  3695. en cada una de ellas una campanita atiplada
  3696. aun no despuntaba el día
  3697. los faroles de villaverde brillaban en las calles obscuras y por encima de los tejados como un enjambre de cocuyos
  3698. el cielo menguaba en luces y una apacible claridad glauca
  3699. pura como la atmósfera y plácida como el fresco vientecillo que mecía los cipreses
  3700. orión se hundía entre los picos de la cordillera
  3701. y la osa mayor descendía hacia los valles de pluviosilla
  3702. en la región opuesta vagos albores anunciaban la aurora
  3703. la vega toda revivía el pedregoso corría gárrulo y cantante
  3704. como si sus ondas repitieran quedito la extraña harmonía de los repiques
  3705. el cielo límpido de aquella noche casi invernal perdía poco a poco su inmensa serenidad
  3706. del vago albor que clareaba en las cimas orientales
  3707. de las suaves tintas glaucas que todo lo invadían
  3708. brotaron lentamente primero indecisos e indefinibles luego distintos y bien perfilados
  3709. celajes y nubecillas de color de violeta
  3710. a través de las cuales vimos que desaparecían las estrellas entre ráfagas de fuego
  3711. las campanitas seguían llamando a misa
  3712. el río seguía cantando y susurraban las arboledas y venía de las selvas y de las cañadas algo como rumor de lejanas orquestas misteriosas que ejecutaban
  3713. allá en la sierra en lo más recóndito de la cordillera
  3714. abrióse por fin la puerta de la capilla
  3715. y la multitud se precipitó en el sagrado recinto
  3716. de codos en la verja contemplábamos nosotros el espectáculo arrobador de aquel espléndido crepúsculo
  3717. el panorama de villaverde alumbrado por los rojos fulgores del naciente día que incendiaba con reflejos de hornaza los celajes que bogaban en el horizonte
  3718. angelina exclamé estrechando la mano de la doncella me amarás siempre
  3719. siempre como yo te amo siempre contestó estremecida
  3720. como hoy como mañana hasta después de muerta a la incierta luz de la aurora
  3721. que bañaba en celestes claridades el rostro de angelina
  3722. seis que lloraba que dos lágrimas rodaban por sus mejillas
  3723. niña gritó mi tía desde los umbrales del templo
  3724. qué haces ya empezó la misa la joven corrió hacia la iglesia
  3725. las torres soltaron el último repique el órgano desató sus raudales de místicas harmonías
  3726. y a sus acordes solemnes se unió festivo coro de infantiles voces
  3727. de gorjeadores pitos de ruidosas y tintinantes panderetas
  3728. solís entonaba con su vocecilla devota y simpática gloria in excelsis deo veintisiete de mi casa al despacho de castro pérez
  3729. terminado el trabajo a eso de las cinco
  3730. nada de tertulia en la botica
  3731. nada de oir tocar a la señorita fernández
  3732. a mi casita a mi pobre casita que me parecía un alcázar
  3733. si acaso y eso de cuando en cuando
  3734. a visitar al dómine o a charlar con andrés
  3735. los domingos de vuelta de misa a conversar con las tías y con angelina
  3736. por la tarde al patio
  3737. la doncella y yo regábamos las plantas
  3738. y luego nos instalábamos al pie del naranjo
  3739. cortábamos violetas y rosas y nos entreteníamos en hacer ramilletes
  3740. empeñado cada uno en que el suyo fuese el mejor
  3741. angelina solía tejer unas guirnaldas en que mezclaba los helechos de un modo maravilloso
  3742. gran variedad hay de ellos en villaverde
  3743. y en nuestro jardincillo crecían de los más lindos
  3744. cerca de la fuente en las piedras y en los troncos viejos
  3745. se daban algunos que parecían plumas
  3746. concluída la obra corríamos a oir el fallo de las señoras
  3747. para la enferma eran mejores los míos para tía pepa los de angelina eran los más bonitos
  3748. el premio de aquellos certámenes florales consistía en un abrazo cariñoso de la infeliz anciana
  3749. la cual apenas podía alargar la mano para acariciar al vencedor
  3750. pero siempre había para la joven una frase tierna
  3751. un halago de aquellos labios trémulos
  3752. a las veces contraídos por una sonrisa de dolor
  3753. los ramilletes servían después para decorar el altarcito de la virgen
  3754. ante la cual ardía a todas horas una mariposilla
  3755. colocada la ofrenda volvíamos al patio
  3756. entonces angelina hacía otro ramillete un ramilletín muy cuco para que alegrara mi recámara
  3757. puesto en una copa de cristal en que nunca faltaban
  3758. diamelas capullos carminados o heliotropos fragantes
  3759. mientras la joven disponía las flores
  3760. fiados en que las tías no podían escucharnos y en que señora juana había salido
  3761. las misas de aguinaldo nos dieron ocasión de conversar muy a gusto
  3762. salíamos tía pepa nos dejaba atrás
  3763. yo daba el brazo a la doncella
  3764. y desde la casa hasta la iglesia charlábamos que era una gloria
  3765. herrera un anciano que a la sazón apacentaba en un pueblecillo de la sierra numerosa grey de labradores pero la señora callaba
  3766. sin que ni ruegos ni súplicas le hicieran abrir los labios
  3767. pero tía decíale yo recuerde usted que a mi llegada
  3768. hablando de angelina me dijo usted yo te diré
  3769. es una historia muy triste
  3770. no me causaba extrañeza la singular discreción de mis tías
  3771. así fueron siempre todos los de la familia
  3772. de ciertas cosas no se hablaba en mi casa
  3773. esta reserva les fué perjudicial en ciertas ocasiones
  3774. hasta que cumplí los veinticinco años no supe que mi tío alberto
  3775. un bravo militar que murió en yucatán víctima del vómito
  3776. no era hermano de mi madre
  3777. mis abuelos le recogieron no sé dónde le dieron crianza
  3778. nombre y carrera y todos le creían hermano de mis tías
  3779. nadie me contó esa historia
  3780. registrando un estante arrumbado me encontré varios documentos
  3781. cartas del abuelito y una copia de su testamento
  3782. en ellos leí la historia de mi tío
  3783. y pude estimar el alma nobilísima del testador
  3784. generosa y desinteresada como pocas
  3785. y vaya si el anciano militar era bueno y vaya si era inteligente qué cartas tan bien escritas tan claros los conceptos como aquella su letra española serena y gallarda
  3786. a decir lo cierto deseaba yo saber la historia da angelina
  3787. pero no me atreví nunca a hablarle de esto
  3788. ella se adelantó a mis deseos
  3789. y una tarde sentada al pie del naranjo
  3790. mientras disponía sobre sus rodillas un haz de violetas
  3791. separando las que estaban marchitas y comidas de gusanos
  3792. cercenándoles el tallo y hacinándolas en grupos
  3793. me dijo mira mi rorró quiéreme mucho mucho como te quiere tu angelina
  3794. te amo con el amor más grande que puede abrigarse en corazón de mujer como saben amar los pobres y los desgraciados
  3795. nunca te han contado las desdichas de mi vida nunca pues si no las sabes
  3796. si tus tías no han querido referirte mi historia
  3797. acaso debí contártela antes de dar oídos a tu amor
  3798. antes de confesarte mi cariño
  3799. muchas veces he querido hablarte de eso pero o no he tenido valor para hacerlo
  3800. bueno es que lo sepas todo
  3801. así no podrás decir nunca que te engañé
  3802. yo sé muy bien cuánto vales que
  3803. por mil motivos eres digno de una mujer que te honre
  3804. sin que la historia de su familia
  3805. o el origen de la que llegue a ser tu esposa sea obstáculo a tu felicidad yo bien sé
  3806. rorró que tu tía doña carmelita desea para tí una mujer de brillante cuna
  3807. nada de esto tengo yo
  3808. no sé si soy buena o si soy mala
  3809. me basta saber que te quiero
  3810. y que te quiero tanto
  3811. que por tí bien mío seré capaz del mayor sacrificio
  3812. si te conformas con eso hoy mañana cuando quieras cuando cambie tu suerte o en cualquier tiempo que yo a todo me avengo y no busco riquezas ni lujos
  3813. y sólo vivo para amarte
  3814. no es cierto mi rorró que basta muy poco para que dos que se aman como nosotros sean dichosos oyeme no te apenes si ves que lloro
  3815. y déjame déjame que te cuente todas las tristezas de mi vida quise ahorrarle aquella pena
  3816. y le pedí que habláramos de otra cosa le rogué que no me atormentara
  3817. a qué saber la historia de angelina no me bastaba saber que vivía para mí no me oirás me oirás
  3818. rorró sé muy bien que voy a darte una pena
  3819. y fingiendo disgusto y como amenazándome
  3820. tomó una violeta de larguísimo tallo
  3821. y con ella me azotó el rostro cariñosamente
  3822. no vuelvo a mirarte así como a tí te gusta así
  3823. y clavó en mis ojos una mirada apasionada y profunda
  3824. te oiré alma mía repuse si así lo quieres
  3825. la doncella suspiró quedóse pensativa largo rato bajó los ojos abatida y triste
  3826. y sin mirarme dijo con inmensa ternura así te quiero y siguió sin decir palabra
  3827. separando flores y cortando tallos
  3828. le arrebaté las tijeras y el ovillo
  3829. quiera dios replicó que mi historia no sea para tí causa de pena en seguida agregó
  3830. dame las tijeras y el ovillo
  3831. mira que si no me los das no tendrás flores en tu mesa
  3832. flores puestas por mí le dí lo que pedía
  3833. al dárselo observé que tenía los ojos arrasados en lágrimas
  3834. quedó silenciosa largo rato hasta que al fin logró dominar su emoción
  3835. y riendo o fingiendo que reía como un niño que va a contar un cuento
  3836. principió está usted para bien saber y yo para mal contar
  3837. yo para mal contar
  3838. que era yo chirriquitina
  3839. tengo buena memoria de todo me acuerdo pero me parece que veo las cosas de ese tiempo como entre sombras
  3840. como en el fondo de una calle obscura
  3841. hace ya tantos años recuerdo que vivíamos en una ciudad muy grande
  3842. no sé si en puebla o en méxico
  3843. acaso en méxico porque los edificios eran hermosos y altos
  3844. y veía yo desde el balcón muchos coches que iban y venían
  3845. estábamos sin duda en la miseria algunas veces pedía yo pan y no había pan para mí
  3846. mi madre dios la tenga en el cielo
  3847. me abrazaba y se echaba a llorar linilla
  3848. me decía dios nos dará pan vamos a pedírselo
  3849. y me ponía de rodillas y me hacía rezar con las manos juntas sobre el pecho
  3850. como un angelito de esos que vimos el otro día en la capilla de san antonio
  3851. mi padre era militar andaba siempre en la guerra
  3852. o en conspiraciones y por eso sus enemigos
  3853. no lo ví más que una sola vez
  3854. habían triunfado los suyos y vino a vernos
  3855. trajo mucho dinero y nos compró ropa y muebles
  3856. y a mí dulces y juguetes
  3857. y un rorro muy lindo
  3858. de cabellos rubios y ojos azules
  3859. que decía papá y mamá
  3860. no he olvidado a mi padre era un caballero alto
  3861. de ojos muy hermosos con unos bigotes muy retorcidos
  3862. me abrazaba cariñosamente me besaba y alzándome exclamaba lina linilla quién es mi encanto quién es mi presea a quién quiero yo mucho
  3863. cho pero un día se fué a la guerra
  3864. siempre la guerra y las revoluciones se fué muy de mañana
  3865. e iban con él oficiales y soldados
  3866. salimos a decirle adiós
  3867. me tomó en brazos me besó los ojos abrazó a mi madre luego montó a caballo y nos dijo hasta la vista
  3868. no volvimos a verle
  3869. tres años duró esa guerra
  3870. el estaba en no sé qué estado lejano
  3871. y nosotras nos quedamos esperando su vuelta
  3872. un día recibió mi madre una carta
  3873. mi padre nos llamaba
  3874. fué preciso obedecerle y después de vender cuanto teníamos
  3875. muebles ropa todo lo que había en la casa
  3876. emprendimos el viaje solitas en un carruaje que daba muchos tumbos y que hacía mucho ruido al rodar en los empedrados
  3877. caminábamos de día y de noche
  3878. y sólo nos deteníamos en las posadas para dormir y descansar unas cuantas horas
  3879. antes de amanecer otra vez al carruaje otra vez a los caminos desiertos
  3880. solíamos pasar por algunos pueblos
  3881. el coche se detenía bajábamos para ir a la fonda
  3882. un día mi mamá se quejó diciendo que le dolía la cabeza
  3883. tenía fiebre y fué preciso quedarnos en un pueblo
  3884. dormía yo con ella y recuerdo que ardía en calentura
  3885. que su cuerpo quemaba como una brasa
  3886. despertaba yo a media noche y decía yo mamá mamá y no contestaba
  3887. una vez viendo que no me respondía
  3888. entonces mi mamá volvió en sí
  3889. y me arropó diciendo cosas que yo no entendí
  3890. papá me ha contado que mi madre tenía tifo
  3891. la mesonera llamó al señor cura
  3892. y cuando éste llegó la enferma había perdido el conocimiento
  3893. vino el médico del pueblo y declaró que ya era tarde
  3894. que la agonía estaba próxima no vivirá una hora
  3895. padre póngale los óleos esta criatura no debe estar aquí
  3896. respondió el sacerdote poniéndose la estola que la lleven a mi casa yo no quería separarme de allí
  3897. pero en vano era yo una chiquitina de siete años
  3898. y sin embargo comprendí lo que pasaba que no volvería a ver a mi madre
  3899. lloraba yo y mis lágrimas eran lágrimas de inmenso dolor
  3900. mi madre se moría no había de verme más
  3901. me llevaron a la casa cural
  3902. allí nada me divertía ni me consolaba pasé el día sin comer
  3903. huraña renuente a las atenciones del padre y a los obsequios de una anciana
  3904. ama de gobierno de aquella modesta casa
  3905. me acurruqué en el sofá y allí me rindió el sueño
  3906. y de allí me llevaron a la cama
  3907. la anciana vino a verme me arropó y se estuvo acariciándome hasta que me quedé dormida
  3908. me dijeron que estaba en el cielo
  3909. la anciana me lavó me vistió y me dió el desayuno
  3910. para distraerme me llevaron a la sala
  3911. y me dieron juguetes muñecos de nacimiento pastores y pastoras cabras ovejas una casita de cartón un molino con su rueda que daba vueltas movida por un chorro de arena
  3912. cuando el sacerdote volvió de la iglesia me sentó a su lado y me hizo muchas preguntas cómo te llamas cómo se llama tu mamá tienes papá no sé lo que respondí
  3913. el señor cura dice que de mis respuestas sacó lo bastante para saber quiénes éramos
  3914. encontró en el baúl cartas y papeles
  3915. documentos que le dieron noticias acerca de la residencia de mi padre
  3916. le escribió inmediatamente dándole la fatal noticia pero la carta no llegó a sus manos
  3917. volvió a escribir y no recibió contestación
  3918. el autor de mis días había muerto también
  3919. pereció en una escaramuza
  3920. su cadáver fué arrastrado y paseado como trofeo de gloria
  3921. al son de músicas victoriosas
  3922. por una soldadesca ebria que celebraba un triunfo inesperado
  3923. el señor cura se dirigió entonces a unos parientes míos
  3924. los cuales se negaron a recogerme
  3925. no queremos niños le contestaron no queremos huérfanos son ingratos
  3926. tarde o temprano dan el pago
  3927. me han contado que cuando el santo anciano recibió la carta de mis parientes
  3928. exclamó corazones de piedra dios los perdone el trajo esta niña a mi casa pues mía es
  3929. luego me llamó y tomando entre sus manos mi cabeza
  3930. me dijo dulcemente muñeca desde ahora yo soy tu padre yo soy tu papá papá le llamo desde entonces desde entonces me llama muñeca
  3931. algunas veces me dice linilla como mis padres me decían
  3932. angelina había terminado el ramillete un ramillete de violetas y me le acercó para que aspirara yo el suave aroma de las flores
  3933. linilla linilla te decían pues linilla he de llamarte yo siga el cuento
  3934. cuento historia de dolor prosigue
  3935. así de ese modo fui a la casa del padre padre ha sido para mí
  3936. y muy tierno y cariñoso
  3937. lo demás ya lo sabes te lo habrán dicho tus tías
  3938. y esa es la triste historia de tu vida a qué decirme
  3939. linilla mía repuse todo esto que me apena y aflige a qué poner en duda mi cariño
  3940. que en duda le has puesto cuando me desgarrabas el corazón
  3941. diciendo que no eras digna de mí indigna de mi amor
  3942. linilla mía por qué porque has sido desgraciada
  3943. porque eres huérfana al contrario
  3944. niña mía qué mayores motivos para ser amada angelina se quedó cabizbaja
  3945. como atormentada por un triste presentimiento
  3946. como temerosa de decir algo que la avergonzaba
  3947. la huérfana callaba baja la frente mientras abría con la punta de los dedos el apretado seno de una rosa pálida
  3948. no seas cruel suspiró penosamente sacudió la cabeza para echar hacia atrás una trenza que le caía sobre el hombro
  3949. y murmuró bajito bajito tal vez deseosa de no ser oída aun no he dicho todo
  3950. oyeme por piedad no quiero decirlo
  3951. pero el corazón me grita habla habla pues
  3952. dímelo sí rodolfo no soy digna de tí
  3953. tú mismo lo has dicho muchas veces
  3954. cómo me has hecho llorar yo
  3955. para qué viniste para qué te conocí rodolfo porqué me amas porqué te amo yo qué de lágrimas me cuesta tu cariño mira si no merezco que me ames
  3956. olvídame olvídame me iré de aquí
  3957. tú puedes ser feliz
  3958. apenas empiezas a vivir
  3959. el corazón humano es mudable llegará día en que me olvides
  3960. amarás a otra y serás amado y serás dichoso angelina repliqué suplicante a qué viene todo eso oyeme este pobre corazón mío
  3961. no había amado nunca llegué a esta casa y me hablaron de tí me dijeron que eras huérfano
  3962. huérfano como yo y me fuiste simpático y me dijeron que eras bueno
  3963. muy bueno y me interesé por tí leí tus cartas
  3964. seis tu retrato y hallé que eras como yo te había soñado viniste
  3965. y me estremecí al oir tu voz me hablaste
  3966. y se ahogó la voz en mi garganta
  3967. y palpitó mi corazón trémulo de amor
  3968. me dijiste te amo y quise callar y no pude y cuando intente matar tu cariño con una palabra desdeñosa
  3969. se abrieron mis labios y dijeron yo también te amo sí
  3970. me has lastimado el corazón has entristecido mi alma
  3971. pero te perdono te perdono porque lo has hecho sin saber lo que hacías
  3972. estoy segura de ello
  3973. cuándo y cómo dijiste una vez
  3974. y lo has repetido muchas veces
  3975. jamás me casaré con quien no sea digna de mí y no es digna de ser esposa de un hombre honrado aquélla cuyos padres
  3976. lo diré de una vez
  3977. la unión de los míos no tuvo la bendición del cielo
  3978. la huérfana calló y de sus ojos húmedos se desprendieron dos lágrimas que cayeron en las violetas como dos gotas de rocío
  3979. perdón repetí estrechando a la joven entre mis brazos
  3980. y atrayendo su gallarda cabeza
  3981. perdóname linilla y sobrecogida de espanto me apartó dulcemente
  3982. cómo no perdonarte si te amo con toda el alma
  3983. ya sabes quien soy
  3984. en mi vida no hay nada que me avergüence
  3985. pero en los míos
  3986. ya lo sabes todo
  3987. más tarde habrías dicho que yo te había engañado
  3988. tomé las manos de la joven y las llevé a mis labios
  3989. ella sonriendo las retiró diciéndome graciosamente y el cuento que entró por un caminito de plata salió por un caminito de oro
  3990. veintinueve la revelación de angelina me dejó triste
  3991. entonces me dí cuenta de ciertas melancolías de la niña
  3992. cuando yo hablaba de bodas y noviazgos
  3993. me propuse calmar el ánimo de la doncella
  3994. quitarle en cuanto fuera posible la mala impresión que mi ligereza y mis imprudentes palabras le habían causado
  3995. le hice ver que mi poca reflexión no debía ser motivo de disgusto
  3996. y puse todo mi empeño en que comprendiera que cuanto yo había dicho no era más que la repetición de opiniones leídas en no sé qué libro
  3997. oídas a no sé qué personas
  3998. nunca pensé que hería a angelina en lo más vivo jamás pude imaginar que la pobre niña supiese la historia de su infeliz madre
  3999. yo también la ignoraba por culpa de mi tía
  4000. herrera del cariñoso anciano del santo sacerdote que veía
  4001. y con razón en su hija adoptiva un ángel bajado del cielo para alegrar las tristes horas de su vida rural
  4002. y no me costó poco trabajo conseguir que mi amada olvidara mis dichos inoportunos y crueles
  4003. fallos juicios y opiniones oímos en el mundo que nos parecen atinados y justos
  4004. y los acogemos ligeramente los repetimos los hacemos nuestros y suele suceder que más tarde caemos en la cuenta de que hemos repetido una tontería
  4005. linilla así la llamé en lo de adelante no volvió a tocar el punto
  4006. y siempre se mostró conmigo afable y satisfecha
  4007. no salía yo a la calle más que a las horas de trabajo
  4008. y al volver del despacho me pasaba las horas al lado de la huérfana
  4009. cada día más enamorado de ella
  4010. una o dos veces en toda la temporada fui a las rifas de navidad
  4011. que congregaban todas las noches en la plaza a los pacíficos habitantes de villaverde
  4012. ni juegos ni músicas me eran gratos no paraba yo atención en la hermosura de mis paisanas
  4013. ni en la elegancia y gallardía de gabriela
  4014. no vas a las rifas decían mis tías
  4015. no me divierto prefiero quedarme en casa
  4016. leyendo o conversando con ustedes
  4017. todos los jóvenes de tu edad se perecen por ir allá decía tía pepa sólo tú
  4018. como un viejo chocho te estás entre las cuatro paredes
  4019. no me cansaba de mirarla cada palabra suya era para mí un poema
  4020. era yo muy dichoso
  4021. qué mayor ventura que no separarme de su lado uno de los boticarios puso a mi disposición todos sus libros
  4022. doscientos o trescientos volúmenes de versos y novelas
  4023. entonces leí mucho en voz alta mientras trabajaban angelina y mi tía entonces hice muchos versos
  4024. angelina era en ellos celebrada con un calor y un entusiasmo tales que la buena niña se sonrojaba al oírlos
  4025. si me pintas hermosa y gallarda como una virgen de murillo dime en prosa
  4026. angelina no era hermosa como una virgen de murillo
  4027. pero sí lo era como alguna de rafael
  4028. como la madona de la silla
  4029. no puedo ver el famoso cuadro sin recordar a la doncella
  4030. idéntico el óvalo del rostro y la sonrisa y la mirada y los labios dulcemente expresivos
  4031. a las veces después de pasar en mi cuarto largas horas
  4032. salía yo con el papel en la mano
  4033. aprovechando el momento en que angelina se quedaba sola
  4034. versos versos para mí no es eso y me los arrebataba los leía en voz baja
  4035. sonriente y ruborosa mientras yo colocado a su espalda la iba siguiendo en la lectura
  4036. pero todas estas cosas me gustan más cuando me las dices sin pensarlas
  4037. no sé por qué pero los versos me parecen siempre graciosas mentiras doblaba la hoja
  4038. se la guardaba y me señalaba un asiento aquí
  4039. dime rorró me quieres así tanto como dices como yo te quiero a tí comenzaba la conversación
  4040. y seguía y pasaba el tiempo y no sentíamos correr las horas
  4041. felices dichosos con la dicha de los que aman y son amados
  4042. nos dio por la jardinería
  4043. preparamos los cuadros y sembramos rosales
  4044. claveles lirios azucenas que nos prometían para la próxima primavera abundantes flores
  4045. plantamos en torno de la fuente la flor preferida
  4046. la encantadora florecilla azul la dulce myosotis tan querida de los enamorados
  4047. qué cuidado con nuestras plantas qué deseo de que florecieran pronto dividimos los arriates en dos partes
  4048. dónde brotará la primera flor en mis cuadros o en los tuyos en los míos
  4049. porque yo te quiero más que tú a mí no en los tuyos no será porque no me quieres como yo te quiero
  4050. el amor y la dicha de ser amada embellecían a la joven
  4051. su pálido rostro tomó suaves tintas de rosa sus labios
  4052. antes descoloridos se encendieron y sus negros y brillantes ojos fulguraban
  4053. ella siempre tan modesta y enemiga de galas
  4054. peinaba graciosamente sus cabellos y solía adornarse con alguna flor de ordinario con entreabierto capullo de rosa
  4055. purpúreo o blanco que hacía parecer más intensa la negrura de aquel pelo sedoso
  4056. negro como las alas del cuervo
  4057. todas las noches al despedirnos le decía yo linilla esa flor
  4058. angelina desprendía de sus cabellos la deseada flor
  4059. y me la ofrecía por alto
  4060. como se ofrece a un niño el incitante fruto acabado de cortar
  4061. yo me fingía enfadado así señorita así caballero no como tú sabes
  4062. inolvidables besos dulces besos recogidos en la corola de una rosa treinta tuvimos una fiesta de navidad muy alegre
  4063. como nadie se la esperaba
  4064. andrés vino y dijo a mis tías señoras es preciso que tengamos fiesta
  4065. en años pasados la noche buena estuvo para nosotros muy triste
  4066. ahora no ha de ser así
  4067. no señor porque quiero que el amito esté contento
  4068. todo corre de mi cuenta
  4069. a ustedes les tocará lo más penoso
  4070. sin buñuelos no hay noche buena allá usted
  4071. angelina usted que se pinta para todo eso pondremos la mesa en la sala
  4072. quién nos mete en dificultades yo bien quisiera
  4073. para que el amito se acordara de cuando era coconete
  4074. te acuerdas pues ahí en la bodega en un cajón están guardadas las casitas y los pastores y los rebaños y el portal y todo si tus tías quieren
  4075. tía carmen con su buen humor de siempre
  4076. se soltó hablando pues sí
  4077. por qué no mañana nos ponemos a la obra
  4078. y la fiesta saldrá muy lucida
  4079. programa cena a las ocho de la noche después acostaremos al niño
  4080. y luego a la misa del gallo la madrina será
  4081. gentes de fuera no no que todo quede en casa pero
  4082. gente de la casa contesté como quiere andrés pero
  4083. don román exclamó tía pepilla
  4084. el pobrecillo no está para esas cosas le traeré yo
  4085. si no está con el reuma le traeré yo
  4086. y estará muy contento y para que no tenga que salir a la calle a media noche dormirá aquí
  4087. angelina y él serán los padrinos
  4088. se aprueba lo que propongo sí pues
  4089. aprobado qué gratamente que pasamos la noche a medio día ya estaba listo el nacimiento
  4090. el cariño de las tías había conservado mis juguetes
  4091. y con ellos bastó y sobró para el nacimiento
  4092. me sentí un chiquillo como si tuviera yo seis años
  4093. a la vista de objetos que fueron para mí
  4094. en mejores días motivo de fiesta y diversión
  4095. con qué cuidado saqué de la gran caja
  4096. uno por uno temeroso de romperlos aquella multitud de zagalas y rabadanes que tejían danzas cerca del portal
  4097. y aquellos magos que seguidos de criados y soldados
  4098. tan suntuosos de vestidos como sus señores
  4099. y jinetes en caballos elefantes y camellos debían ser lo más lindo de aquel belén que tendría chozas y palacios
  4100. caminos de hierro y barcos de vapor
  4101. volcanes nevados cascadas de brea lagunas de cristal pobladas de ánades y garzas
  4102. catedrales y mezquitas feroces beduinos y apuestos charros mexicanos que perseguían con el lazo al aire las reses montaraces
  4103. qué portal una maravilla fué obra de tía carmen era un portal lindísimo
  4104. de cristal con estrellas soles y cometas y ángeles y serafines y arcángeles que tenían en las manos bandas de seda con letreros dorados que decían gloria in excelsis deo
  4105. mi tía carmen le hizo con prismas y candeleros de cristal
  4106. y fué el encanto de cuantos le vieron
  4107. la enferma no pudo esta vez ponerse a la obra
  4108. pero la dirigió y todo salió a medida del deseo
  4109. desde su sillón atendió a todo
  4110. todo estaba listo al fin del día
  4111. y el regocijo era general
  4112. desde tía carmen hasta señora juana todos parecían niños en aquella casita
  4113. angelina estaba atareada friendo los buñuelos y tía pepilla iba y venía más alegre que una sonaja
  4114. de cuando en cuando nos asaltaba el temor de que la enferma tuviera un ataque
  4115. y esto malograra nuestra fiesta
  4116. pero felizmente no sucedió así
  4117. a las seis salí en busca de don román
  4118. el pobre viejo se envolvió en su raída capa
  4119. se apoyó en mi brazo
  4120. el pobrecillo vino muy cargado traía algunas libras de confites
  4121. a las ocho ya estábamos en la mesa
  4122. la enferma accedió a nuestro deseo y vino a presidir el banquete
  4123. al lado de ella se colocó don román
  4124. en el otro tía pepilla y andrés
  4125. angelina y yo ocupamos el lugar acostumbrado
  4126. pocos platillos rica sopa de almendra
  4127. sopa de la pelea pasada
  4128. román un plato de pescado el afamado bobo de los ríos veracruzanos
  4129. con la ensalada del día lechuga con aceite y vinagre y algunos rabanillos
  4130. los precoces purpurados de la hortaliza
  4131. chiquitines rechonchos enredándose en los anillos de la bien desflemada cebolla fríjoles
  4132. cómo habían de faltar buñuelos de arroz
  4133. los más exquisitos a juicio de las tías
  4134. y una tacita de té
  4135. no faltó el vino un par de botellas obsequio del doctor sarmiento escondidas dos o tres años en el fondo de una cómoda
  4136. reiamos charlamos recordaron los viejos sus buenos tiempos
  4137. hablamos los jóvenes de nuestra dicha
  4138. y la velada se pasó del modo más alegre
  4139. a las diez y media cuando los campanarios de villaverde soltaron el primer repique
  4140. encendimos el nacimiento y los padrinos acostaron el niño en su lecho de pajas
  4141. andrés quemó en el patio una docena de cohetes
  4142. y el pomposísimo distribuyó sus cucuruchos de confites
  4143. ustedes perdonarán la cortedad
  4144. los tiempos no están para lujos y agregaba dios pagará a ustedes este buen rato
  4145. de veras de veras si me parece que tengo veinte años angelina y tía pepilla nos dejaron para atender a la anciana que ya suspiraba por su lecho don román buscó el suyo
  4146. y andrés se quedó conmigo en espera de angelina y de mi tía que irían con nosotros a la misa del gallo
  4147. no tardaron en volver
  4148. vámonos vámonos murmuraba la anciana que pronto darán las doce a misa
  4149. en ella le anunciaba que pasadas las fiestas de navidad le tendría en villaverde
  4150. allá voy muñeca le decía es justo que después de los trabajos y fatigas del adviento me dé yo mis verdes
  4151. viejo y enfermo este pobre cura todavía tiene ganas de subir y bajar
  4152. además me muero por ver a mi linilla buena falta me haces aquí
  4153. francisca ya no sirve para nada cada día está más chocha
  4154. y todo se le va en gruñir y regañar
  4155. ni yo me escapo
  4156. el otro día me echó una loa que ni aquellas con que los inditos te hicieron reir tanto en la fiesta de xochiapan
  4157. la pobre francisca está más vieja que yo
  4158. y ya es tiempo de ello tiene largos los setenta y cinco
  4159. ya es fuerza que descanse
  4160. si tú estuvieras aquí sería otra cosa ya sabes cuánto te quiere habría menos gruñidos y menos regaños los altares tendrían manteles limpios
  4161. y las albas menos rasgones me leerías algo todas las noches
  4162. aunque fuera para que los libros no se estuvieran arrumbados en el armario jugaríamos un partido de ajedrez
  4163. y la vida de este cura sería menos fastidiosa en este destierro
  4164. por aquí todo está tranquilo ni asaltos
  4165. me quieren mucho ciertos bichos que tú sabes
  4166. y no hay temor de que me den un mal rato
  4167. tan seguro estoy de ello que casi casi me resuelvo a que te vengas al pueblo
  4168. pienso en ello mucho seguiré pensándolo
  4169. y dios dirá por ahora ve disponiéndome el cuartito no te metas en lavaduras de suelo
  4170. y mientras nos vemos y te doy un abrazo recibe la bendición de este pobre viejo
  4171. cuando angelina leyó esta carta se puso pensativa y triste
  4172. pero qué he de hacer no necesito que él me lo diga comprendo muy bien que hago falta
  4173. te figuras cómo estará aquella casa ya me la imagino
  4174. señora francisca ya no está para fiestas
  4175. y mi deber mi obligación es estar allá
  4176. con el santo anciano que tanto necesita de quien le vea y le mime
  4177. aquí quién cuidará de tu tia doña pepita la pobrecita ya no puede
  4178. sólo de pensar en eso me apeno y me aflijo
  4179. yo sé muy bien que si le digo al señor cura que no quiero ir
  4180. haz lo que él te diga
  4181. y te dejo y me separo de tí quieres que me vaya no
  4182. linilla mía pero lo primero es lo primero
  4183. si no puedo creer en esta separación si nunca pensé en ella
  4184. la vida lejos de tí no será vida
  4185. pienso que puedo separarme de tí
  4186. y siento que se me hace pedazos el corazón
  4187. piensa que tu deber es cuidar del pobre anciano
  4188. no te dice claro en esa carta
  4189. que si tú estuvieras allá su vida sería más alegre pues obedécele sin chistar
  4190. no temas por tía carmen
  4191. razón de más para que no me separe de ellas
  4192. no linilla yo te lo agradezco
  4193. ganas mucho en mi cariño
  4194. pero antes que yo y que mis tías está tu protector
  4195. tu padre que padre ha sido para tí ese buen anciano
  4196. será lo que dios quiera lo que dios quiera ya no me verás triste
  4197. si el señor cura dice vámonos
  4198. me iré y me separaré de tí muy contenta
  4199. ya lo verás no lloraré ni una lágrima saldrá de mis ojos
  4200. y eso que parezco una chiquitina
  4201. y por cualquiera cosa ya estoy llorando
  4202. me escribirás cada semana todos los días si es posible
  4203. yo también te escribiré
  4204. me darás tu retrato irás a verme con qué ansia he de esperar tus cartas y las leeré muchas veces
  4205. muchas hasta que me las aprenda de memoria
  4206. y yo linilla no baré más que pensar en ti pensar en la muñequita
  4207. que estará triste tristísima porque vive lejos de su rodolfo y no pensarás en otra
  4208. y no verás a otras muchachas
  4209. y no irás a la plaza a oir a gabrielita
  4210. linilla no pienses mal de mí
  4211. gabriela es guapa elegante y qué cosa más fácil que tú
  4212. no es pura chanza
  4213. pero seriamente verdad que no pensarás en otra
  4214. aunque sea linda hermosa mejor que yo te lo juro
  4215. un campanillazo la separó de mí
  4216. y yo tomé el sombrero y me fuí a la casa de castro pérez
  4217. aun no llegaba el jurisperito
  4218. salían de arreglar el despacho
  4219. al verme se detuvieron a charlar conmigo
  4220. tarde acaban de dar las nueve
  4221. no no es tarde me dijo la menor
  4222. teresa una rubia desabrida y vana
  4223. nunca es tarde para los enamorados
  4224. cállate cállate mujer qué dirá el señor exclamó su hermana
  4225. la pianista una morena vivaracha y parlera
  4226. que diga lo que quiera
  4227. veamos a qué viene eso de los enamorados me pareció que habían adivinado mi secreto
  4228. lo cual aunque en cierto modo me contrariaba
  4229. tenía para mí algo halagador
  4230. quiere usted replicó la rubia que le endulcemos el oído jesús
  4231. mujer volvió a exclamar hipócritamente la morena
  4232. qué libertades gastas la chiquilla se echó a reir
  4233. a lo cual contestó como al señor le ha dado por la música
  4234. así lo cuenta en todo villaverde cuentan en villaverde tantas cosas sí me gusta la música
  4235. desde que oí tocar a luisa
  4236. la morena se sonrojó
  4237. teresa se soltó diciendo adiós pues no sé cómo
  4238. porque ésta toca muy mal tocar bien
  4239. venga usted acá y me sacó hasta el zaguán venga
  4240. ve usted aquella casa aquella la nueva la que está pintada de gris pues ahí vive una persona que toca mejor que luisa
  4241. no lo sabía usted ah sí
  4242. murmuró maliciosamente la parlanchina
  4243. y qué qué la señorita fernández
  4244. repitió con mucha sorna la morena
  4245. por qué lo niega usted dijo la rubia
  4246. qué tiene eso de malo señoritas
  4247. sí niega exclamaron a una
  4248. no acierto a comprender a ustedes
  4249. la parlanchina me miró de hito en hito
  4250. hasta que no pudo más
  4251. y riendo me dijo vaya
  4252. pues como usted no ha de confesarlo
  4253. se lo diré ya sabemos que usted es novio de gabriela fernández
  4254. vea usted que nos lo dijo persona que lo sabe
  4255. pues no es verdad iba a contestarme cuando apareció al fin de la calle mi señor don juan
  4256. vióle la rubia y dió el grito de alarma ahí viene papá y las muchachas echaron a correr
  4257. treinta y dos despidióse el año como suele despedirse en villaverde y en la vecina pluviosilla
  4258. montañas y valles permanecen velados durante algunas semanas
  4259. y sólo de cuando en cuando
  4260. de mañanita asoma el sol su rostro paliducho a través de las gasas
  4261. como para decir a los villaverdinos que no ha muerto
  4262. acabó diciembre nos dijo adiós y se fué casi sin ser visto mientras la gente corría hacia los templos a dar gracias
  4263. a pedir mercedes para el año nuevo
  4264. o se entretenía alegre y divertida jugándose los cuartos en polacas y loterías
  4265. desde la noche de navidad no fuí a la plaza
  4266. herrera y como era posible que angelina se fuera con él
  4267. quería yo gozar de los pocos días de felicidad que me quedaban
  4268. la pobre niña no volvió a hablar de viaje
  4269. se apresuró a disponer la recámara de su protector
  4270. convinimos en que mi habitación era la más cómoda
  4271. y aunque las tías se empeñaron en dejarle la suya
  4272. decidióse que el huésped ocupara la mía
  4273. en dos por tres quedó arreglada y lista
  4274. con su cama que alheaba
  4275. solís nos prestó uno muy elegante
  4276. con un crucifijo muy devoto
  4277. venga a cualquiera hora decía la joven que venga
  4278. que todo está listo linilla sonreía alegremente
  4279. pensando en la próxima llegada de su protector pero no podía disimular su tristeza
  4280. a cada rato bajaba los ojos
  4281. y se ponía pensativa y suspiradora
  4282. la atormentaba sin duda la idea de que iba a separarse de la enferma
  4283. y como si quisiera dejarle grato recuerdo de sus cuidados
  4284. la pobre niña se extremaba en todo cuanto a la anciana se refería
  4285. no lo ves rorró solía decirme al oído la tía pepa
  4286. no lo ves esta niña es un ángel mira
  4287. mira cómo atiende a tu tía
  4288. qué mimos qué paciencia no sólo angelina estaba triste yo lo estaba también
  4289. sólo de recordar que se iba se me oprimía el corazón
  4290. se me obscurecía el mundo
  4291. qué haría yo sin ella qué sería de mí sin la palabra consoladora de angelina ella era la única que poseía el secreto de mis tristezas sólo ella sabía darme aliento y ánimo
  4292. frecuentemente me encerraba yo en mi recámara para dar rienda suelta a mis cavilaciones y melancolías
  4293. allí pasaba yo horas y horas
  4294. estás enfermo me preguntaban las tías
  4295. vaya si soy desgraciado pensaba yo
  4296. llegué a mi casa descorazonado y abatido
  4297. y cuando creía encontrar aquí dichas y alegrías
  4298. no hallé más que penas y tristezas
  4299. angelina ha sido para mí como un ángel salvador
  4300. a ella he confiado mis pesares en ella he puesto mi cariño me amó
  4301. me ama y cuando su amor iluminaba mi alma con celestes claridades cuando de ella recibía mi corazón vigor y fortaleza
  4302. se irá y en esta casa se acabará toda alegría
  4303. adiós amorosas platicas adiós gratas lecturas las plantas que los dos hemos sembrado prosperarán
  4304. y linilla no las verá
  4305. y volviendo a mi manía poética me daba yo a repetir aquello de nuestro carpio de qué me sirven los jacintos rojos
  4306. el lirio azul y el loto de la fuente
  4307. pero angelina no se olvidará de mí ni yo la olvidaré me escribirá
  4308. todos los días pero ay no la veré en muchos meses
  4309. tal vez en muchos años
  4310. herrera no le gusta separarse de su parroquia
  4311. puede suceder que linilla no me escriba no habrá quién traiga las cartas
  4312. y pasarán días y más días
  4313. sin saber de angelina a decir verdad
  4314. estaba yo enamorado como un loco
  4315. no era mi amor aquel amor de niño
  4316. tímido vago ensoñador que me inspiró matilde cariño melancólico
  4317. nacido en un juego alimentado por las predilecciones de una chiquilla graciosa y admirada
  4318. y breve y fugitivo en sus anhelos dulce amor que dulcificó la vida del pobre estudiante pálido fulgor de la aurora juvenil que inundó de reflejos primaverales los claustros solitarios de un colegio sombrío amor que no conseguí arrancar de mi alma en muchos años que aun suele estremecer mi corazón
  4319. ahora todavía después de tantos años suspiro a veces por la donairosa niña
  4320. objeto de mi primer amor
  4321. matilde ha sido viva y muerta temida rival para cuantas me amado
  4322. su nombre se me ha escapado de los labios
  4323. involuntariamente cuando iba yo a decir el de otra mujer
  4324. y acaso sea el último que salga de mi boca a la hora de morir
  4325. el amor que angelina me inspiraba no era ese que nos promete dichas y venturas
  4326. lisonjeando nuestra vanidad halagando nuestro orgullo y despertando risueñas esperanzas ni ese otro abrasador
  4327. apasionado que nos encadena a las plantas de soberbia beldad
  4328. sumisos a su capricho esclavos de su hermosura desesperados si nos desdeña locos de felicidad si nos favorece con una sonrisa
  4329. no era purísimo y desinteresado afecto sentimiento de profundo dolor que sólo parece traer desgracias
  4330. que sólo nace y vive para llorar
  4331. y que libre de sensuales impurezas es una eterna aspiración al cielo
  4332. amaba yo a angelina la amaba con toda el alma
  4333. y no por hermosa sino por buena y desgraciada
  4334. creía yo que mi madre bendecía desde el cielo aquellos amores sencillos
  4335. puros inmaculados como el lirio silvestre que abre su nítida corola al borde de un abismo
  4336. entre los iris de espumosa cascada
  4337. allí donde no ha de tocarle la mano del hombre
  4338. amaba yo a angelina y quería yo ser digno de ella
  4339. para que la pobre huérfana compartiera conmigo sus desgracias y su orfandad
  4340. y tuviera en mí un amigo
  4341. acaso algún día andando el tiempo se mudaría mi suerte y me sería dable ofrecerle cuanto el hombre gusta de poner a los pies de la mujer amada
  4342. pero hasta allá no iban mis deseos sino vagamente
  4343. amor abnegación sacrificio estos eran los móviles de mi cariño
  4344. nobilísimos sin duda y que no han vuelto a conmover mi corazón
  4345. he amado he amado muchas veces pero nunca como entonces me he sentido capaz de tamaños heroismos
  4346. romanticismo locura exclamarán muchos al leer estas páginas
  4347. idealismo dirán los desengañados los hijos de esta generación egoísta y sensual
  4348. pero aquellos que hace cinco lustros eran jóvenes
  4349. esos dirán que los mozos de entonces eran más felices que los de ahora que aquella juventud aparentemente melancólica
  4350. plañidera y sentimental valía más por la pureza del sentimiento y la hidalguía del corazón
  4351. que ésta de los actuales tiempos
  4352. tan alegre al parecer y en realidad tan triste y desconsoladora
  4353. precozmente envejecida y prematuramente codiciosa
  4354. treinta y tres le ví desde la ventana del despacho
  4355. a eso de las diez
  4356. jinete en una soberbia mula de magnífico andar
  4357. herrera fué todo un charro allá en sus mocedades
  4358. vaya con el simpático viejecillo al verle con su blusa blanca que dejaba ver los pliegues de la recogida sotana
  4359. con el sombrero de jipi
  4360. el paño de sol y el abierto paraguas
  4361. se me antojó el tipo más hermoso del cura de aldea
  4362. pálido y expresivo el rostro naricilla aguileña y muy dulces los azules ojos
  4363. el buen sacerdote me cayó en gracia
  4364. seguíale a guisa de caballerango un muchacho trigueño guapo y bien dispuesto de pantalón ceñido y jarano galoneado
  4365. que por lo arrestado y vigoroso
  4366. contrastaba singularmente con el aspecto manso y bondadoso del clérigo
  4367. tal vez habían pernoctado en alguna hacienda
  4368. de donde salieron a la madrugada
  4369. para llegar temprano a villaverde
  4370. atravesaron la plaza con dirección a la parroquia
  4371. no tardé en oír una campanilla que llamaba a misa
  4372. hasta entonces fuera porque eso halagaba mis deseos
  4373. herrera no era terminante me había parecido mentira el temido viaje de la joven pero al ver al clérigo me dio un vuelco el corazón
  4374. como si alguno me dijera tu linilla se va
  4375. el cura estaba ya muy viejo
  4376. no le faltarían los achaques de la edad
  4377. y nada más justo que angelina estuviese a su lado
  4378. tiré la pluma crucé los brazos sobre la mesa
  4379. y me puse a pensar
  4380. desalentado y triste en la partida de la joven
  4381. por fortuna llegó castro pérez y fué preciso ponerse a trabajar
  4382. dos o tres veces escribí una palabra por otra eché a perder una hoja de papel sellado
  4383. y estaba yo a punto de decir no sigo escribiendo estoy enfermo
  4384. cuando dio la una
  4385. corrí a la casa
  4386. herrera conversaba en la sala con mis tías
  4387. y angelina arreglaba la mesa en el comedor
  4388. no me sintió al llegar me tenía a su lado y no me había visto
  4389. me acerqué de puntillas y le tapé el rostro con mi pañuelo
  4390. qué susto me has dado ya vino papá
  4391. y qué pregunté ansioso
  4392. dice que viene por mí que está enfermo que señora francisca está más chocha cada día
  4393. en fin que el viernes nos iremos
  4394. contenta como una sonaja
  4395. no es verdad contenta yo sí tienes razón
  4396. luego agregó en tono de regaño vaya usted a la sala vaya usted a saludar al señor cura
  4397. ya preguntó por usted
  4398. preguntó por mí sí quiere conocer esta buena alhaja
  4399. y cambiando de acento festiva y urgente anda anda te verían entrar y dirán que estás aquí
  4400. fuí a la sala
  4401. allí estaban mis tías
  4402. después de la presentación oí con espanto que angelina no me había engañado
  4403. el anciano tenía resuelto llevársela
  4404. lamentaba la separación porque al fin la muñeca estaba allí muy bien
  4405. pero hacía falta hacía falta en la casa cural
  4406. ya estoy viejo repetía el sacerdote el mejor día me da un supiritaco y no tengo quien me vea
  4407. pancha está peor que yo
  4408. mis tías lamentaban la ida de la joven
  4409. pero no se atrevieron a contrariar al padre
  4410. se limitaron a rogarle que la trajese de cuando en cuando
  4411. el buen señor me trató con mucho cariño
  4412. cuando supo que no volvería yo al colegio
  4413. exclamó qué se ha de hacer conformarse con la voluntad de dios cuándo me mandan ustedes a este muchacho
  4414. que vaya a pasar conmigo algunos días
  4415. le mandamos la mula sale temprano de aquí
  4416. y en la noche estará con nosotros
  4417. angelina se presentó en la sala
  4418. a comer papá vamos que sólo tiene usted en el estómago una taza de té vamos
  4419. muñeca vamos contestó lentamente levantándose del sillón dame tu brazo
  4420. ya tu papá está muy cascado
  4421. entre tía pepa y yo llevamos a la enferma a su cuarto
  4422. no quiso ir al comedor
  4423. no estoy para eso
  4424. no ven que he vuelto a la primera edad y que tengo que comer por mano ajena angelina parecía haberse olvidado de mí no me dirigía la palabra
  4425. no me miraba como temerosa de que el anciano sorprendiera nuestro amor
  4426. charlaba alegremente con ingenuidad de chiquilla hacía reir al sacerdote y no cesaba de recordarle cosas y sucesos de otro tiempo
  4427. digo bien digo bien muñeca cuando estés allá voy a ser otro
  4428. ya verás que alegría en aquella mesa allá no faltará un buen mozo
  4429. don rodolfo agregó dirigiéndose a mí y desplegando la servilleta
  4430. mientras angelina servía la humeante sopa
  4431. queda usted invitado a la boda la joven se encendió
  4432. el anciano levantó la cara para verla
  4433. y continuó nada más que allí no se estilan vestiditos blancos
  4434. angelina hizo un mohín
  4435. me quiere usted tener contenta pues no le diga usted a su muñeca todas esas cosas
  4436. vaya vaya enojadita estás pues chitón por ahora allá cuando te cases que te casarás porque ya no hay conventos
  4437. y tú no tienes cara de monja no le faltarán al señor cura de san sebastián algunos durillos para que vayas al altar hecha una princesa
  4438. cuando para hacer rabiar a pancha le hablo de esto
  4439. gruñe no sé qué perrerías
  4440. y dice casarse la niña dios nos ampare si no hay gandul que se la merezca
  4441. tú qué dices de eso pues yo digo
  4442. replicó angelina con viveza que lo que señora francisca quiere
  4443. es que su linilla se quede para vestir santos reía el señor cura y reíamos todos
  4444. tía pepa observaba en mi rostro el efecto que me causaba aquella conversación
  4445. angelina me vió como diciéndome con los ojos y tú qué dices veinticuatro cayóme en gracia el viejecito
  4446. fino afable cortés jovial sin llanezas ni bromas de mal gusto
  4447. de fácil palabra y amena conversación
  4448. herrera a pesar de sus años
  4449. parecía un mozo por la frescura de sentimientos
  4450. le hallé tal como angelina me le pintara
  4451. ya le conocerás me decía la jovenes muy sencillo
  4452. a veces tiene cosas de chiquillo
  4453. por eso le quieren tanto sus feligreses
  4454. y mira que los indios son insufribles
  4455. dicen por aquí esto lo otro y no hay manera de que entren en razón
  4456. papá los sobrelleva de un modo que a las dos palabras ya están sumisos y obedientes
  4457. dicen que san sebastián era antes un pueblo perdido
  4458. un pueblo de haraganes y de borrachos
  4459. allí sólo las mujeres trabajaban
  4460. ahora es otra cosa papá consiguió que le oyeran
  4461. y hoy todo anda a las mil maravillas
  4462. ha puesto escuelas una de niños y otra de niñas
  4463. la iglesia no es ya la que encontramos
  4464. papá la ha puesto como una tacita de plata
  4465. yo quisiera que tú la vieras
  4466. los altares lindísimos el púlpito magnífico
  4467. nuevo de madera muy rica digno de un obispo las imágenes muy buenas
  4468. una virgen de los dolores que es una perla un san sebastián que da gusto verle
  4469. todavía quedan algunas imágenes feas
  4470. imposible papá dice que con el tiempo todo se consigue
  4471. y que él acabará con esos santos que parecen hechos para asustar chiquillos
  4472. ya tú sabes lo que son los indios
  4473. y todos quieren mucho a su cura
  4474. una vez dijeron allá que se iba que le mandaban a otro curato
  4475. y todo el pueblo todito se juntó en la plaza
  4476. para pedirle que no los dejara
  4477. papá les dijo que no que estuvieran tranquilos pero ellos no hicieron caso
  4478. y más de cien fueron a jalapa
  4479. y se le presentaron al señor obispo
  4480. ahora si tú vieras a mi papa
  4481. no para no para temprano dice misa
  4482. lástima me daba verle
  4483. en ocasiones llueve a cántaros como llueve por allá y vienen por él para ir a una confesión
  4484. y allá va el pobrecillo en su mula a subir y bajar cerros
  4485. porque allí todo es subir y bajar
  4486. de regreso descansa un ratito y a las escuelas a enseñar a los muchachos
  4487. a dar lección de catecismo a las inditas
  4488. mes de maría y qué altar qué flores para flores
  4489. la sierra ahora si vieras qué bueno y qué bondadoso es con todos
  4490. para una cosa si es terrible
  4491. para el arreglo de la casa
  4492. no puede ver nada fuera de su sitio
  4493. la mesa ha de estar bien puesta
  4494. cuidadito el dice que en las casas bien arregladas no dura mucho la tristeza que en una mesa bien servida
  4495. aunque no haya en ella ricos manjares
  4496. que lo diga señora francisca
  4497. herrera muy instruído sabía de muchas cosas y se perecía por la botánica
  4498. era de oírle cuando se soltaba hablando del movimiento religioso en inglaterra y en los estados unidos
  4499. estaba al tanto de los progresos científicos
  4500. y sin pedantería ni vanidades
  4501. así como quien no quiere la cosa
  4502. discurría como un sabio de filosofía y de ciencias físicas y naturales
  4503. dando innumerables muestras de su claro talento y de su copiosa erudición
  4504. buenos ratos me pasé oyéndole hablar de religión qué mansedumbre qué dulzura nada de vanos escrúpulos ni de ridículas gazmoñerías tres días estuvo con nosotros al cuarto se fué a pluviosilla
  4505. con objeto de arreglar algunos negocios
  4506. y asistir a no sé qué fiesta solemnísima en el templo de santa marta
  4507. estuvo por allá una semana
  4508. el día veinte de febrero ya le teníamos de regreso
  4509. el viaje de angelina quedó resuelto
  4510. se iría y no la volveríamos a ver hasta que pasara la semana mayor
  4511. qué amargo fué para mí aquel mes de febrero y para todos
  4512. mis tías ocultaban su tristeza
  4513. tía pepa siempre tan parladora enmudeció como los pajarillos del corredor
  4514. silenciosos y tristes a la sazón por el cambio de pluma la enferma nos parecía más abatida que de ordinario
  4515. y angelina salía y entraba
  4516. no sé cómo pude trabajar durante ese tiempo
  4517. para colmo de males tuvimos quehacer de sobra en el despacho
  4518. castro pérez traía entre manos un negocio muy difícil
  4519. y se le iban las horas hojeando librotes y dictando alegatos
  4520. la tarea terminaba a las mil y quinientas
  4521. volvía yo a casa entre nueve y diez de la noche
  4522. y apenas podía conversar con linilla unos cuantos minutos
  4523. la víspera del viaje no hubo que ir al despacho
  4524. era domingo y me estuve en casa todo el día
  4525. solís tía pepa no se apartó de la enferma en toda la tarde
  4526. y angelina y yo nos la pasamos en el jardincillo
  4527. sentados al pie de los naranjos
  4528. este me decía la doncella haciendo un ramillete será el último
  4529. quién asegura que nos volvamos a ver quién me asegura que volveré a esta casa
  4530. donde he pasado los días más felices de mi vida me separo de tí
  4531. y no me sorprende la separación
  4532. así la esperé así la temí no sólo porque debía yo volver al lado de mi papá
  4533. sino porque desde niña me persigue la desgracia
  4534. he aprendido en la escuela del dolor que toda dicha
  4535. te amo y te amaré hasta la hora de morir
  4536. hasta después de la muerte pues bien
  4537. no fío en tu cariño
  4538. acaso me olvides ojos que no ven
  4539. todos los sentimientos son mudables y el amor que yo te he inspirado
  4540. amor que hoy te parece firme y duradero
  4541. mañana cuando ya no me tengas cerca de tí
  4542. cuando la pena que hoy te abate se disipe
  4543. ese amor irá languideciendo poco a poco
  4544. se extinguirá y aunque conserves de tu linilla gratos recuerdos
  4545. será preciso que pongas tus ojos y tu corazón en otra mujer
  4546. pero óyelo óyelo ninguna te amará como yo ninguna tendrá para tí este amor que encadena mi alma a la tuya amor que es mi dicha y desgracia
  4547. se ha hecho dueño de mi corazón
  4548. le ha dominado por completo
  4549. y ahora y siempre será objeto de todos mis anhelos
  4550. consuelo mío en todas las horas de dolor
  4551. mira que me atormentas apura hasta las heces el cáliz del dolor
  4552. padeces sí padeces lo sé muy bien tus ojos están húmedos
  4553. llora no te avergüences de llorar pero no llores porque me voy llora porque me has de olvidar
  4554. miras el porvenir triste y sombrío
  4555. y te dices no hay esperanza y quién te asegura que esa obscuridad no se tornará mañana en espléndido día aunque crees que en la vida no hay más que tinieblas
  4556. la idea de plácido crepúsculo te hace sonreir
  4557. y cuando sueñas con días mejores
  4558. ya no piensas en tu linilla
  4559. a qué negarlo no es verdad que a solas
  4560. en la soledad de tu pensamiento
  4561. miras luminosos días de incomparable felicidad sí
  4562. no piensas en mí tienes razón
  4563. a qué pensar en la infeliz muchacha a quien tanto amas
  4564. porque me amas sí me amas con toda tu alma
  4565. a qué pensar en esta huérfana que no puede satisfacer tus ambiciones
  4566. ni corresponder a ese porvenir con que sueñas a todas horas rorró no olvides lo que te digo hoy
  4567. en vísperas de separarme de tí me olvidarás
  4568. y acaso muy pronto yo no te olvidaré ya sé lo que vas a contestarme
  4569. ya lo sé pero no lo digas
  4570. óyelo de mis labios pues si estás segura de que te olvidaré
  4571. por qué no rompes ahora mismo los lazos que nos unen sí
  4572. linilla eso digo por qué porque tu amor es mi vida
  4573. quieres que yo misma aumente mis penas quieres que te olvide si no puedo
  4574. déjame vivir engañada deja que tu angelina se crea dichosa
  4575. qué negro pero no quiero que llegue
  4576. y busco en tus ojos luz de amor perenne
  4577. una cosa voy a pedirte
  4578. cuánto quieras linilla primero que si un día me olvidas
  4579. procures guardar en lo más hondo de tu corazón allí donde no haya nada de otra mujer
  4580. un poquito de cariño para mí
  4581. para que cuando padezcas y llores puedas decir pensando en mí angelina
  4582. consuélame y qué otra cosa otra
  4583. me respondió sonriendo con inmensa tristeza esto
  4584. y poniendo su trémula mano en mi cabeza
  4585. alisó mis desordenados cabellos y mostrándome unas tijeritas me dijo dulcemente
  4586. en voz baja como si temiese ser oída corto corta
  4587. nos contó memorias de su vida estudiantil pero no consiguió alegrarnos
  4588. y cuenta que el buen anciano tenía mucha gracia para conversar
  4589. la enferma llamó a angelina y le dijo niña ven a platicar conmigo mañana te vas
  4590. y acaso no volverás a verme
  4591. porque desengáñate hija mi mal no tiene remedio el doctor dice que nervios pero yo no creo nada de eso el mejor día sabrás que me he muerto
  4592. pero niña no hablemos de eso siéntate aquí
  4593. voy a pedirte un favor
  4594. mañana no te despidas de mí
  4595. si dios quiere darme algunos meses de vida
  4596. y ya lo sabes no irás a otra parte
  4597. no porque nos darías un pesar muy grande
  4598. ya sabes que esta es tu casa
  4599. nosotras te queremos mucho mucho y vivimos muy agradecidas a tus bondades
  4600. porque dime qué necesidad tenías tú de convertirte en enfermera para cuidar de esta vieja achacosa no
  4601. ya se lo dije al señor cura
  4602. que cuando vuelvan a villaverde vengan a esta casa
  4603. a esta pobre casa que es suya
  4604. nosotras te queremos mucho y rodolfo lo mismo me lo ha dicho muchas veces te quiere como a una hermana
  4605. y cuando llegó la hora de recogerse le dijo cerraste ya los baúles no pues mira toma la llave
  4606. y abre mi ropero para que saques una cosa
  4607. lleva la vela yo te diré lo que quiero
  4608. no hay allí una cajita de laca
  4609. en ella encontrarás un paquete de retratos
  4610. angelina hizo lo que deseaba la tía carmen
  4611. era una colección de retratos de familia
  4612. de rodolfo hay uno que no quiero darte
  4613. uno que ya conoces de cuando era chiquito uno en que está jugando con un aro
  4614. de los demás el que tú quieras
  4615. después le regaló unos pañuelos de seda y un abanico de laca
  4616. este abanico no es de moda
  4617. lo sé bien pero dicen que es una pieza de mucho mérito
  4618. consérvalo como un recuerdo de nosotras
  4619. nos escribirás de cuando en cuando
  4620. no es verdad nosotras también
  4621. cuando pepa no esté para eso lo hará rorró
  4622. me parece que el señor cura ya está en su cuarto
  4623. el sacerdote se había retirado a su habitación
  4624. debía salir muy de mañana y no quería desvelarse
  4625. espléndida noche una noche invernal por lo serena
  4626. limpia de nubes y pródiga en luceros
  4627. semejante a aquella que pareció participar de mi dicha después de que la joven me confesó su amor
  4628. sentado en un viejo sillón que perteneció a mi abuelo
  4629. no la veríamos más en aquel patio ni en aquellos corredores
  4630. ni cuidaría de los pajarillos y de las plantas
  4631. galanas frondosas al llegar la primavera nuestras flores queridas las que nosotros plantamos de las cuales esperábamos linilla y yo pruebas maravillosas de amorosa fidelidad
  4632. no lucirían para mi amada sus perfumadas corolas ninguna de ellas adornaría los negros cabellos de la niña
  4633. adiós alegría se iba con ella
  4634. y acaso para no volver más nos quedaríamos llorosos
  4635. abatidos malhumorados echando de menos a la pobre huérfana
  4636. cuya hermosa y modesta juventud había sido para nuestra pobre casa
  4637. siempre triste y sombría como un rayo de sol
  4638. silbaban los insectos nocturnos en lo más escondido de los follajes los floripondios
  4639. mecidos por el viento columpiaban pesadamente sus campanas de raso el huele de noche no tenía aromas
  4640. y el agua corría silenciosa por el sumidero del pilón
  4641. no sé cuánto tiempo estuve así
  4642. me dolía el corazón
  4643. sentí que me tocaban en el hombro
  4644. y que me decían quedito
  4645. ya todos se han recogido murmuró y he venido a decirte adiós
  4646. porque no quiero verte mañana
  4647. no quieres verme no me sería imposible salir de aquí
  4648. no podría contener mis lágrimas finge que estás dormido que estás enfermo que no quieres levantarte
  4649. lo que sea mejor pero no salgas siéntate aquí
  4650. me voy y no sé cuándo volveré
  4651. irás a verme sí
  4652. no es verdad me escribirás
  4653. llevo tu retrato y lo miraré a todas horas
  4654. y leeré tus cartas hasta que me las sepas de memoria
  4655. no dejes de escribirme te lo ruego y ámame ámame como yo te amo piensa que he sido muy desgraciada que estoy sola
  4656. casi sola en el mundo
  4657. porque el santo anciano que ha sido para mí un verdadero padre
  4658. vivirá poco y el día que me falte
  4659. antes de conocerte él era mi único amor
  4660. y me decía yo mientras mi papá viva yo viviré
  4661. para qué ahora pienso en eso
  4662. y quiero vivir quiero vivir para tí para amarte para ser amada te dije que me olvidarías
  4663. no rodolfo no me olvides no me olvidarás
  4664. porque no debes no puedes olvidarme tu amor ha sido la única felicidad de mi vida
  4665. siquiera eso para esta pobre huérfana no el cielo no permitirá que me olvides
  4666. verdad que no es posible piensa en mí habla de mí
  4667. quiero estar siempre en tu corazón quiero estar a todas horas en tu pensamiento ir contigo a todas partes
  4668. el llanto la ahogaba
  4669. se echó en mis brazos y reclinó su cabeza sobre la mía
  4670. quiso hablar y no pudo
  4671. tomó mi mano la estrechó fuertemente y me la besó con efusión infantil
  4672. después de largo rato de silencio hizo un esfuerzo
  4673. y fatigada como si le oprimieran el pecho
  4674. me dijo alargándome un objeto que sacó del bolsillo del delantal toma es una medallita la he llevado al cuello desde niña me la puso mi madre
  4675. y me la he quitado para dártela
  4676. ahora dime adiós y perdona si mi cariño es causa de amarguras para tí
  4677. iba yo a detenerla
  4678. me apartó dulcemente y se retiró paso a paso
  4679. treinta y seis volví entonces a mis paseos favoritos
  4680. todas las mañanas y todas las tardes
  4681. antes y después de ir al despacho del jurisconsulto
  4682. recorrí otra vez las orillas del pedregoso
  4683. y subí cien veces a la colina del escobillar
  4684. en todos los álamos del río grabé las iniciales de linilla
  4685. o una sola letra una cincuenta para que me recordaran a cada paso el nombre de mi amada
  4686. pero mi sitio predilecto era la peña más alta de la colina
  4687. desde allí descubría yo las cumbres más elevadas de la sierra
  4688. detrás de una de ellas estaba el pueblo de san sebastián donde moraba la pobre niña
  4689. me pasaba yo largas horas en aquel sitio
  4690. siguiendo con mirada curiosa las nubes o los jirones de niebla que iban hacia allá impulsados por el viento
  4691. y me complacía en contemplar cómo se apagaban
  4692. poco a poco en los picos de aquellas montañas
  4693. las últimas luces del moribundo día
  4694. de noche me echaba yo a vagar por las últimas calles de la ciudad
  4695. o iba a sentarme en el cementerio de san antonio
  4696. al pie de un ciprés
  4697. cerca del lugar en que angelina me dijo
  4698. cuando le pregunté si me amaría siempre cómo hoy
  4699. como mañana hasta después de muerta desde allí se domina toda la parte meridional del valle
  4700. limitado por las montañas de la sierra
  4701. sobre las cuales desplegaba el cielo de invierno sus incomparables constelaciones orión
  4702. el can y el navío entre cuyos mástiles centelleaba el soberbio canopo
  4703. pero las noches obscuras eran más hermosas para mí
  4704. volaba mi pensamiento a través de las sombras en busca de la humilde casa cural me imaginaba yo que estaba allí
  4705. en la modesta salita cerca del sacerdote y al lado de angelina
  4706. asistía yo a la partida de ajedrez
  4707. y a la sesión de lectura
  4708. el anciano en su sillón angelina a un lado
  4709. cerca de la mesa a la luz de una lámpara
  4710. con un libro en las manos
  4711. si hasta me parecía oír aquella voz argentina
  4712. insinuante sugestiva que sonaba en mis oídos como el canto de un arpa eólica
  4713. algunas noches cuando la tempestad alumbraba con cárdenos reflejos las cumbres de la serranía
  4714. me complacía yo en admirar los fuegos de la tormenta
  4715. los relámpagos que se sucedían sin cesar con el estrépito de mil truenos que
  4716. repetidos por los ecos aumentaban la grandeza de aquel espectáculo celeste
  4717. como si a toda carrera cruzaran por el cielo cien trenes de guerra
  4718. al estallido de mil y mil cañones
  4719. se alejaba la tempestad se despejaba el firmamento asomaba la luna
  4720. y las nubes antes aterradoras y negras se convertían en blancos celajes orlados de plumas
  4721. de blondas de argentados flecos en veleros esquifes en góndolas de nácar en cisnes maravillosos de cuello enhiesto y alas erguidas
  4722. que bogaban en un golfo de aguas límpidas salpicado de estrellas
  4723. quién estuviera allí quién bogara como ellos hacia esos valles perdidos en los repliegues de la cordillera quién pudiera seguirlos en sus giros misteriosos a esa hora dormían las aves
  4724. callaban los vientos y sólo se oirían en las vertientes
  4725. en los barrancos en los desfiladeros el aliento de las selvas
  4726. el pavoroso respirar de los bosques
  4727. una mañana se presentó en casa el doctor sarmiento iba muy de prisa
  4728. muy de prisa llamó a la puerta
  4729. y dijo a señora juana rodolfo no está en casa pues ea decirle que le espero esta noche
  4730. eh no me hice esperar
  4731. el facultativo estaba en su gabinete
  4732. hojeando no sé qué libracos
  4733. tengo buenas noticias para ti
  4734. cómo están por allá pasando no es eso mal vamos
  4735. hijo doña carmen anda mal
  4736. muy mal la ida de esa chiquilla nos va a dar un disgusto
  4737. en mi casa no puede haber eso
  4738. pues mira lo que haces
  4739. dile a tu tía pepa que procure distraer a su hermana
  4740. el otro día llegué y me las encontré llorando
  4741. nada que angelina se fué
  4742. pero ya verás muchacho como todo eso pasa lo que es ahora
  4743. buen rato vas a darles por qué
  4744. hablé con él y me dijo que el quince de abril te espera en la hacienda
  4745. mañana saldrá para allá con toda la familia
  4746. es cosa hecha allí tendrás una colocación muy regular
  4747. no más alegatos no más chismes ni pleitos ya dije a ese caballero que no entiendes jota del negocio
  4748. buena persona muy buena persona procura verle mañana
  4749. antes de medio día le darás esta tarjeta
  4750. listo ahora al comedor
  4751. cuando llegué a mi casa me dio un vuelco el corazón
  4752. entré y tía pepilla salió a mi encuentro rorró rorró mira
  4753. y me enseñaba una carta
  4754. qué es eso mira
  4755. una carta de angelina de angelina
  4756. vamos a ver qué te dice
  4757. sí tía pero después de que yo la lea
  4758. mi tía pretendía en vano disimular su impaciencia
  4759. vamos tía calma calma voy a leerla pero que tía carmen la oiga también
  4760. linilla había previsto el caso y escribió dos cartas una para que pudiera yo leerla delante de mis tías la otra para mí
  4761. sólo para mí con qué alegría recibieron las buenas ancianas la carta de la joven cuando acabé la lectura estaban llorando
  4762. quería yo estar solo y corrí a mi cuarto
  4763. decirles que tenía yo empleo en la hacienda de santa clara quién pensaba en eso la carta de angelina decía así treinta y siete rorró ya me imagino que estarás muy enojado conmigo porque no te escribí
  4764. pero mira no fué por culpa mía llegamos muy tarde
  4765. y yo muy cansada cansadísima que toda ponderación es corta
  4766. muy pesados qué cuestas qué desfiladeros pero
  4767. qué paisajes tú que eras tan afecto a todas estas cosas
  4768. por todas partes espesos bosques
  4769. parece que no los ha tocado la mano del hombre
  4770. y de flores ni se diga he visto unas en los troncos de los árboles
  4771. y otras enredaderas que son para alabar a dios
  4772. y eso que estamos todavía en invierno
  4773. qué será en abril y mayo al otro día me puse a arreglar la casa
  4774. estaba atroz francisca no sirve para nada
  4775. la pobre está vieja y enferma
  4776. no la saques de la cocina
  4777. ya sabes que no soy perezosa digo a trabajar
  4778. a trabajar ha quedado la casa lindísima
  4779. lindísima porque el orden y el aseo todo lo embellecen
  4780. cuando llegamos toda estaba triste y sombrío
  4781. lo que es ahora da gusto pasear por estas piezas
  4782. sólo yo no lo tengo para nada
  4783. porque la tristeza me mata
  4784. a cada rato me dan ganas de llorar
  4785. me escapo me voy al jardín o a la iglesia y allí solita sin que nadie me vea
  4786. lloro y lloro por tí
  4787. a veces creo que estoy sola en el mundo que nadie me quiere que tú ya no piensas en mí
  4788. pero tengo ratos de alegría muy dulces cuando pienso en que me quieres mucho
  4789. mucho y en que estarás taciturno
  4790. cabizbajo melancólico y apesadumbrado por mi separación
  4791. y me digo mejor mejor que se apene que padezca eso será señal de que me quiere y piensa en mi perdóname
  4792. el amor es egoísta
  4793. deseamos la dicha de la persona amada
  4794. y sin embargo nos complace que padezca y llore como nosotros
  4795. verdad que estás triste y que hasta tienes ganas de llorar
  4796. porque no estoy allí a tu lado y no me ves ni oyes mi voz yo si te veo
  4797. te veo a todas horas
  4798. entorno los ojos y luego apareces delante de mi
  4799. y te hablo y me hablas y eres conmigo muy cariñoso
  4800. muy tierno y me miras
  4801. entonces soy dichosa muy dichosa y siento que soy la más feliz de las mujeres
  4802. pero cuando me pongo triste y con ganas de llorar
  4803. entonces cierro los ojos y
  4804. no te veo he dado en pensar
  4805. cuando esto me pasa que en esos momentos no me quieres que no piensas en mí que me has olvidado que soy un cadáver en tu memoria
  4806. será cierto que a veces te olvidas de tu linilla pues tu linilla no te olvida
  4807. ni te aparta un momento de su memoria
  4808. será cierto que en algunos momentos vives para
  4809. otra verdad que no verdad que sólo vives para mí anteayer en la tarde salimos de paseo por las orillas del pueblo
  4810. papá tomó asiento en una roca
  4811. y se puso a rezar el oficio
  4812. y yo entretanto me eché por aquellos vericuetos
  4813. y subí y subí hasta un picacho desde el cual se ve algo de los valles de pluviosilla y de villaverde
  4814. es cierto que desde allí se dominan los campos de pluviosilla pero ay sólo un poquito
  4815. muy poquito los cerros de villaverde nada más la punta del escobillar
  4816. cuánto hubiera yo dado por ver
  4817. aunque fuera desde tan lejos
  4818. esa peña en la cual te sientas a contemplar la puesta del sol
  4819. estaba el cielo muy limpio y despejado ni una nube en esa región y yo me decía quién fuera pajarito para volar hacia allá
  4820. y volar y volar en busca de rorró
  4821. de mi rorró sentada allí
  4822. entre el follaje estuve pensando en tí pero con muchas ganas de llorar
  4823. era ya muy tarde bajé y a la bajada corté muchas flores y como no puedo mandártelas
  4824. elegí un helecho que va dentro de esta carta
  4825. a qué adivinas te acuerdas que la noche
  4826. cuando nos despedíamos me pedías las flores que tenía yo en la cabeza te acuerdas qué me decías
  4827. me da vergüenza escribirlo pero tú me entiendes
  4828. escríbeme alma mía mira que si no me pones cuatro letras
  4829. aunque sean cuatro letras nada más
  4830. me voy a morir de pena
  4831. tú eres muy perezoso y aunque me quieres mucho
  4832. como yo a tí eres capaz de no escribirme a tiempo
  4833. y el mozo vendrá y no me traerá carta tuya
  4834. y tendré que esperar ocho días
  4835. ocho días que serán para mí ocho siglos escríbeme mira que estoy dispuesta a ir hasta el rancho de los cedros a encontrar al mozo
  4836. para que me dé las cartas y los encargos
  4837. imagínate qué pena tendré si tú no me escribes ya es muy tarde acaban de dar en el reloj de la sala las doce de la noche
  4838. y no puedo seguir escribiendo
  4839. ya escribí la otra carta para que no te veas en el compromiso de leer ésta delante de tus tías
  4840. y así será en lo de adelante
  4841. dos cartitas una para tí y para todos
  4842. piensa que la pobre está muy enferma
  4843. muy nerviosa y necesita cariño y amor
  4844. ya les escribo cuatro renglones
  4845. dile a doña pepilla que si tiene entre manos alguna obra grande
  4846. que me mande los avíos que yo la ayudaré aquí que tengo mucho gusto en ayudarla que me sobra tiempo y puedo emplearlo en eso
  4847. dime lo que haces y en qué pasas el tiempo cuando sales del escritorio dime si piensas en mí si te acuerdas de tu linilla que te quiere mucho
  4848. mucho mucho y sólo vive para amarte
  4849. cuidadito con no escribir te castigo no vuelvo a pensar en tí
  4850. treinta y ocho la carta de angelina fué para mi alma entristecida como el rayo del sol que disipa en valles y riberas las brumas que dejó la tempestad
  4851. me sentí dichoso y feliz feliz y orgulloso de ser amado
  4852. algo como un soplo de primaverales vientos inundó mi alma y vino a reanimar mi desmayado corazón
  4853. no quise recogerme sin escribir antes a linilla
  4854. todo reposaba en torno mío
  4855. por la ventana abierta de par en par
  4856. entraban los aromas del jardín el agua corría silenciosa por el sumidero del pilón
  4857. y de cuando en cuando
  4858. anunciador de la estación florida
  4859. preludiaba un jilguero su amorosa serenata
  4860. a media noche dejé la pluma
  4861. y leí y releí mi carta seis pliegos escritos por las cuatro carillas
  4862. presa de un desaliento inexplicable metí los pliegos en el sobre
  4863. no no decían aquellas páginas lo que sentía mi corazón
  4864. en vano me empeñé en transmitir al papel las impresiones que en mí produjo aquella carta en vano luché por expresar la emoción de mi alma hondamente conmovida
  4865. la emoción sublime que señoreada de mi espíritu anudaba mi lengua
  4866. humedecía mis ojos y paralizaba mi pensamiento
  4867. desalentado rendido de cansancio me tendí en el lecho
  4868. a la incomparable alegría de un instante sucedió en mí cierto estado penoso
  4869. alguien ha dicho que el sueño es un anticipo que nos hace la muerte
  4870. dulce y reparador después del trabajo consolador y benéfico cuando el dolor hinca en nuestro pecho sus garras de milano rico en imágenes y fantasías cuando está con nosotros la esperanza
  4871. suele ser esquivo desdeñoso cruel si cuando la felicidad nos sonríe le pedimos
  4872. para completar nuestra dicha un ramo de su corona de adormideras
  4873. el sueño tardó mucho en venir
  4874. en tanto me dí a pensar en que próximamente tendría yo que separarme de aquella casa para ir a ganar entre desconocidos y extraños un pedazo de pan
  4875. qué harían sin mí las pobres ancianas qué harían si yo me iba tendrían más dinero
  4876. es cierto pero se quedarían solas como abandonadas sin más amigos que un viejo servidor trabajado y achacoso un médico tan pobre como ellas
  4877. y un dómine que se moría de tristeza y
  4878. de hambre al irse angelina fué preciso buscar una criada que viniera en auxilio de mi tía pepa y de señora juana
  4879. pero con qué pagarle sus servicios mi sueldo
  4880. no siempre pagado con puntualidad
  4881. a causa de la mala memoria de castro pérez y de mi timidez para reclamárselo
  4882. lo que ganaba mi tía con sus flores y sus chiquillos
  4883. y lo que andrés nos daba
  4884. era lo único que teníamos
  4885. resolvimos suprimir un platillo en la mesa
  4886. y eso que la nuestra no era
  4887. por cierto mesa de banqueros ni de príncipes
  4888. iba yo a ganar un buen sueldo no sabía yo cuanto pero
  4889. en fin no sería tan exíguo como el que me pagaba el jurisperito
  4890. tendría yo en la hacienda casa y comida los tiempos mejoraban
  4891. y era del caso aprovechar la buena suerte pero la idea de abandonar a mis tías
  4892. aunque fuese para atender a sus necesidades de un modo más amplio
  4893. me atormentaba me llenaba de angustia y no dejaba de aterrorizarme el pensamiento de que en el prometido empleo me sería necesario tratar con personas que no me estimaran
  4894. que acaso no me conocían
  4895. y de las cuales tendría yo que sufrir menosprecio y maltrato
  4896. cuando se habla de la pretendida felicidad de los ricos
  4897. y se elogia la abundancia en que viven
  4898. el lujo que gastan las comodidades de que disfrutan y el bienestar que los rodea
  4899. nadie acierta a señalar lo único que a los mimados de la fortuna da verdadera superioridad sobre aquéllos que viven de un trabajo diario
  4900. no no está su envidiable superioridad en los respetos sociales
  4901. ni en la estimación pública
  4902. que aunque aparente y mentida es poderoso elemento de felicidad
  4903. porque hace que todos les guarden consideraciones y respetos ni está en la tranquilidad de una vida sin afanes
  4904. que también los tiene el rico
  4905. y grandes y terribles sino en la noble entereza que les da el dinero para rechazar los ultrajes
  4906. para no pedir a nadie favores ni indulgencia con mengua del propio decoro
  4907. la pobreza rebaja de ordinario los caracteres
  4908. abate el espíritu envilece el alma la nivela con lo más abyecto
  4909. y sólo espíritus muy levantados
  4910. espíritus de sublime temple salen ilesos de la prueba
  4911. cuando solemos encontrarnos con seres mezquinos
  4912. con almas degradadas para las cuales el respeto propio es vana palabra
  4913. que si llega a los oídos no conmueve el corazón
  4914. ni tiñe de rojo las mejillas
  4915. decimos alma de esclavo y sin quererlo pensamos en una vida de miseria que envileció el carácter y encanalló el espíritu
  4916. dígase lo que se quiera esa nobleza es la única felicidad de los ricos
  4917. todo lo demás que en ellos envidia la multitud es como la corona de oropel que ciñe la frente del comediante
  4918. noble dignidad dignidad envidiable que pone a salvo las prendas más altas del corazón observad a todos aquéllos que vivieron una niñez miserable en cuyo hogar faltó muchas veces el pan que no tuvieron ropas para cubrir el demacrado cuerpo que imploraron avergonzados la caridad pública
  4919. y no como el mendigo
  4920. con serena franqueza sino ocultando la demanda en una frase lisonjera que pasaron
  4921. poco a poco de la timidez bochornosa a la súplica sonriente de la petición insinuante a la explotación vergonzosa
  4922. a la tolerancia interesada y veréis cómo aunque estén en la opulencia
  4923. aunque la sociedad los mime y la fortuna los haya indemnizado de cuanto en un tiempo les negó
  4924. aun tienen en lo más escondido del corazón el vinagre y la hiel de la miseria
  4925. la pobreza desesperanzada imprime carácter y en su seno se crían la soberbia hipócrita
  4926. la modestia burlona la astucia dolosa que tienen flexibilidades de víbora la ruindad intrigante
  4927. la maledicencia ponzoñosa y la envidia exangüe que todo lo codicia y que todo lo afea
  4928. en pos de esa noble dignidad corren todas las almas levantadas
  4929. alto el pensamiento alto el corazón el estudiante que se afana por conquistarse digno puesto en la sociedad el mercader que gasta en el trabajo los años mejores de la vida el menestral que lucha por conseguir vida independiente
  4930. el deseo de alcanzarla es la única disculpa que tiene la avaricia
  4931. mi padre quiso darme esa codiciada felicidad no pudo lograr sus propósitos pero de él heredé ese instinto de soberbia altivez con la cual rechacé en todo tiempo
  4932. de niño de mozo y de hombre maduro la humillación indigna la reprensión inmotivada el atropello brutal de quien se consideraba superior a mí
  4933. de mi madre heredé plácida dulzura para la debilidad
  4934. sumisión respetuosa para todo acto de justicia
  4935. tendencia irresistible para compadecerme del ajeno dolor
  4936. y cierta delicadeza femenil que me ha causado muchas amarguras
  4937. entregado a estas meditaciones pasé una hora
  4938. vino el sueño y vino dulce y halagador
  4939. como un amigo cariñoso que acude a nuestro llamado para darnos consuelo
  4940. para reanimar el abatido corazón como una hermana compasiva que se acerca a nuestro lecho
  4941. acaricia nuestra frente entorna nuestros ojos y nos invita a reposar porque sabe que padecemos y necesitamos descanso
  4942. treinta y nueve al día siguiente después del desayuno dije a mis tías lo que pasaba
  4943. y te vas exclamó mi tía pepa
  4944. te vas y nos dejas es preciso
  4945. comprendo que esto ha de ser muy penoso para ustedes
  4946. lo comprendo ya he pensado en ello
  4947. pero qué hacer ahora que estamos solas
  4948. cuando angelina acaba de irse
  4949. cuando después de tantos años de ausencia has vuelto a nuestro lado sí
  4950. tía me iré y no por gusto
  4951. bien sabe dios cuánto me duele esta separación
  4952. pero no se aflija usted
  4953. a vivir con tus tías exclamó interrumpiéndome
  4954. estoy obligado a subvenir a las necesidades de ustedes
  4955. y no te basta con lo que ganas en la casa de castro pérez te pedimos algo que no puedas darnos no
  4956. tía pero no puedo mirar tranquilamente la vida de trabajo que lleva usted
  4957. andrés hace por nosotros cuanto puede
  4958. y el pobre puede poco
  4959. no me avergüenzo de aceptar sus favores pero eso no debe seguir así
  4960. ya sabe usted que en la casa de castro pérez gano poco
  4961. y que no es posible ganar más
  4962. pues yo creo que allí está tu porvenir
  4963. no pude menos de sonreir al escuchar a mi pobre tía
  4964. no tía yo no me pasaré la vida escribiendo alegatos
  4965. ese trabajo me mata
  4966. prefiero las faenas agrícolas y la vida agitada de los campos que dan salud y buen humor
  4967. la enferma permanecía silenciosa
  4968. tía pepa trató de convencerme de que no debía yo dejarlas
  4969. discutimos largamente el punto ella viva nerviosa desatando todas las dificultades yo
  4970. aparentando una serenidad que no tenía
  4971. ni la anciana quería rendirse ni yo conseguía convencerla
  4972. vamos exclamé que resuelva mi madrina sí
  4973. hijo mío contestó la anciana eso me toca a mí pepa te quiere mucho y se le hace duro que nos dejes
  4974. piensa tú pepa que no estará muy lejos de nosotras piensa que vendrá frecuentemente
  4975. te irás rodolfo te irás y nos quedaremos muy contentas
  4976. vístete que como te veo te juzgo
  4977. vístete y vete a la casa de fernández
  4978. no saldrás descontento es una persona muy fina
  4979. después te vas a la casa de castro pérez
  4980. y le avisas que dentro de veinte días
  4981. o los que sean según lo convenido tendrás que separarte de allí
  4982. y ya está y agregó un poco trémula y conmovida mira siento que nos dejes pero la razón me dicta que te deje ir que no te impidamos lo que vas a hacer
  4983. yo el mejor día me iré también
  4984. y no quiero que a la hora de morir me atormente la idea de que por culpa nuestra has perdido un bienestar que nosotras no podemos darte
  4985. la voz de la anciana iba siendo más débil cada día
  4986. y a la menor emoción se le apagaba hasta hacerse imperceptible
  4987. para calmar a la enferma y dejarla tranquila le dí un abrazo y la besé en la frente
  4988. no madrina no hay que afligirse vendré a ver a ustedes cada ocho días
  4989. además la hacienda de santa clara no está en el fin del mundo
  4990. ya ya verá usted a su sobrino
  4991. qué majo y qué gallardo que viene
  4992. vestidito de charro en un caballo soberbio ya verá usted
  4993. tía pepa qué elegante y guapo estaré con el pantalón ceñido
  4994. el jarano galoneado la chaquetilla airosa y la pistola al cinto y taca
  4995. taca taca ahí está el ranchero ya llegó y entrará juana
  4996. ya vino el charro y usted
  4997. tía pepilla usted saldrá corriendo a recibirme y abrazarme
  4998. o se asomará usted a la ventana para verme llegar
  4999. y ver a todas las muchachas que han de mirarme con tamaños ojos
  5000. como diciendo qué reguapo y entraré
  5001. sonando las espuelas y ustedes se pondrán muy alegres
  5002. chas ahí está el chorro de pesos sonreía la enferma
  5003. sonreía tía pepilla y yo me paseaba por la estancia
  5004. afectando la gallarda apostura de un jinete admirable
  5005. una hora después salía yo de la casa del señor fernández
  5006. presenté la tarjeta del doctor y fuí recibido perfectamente
  5007. el hacendado me hizo pasar a su despacho
  5008. en dos por tres quedamos arreglados
  5009. le espero a usted el día quince
  5010. tiene usted costumbre de montar a caballo no
  5011. señor debo hacerlo como un colegial
  5012. sonrió el hacendado y me dijo amiguito ya veremos
  5013. después se habló de mi familia
  5014. de mis tías de la enfermedad de mi madrina
  5015. de mi abuelo a quien había tratado en no sé qué parte
  5016. y luego en dos palabras me despidió
  5017. bien dijo asunto arreglado usted me perdonará
  5018. gusta usted de almorzar y se levantó y me condujo a la puerta
  5019. en esos momentos apareció la señorita
  5020. papá sonrojóse al verme y murmuró tímidamente usted dispense
  5021. qué quieres gabriela le preguntó el caballero
  5022. a qué hora hemos de salir después de comer
  5023. a menos que tú quieras salir más tarde
  5024. linda criatura aun me parece que la veo con aquel vestido azul que parecía un jirón de cielo esbelta
  5025. donairosa elegante sencilla húmedos los rubios cabellos que atados con una cinta de seda
  5026. caían hacia la espalda sobre una toalla anchísima
  5027. nunca me pareció más bella cuarenta cuando llegué al despacho me encontré con el jurisperito
  5028. salía para ir al juzgado
  5029. amigo me dijo muy gestudo y mohino ya me cansé de esperar
  5030. qué le ha pasado por qué viene usted a esta hora recuerde usted que el deber es lo primero
  5031. déjese usted los amoríos para los ratos de huelga
  5032. me sentí herido y murmuré una disculpa que no calmó la cólera de don juan
  5033. sino que por lo contrario le impacientó porque interrumpiendo mis excusas agregó en tono despreciativo bien bien que no se repita esto
  5034. me voy al juzgado
  5035. avise usted a las muchachas que no me esperen
  5036. volveré entre cuatro y cinco
  5037. ahí en mi bufete está un escrito
  5038. cópiele usted se compuso el sombrero
  5039. a poco cuando principiaba yo a escribir
  5040. oí en el zaguán voces femeniles que distrajeron mi atención
  5041. luisa y teresa no eran otras las que hablaban aparecieron en la puerta del escritorio
  5042. venían muy majas y de ataque
  5043. papá ya estamos de vuelta luego que supieron que don juan había salido
  5044. y que no volvería hasta la tarde
  5045. las dos muchachas se colaron de rondón en el despacho
  5046. y tomaron asiento en la banca de los clientes
  5047. se abanicaban furiosamente y se miraban y sonreían como deseosas de decir algo que no les cabía en el cuerpo
  5048. no le robamos el tiempo preguntó la morena
  5049. de veras dijo la rubia
  5050. pues entonces prorrumpió luisa deje la pluma y charlemos un rato
  5051. a qué no sabe usted de dónde venimos de la iglesia de las tiendas vendrán de comprar perendengues y moños
  5052. no exclamaron a una
  5053. oyes luisa no acierta pues nosotras sabemos dónde estuvo usted hace media hora
  5054. ah no es difícil saberlo
  5055. acabo de llegar y ustedes me verían salir de casa
  5056. casa pues de allá salí hace una hora
  5057. luisa para lucir sus lindas manos
  5058. se compuso el peinado afirmando las horquillas con la punta de los dedos
  5059. teresa se acomodó en el asiento dejándome ver los pies
  5060. primorosamente calzados luego cerró de un golpe el abanico
  5061. fingió que arreglaba las varillas
  5062. bajó los ojos y después de un rato de silencio
  5063. repitió viéndome de hito en hito conque de casa
  5064. eh me eché a reír
  5065. aquel conque era la muletilla de las señoritas castro pérez
  5066. y en villaverde cuando de ellas se hablaba
  5067. todos decían las niñas castro conque
  5068. de qué se ríe usted preguntó contrariada la rubia
  5069. son ustedes muy maliciosas
  5070. conque de casa volvió a decir
  5071. no sabíamos que vivía usted allí
  5072. cio de la marquesita por qué no avisa usted cuando muda de casa la tormenta estaba encima
  5073. son ustedes muy maliciosas
  5074. es cierto que estuve en la casa del señor fernández
  5075. y qué vaya vaya confiesa usted
  5076. nada tiene de extraño
  5077. ya saben ustedes que los negocios
  5078. fuí a recoger una firma
  5079. puede si nosotras estábamos allí
  5080. fuimos a pagar la visita
  5081. ya nos daba vergüenza ver a gabriela
  5082. figúrese usted que hace más de un año que vino acá
  5083. papá decía a cada rato niñas
  5084. ya pagaron esa visita nosotras no queríamos ir
  5085. no la digas interrumpió la morena no la digas
  5086. que rodolfo es de los interesados adiós y por qué no una es muy dueña de decir lo que quiera
  5087. no a todo el mundo no ves que rodolfo
  5088. pues lo he de decir
  5089. choca y por qué friolera exclamó luisa
  5090. no la ve usted tan pagada de sí
  5091. y tan orgullosa que a todos desprecia y que dice que todas las vilaverdinas somos unas payas
  5092. vean ustedes señoritas pienso que esa niña no es orgullosa
  5093. ni está pagada de sí pienso que no desprecia a nadie
  5094. y que por lo contrario es muy amable con todos y de seguro que es incapaz de decir eso que ustedes le atribuyen
  5095. usted qué ha de decir
  5096. usted la defiende porque
  5097. vaya porque está usted enamorado de ella yo
  5098. quién ha dicho eso todo el mundo todo el mundo lo dice pues todo el mundo dice mentira
  5099. mentira que me azoten en la plaza
  5100. y que no lo sepan en mi casa usted dirá lo que guste
  5101. pero si no es verdad eso que cuentan
  5102. usted tiene la culpa de todo
  5103. porque le hace usted unos osos terribles
  5104. noche a noche va usted a oirla tocar
  5105. allí se está usted horas y horas
  5106. en la baranda de la plaza
  5107. ditorio no se quita del piano
  5108. y por cierto que
  5109. no se enoje usted por cierto que la pobrecilla lo hace bien mal
  5110. cállate tú ahora verá usted rodolfo le dijimos que tocara
  5111. y tocó la sonámbula de talberg
  5112. jesús nos asista qué sonámbula no
  5113. pero en cuanto a ejecutar
  5114. ejecuta mucho ya quisieran muchos de esos que se llaman profesores
  5115. pues mira luisa yo ni eso le concedo qué chiste tiene eso de aporrear el piano si aquello me parecía un pleito de perros
  5116. y la rubia se tapó las orejas
  5117. teresa por dios ten caridad dijo en tono compasivo la morena
  5118. no hables así dirán que decimos eso por
  5119. envidia envidia yo y de qué yo gracias a dios que no toco el piano no pero pensarán que tú no haces más que repetir lo que yo digo
  5120. y dirán la verdad
  5121. quién me dijo ahora al salir de allá viste
  5122. oiste eso no es tocar lástima de piano no fuiste tú pues entonces de qué te espantas yo diré lo que me dé la gana
  5123. ya lo sabes tan fea como tan franca me indignaba la murmuración de aquellas niñas tan mal educadas y tan cursis
  5124. fea nada de eso quién ha dicho que es usted fea no lo digo yo
  5125. encendióse la rubia al oír este nombre
  5126. ricardo había sido su novio lo sabía yo muy bien
  5127. él mismo me lo dijo en el colegio
  5128. y teresa no le perdonaba a mi amigo que
  5129. a poco de terminar con ella
  5130. hubiera visto con demasiado interés a la elegante y encantadora señorita
  5131. de aquí el odio a gabriela de aquí que murmurase de su hermosura de aquí el que afeara todo en la señorita fernández
  5132. sí contestó vivamente teresa ya sé que en ricardo tiene usted un rival
  5133. la maldiciente polluela estaba enamorada de amigo le quería
  5134. sí ya sé que ricardo está enamorado de gabriela
  5135. lo sé y sé también que por eso no habla con usted
  5136. ni le busca como antes
  5137. antes tan amigos ahora enemigos a muerte enemigos quién ha dicho eso sí
  5138. se pasan pero no se tragan
  5139. pero esté usted tranquilo rodolfo ricardo no es temible
  5140. no es temible vea usted señorita si ricardo está creyendo que yo pretendo a gabriela
  5141. es porque alguno le ha engañado
  5142. alguno que ha querido burlarse de nosotros
  5143. teresa se quedó un instante pensativa
  5144. oiga usted rodolfo me quiere usted hacer un favor veamos
  5145. tiene usted amores con esa señorita no
  5146. de veras de veras
  5147. yo conozco muy bien a las mujeres
  5148. como que soy del sexo
  5149. enamórela usted yo le aseguro que en dos por tres se arreglan ustedes y ricardo pregunté con mucha seriedad
  5150. ricardo qué rabie quién le manda ser tonto las muchachas se levantaron
  5151. chacharearon dos o tres minutos
  5152. ya en la puerta se detuvieron
  5153. teresa se volvió hacia mí y con tono entre suplicante y malicioso me dijo rodolfo enamórela usted cuarenta y uno castro pérez llegó un poco antes de las cinco
  5154. entró silencioso dejó en su mesa el sombrero y el bastón
  5155. y luego paso a paso se dirigió a la mía acabó usted la copia aquí está
  5156. leyó el alegato firmó y volvió a su pieza
  5157. deseo hablar con usted dos palabritas
  5158. de qué se trata díjele que iba yo a separarme que a ello me veía obligado por la necesidad mis gastos iban siendo mayores cada día
  5159. y lo que allí ganaba no me era suficiente para atender a mi familia
  5160. vamos me interrumpió a qué viene todo eso está usted disgustado porque esta mañana
  5161. nome apresuré a contestar dí motivo para que usted me reprendiera
  5162. tiene usted razón el deber es lo primero
  5163. no señor le aseguro que no es esa la causa de mi separación
  5164. no gano aquí cuanto necesito y como es natural estoy obligado a procurar que mis tías no carezcan de nada
  5165. tengo empleo en otra parte
  5166. encendióse el jurisperito se irguió en la poltrona
  5167. se compuso las gafas y mirándome por encima de los cristales me dijo desdeñosamente bien bien y
  5168. sepamos qué empleo es ese va usted a meterse a maestro de escuela no
  5169. pues entonces voy a la hacienda de santa clara
  5170. ya me lo imaginaba lo de siempre ese fernández se ha empeñado en quitarme los escribientes bien bien haga usted lo que guste haga usted lo que mejor le convenga pero no diga que aquí ha estado usted mal retribuído
  5171. porque no es verdad nadie ha ganado aquí más que usted
  5172. no diré que le pago un capital
  5173. ni mucho menos porque el dinero no cae con la lluvia
  5174. con lo que tiene usted aquí
  5175. le basta y le sobra bien bien quise replicar
  5176. pero me pareció inútil toda aclaración
  5177. castro pérez prosiguió no estará usted contento en santa clara
  5178. lo anuncio desde ahora
  5179. usted no tiene costumbre de matarse así
  5180. aquí está usted mejor tiene usted tiempo libre para todo
  5181. hasta para hacer versos bien bien y cuándo se va usted dentro de quince días
  5182. eso sí está malo malísimo bien se irá usted cuando guste
  5183. hoy mismo llamaré al sustituto
  5184. queda usted libre desde hoy yo contaba con seguir aquí
  5185. al servicio de usted hasta el día en que debo estar en la hacienda
  5186. no joven no lo que ha de ser tarde que sea temprano
  5187. vea usted joven agregó con dulzura quédese usted conmigo
  5188. le aumentaré los emolumentos le daré cinco pesos más
  5189. creo que con eso no tendrá usted dificultades imposible
  5190. señor acepté ya el destino
  5191. y no me parece conveniente rehusarle ahora
  5192. bien bien abrió el cajón de la mesa
  5193. sacó un puñado de monedas
  5194. me hizo la cuenta a tanto por día como a un criado y me dió unos cuantos duros
  5195. de buena gana me hubiera yo negado a recibirlos
  5196. a pretexto de generoso desprendimiento
  5197. pero aquel dinero me era necesario era pan y vida alegre para algunos días
  5198. triste condición la del pobre pensé
  5199. triste condición la de quién está obligado a servir a otro y entonces recordé
  5200. uno por uno todos los malos ratos que había pasado yo en la casa del jurisperito
  5201. y en los cuales no reparé nunca
  5202. recelos malos modos despótico trato reprensiones inmotivadas correcciones estúpidas alardes de ciencia que tenían por objeto mantener un crédito cimentado en arena
  5203. y sobre todo esa desconfianza ofensiva insultante que hay en algunos ricos para con el desgraciado que les sirve y gana poco
  5204. de quien se teme todo lo malo
  5205. y a quien se puede ultrajar impunemente
  5206. pues se sabe que el ultrajado tendrá que callar
  5207. porque si habla y replica
  5208. y rechaza con noble energía la infame sospecha
  5209. se quedará sin el mendrugo diariamente ganado a costa de un trabajo penoso
  5210. hasta entonces paré mientes en que el pobre
  5211. el que vive de un sueldo mezquino
  5212. está a merced de quienes le pagan
  5213. qué hará si le echan a la calle qué hará
  5214. si lastimado en su honradez y en su dignidad
  5215. protesta de su inocencia y toma el sombrero y se va no hará tal dice el amo
  5216. y fiado en esto le ultraja y atropella sin piedad
  5217. pero entonces no había caído en mi corazón ni una gota de hiel
  5218. la juventud es generosa es buena y no cree no quiere creer que los demás son o pueden ser malos piensa que sólo hay corazones nobles y almas bondadosas
  5219. no olvido ni olvidaré jamás que cierto día
  5220. en el despacho de castro pérez
  5221. recibí una buena cantidad en metálico conté y volví a contar las monedas
  5222. las revisé con el mayor cuidado
  5223. no tardó en salir trémulo y colérico
  5224. prorrumpió en voz alta delante de porras y linares
  5225. volví a contar el dinero en presencia de todos
  5226. cabalito tiene usted razón murmuró don juan
  5227. usted dispense don cosme no se dió cuenta de lo que pasaba
  5228. porras me detuvo al paso y poniendo sus manos en mis hombros
  5229. me dijo dulcemente este hombre no tiene remedio quién le manda a usted gastar esas corbatas
  5230. tan bonitas paciencia joven paciencia dieron las seis
  5231. recogí algunos papeles que tenía yo en el cajón de la mesa
  5232. dí las gracias a castro pérez por sus bondades para conmigo
  5233. y me lancé a la calle
  5234. cuarenta y dos aquellos veinte días fueron muy amargos para mí
  5235. más de medio mes sin ganar un peso nuestros gastos habían subido considerablemente hubo que pagar a una criada
  5236. y fué preciso comprar no sé qué medicinas muy caras que recetó sarmiento
  5237. y vino de suprema clase para la enferma
  5238. no te aflijas me decía el tenducho da para mucho
  5239. toma y puso en mis manos un rollo de pesos
  5240. mi salida de la casa de castro pérez
  5241. salida que además de enojosa me pareció ofensiva para mi buen nombre
  5242. me puso abatido y desalentado
  5243. todos aquéllos que me veían en la calle
  5244. sin ocupación ni empleo y que antes me vieron en el despacho del abogado
  5245. pensarían sin duda que castro pérez me había despedido por algo vergonzoso
  5246. dime a cavilar en esto y me resolví a no salir de casa
  5247. me pasaba yo el día leyendo
  5248. escribiendo y cuidando del jardín
  5249. las plantas que angelina y yo habíamos sembrado prosperaban a maravilla los rosales recobraban su lozano follaje las violetas macollaban que era una gloria
  5250. y el cuadro de no me olvides parecía una alfombra de felpa
  5251. cierto día aburrido de pasar el tiempo entre cuatro paredes
  5252. tomé el sombrero y me fuí de tertulia a la casa de don procopio
  5253. no bien me vieron mis críticos se pusieron a sonreir como si de mí se burlaran
  5254. como si recordaran que me habían puesto de oro y azul en sus periódicos
  5255. los mancebos que trabajaban detrás del mostrador
  5256. el uno triturando cierta sustancia fétida
  5257. y el otro copiando una receta
  5258. se miraron se hicieron una seña de inteligencia
  5259. que no pasó inadvertida para mí
  5260. y de buenas a primeras me preguntaron por qué causa me había despedido el jurisconsulto
  5261. dominé la cólera que en mí provocó aquel ataque
  5262. que ataque era y muy audaz puesto que la palabreja usada era ofensiva
  5263. y en pocas palabras con mucha cortesía expliqué los motivos de mi separación
  5264. ocaña y venegas me oyeron con indiferencia
  5265. casi con desprecio pero los boticarios dieron muestras de que se interesaban por mí
  5266. ya exclamó el más parlachín
  5267. ya me lo imaginaba yo así son las cosas
  5268. se lo dije a éste y a don procopio
  5269. me alegro de saber la verdad del caso
  5270. ahora ya no daremos crédito a ricardo ni a don juan
  5271. de seguro que uno y otro contaban a su manera lo sucedido
  5272. pronto supe todo los chicos de la botica no me ocultaron nada
  5273. ricardito les dijo que el jurisconsulto me había despedido por abuso de confianza no lo aseguraba
  5274. algo habría de cierto el dinero es pegajoso no es difícil que al contarlo se le pasen a uno dos o tres monedas falsas
  5275. o lo que es más fácil todavía
  5276. que le falten a uno cinco o
  5277. pero ricardo repetía que era yo persona honradísima
  5278. incapaz de faltar a la confianza que depositaran en mí éramos condiscípulos
  5279. amigos y él me defendería contra viento y marea
  5280. me irritó la maldad de mi amigo
  5281. me indignó su hipocresía pero no había remedio
  5282. no le había era justo que agradeciera yo a mi condiscípulo defensa tan brillante
  5283. don juan interrogado en la botica acerca de la causa de mi separación
  5284. se limitó a decir es muchacho inteligente
  5285. trabajador tiene bonita letra muy bonita y aunque de cuando en cuando se le escapan algunas faltas de ortografía
  5286. escribe bien muy bien no sabía nada cuando entró en mi despacho
  5287. y pronto se puso al corriente
  5288. por qué se ha separado de la casa de usted castro no respondió
  5289. hizo un gesto y después de un rato de silencio murmuró no me convenía tenerle en casa
  5290. todos callaron y nadie se atrevió a inquirir el motivo de mi separación
  5291. unos pensaron que sin duda no veía yo con malos ojos a teresa o a luisa otros que
  5292. acaso no cumplía yo con mis deberes y todos que
  5293. no me atrevo a repetirlo todavía
  5294. después de tantos años ahora que de nadie necesito
  5295. ahora que si no soy rico
  5296. por lo menos vivo cómoda y decentemente
  5297. sin pensar en el dinero para el día de mañana
  5298. cuando recuerdo la hipócrita calumnia de ricardo y las reticencias de don juan
  5299. siento que me ahoga la sangre
  5300. me retiré de la botica triste y afligido
  5301. y si la calumnia aquella corriendo de boca en boca
  5302. llegaba a oídos del señor fernández este me cerraría las puertas de su casa
  5303. me negaría el empleo ordenaría que me vigilasen los demás empleados
  5304. y si la calumnia llegaba hasta mis tías
  5305. las pobrecillas se morirían de pena es la calumnia como los miasmas de los pantanos se levantan del fango en leve
  5306. imperceptible burbuja se extienden se difunden envenenan los aires y llevan la muerte a todas partes
  5307. en todas partes nos acechan en el aire
  5308. en el agua en los frutos incitantes que esmaltan los follajes
  5309. hasta en el aroma de las flores
  5310. muere el calumniado pero la calumnia sobrevive como para perseguir a la víctima hasta más allá de la tumba
  5311. la calumnia es la fetidez de las almas corrompidas
  5312. el corazón del calumniador es un esterquilinio
  5313. corrí a mi casa me encerré en mi cuarto
  5314. y me tendí en la cama
  5315. mis sienes ardían el corazón se me hacía pedazos
  5316. volviéndome y revolviéndome en mi lecho pasé dos o tres horas
  5317. las pasiones más horrendas se agitaban en mi alma las tinieblas del mal se agrupaban en torno mío
  5318. y al entornar los ojos percibía yo fulgores rojizos
  5319. aborrecí la vida maldije de ella pedí la muerte
  5320. quise morir morir y no para escapar de mis enemigos
  5321. sino para libertarme de aquellas pasiones tempestuosas que entenebrecían mi espíritu y batallaban dentro de mí como legiones de irritados demonios
  5322. pensé con alegría en la muerte
  5323. dulce amable consoladora surgió ante mis ojos como una doncella pálida
  5324. sin darme cuenta de lo que hacía yo
  5325. mis labios repetían estos versos de leopardi
  5326. leídos pocos días antes en las notas de un libro francés solo aspettar sereno quel quinientos uno chio pieghi addormentato il volto nel tuo virgineo seno
  5327. cuarenta y tres entró la noche llegó la hora de la cena
  5328. y tía pepilla vino en busca mía
  5329. muchacho qué tienes estás enfermo tocóme en la frente y en las mejillas para ver si tenía yo calentura
  5330. y acariciándome dulcemente prosiguió qué te pasa dímelo
  5331. no hay en tu rostro la serenidad de siempre
  5332. algo ha pasado que te apena
  5333. habla rorró habla por dios con quién has de quejarte si no es con nosotras nada
  5334. he dormido toda la tarde y la modorra me tiene así
  5335. vamos a la mesa salté de la cama
  5336. ofrecí mi brazo a la anciana
  5337. y paso a paso nos dirigimos al comedor
  5338. afectando la más alta corrección como la de apuesto caballero que asiste y corteja en un baile a gentilísima dama
  5339. bromeaba yo con mi tía señorita
  5340. es usted encantadora dígnese usted escucharme
  5341. la adoro la anciana reía reía a su sabor y contestaba a mis requiebros con frases entrecortadas
  5342. como si fuera presa de profunda emoción
  5343. al entrar en el comedor exclamó deteniéndose y separándose de mí basta basta eres atroz ni de muchacha
  5344. suelta suelta al sentarme a la mesa oí la voz de andrés el cual conversaba con la enferma
  5345. hablaba de mi y de mi separación
  5346. no tardó en venir a charlar conmigo
  5347. te vas no cosa decidida me dijo ocupando su asiento
  5348. te vas me alegro me alegro mejor no habías de pasarte lo mejor de la vida escribiendo papelotes en casa de don juan
  5349. en la hacienda estarás muy bien ganarás buen sueldo
  5350. porque ese señor sabe pagar a los que le sirven vendrás a vernos cada quince días
  5351. y todos estaremos muy contentos
  5352. tía pepa entraba y salía
  5353. en momentos en que no podía oírnos me dijo andrés las señoras están muy tristes porque te vas
  5354. tan tristes que ni el sol las calienta
  5355. pero no tengas cuidado no tengas cuidado
  5356. ya se les pasará la aflicción
  5357. luego prosiguió en alta voz oye y tú no sabes montar a caballo
  5358. verdad ya me parece que te veo
  5359. solís cuando se va a la dominica
  5360. mira procura salir buen charro tu papá se pintaba para eso
  5361. y les daba cartilla a muchos de esos que se la echan de buenos cuando no son más que unos cachaletes
  5362. cuidado rorró cuidado amito no dejes mal puesto el pabellón aprende a sentarte bien en la silla para que no parezcas colegial o sacristán que va diciendo para la misa de doce
  5363. pon cuidado te sientas a plomo
  5364. naturalmente sin echarte ni para atrás ni para adelante nada de estirar las piernas como un gringo
  5365. si lo haces mal me voy a reír de tí
  5366. y te harán burla las muchachas
  5367. procura que si las obras son malas la facha sea buena
  5368. siquiera la facha ya me imagino al charro ja
  5369. ja ja ja el buen servidor gustaba de bromearse conmigo se complacía en tratarme como a un niño en quien conviene apagar las llamaradas de una vanidad jactanciosa
  5370. acaso no cuadraban con el carácter de andrés
  5371. grave formal modesto casi adusto ciertas genialidades y ligerezas del mío
  5372. muy parlachín y comunicativo hasta los diez años
  5373. ya he dicho que la vida del colegio
  5374. áspera fría monótona entenebreció mi espíritu ahora es bueno apuntar que la excesiva severidad de mis maestros
  5375. no siempre oportuna y atinada
  5376. me hizo desconfiado y receloso
  5377. recelo y desconfianza inútiles y que nunca me salvaron del egoísmo y de las arterías de amigos y extraños
  5378. me creía yo persona de experiencia
  5379. conocedor del mundo y descubría a todos mi corazón
  5380. a nadie ocultaba yo mis sentimientos
  5381. y así era yo víctima de todos
  5382. confieso que el buen servidor con sus burlas y fisgas me hizo rabiar muchas veces
  5383. hería mi vanidad en lo más vivo
  5384. sólo el cariño me hacía callar
  5385. que si no habría recibido de su amito muy dura reprensión
  5386. pobrecillo le hubiera yo matado
  5387. toma tu sombrero y vente conmigo
  5388. tengo que decirte muchas cosas
  5389. caminando hacia el barrio alto andrés a la derecha yo a la izquierda conté al buen viejo cuanto me pasaba los dichos de castro pérez
  5390. la hipócrita calumnia de ricardo
  5391. y por último le hablé de mis esperanzas
  5392. no te apenes me decía conmovido no te apenes que no hay para qué eso es cosa diaria y corriente en villaverde
  5393. mira yo podría estar muy bien en cualquiera parte entiendo de tabaquería
  5394. y muchas veces han querido destinarme
  5395. pero no no quiero en el tendajón estoy mejor allí mando yo y como juan palomo
  5396. yo me lo guiso y yo me lo como
  5397. crees tú que todos los amos son como tu padre y tu abuelo no hagas caso de esos falsos testimonios no
  5398. muchacho no hagas caso de esas cosas desprecialas
  5399. desprecialas porque nadie ha de creer en ellas
  5400. y vete vete a santa clara que allí estarás muy bien
  5401. y oye ya que de eso hablamos tienes plata plata sí
  5402. qué si tienes dinero dinero para esta semana
  5403. nada más yo contaba con ganar algo en estos quince días
  5404. pero ya lo sabes
  5405. castro pérez me obligó
  5406. bien hecho de modo que necesitarás algo la verdad
  5407. mientras ganas en tu nuevo destino
  5408. creo que necesitas ropa para ir a la hacienda
  5409. no has de ir vestido de catrín
  5410. en esto llegamos a la tienda de la legalidad
  5411. andrés abrió la puerta me hizo pasar encendió una lámpara me dejó un rato y volvió con un rollo de pesos
  5412. con esto basta para que te hagas dos trajes de charro
  5413. y para que te compres un sombrero jarano
  5414. para que la ropa salga buena
  5415. bien cortada te recomiendo al sastre que vive aquí
  5416. a la vuelta frente a la iglesia trabaja bien y es baratero
  5417. yo te daré una pistola para que vayas armado
  5418. entiendes de eso de armas no pues yo te enseñaré
  5419. ahora en cuanto a tus tías
  5420. yo me encargo de todo después te tocará a tí
  5421. por ahora déjame déjame a mí y no vuelvas a pensar en esos chismes
  5422. luego que el señor fernández te conozca te ha de querer mucho
  5423. mucho porque tú te lo mereces todo
  5424. me das lástima da lástima que vayas a servir en casa ajena yo siempre le pedí a dios que te librara de eso
  5425. pero ya lo ves no hay remedio el dispone otra cosa
  5426. y esto me lo decía impulsándome a salir
  5427. vete ya es muy tarde
  5428. mientras tú estás roncando
  5429. yo tengo que trabajar en el changarro
  5430. me despedí del buen anciano y tomé calle arriba hasta el cementerio de san antonio
  5431. subí la escalinata y de codos en la verja me puse a contemplar la ciudad
  5432. la noche estaba obscura negras nubes ocultaban el horizonte
  5433. apenas se descubrían los picachos de la sierra
  5434. dibujándose sobre un claro de cielo
  5435. en el cual centellaban con pálidos fulgores unas cuantas estrellas
  5436. mi pensamiento voló en busca de mi angelina
  5437. cuarenta y cuatro me levanté muy de mañana
  5438. y me pasé las primeras horas en el jardincillo
  5439. en los rosales muy hermosos con su nuevo follaje
  5440. aun no brotaban los capullos pero en el cuadro de no me olvides
  5441. sembrado por angelina se abrían las primeras flores
  5442. había triunfado el amor de la pobre huérfana
  5443. mis plantas lánguidas y tristes no florecerían en muchos meses
  5444. hasta fines de abril o principios de mayo
  5445. las de mi niña pronto estarían engalanadas con todos los primores de la próxima primavera
  5446. de repente me sentí acometido de profunda tristeza
  5447. contemplaba yo las cerúleas florecillas frescas lozanas salpicadas de rocío y pensaba yo en lo efímero de las esperanzas del hombre
  5448. acaso aquel amor que subyugaba mi alma
  5449. aquel sentimiento inefable que ennoblecía mi espíritu y dirigía mis pensamientos hacia los propósitos más nobles
  5450. sería pasajero como la vida de aquellas flores que no bien fueran arrancadas del tallo se doblarían pálidas y mustias
  5451. sería cierto que el amor de angelina estaba destinado a vivir eternamente sería verdad lo que me dijo la joven
  5452. no que la amaba yo con todo mi corazón
  5453. con toda la energía de mi alma
  5454. pero ay así amé a matilde
  5455. y aunque no había muerto en mi memoria
  5456. y aun vivía en mí su recuerdo dulcísimo
  5457. ya no era ay para el pobre mancebo
  5458. que le había jurado amor eterno
  5459. el ángel benéfico que a todas partes le seguía
  5460. que señoreado de su espíritu fué luz en todas las tinieblas
  5461. rumor de fuente en la soledad
  5462. iris de bonanza que anuncia
  5463. a través del nublado que la tormenta se aleja
  5464. que ha cesado la tempestad
  5465. no angelina vivía para mi yo vivía para ella la desgracia y el amor habían unido nuestras almas
  5466. almas hermanas nacidas una para otra creadas para formar una sola dos almas con un mismo pensamiento y palpitando acorde el corazón
  5467. sentado al pie de aquel naranjo
  5468. mudo testigo de nuestro amor
  5469. pensaba yo en angelina cuando llamaron a la puerta
  5470. presentí que alguien me traía noticias de mi amada y acudí presuroso
  5471. no me había engañado el corazón
  5472. me dijo sin bajarse del caballo esta cajita y estas cartas
  5473. volveré mañana por la contestación
  5474. cartas de angelina una para mis tías otra para mí
  5475. corrí a mi cuarto y cerré la puerta
  5476. ya comprenderás me decía la niña cuan grata fué tu carta para mí
  5477. qué ansia qué impaciencia toda la noche estuve pensando en la llegada del mozo
  5478. hasta que al fín me quedé dormida
  5479. soñé contigo soñé que estaba yo en villaverde
  5480. en tu casa y cerca de tí
  5481. tú leías y yo estaba pintando pétalos de rosa
  5482. de pronto cerraste el libro lo pusiste en la mesa
  5483. y pasito a pasito te acercaste a mí
  5484. hasta reclinarte en el respaldo del sillón
  5485. como aquella noche te acuerdas me dijiste quedito angelina
  5486. te amo y desperté
  5487. desperté llorosa y apenada como si ya no me quisieras
  5488. como si no hubiera de verte más
  5489. pero verdad que no me olvidas verdad que a todas horas piensas en mí no es cierto que estoy siempre en tu memoria la semana pasada salimos a pasear
  5490. la tarde estaba lindísima
  5491. qué cielo qué nubes qué celajes qué colores tan hermosos los del horizonte al ponerse el sol papá me dijo muñeca quieres venir conmigo lo dije que sí
  5492. salimos hasta el principio de la cuesta
  5493. abrió papá el breviario y se puso a rezar maitines
  5494. yo me fui a lo largo de una milpa
  5495. crecen entre los surcos ciertas plantas que dan unas flores como margaritas
  5496. y yo corté muchas muchas tantas que ya no me cabían en el delantal luego me senté en una roca
  5497. y acordándome de un poema que tú me leíste
  5498. me entretuve en preguntar a las flores si me querías
  5499. mucho ya no tengo ratos de tristeza
  5500. estoy muy contenta y muy segura de tu cariño
  5501. perdóname perdóname si alguna vez he dudado de tu constancia y de tu fidelidad
  5502. pero a todo esto no te he dicho cómo recibí tu carta
  5503. no pude ir hasta el rancho de los ocotes para encontrar al mozo y me conformé con aguardarle en el corredor
  5504. el recibió el paquete lo abrió tomó sus cartas y me dio las mías
  5505. después no me preguntó nada
  5506. yo me apresuré a leer la carta de doña pepita
  5507. qué larga se me hizo la velada al fin me seis sola en mi cuarto
  5508. y entonces leí y releí y volví a leer tu cartita
  5509. por qué eres tan perezoso a tu linilla seis plieguitos no es cierto que ahora será más si no es así
  5510. y ya verás una hojita
  5511. será mucho te quiero con toda el alma
  5512. rodolfo mío no vivo más que para tí
  5513. y me duele mucho que me digas esas cosas tan tristes
  5514. a qué hablar de la muerte cuando somos tan dichosos tú dices que la muerte debe ser deseada en los momentos de felicidad
  5515. y entonces más que en las horas de dolor
  5516. dónde has aprendido eso dime dónde tienes unas cosas muy raras
  5517. hay en tí no sé qué muy lúgubre cierta tristeza y cierto desconsuelo que no me gustan
  5518. no parece sino que tienes poco amor a la vida
  5519. pues óyeme yo no pienso así
  5520. dios me libre de ello la vida
  5521. por amarga que sea es muy hermosa y amable si tiene penas y dolores
  5522. tiene también dichas y alegrías
  5523. muchas y yo quiero vivir vivir para ti mi rorró para ser dichosa si eres dichoso para amar lo que tú ames y aborrecer lo que tú aborrezcas para padecer si tú padeces
  5524. que en eso cifro mi dicha mayor
  5525. no es verdad que tú no aborreces a nadie no
  5526. rodolfo mío es preciso que cambies de modo de pensar que apartes de tí esas ideas tan raras y tan negras
  5527. y que ames la vida que la ames como yo la amo
  5528. como un don del cielo
  5529. dices que la vida no es más que dolor no es cierto
  5530. cuando dices que me amas cuando recuerdas que eres amado
  5531. eres dichoso y entonces amas la vida
  5532. no te sientes feliz cuando haces algo bueno
  5533. cuando socorres a un necesitado
  5534. cuando enjugas una lágrima o das una palabra de consuelo pues yo sí
  5535. la última parte de tu cartita me dejó muy contenta de tí
  5536. así te quiero así te soñé así debes ser siempre con tu linilla
  5537. tengo aquí en el corazón una cosa que me apena
  5538. y quiero decírtela pero me falta tiempo para escribir
  5539. pablo ha de salir a las tres
  5540. son las doce y media
  5541. aun no he visto si la mesa está lista
  5542. y ya sabes que mi papá come a la una en punto suena el reloj
  5543. y no bien acaba de dar la hora ya le tienes en el comedor
  5544. dando palmadas y pidiendo la sopa
  5545. pablo te entregará una cajita en ella va un pañuelo he bordado el monograma en los ratos desocupados
  5546. dice papá que está muy bonito le ha gustado mucho
  5547. y creo que a tí te parecerá lo mismo
  5548. cuida mucho de tus tías principalmente de doña carmelita mira que le gusta mucho que la mimen
  5549. la ves así que es tan seca y adusta pues sin cariño no puede vivir
  5550. vivo por tí y
  5551. cuarenta y cinco estuvo escribiendo hasta después de media noche
  5552. a esa hora salí al patio y corté los ramos más lindos de myosotis para meterlos en mi carta y que llegaran a manos de angelina
  5553. ahí van escribí esas flores de color de cielo
  5554. tan amadas de mi linilla
  5555. son las primeras que brotaron en el cuadro que tú sembraste
  5556. está lindísimo parece llovido de chispas de zafiro
  5557. me encanto mirándole y pensando en tí
  5558. linilla mía me has ganado la apuesta
  5559. tus plantas han florecido antes que las mías pero eso no es porque tú me quieras tanto como yo te quiero a tí
  5560. las mías no dan ni esperanzas
  5561. pero ya florecerán y se pondrán más hermosas que las tuyas
  5562. lo cual será prueba de que yo te amaré toda mi vida
  5563. he tenido un gran disgusto en estos últimos días un disgusto que me ha causado gran pena
  5564. bien vista la cosa no era para tanto
  5565. y acaso he pasado días muy amargos sin que hubiese motivo para ello
  5566. el día que nos veamos te contaré todo
  5567. a qué perder el tiempo en referir cosas desagradables no te pongas a cavilar en esto
  5568. y nada más debo decirte que hace tres días me separé de la casa de don juan
  5569. el doctor me ha conseguido un empleo
  5570. muy bueno en la hacienda de santa clara
  5571. estuve en la casa de ese caballero que es muy buena persona me recibió con mucha cortesía
  5572. como a un amigo no como a empleado nos arreglamos en un dos por tres
  5573. y el día quince salgo para la hacienda
  5574. yo siento mucho separarme de mis tías pero
  5575. hija mía no hay más remedio qué hacer no entiendo de campo
  5576. pero aprenderé cosas más difíciles he aprendido
  5577. me apena el pensar que voy a vivir lejos de tí
  5578. y que en mucho tiempo no he de verte
  5579. pues no me sera posible ir a san sebastián como se lo ofrecí a tu papá
  5580. lo siento lo siento mucho pero como tú comprenderás no debo perder la colocación que el pobre don crisanto me ha buscado
  5581. con lo que gane yo en santa clara habrá lo necesario en esta casa para que tía pepilla no tenga que trabajar en sus flores
  5582. gracias a dios voy a subvenir a todos los gastos de la casa
  5583. y acaso este destino será para tu rorró el principio de una vida laboriosa
  5584. ya te digo que no entiendo de cosas de campo y que no sé de eso ni una jota
  5585. aprenderé todo aunque según entiendo mi ocupación estará en el escritorio
  5586. procuraré ser útil y hasta necesario
  5587. haré que el señor fernández estime mi empeño y mi laboriosidad y
  5588. si mis ilusiones no se malogran
  5589. este empleo será el medio más apropiado para conseguir la felicidad es decir
  5590. para que pueda yo unir mi suerte a la tuya
  5591. no deseo más no aspiro a otra cosa
  5592. y en ello cifro toda mi dicha
  5593. por qué me echas en cara mis tristezas y melancolías piensa que he sido muy desgraciado
  5594. y que padezco de murrias y fastidios
  5595. tienes razón la vida es amable
  5596. amabilísima a pesar de que el dolor
  5597. inherente a la naturaleza humana
  5598. nos persigue por todas partes y a todas horas
  5599. tienes razón cuando el hombre ama y es amado la vida es amable
  5600. hacemos mal en aborrecerla si la empleáramos en hacer el bien
  5601. en aliviar los dolores ajenos
  5602. en consolar al triste y socorrer al necesitado
  5603. no pensaríamos que la vida es dura y que mejor sería no tenerla
  5604. perdóname linilla mía perdóname es cierto que mi carácter es un poco sombrío y taciturno lo conozco y no puedo remediarlo
  5605. qué quieres así soy así me he vuelto en estos últimos años
  5606. y aunque tu amor y tu cariño alegran mi existencia aunque tú eres para mi alma desmayada luz y regocijo
  5607. en ciertos momentos se entenebrece mi alma y me complazco en alimentar mi pena
  5608. hundiéndome voluntariamente en la tristeza
  5609. sé tú mi redentora disipa esas tinieblas que suelen nublar mi alma
  5610. y torna en plácida aurora las noches de mi espíritu
  5611. tienes razón la vida es amable debo amar la vida como un don del cielo debo amarla para hacer el bien
  5612. para amarte mucho mucho como tú mereces ser amada me dices que las margaritas de los maizales te han dicho que te amo no te han engañado como a la heroína del poema
  5613. sí te amo te amo linilla mía yo no consulto eso con las flores
  5614. que suelen ser engañosas y lagoteras
  5615. sino con mi corazón que es todo tuyo
  5616. imagínate un hombre que hubiera vivido muchos años en la obscuridad de un calabozo
  5617. y que de pronto cuando tenía perdida toda esperanza de libertad
  5618. le sacaran a la luz
  5619. cómo amaría la claridad del cielo
  5620. los celajes veladores los horizontes límpidos y serenos pues así te amo yo
  5621. no es verdad que ese hombre recordaría con placer
  5622. acaso con incomparable alegría las sombras del calabozo en que vivió tantos años no es cierto que algunas veces suspiraría amorosamente al recordar su prisión
  5623. el estrecho recinto que fué para él casa
  5624. patria y mundo pues así vuelven a mí las tristezas y melancolías de ayer
  5625. cuando aun no me amabas
  5626. cuando la luz de tu cariño no iluminaba mi alma
  5627. a las veces no creo no puedo creer que me amas
  5628. así te explicarás eso que tú llamas cosas mías muy raras
  5629. así te explicarás esa lúgubre tristeza
  5630. ese desconsuelo que has observado en mí
  5631. y que te hace padecer
  5632. perdóname no volveré a pensar en eso
  5633. y si pienso en esas cosas no te las diré
  5634. no es verdad que me perdonas verdad que sí el pañuelo está lindísimo el monograma es soberbio
  5635. muy elegante y muy sencillo como dibujado y bordado por tí
  5636. saluda a tu papá si crees oportuno hacerlo de modo que no sospeche nuestros amores
  5637. acaso no los apruebe y sea el recuerdo mío motivo de disgusto para tí y para él
  5638. ya me dirás eso que te apena
  5639. linilla linilla mía dime tienes secretos para mí dímelo
  5640. ya me imagino lo que es alguna niñería
  5641. no dirás ahora que no te escribo como tú deseas
  5642. el día que tú no me escribas como sabes hacerlo
  5643. yo a mi vez te he de castigar y pobre de tí adiós
  5644. cuarenta y seis rara vez salía yo de casa
  5645. y sólo para visitar a don román
  5646. me pasaba la mañana en mi cuarto
  5647. y la tarde en el jardincillo
  5648. entregado a mis poetas favoritos
  5649. qué libro lees ahora solía preguntarme el pomposísimo
  5650. lamartine víctor hugo novelitas de dumas contestaba yo afirmativamente
  5651. y el buen anciano hacía un gesto
  5652. gruñía y agregaba mohino uf no
  5653. niño no pierdas el tiempo
  5654.  
  5655. el dulce virgilio horacio
  5656. y si no tienes muy firmes tus latines
  5657. déjate de los románticos son intemperantes y monstruosos
  5658. qué ha dicho víctor hugo que no esté superado por los poetas latinos en qué han sobrepujado él y tu zorrilla
  5659. tu gran zorrilla a lope y a calderón vamos
  5660. muchacho quieres tener buen gusto pues deja de la mano esos mamarrachos
  5661. si tú a quien yo inicié en las grandes bellezas de la literatura clásica
  5662. gustas de las novedades esas
  5663. qué harán los discípulos de venegas y ocaña así anda todo así andan las letras patrias
  5664. por eso ya no hay carpios ni pesados pero yo no escuchaba los consejos de don román
  5665. y repasaba las páginas más elocuentes de chateaubriand
  5666. los versos más dulces de lamartine
  5667. y me aprendí de memoria las mejores escenas del hernani
  5668. en una colección de comedias
  5669. traducidas por no sé quién
  5670. aun recuerdo algo del célebre drama romántico
  5671. aquello de doña sol a carlos cinco callad
  5672. don carlos entre los dos todo amorío es locura
  5673. mi padre su sangre pura vertió en la guerra por vos
  5674. y yo que airada os escucho soy pese a furor tan loco
  5675. desdeñaba los libros clásicos y me engolfaba en el piélago anchuroso de la literatura romántica
  5676. andrés compró cierto día en su tienda de la legalidad
  5677. un tercio de papeles viejos
  5678. entre los cuales hallé folletines
  5679. libros folletos entregas y tomos de la cruz
  5680. que me apresuré a recoger
  5681. entonces leí buena parte de el fistol del diablo devoré las novelitas de florencio del castillo
  5682. y en dos días me eché al colecto los dos tomos de la guerra de treinta años
  5683. de fernando orozco el más intencionado de nuestros novelistas
  5684. qué impresión tan penosa me causó ese libro me llenó de tristeza
  5685. y lastimó cruelmente mi corazón
  5686. no pude más tiré el volumen
  5687. cogí el sombrero y me lancé a la calle
  5688. me dirigí hacia la colina y subí hasta mi sitio predilecto
  5689. el cielo sin nubes ni celajes parecía una bóveda de cristal cerúleo
  5690. las arboledas frescas y reverdecidas hacían gala de su flamante veste
  5691. y en las dehesas y en los collados flotaba una misteriosa claridad rosada
  5692. medio valle gozaba aún de los últimos esplendores del día
  5693. y allá detrás de la iglesia de san juan
  5694. a espaldas de un molino
  5695. medio escondido entre los platanares y los izotes
  5696. en la curva más ancha y despejada del pedregoso
  5697. los últimos rayos del sol trazaban una estela de plata
  5698. que partía de un foco esplendoroso
  5699. cuyas poderosas irradiaciones lastimaron mis pupilas
  5700. la ciudad estaba como envuelta en una gasa de oro
  5701. y hacia el oriente se perfilaban las cimas de los montes
  5702. el pico de los otates
  5703. y los crestones de mata espesa
  5704. sobre un fondo verdoso de suaves opalinas
  5705. del lado del poniente fingían las nubes ardiente cordillera
  5706. un abismo de llamas entre las cuales se ocultaba el sol
  5707. en villaverde lo mismo que en pluviosilla
  5708. esos crepúsculos de fuego son anuncio seguro de caluroso día anuncia el sur
  5709. el viento abrasador que caldea la atmósfera y calcina la tierra
  5710. llegaban hasta mí las voces de los transeuntes que atravesaban la alameda
  5711. o iban a lo largo del ancho camino carretero orillado de fresnos
  5712. el grato vientecillo nocturno acariciaba mi frente con sus perfumados besos
  5713. aun brillaban en la sierra los últimos reflejos del día
  5714. y mientras subían del valle los mil rumores de la naturaleza adormecida
  5715. las voces del río y el canto de los pájaros
  5716. me puse a contemplar el magnífico cuadro que tenía delante
  5717. las sombras invadían poco a poco la ciudad
  5718. bajaban de las montañas surgían de los barrancos salían de los bosques corrían por las llanuras
  5719. y se precipitaban en tropel por los callejones
  5720. tímidas y cautelosas se detenían allí
  5721. un instante nada más y luego avanzaban presurosas hacia la plaza
  5722. brilló en el río la última ráfaga de luz la verdosa claridad del aire se tornó en un vago reflejo de color de violeta
  5723. así pensaba yo así se van las alegres ilusiones
  5724. así se desvanecen las más risueñas esperanzas la vida es un perpetuo dolor
  5725. lo pasado nos entristece con el recuerdo del bien perdido en lo presente no encontramos la dicha lo porvenir nos llena de espanto
  5726. será cierto que el dolor es el triste patrimonio de la mísera humanidad será cierto que no es posible la realización de nuestros más nobles deseos malógrense enhorabuena los planes del malvado disípense como la niebla los proyectos del perverso pero por qué han de ser inútiles y vanos todos los pensamientos generosos
  5727. todas las desinteresadas aspiraciones de la juventud será cierto que la maldad nos acecha por todas partes será verdad que el vicio se disfraza con el blanco traje de la virtud
  5728. y que la flor más bella está comida de gusanos si es una verdadera miseria vivir en la tierra
  5729. no es mejor morir cuando no hemos probado aún las amarguras de la vida me dí a pensar en mi suerte
  5730. me ví solo en el mundo
  5731. quiénes me amaban dos ancianas que estaban
  5732. sin duda a orillas del sepulcro un pobre médico
  5733. rendido al peso de los años un buen servidor un maestro de escuela
  5734. enfermo y miserable una niña desgraciada
  5735. la desdicha y el infortunio nos habían juntado
  5736. y serían siempre nuestros compañeros
  5737. a veces me sentía dichoso feliz aleteaban en mi alma las mariposillas de la ilusión me sonreía la esperanza
  5738. y soñaba con auroras primaverales y venturosos días
  5739. y qué era todo eso delirios
  5740. fantasías locuras de muchacho que no sabe nada de la vida
  5741. ah si me fuera dable matar en mí esta voluntad
  5742. entregado a estas ideas pasé largo rato
  5743. cerrados los ojos de codos en la roca
  5744. había obscurecido y era preciso volver a la ciudad
  5745. el caserío estaba iluminado y el firmamento tachonado de luceros
  5746. un fulgor de plata inundaba el horizonte
  5747. y allá tras los picachos de la sierra
  5748. cuarenta y siete a las cuatro de la tarde ya todo estaba listo
  5749. tía pepilla arregló mi petaca en dos por tres
  5750. y concluída la faena me dijo cariñosamente
  5751. no vas a despedirte de tus amigos amigos sí el doctor
  5752. pero no veré a ricardo
  5753. desde niños fueron amiguitos
  5754. cuando estabas en el colegio siempre que venía a vacaciones
  5755. y nos decía doña pepita yo quiero mucho a rorró
  5756. mucho somos muy buenos amigos siempre andamos juntos
  5757. necesita algo yo se lo doy
  5758. yo lo necesito el me lo da
  5759. cómo dos hermanos pero tía no ve usted que no viene a verme
  5760. ni me busca cuántas veces ha venido sí
  5761. eso es cierto pero la verdad es que no ha estado aquí
  5762. su mamá me dijo que en pluviosilla tiene unos parientes con quienes ha pasado todo el mes
  5763. mira vas irás porque yo te lo ruego
  5764. sus padres han sido muy buenos con nosotros
  5765. verdad que irás tía para qué he de mentir no
  5766. por qué dime por qué han tenido ustedes algún disgusto no
  5767. tía pero no es decoroso que yo le busque
  5768. cuando él se muestra conmigo desdeñoso y frío
  5769. no insistió la anciana sospechó tal vez que motivos muy justos me obligaban a no visitar a mi amigo
  5770. y se limitó a decirme bueno harás lo que quieras
  5771. pero no dejes de ir a la casa de don crisanto no dejes de ver a don román
  5772. iré iré de mil amores el doctor no estaba en su casa
  5773. te vas mañana me alegro es preciso que salgas de aquí
  5774. comprendo lo que ha pasado todo lo sé en la botica me lo dijeron todo
  5775. yo hablaré con castro y le diré cuántas son cinco
  5776. nada de eso me ha causado extrañeza me lo esperaba yo
  5777. por eso te recomendé que no dijeras nada
  5778. y te dije chitón así es castro pérez
  5779. se le ha metido en la cabeza que el señor fernández le quita todos los escribientes
  5780. cuando el buen señor es incapaz de semejante cosa
  5781. además quieren que le sirvan de balde
  5782. y no paga debidamente a quienes le sirven
  5783. no te apenes esa murmuración es aquí común y corriente
  5784. y nadie para mientes en ella
  5785. sí pero temo que el señor fernández desconfíe de su nuevo empleado
  5786. calma muchacho calma a fin de semana estaré en la hacienda iré a ver al niño
  5787. a ese pobre chiquillo que está muy delicado
  5788. nada tengo que decirte
  5789. verás qué bien te va
  5790. adiós muchacho dame un abrazo y que dios te bendiga don román me recibió cariñosamente
  5791. como de costumbre gracias a dios me duele en el alma que te vayas pero no es cierto que de cuando en cuando vendrás a visitarme eres mi único amigo
  5792. quién me hubiera dicho que tú
  5793. el chiquitín que yo conocí de este tamaño
  5794. que cabía en un azafate
  5795. sería mi amigo ya sabes cuánto te quiero
  5796. y cuánto te estimo y los buenos ratos que pasamos aquí
  5797. charlando de mis cosas y de las tuyas de mis tristezas mortales y de tus alegres esperanzas de tus penas de niño y de mis desengaños de viejo
  5798. sí me apena que te vayas
  5799. ya me acostumbré a verte por aquí
  5800. oye se me olvidaba quieres tomar chocolate con franqueza
  5801. llamaré a maría para que te haga el chocolatito
  5802. no pues tú te la pierdes
  5803. ven a visitarme aunque sea de cuando en cuando
  5804. y un ratito para que no digan las tías que te alejo de allá
  5805. sí ven mira que el mejor día sabrás que me dió un supiritaco y estoy de muerte
  5806. o enterrado y que no volverás a ver a tu maestro
  5807. tú no quieres creer que ya estoy viejo
  5808. pues hijo mío nada más cierto las piernas están más débiles cada día la cabeza no anda de lo mejor
  5809. ya es tiempo a mi edad todo es decadencia el pobre anciano me dirigía miradas tristísimas
  5810. tenía húmedos los ojos y le temblaba la voz
  5811. traté de consolarle y él me interrumpió tú que has de decir me quieres
  5812. gracias hijo mío gracias resígnate con la voluntad de dios el vela por sus criaturas
  5813. recibe humildemente cuanto él te mande mira que no se mueve la hoja del árbol sin la voluntad de dios
  5814. el hombre no puede explicarse por que padece y llora pero no hay mal que por bien no venga
  5815. el señor fernández es muy fina persona
  5816. estoy seguro de que sabrá estimar tus buenas cualidades
  5817. me alegro me alegro de que te vayas he observado que el amor a las letras
  5818. que es en tí tan vivo y constante
  5819. como lo fué siempre en este pobre viejo
  5820. suele quitar a las gentes el sentido práctico
  5821. los literatos no entienden sino de libros
  5822. de su arte y no sirven para otra cosa
  5823. déjate un poco de versos y libros
  5824. serás más feliz que yo
  5825. don román me abrazaba y me acariciaba la frente apesarado y conmovido
  5826. cuándo te vas mañana no podré ir a decirte adiós
  5827. te vas a caballo cuidado niño mira que esos animalitos hacen de las suyas el mejor día
  5828. pero en fin si sales tan jinete como tu padre
  5829. no hay que temer por tí
  5830. cuando llegué a mi casa a eso de las siete
  5831. me entregaron una carta del señor fernández mañana
  5832. decía a las seis en punto irá por usted mi caballerango
  5833. si trae usted algún bulto mándelo a mi casa
  5834. para que a medio día se lo traigan los arrieros
  5835. andrés estaba en la sala con mis tías
  5836. al verme exclamó aquí está el campirano ya lo verán ustedes mañana
  5837. qué plantadote con el sombrero charro y el pantalón ceñido y me tomó del brazo y me llevó a mi cuarto
  5838. vaya aquí está todo
  5839. me parece que toda está bueno
  5840. mira qué bonito salió el pantalón la chaqueta y el chaleco no pueden ser mejores
  5841. vamos qué dices del sombrero está decentito
  5842. tú lo quisieras galoneadote
  5843. ya lo comprarás así
  5844. mi manga de hule
  5845. las gentes de campo la necesitan mucho
  5846. este joronguito es para que te lo pongas cuando haga frío
  5847. te gusta te lo regalo
  5848. para tí lo compré hace mucho tiempo
  5849. cuando eras catrín y por eso no te lo dí
  5850. te falta una pistola
  5851. pero tus tías no quieren que andes armado
  5852. aquí la traigo escóndela y mira lo que haces mañana para que no te la vean
  5853. la pistola es necesaria
  5854. causa respetillo y a un hombre armado no se le atreve cualquiera
  5855. allá con los mozos no estará de sobra que te la vean
  5856. para que no te falten al respeto
  5857. eres muy muchacho y bueno es que sepan que tienes esto para defenderte ponte la ropa vístete de charro quiero verte
  5858. porque mañana no podré venir
  5859. quise darle gusto y procedí a mudar de vestido
  5860. zapato vaquerizo ceñido y bien cortado pantalón chaquetilla gentil sombrero bien ladeado
  5861. buena facha eso es bien plantado pero
  5862. ven para que te vean tus tías echóme el brazo y me condujo hacia la sala
  5863. al entrar exclamó aquí está el hombre vamos a ver
  5864. qué le falta tía pepilla sonreía regocijada
  5865. la enferma me veía apenada y triste
  5866. cuarenta y ocho faltaban pocos minutos para las cinco cuando desperté
  5867. ya señora juana andaba por la cocina disponiéndome el desayuno
  5868. tía pepa no salía aún de sus habitaciones
  5869. el sur soplaba furioso y la campanita chillona de san francisco sonaba alegremente
  5870. me vestí el famoso traje de charro
  5871. cerré el ropero y cuando me dirigía yo al comedor
  5872. la tía pepilla me detuvo
  5873. me haces un favor mande usted
  5874. coge el sombrero y corriendito te vas a oír misa
  5875. anda ve pídele a dios que te vaya bien obedecí a la anciana
  5876. corrí al templo y oí la misa muy devotamente
  5877. media hora después estaba yo de vuelta
  5878. cuando llegué los caballos me esperaban a la puerta
  5879. el criado se adelantó y descubriéndose me dijo usted es el señor que ha de ir a la hacienda sí
  5880. aquí están los caballos cuando usted lo disponga
  5881. entré y me desayuné muy de prisa
  5882. tía pepa se sentó a mi lado
  5883. trataba de animarme y hacía esfuerzos para disimular su pena
  5884. llegó la hora de partir
  5885. no quise irme sin decir adiós a la enferma
  5886. aun estaba en el lecho la pobrecilla
  5887. al verme sonrió tristemente
  5888. ya te vas murmuró con voz muy trémula
  5889. sí tía le contente abrazándola ya es hora de irnos ya dieron las seis y me están esperando
  5890. vete y que dios te bendiga escribe luego que puedas
  5891. saludas de nuestra parte al señor fernández
  5892. acaso tengas que tratar con los mozos
  5893. vamos dame otro abrazo y que dios te lleve con bien la pobre anciana tenía los ojos arrasados en lágrimas
  5894. y hacía grandes esfuerzos para aparentar calma y serenidad
  5895. tía pepa nos miraba y sonreía tristemente
  5896. abracé a la enferma le dí un beso en la frente
  5897. y salí de la estancia
  5898. me puse al cinto la pistola
  5899. dije adiós a mi casita
  5900. y a mis libros mis buenos amigos mis cariñosos compañeros y me dirigí a la calle
  5901. mientras el mozo arreglaba la silla y ataba a la grupa la manga y el joronguillo
  5902. salió mi tía pepa y tras ella señora juana
  5903. vamos hijo mío no me dices adiós te olvidas de mí no
  5904. señora cómo cuándo vendrás no sé
  5905. acaso dentro de ocho o quince días
  5906. no me haces ningún encargo me preguntó entre llorosa y risueña
  5907. con ella el traje nuevo
  5908. y nada más nada más
  5909. ah si escribe angelina mándeme usted las cartas
  5910. las mete usted en otra cubierta
  5911. a mi buen andrés muchas cosas
  5912. y adiós tía que no hay tiempo que perder
  5913. vaya un abrazo señora mía otro a usted
  5914. señora juana cuide usted de mis pájaros y mis flores
  5915. monté a caballo y eché a andar
  5916. el criado un mancebo vivaracho y listo
  5917. me miraba de hito en hito
  5918. como si dudara de mis aptitudes para la equitación
  5919. cuando puse el pie en el estribo sonrió maliciosamente
  5920. sin duda decía para sí este es un cachalete
  5921. el mancebo me seguía a corta distancia
  5922. tomé por las calles más apartadas y solitarias
  5923. temeroso de que las gentes me vieran a caballo
  5924. de cuándo acá la idea de que podía yo ser objeto de risas y de burlas me atormentaba cruelmente
  5925. ya me parecía oir a los murmuradores villaverdinos en la botica de don procopio
  5926. saben ustedes la gran noticia cuál preguntarían en coro con ricardo
  5927. gran noticia asómbrense rodolfo a caballo yo lo he visto lo hemos visto nosotros
  5928. y qué tal mala facha y mala ficha
  5929. muy vestido de charro tamaño sombrerote y al cinto una pistola que parece un cañón
  5930. por fin me ví fuera de la ciudad
  5931. al principio de aquel camino por donde pasé diez años antes acongojado y lloroso
  5932. una fría mañana del mes de enero
  5933. recordé aquellos días amargos en que por primera vez me alejé de los míos
  5934. niño tímido y medroso en quien cifraban sus tías las más risueñas esperanzas
  5935. cuán distinto me pareció el camino entonces le ví ancho
  5936. entonces miraba yo en el último término del viaje una ciudad populosa
  5937. brillante de todos alabada para todos alegre y festiva
  5938. hasta para el niño que con los ojos llenos de lágrimas y con el corazón hecho pedazos acababa de salir de la casa paterna
  5939. á dónde iba yo a ganar en ajena morada
  5940. cuántas ilusiones malogradas cuántas esperanzas desvanecidas ni la hermosura del paisaje ni el aspecto incomparable de las montañas
  5941. coronadas por el citlaltépetl con brillante cono de nieve
  5942. ni la belleza sin igual del pedregoso que corría gárrulo y cantante
  5943. distrajeron mi mente y ahuyentaron de mi alma la tristeza
  5944. pocas horas después me apeaba yo a las puertas de la hacienda
  5945. estaba yo en santa clara
  5946. cuarenta y nueve acerqué el caballo a la puerta principal
  5947. cómo me río ahora de aquellas timideces mías cerca de la hacienda
  5948. al descubrir el caserío a través de las arboledas
  5949. me sentí tentado de volverme a villaverde
  5950. y desde allí escribir cuatro letras
  5951. dar las gracias al señor fernández
  5952. me asaltaban tristes presentimientos me dominaba la idea de que iba yo a ser mal recibido
  5953. y me puse temeroso y asustadizo
  5954. temblaba yo al apearme del caballo estaba yo rojo como una guindilla
  5955. y las miradas de cuantos en aquel instante me veían se me antojaron hostiles y burlonas
  5956. particularmente las de cierto mancebo muy gallardo que conversaba con otros empleados a la puerta del rayador
  5957. mirábame de pies a cabeza con cierta insistencia insolente y tenaz
  5958. como sorprendido de mi ridículo aspecto de colegial convertido en jinete
  5959. me dirigí al grupo y pregunté por el señor fernández
  5960. el mancebo levantó los hombros y me señaló un asiento
  5961. no advirtió otro de los empleados
  5962. el de más edad le esperan a usted llamaron a un criado que me condujo hasta la puerta del comedor
  5963. toda la familia estaba allí reunida
  5964. fernández en la cabecera cerca de él
  5965. a la izquierda un niño como de seis años pálido y enclenque en seguida una señora que pasaba de los cuarenta
  5966. y a la derecha del dueño de la casa
  5967. pase usted joven me dijo el caballero con mucha cortesía pensábamos que no llegaría usted y no le esperábamos a almorzar pero llega usted a tiempo tendrá usted apetito
  5968. no ah el aire del campo
  5969. aquí tienen ustedes agregó dirigiéndose a las señoras al joven de quien me habla el doctor
  5970. esta señora es mi esposa
  5971. este niño es mi hijo
  5972. y me señaló una silla al lado de la joven
  5973. después prosiguió sin darme tiempo para hablar este es pepillo
  5974. aquí le tiene usted
  5975. pero ya vamos bien no es eso y pronto estará muy guapo y muy alegre
  5976. el niño contestó con una sonrisa
  5977. dejándome admirar la hermosura de sus ojos negros
  5978. era corcovado y tenía color de cadáver
  5979. causóme dolorosa impresión la figura de aquel pobre niño enfermizo y lisiado
  5980. su rostro era el rostro de un polichinela naricilla de poeta satírico
  5981. el pobre chico apuraba a sorbos una taza de leche
  5982. y no dejaba de mirarme
  5983. el señor fernández me habló de la belleza del camino
  5984. de la buena condición del caballo que me había mandado
  5985. y terminó preguntándome por mis tías
  5986. y angelina dijo la señorita
  5987. papá conoces a esa joven no respondió el caballero pero debe ser muy hermosa
  5988. y sobre todo muy estimable
  5989. porque tú nos hablas de ella a cada instante verdad
  5990. señor dijo la señorita dirigiéndose a mí verdad que angelina es una muchacha muy inteligente y muy cariñosa es compañera mía en la conferencia
  5991. y todos la queremos mucho
  5992. y dígame usted por qué es tan retraída yo siempre empeñada en llevarla a casa
  5993. cuando usted la vea dígale que la quiero mucho que la estimo en todo lo que vale y que hace mal en no corresponder a mi cariñosa amistad
  5994. no señorita me apresuré a replicar linilla así le decimos en casa corresponde al afecto de usted como es debido
  5995. usted hace de ella muchos elogios
  5996. y ella no escasea las alabanzas
  5997. entonces la señora preguntó con inoportuna curiosidad esa joven es de la familia de usted no
  5998. mamá interrumpió gabriela ya te he dicho la historia de angelina
  5999. solís nos la contó una noche
  6000. ah que mamá exclamó el corcovadito
  6001. solís contó la historia
  6002. calla pepillo no hables de eso
  6003. no son cosas de niños
  6004. el chico prosiguió esa joven que el señor llama linilla
  6005. es hija de un militar
  6006. herrera la recogió en un mesón es huérfana
  6007. no tiene ni padre ni madre
  6008. pues yo no me acuerdo de eso
  6009. dijo la señora con mucha calma
  6010. sirviéndose una tajada de rosbif
  6011. solís allá en casa una noche a la hora de la cena
  6012. no es cierto gabriela y también dijo que a él le gustaría mucho que el señor se casara con linilla
  6013. con la señorita angelina rieron todos de la indiscreción del corcovado
  6014. gabriela me miró y pasándome un plato murmuró a mi oído no haga usted caso
  6015. señor este niño es así
  6016. le miman tanto al terminar el almuerzo me invitó el señor fernández a visitar las oficinas
  6017. viene usted contento las señoras se quedarían muy tristes
  6018. ya le verán a usted
  6019. he dispuesto que se encargue usted de mi correspondencia
  6020. no estaba yo satisfecho del empleado que antes la despachaba
  6021. pero en fin como hacía cuanto estaba de su parte
  6022. se va usted viene a sustituirlo y estoy seguro de que la cosa andará mejor
  6023. entiéndalo usted no será no será usted aquí un empleado como los demás
  6024. cada cual merece ser tratado conforme a su clase y condiciones
  6025. llevará usted la correspondencia desempeñará usted otros trabajos que se ofrezcan en el escritorio
  6026. desde hoy tendrá usted una pieza cerca de nuestras habitaciones
  6027. un sitio en nuestra tertulia
  6028. un asiento en nuestra mesa
  6029. y un lugar en nuestra estimación
  6030. ayer me escribió sarmiento
  6031. algo me cuenta de ciertas murmuraciones
  6032. me dice que estaba usted muy apenado
  6033. aprenda usted a vivir y vaya usted conociendo a los hombres
  6034. esta ciencia de la vida que es tan difícil y tan amarga
  6035. valor joven de todo eso sé yo
  6036. y nada de eso me sorprende conocí al padre de usted
  6037. se detuvo delante de una puerta cerrada
  6038. la habitación de usted
  6039. esta ventana da al jardín
  6040. no es de las mejores piezas
  6041. como usted ve pero está junto al escritorio
  6042. la distinción y la cortesía del señor fernández me cautivaron desde luego
  6043. y cambiaron en pocos minutos el estado de mi alma
  6044. me sentí fuerte y vigoroso para luchar contra todo
  6045. para salir vencedor de las mil contrariedades de la vida
  6046. nada me importaba el trabajo el más duro trabajo por el contrario le deseaba yo
  6047. a diario constante sin un momento de reposo
  6048. a la verdad no merecía yo ser objeto de tantas atenciones
  6049. quién era yo para ser tratado de tal manera el pobre amanuense de castro pérez
  6050. herido y lastimado por la murmuración villaverdina un pobre estudiante
  6051. recién salido de aulas favorecido por los elogios de don quintín porras
  6052. y llevado a santa clara por las recomendaciones de un maestro de escuela
  6053. de un médico a la antigua
  6054. sin fortuna ni fama y de un mendigo franciscano
  6055. acaso me abonaban también la buena memoria de mi padre y el nombre respetabilísimo de mi abuelo
  6056. quedé prendado de la nobleza de carácter y de la esmerada educación del señor fernández
  6057. desde ese día le tuve en altísimo concepto
  6058. sin que durante los años que viví a su lado se amenguara en mí la opinión que de él me formé desde el primer momento
  6059. era el señor don carlos fernández un caballero en toda la extensión de la palabra
  6060. fino delicado discreto de clara inteligencia y de nobilísimo corazón
  6061. tenía conciencia de su mérito y procuraba por todos los medios que estaban a su alcance
  6062. conservar su buen nombre y cuidar de que ni la sombra más leve empañara su envidiable reputación
  6063. en ella más que en la riqueza
  6064. cifraba su dicha y solía decir muy sinceramente no temo el juicio de los demás
  6065. temo el fallo severísimo de mi propia conciencia
  6066. no gustaba de parecer generoso pero no era mezquino ni avaro
  6067. nunca le alabaron en villaverde por liberal y desprendido
  6068. elogio que fácilmente se consigue en mi querida ciudad natal
  6069. donde la generosidad y el desprendimiento no son virtudes muy al uso
  6070. antes solían tacharle de egoísta y codicioso
  6071. pero sé muy bien y muchos no lo ignoran
  6072. que no era duro de corazón
  6073. ni muy cerrado de bolsillo
  6074. cuando yo le conocí pasaba de los cincuenta y cinco
  6075. y las canas que brillaban entre sus rubios cabellos
  6076. afable con todos cortés y comedido con cuantos le trataban
  6077. era sin embargo enemigo de andar en reuniones y corrillos
  6078. y tal vez por eso se pasaba en santa clara buena parte del año
  6079. y cuando residía en villaverde no concurría a la tertulia de don procopio ni al tresillo de mi querido amigo quintín porras
  6080. mis negocios y mi casa decía cuando le acusaban de huraño y retraído aquí estoy a mis anchas
  6081. los amigos vengan vengan que serán bien recibidos conoció desde luego el carácter de los villaverdinos
  6082. y quiso evitarse el andar en lenguas
  6083. se comprende que no lo consiguiera
  6084. cosa difícil en aquella tierra
  6085. pues le trajeron y le llevaron de aquí para allá
  6086. durante varios meses pero al fin le declararon huraño y orgulloso
  6087. y le dejaron en paz
  6088. sarmiento me contó muchas veces el origen de la fortuna del señor fernández
  6089. a la muerte de sus padres quedó don carlos muy niño
  6090. y nominalmente heredero de una fortuna
  6091. muy mermada y comprometida que en manos de tutores y albaceas
  6092. perseguida por acreedores y legatarios
  6093. y tamizada por leguleyos y abogados
  6094. se volvió sal y agua en menos de diez años
  6095. algo logró salvar el heredero gracias a la habilidad de un jurisconsulto michoacano
  6096. y con ese pico unos cuantos miles de duros
  6097. y a fuerza de inteligencia
  6098. de trabajo y de economías
  6099. el capitalillo fué en aumento
  6100. hasta convertirse en una fortuna muy saneada y redonda
  6101. hecha contra viento y marea
  6102. en los días más desastrosos de la guerra civil
  6103. la tal fortuna consistía en fincas urbanas
  6104. y no de las manos muertas en algunos capitales bien colocados
  6105. y en la hacienda de santa clara que don carlos compró muy barata
  6106. casi en ruinas y que él restauró y engrandeció allá por el sesenta y cuatro
  6107. al advenimiento del régimen imperial
  6108. que don carlos había padecido mucho en su juventud no cabía duda él mismo contaba que se vió obligado a trabajar al lado de personas extrañas que le trataron mal que más tarde tuvo un jefe que le estimó y le impartió franca protección
  6109. hasta que le fué dado ponerse al frente de sus propios negocios
  6110. y cosa rara en personas que han padecido mucho en la mocedad
  6111. no se tornó misántropo ni egoísta ni se le agrió el carácter
  6112. experimentado conocedor de la maldad humana y de las flaquezas del prójimo
  6113. poseía una cualidad rarísima en los que como él salieron victoriosos de los combates de la vida no juzgaba de las gentes por las apariencias a cada cual daba lo suyo no creía en patentes virtudes
  6114. ni andaba a caza de vicios escondidos
  6115. y con pasmoso acierto descubría en los individuos defectos encubiertos y ocultas virtudes
  6116. era bueno inteligente franco leal desinteresado que también en el rico cabe el interés y se preciaba de urbano y atento pero justo es decir que solía ser desdeñoso con las personas en quienes no hallaba corrección y buenos modales
  6117. y acaso el único camino por donde fuera fácil vencerle era el de la más exquisita pulcritud todo lo perdonaba
  6118. los mayores defectos los más grandes vicios menos el trato burdo la maledicencia y la mala crianza
  6119. de aquí que su conversación fuese por extremo grata
  6120. y de aquí las maneras irreprochables de él y de los suyos
  6121. la señora doña gabriela me pareció siempre un simpático y elegante tipo de mujer
  6122. fina y correcta como su esposo
  6123. elegante por naturaleza y educación
  6124. desdeñosa como él para con las gentes vulgares y ordinarias
  6125. la señora doña gabriela poseía el rarísimo don de hacerse amar de todos
  6126. sin que para ello empleara lisonjas y lagoterías
  6127. lujosa sin ostentación elegante sin pretender atraerse las miradas de los demás
  6128. fina sin charla zalamera para todos tenía una palabra cariñosa
  6129. había en ella algo o mucho de aquellas damas mexicanas
  6130. chapadas a la antigua piadosas sin gazmoñería caritativas sin parecer sensibleras y en las cuales no podemos pensar sin imaginárnoslas vestidas de negro y veladas con rica y aristocrática mantilla
  6131. en doña gabriela sólo una cosa merecía censura su bondadosa tolerancia para con el pobre niño corcovado
  6132. cierto es que la miserable condición de pepillo
  6133. enfermizo y lisiado explicaba muy bien los mimos y consentimientos de sus padres
  6134. muchas veces les oí decir dolorosamente si este niño tuviera salud y robustez como esos chiquitines que pasan por ahí
  6135. aunque fuésemos tan pobres como un mendigo pepillo era en aquella casa tristeza y dolor
  6136. cincuenta en poco tiempo me hice amigo de los otros empleados
  6137. mi edad y mi carácter tímido e irresoluto me fueron propicios en esta ocasión
  6138. mis compañeros creían habérselas sin duda con balandrón mancebo presumido jactancioso y pagado de sí
  6139. que vendría a imponérseles abusando de la bondad con que le trataba el señor fernández
  6140. este hizo en presencia de ellos grandísimos elogios de su nuevo empleado
  6141. y tal vez por eso me recibieron reservados y desdeñosos pero al ver que se habían engañado
  6142. que me esforzaba en ser comedido y cortés
  6143. cambiáronse en grata simpatía la reserva y menosprecio manifestados a mi llegada
  6144. sólo uno el joven cuyo puesto ocupé
  6145. me vió con malos ojos
  6146. entonces lo mismo que ahora
  6147. por qué sépalo dios
  6148. enrique así se llamaba salía de aquella casa por su gusto
  6149. para mejorar de empleo para ir a desempeñar otro muy codiciado
  6150. en no se qué oficina administrativa
  6151. por mi parte no acierto a explicar la antipatía con que siempre me ha visto
  6152. aun vive rico y estimado suelo encontrármele en el casino
  6153. en el paseo en los teatros pasa cerca de mí y no se digna saludarme no olvida ni quiere olvidar que yo le sustituí en el escritorio del señor fernández
  6154. repito que muy pronto fueron muy buenos amigos míos los demás empleados
  6155. en ellos tuve siempre auxiliares y consejeros
  6156. procuré serles útil los ayudaba en cuanto podía
  6157. y más de una vez ocupé su puesto para que ellos pasearan o se divirtieran
  6158. ya en alegres partidas de caza
  6159. ya en villaverde con motivo de alguna fiesta o de algún espectáculo teatral que llamaba la atención
  6160. era yo en santa clara objeto de las atenciones de toda la familia
  6161. la señora solía decirme rodolfo está usted en su casa tendré mucho gusto en hacer con usted las veces de madre
  6162. don carlos no me trataba como a un mozo inexperto y vano
  6163. antes por el contrario me distinguía con su afecto
  6164. me confiaba planes y negocios
  6165. y conversaba conmigo franca y lealmente
  6166. con la sinceridad y llaneza de un amigo viejo
  6167. a las veces después del trabajo me encerraba yo en mi habitación
  6168. o cediendo a mis inclinaciones de soñador
  6169. me iba a vagar por los campos
  6170. deseoso de estar solo con mis pensamientos
  6171. con el recuerdo de linilla
  6172. cuando don carlos me veía salir o advertía que estaba yo en mi cuarto
  6173. me detenía o me llamaba
  6174. a dónde va usted qué hace usted allí vengase a charlar con nosotros
  6175. por la noche después de la cena nos reuníamos en la sala
  6176. la señora se recogía temprano para cuidar del corcovadito
  6177. siempre delicado y enfermo don carlos jugaba ajedrez con alguno de los empleados
  6178. y gabriela tejía o leía y revisaba sus periódicos de modas
  6179. entre tanto recorría yo los papeles de villaverde y los diarios de la capital
  6180. allí se recibían casi todos además de alguna publicación exclusivamente literaria que gabriela coleccionaba con el mayor cuidado
  6181. entonces leí muchos versos de justo sierra
  6182. las crónicas teatrales de peredo
  6183. y las revistas que altamirano escribía en el siglo diecinueve y en la revista de méxico
  6184. no olvido ni olvidaré jamás el interés con que devoré algunos trabajos literarios publicados en aquellos días
  6185. el estudio del edipo en que peredo hizo alarde de su saber en materia de arte dramático el juicio de altamirano con motivo de la representación del baltasar de la avellaneda
  6186. artículo brillante y galano que me pareció insuperable
  6187. el renacimiento fué mi periódico favorito
  6188. qué amable qué simpática me parecía la unión de todos estos escritores
  6189. algunos contrarios en ideas políticas
  6190. todos amigos sinceros en literatura y en arte así debía ser
  6191. así me imaginé siempre la república literaria
  6192. todos los ingenios mozos y viejos
  6193. conservadores y liberales unidos por el amor a la belleza
  6194. me seducían las estrofas de justo sierra
  6195. aun ahora las recito con el entusiasmo de los diez y nueve años
  6196. cuando en los periódicos trataban mal a algún poeta
  6197. de uno u otro bando
  6198. los partidos me eran repugnantes y odiosos me sentía yo lastimado
  6199. y saltaba indignado al venir en acuerdo de que tales censuras y tales críticas
  6200. de ordinario desentonadas y acerbas
  6201. eran inspiradas por el rencor político
  6202. la política qué me importaba a mí la vieja inmunda como altamirano la llamaba los jóvenes de aquella época se cuidaban poco o nada de la política
  6203. nacidos y criados en los días azarosos de la guerra civil
  6204. testigos de horribles catástrofes de tremendas injusticias y de sangrientos combates
  6205. nos repugnaban aquellos horrores tan opuestos a la nobleza y a la generosidad juveniles
  6206. no simpatizábamos con ninguno de los partidos contendientes odiábamos las luchas de la política
  6207. y los mejores artículos de zarco o de aguilar y marocho
  6208. y los más elocuentes discursos de montes o de zamacona
  6209. no valían para nosotros lo que un sonetito mediano publicado a la zaga de cualquier periódico villaverdino
  6210. he oído decir muchas veces que los jóvenes de aquel tiempo amaban poco a su patria
  6211. sí la amaban y con todas las fuerzas de su corazón pero no querían para ella agitaciones y turbulencias
  6212. ni avances peligrosos ni retrocesos inútiles
  6213. deseaban paz y justicia para todos
  6214. para vencedores y vencidos paz fecunda en bienes
  6215. a cuya sombra prosperaran los pueblos y se aumentara la riqueza pública paz que hiciera renacer las artes y las letras
  6216. a los cuales reservaba la gloria días venturosos y felices y justicia para todos y en todas partes
  6217. justicia sin la cual no puede existir la libertad
  6218. a ruego mío mientras don carlos se engolfaba en su partida de ajedrez
  6219. abría gabriela el piano un soberbio erard y tocaba lo más selecto del repertorio en boga
  6220. las horas pasaban dulcemente dulcemente como las ondas del río lejano que nos enviaba
  6221. a través de los bosques rumorosos
  6222. y de las alamedas del jardín
  6223. el canto misterioso de sus turbias aguas
  6224. el balcón abierto las llanuras adormecidas la selva silenciosa el cielo límpido y puro
  6225. sin nubes ni celajes la luna a la mitad de su carrera el piano derramando a torrentes la música de los grandes maestros la belleza y la juventud rindiendo culto al arte
  6226. y en mi alma la dulce alegría de quien ama y es amado
  6227. el enjambre cerúleo de las más risueñas esperanzas
  6228. pero ay de repente me sentía yo acometido de profunda tristeza
  6229. de mortal melancolía de aquella melancolía mortal mi dulce compañera en las tardes de otoño
  6230. cuando sentado en la florida vertiente del escobillar me abismaba en la contemplación del hermoso valle nativo iluminado por los últimos fuegos del crepúsculo
  6231. cincuenta y uno la rubia gabriela era franca
  6232. alegre expansiva y había en ella cierta sencillez infantil muy en harmonía con el azul violado de sus ojos y el áureo color de sus joyantes cabellos
  6233. destrenzados sueltos atados con una cinta de seda
  6234. se me antojaban un haz de mies madura
  6235. gabriela subyugaba las almas con la dulzura de su carácter
  6236. mejor que con su delicada y elegante belleza
  6237. y era lindísima fisonomía suave y aristocrática perfil correcto labios ingenuos
  6238. expresivos como entreabiertos levemente por una exclamación de sorpresa las mejillas con los tintes de la rosa la cabeza artística y gentil el cuello delgado y donairoso
  6239. poseía la blonda señorita algo o mucho de la singular belleza de dos mujeres muy célebres y admiradas entonces adelina patti y la emperatriz eugenia
  6240. alta delgada esbeltísima ideal como acostumbran a decir los poetas
  6241. en gabriela se juntaban maravillosamente la frescura de una arrogante juventud y los encantos misteriosos de una belleza apacible y casta
  6242. durante los primeros días la joven se mostró conmigo seria y ceremoniosa
  6243. lo cual a decir lo cierto no fué muy grato para mí
  6244. procuré portarme de la misma manera correspondiendo así a la reservada actitud de la doncella pero el trato diario en la mesa
  6245. en la tertulia en el paseo y en las horas de descanso nos acercó poco a poco
  6246. y pronto hubo entre los dos cierta confianza decorosa y afable de la cual nació una amistad placentera y cordial
  6247. entonces pude admirar en gabriela no sólo la sencillez de su alma
  6248. sino lo que en ella valía más
  6249. la nobleza de su corazón
  6250. habituada al trato de personas cultas y distinguidas educada con esmero rodeada de cuanto la opulencia y el amor paternal pueden ofrecer a una niña de su clase y condiciones
  6251. la señorita fernández ni estaba engreída con su elegancia
  6252. ni pagada de su hermosura
  6253. ni satisfecha de sus raras habilidades
  6254. tocaba el piano como una profesora y se creía una pobre aficionada dibujaba magistralmente
  6255. pintaba lindas acuarelas frutas flores pájaros paisajes y no se daba cuenta de sus aptitudes artísticas
  6256. ni de que sabía robar a la naturaleza la línea
  6257. el tono la expresión el ambiente que aisla y destaca las figuras
  6258. el rasgo oportuno que anima los objetos
  6259. la tinta desvanecida vaga vaporosa que hace resaltar las imágenes sin endurecer los contornos
  6260. obediente sumisa a la voz de sus padres
  6261. jamás se oponía a sus mandatos
  6262. como suelen hacerlo las señoritas de las clases elevadas
  6263. que gustan de ser caprichosas y se complacen en ser mimadas por los suyos
  6264. la vida de gabriela estaba consagrada a sus padres
  6265. obsequiarlos tenerlos alegres y contentos era su único deseo
  6266. y de seguro que nunca dejó de agradarlos
  6267. sufría con paciencia ejemplar al infeliz jorobadito en quien estaban reunidos todos los defectos morales y todas las desgracias físicas
  6268. como todos le halagaban y le complacían
  6269. y no había capricho que no consiguiera ni falta que no le fuese perdonada
  6270. imperaba en aquella casa como soberano absoluto
  6271. como señor de vidas y haciendas
  6272. siempre dispuesto a hacer el mal
  6273. complaciéndose en atormentar a los animales que caían en sus manos
  6274. gozándose en insultar y calumniar a los criados
  6275. en burlarse de todos y en repetir las palabras más soeces aprendidas en la calle o de labios de los cocheros
  6276. la señorita gabriela objeto frecuente de las iras del niño
  6277. a causa sin duda de que sólo ella le corregía y le castigaba
  6278. el corcovadito la aborrecía de muerte
  6279. como a todos cuantos se oponían a sus caprichos y deseos
  6280. y a la menor corrección la insultaba con dichos y palabras de taberna
  6281. la joven solía implorar en su defensa la autoridad del señor fernández
  6282. papá decía suplicante y apenada
  6283. abrió una jaula atrapó un canario y le ha quebrado las alas
  6284. y me contesta con unos dichos y unas palabras
  6285. el corcovadito quedaba victorioso fingía arrepentimiento se acercaba a la joven para acariciarla y darle un beso
  6286. y luego que se iba el señor fernández volvía a los improperios y a las obscenidades
  6287. reía se mofaba de su hermana
  6288. una tarde después de una escena de éstas
  6289. fuimos al jardín fernández y la señorita se quedaron con el niño en un merendero gabriela y yo nos perdimos
  6290. a lo largo de una calle de fresnos
  6291. la niña lloraba y no levantaba los ojos
  6292. que no llore murmuró enjugándose los ojos
  6293. cómo no he de llorar quiero a pepillo con toda mi alma
  6294. día y noche le tengo en la memoria
  6295. su desgracia es la eterna amargura de mi vida
  6296. malo sí rodolfo ese niño es malo
  6297. a quién ha salido de quién ha heredado esa perversidad de corazón qué será de él si llega a hombre me odia
  6298. ya usted ha visto cómo me trata
  6299. y todas las gentes me envidian
  6300. y todos dicen que soy la más feliz de las mujeres
  6301. feliz debe usted perdonar a pepillo
  6302. pero no puedo permitir que sea así
  6303. la perversidad de ese niño crece de día en día
  6304. por fortuna no vivirá mucho
  6305. dios me libre de ello pero
  6306. a dónde iremos a parar si pepillo sigue con esos instintos crueles y depravados si viera usted cómo tiemblo al pensar que el mejor día
  6307. por cualquier motivo será usted objeto de las iras de esa infeliz criatura
  6308. no rodolfo es mi hermano le quiero mucho pero le conozco no hay que fiar de ese niño
  6309. entonces gabriela me refieró mil incidentes desagradables
  6310. y me hizo comprender muy claramente que temía que pepillo dijera el mejor día algo que me lastimara y me ofendiera
  6311. y con este motivo la pobre niña me abrió su corazón
  6312. todos me envidian y codician mis riquezas
  6313. pero a decir verdad amigo mío de qué me sirven lujo
  6314. comodidades y bienestar si en medio de todo eso soy víctima de ese pobre niño
  6315. de mi hermanito de mi único hermano a quien amo y compadezco de pronto
  6316. como si aquella conversación le fuese penosa
  6317. varió de asunto y deteniéndose al pie de un árbol se puso a contemplar
  6318. entre el follaje las últimas luces del día
  6319. el cielo dorado sobre el cual se dibujaban
  6320. límpidas y claras las ramas de un gran
  6321. fresno desnudo mientras yo ataba un haz de violetas
  6322. hermosa tarde quién pudiera trasladar al papel el espléndido cuadro que tenemos delante usted está triste
  6323. por qué nosotras deseamos verle contento
  6324. a qué ese rostro abatido y melancólico papá nos ha dicho que ha sufrido usted mucho
  6325. pensaba yo en los míos en mi pobre casita en las buenas ancianas cuyo recuerdo me era tan querido
  6326. a las veces se me va el pensamiento hacia villaverde
  6327. en busca de los que me aman
  6328. detrás de esas montañas que atraen las miradas de usted
  6329. sonrió la niña y me señaló a lo lejos los picos más altos de la sierra
  6330. y agregó diga usted no es en aquellos valles donde está el pueblo de san sebastián sí
  6331. allí está angelina cincuenta y dos de madrugada
  6332. antes de salir el sol
  6333. monté a caballo y salí de la hacienda camino de villaverde
  6334. delante de mí avanzaban lentamente algunos peones y una media docena de rancheros que iban al tianguis
  6335. clareaba el alba en la cima de los montes
  6336. y sobre la esplendorosa claridad del sol naciente se dibujaban los perfiles boscosos de los cerros de villaverde
  6337. las grandes moles de la cordillera meridional
  6338. y las montañas de pluviosilla envueltas en los vapores matinales que parecían gasas hechas girones en los picachos
  6339. repicaban alegremente en el campanario de una aldea cercana
  6340. y del profundo lecho del pedregoso
  6341. protegido por los ahuehuetes y los álamos
  6342. se alzaba espesa y se desvanecía vagarosa blanquecina nube que velaba las arboledas
  6343. qué largo me parecía el camino con qué ansia me aguardarían mis tías qué anhelo el mío por llegar a la ciudad la campana de la aldea sonaba festiva
  6344. y el viento matinal fresco e impetuoso traía hasta allí las mil voces de los templos villaverdinos música incomparable que repetida por los ecos parecía el canto de los valles y de los bosques
  6345. a poco descubrí el caserio las torres y las cúpulas en cuyos azulejos centelleaba el sol
  6346. media hora después estaba yo al lado de mis tías
  6347. muchacho exclamó tía pepilla
  6348. entra entra para que te vea tu madrina
  6349. la pobrecilla ha estado muy mala buen susto nos dió
  6350. por eso no te hemos escrito
  6351. quién lo había de hacer si angelina estuviera aquí
  6352. entré en el cuarto de la enferma
  6353. la pobre anciana estaba en un sillón
  6354. se animó al verme y cuando me acerqué para abrazarla me miró tristemente
  6355. y con voz muy débil
  6356. tan débil que apenas la oímos
  6357. me dijo al fin viniste
  6358. gracias a dios temí que no volvieras a verme
  6359. ya pasó ya estoy bien muy bien estás contento te gusta la hacienda me apresuré a contestarle que el señor fernández me trataba muy bien que toda la familia me distinguía con su afecto que el trabajo era ligero y agradable
  6360. y que tenía yo un sueldo muy bueno
  6361. así lo esperaba yo me alegro
  6362. hijito me alegro mucho si tú vieras cuánta pena me causaba ver que en la casa de castro pérez ganabas poco y trabajabas mucho
  6363. y después quítate ese traje de ranchero
  6364. no me gusta no quiero verte así ponte otro vestido
  6365. cuándo te vas esta tarde o mañana mañana tempranito
  6366. tía pepilla me esperaba en el comedor
  6367. en el pobre comedor donde señora juana iba y venía muy deseosa de atenderme y obsequiarme
  6368. mientras yo me desayunaba alegremente y con buen apetito
  6369. ayer la trajeron hasta ayer vino el mozo
  6370. ahora te la daré
  6371. impaciente come y calla
  6372. para todo hay tiempo
  6373. y dime qué tal es la señorita gabriela lindísima no tanto
  6374. hijo no tanto no es fea
  6375. ya me lo sé
  6376. pero es buena es simpática no es orgullosa ni altiva vamos dime
  6377. antes la carta tía antes la carta de linilla paciencia
  6378. niño paciencia qué fugas son esas cualquiera diría
  6379. a poco apareció en la puerta
  6380. qué me das por esto un abrazo
  6381. es poco un beso
  6382. pues entonces qué quiere usted tu cariño tu cariño
  6383. muchacho que con eso me basta la señora llegó hasta mí
  6384. me abrazó me acarició dulcemente y puso delante de mí la carta de linilla
  6385. diciéndome ay rorró anoche soñé una cosa
  6386. no mejor es callar hable usted
  6387. soñé que te habías enamorado de
  6388. de gabriela si de esa señorita que es tan buena
  6389. mi corazón tiene dueño
  6390. y quién es ese es mi secreto
  6391. mira rorró a mí no me engañas
  6392. y déjame en paz en mi cuarto
  6393. a solas leí la carta de lanilla
  6394. rodolfo mío en vano habrás esperado mi contestación
  6395. y ya me imagino tu impaciencia al no recibir noticias mías
  6396. papá ha estado enfermo
  6397. cosa de nada es cierto pero nos tuvo muy inquietas
  6398. y de más a más el mozo no ha ido a villaverde
  6399. fué a pluviosilla a traer muchas cosas para la semana santa cera
  6400. ornamentos y una urna lindísima que será estrenada el jueves
  6401. vamos a tener unos días de mucho trabajo
  6402. figúrate que aquí no se cuenta con nadie para eso de arreglar el altar
  6403. y yo tengo que hacerlo todo
  6404. he preparado cosas muy bonitas cortinas
  6405. papá está contentísimo y cuando descansa del confesionario viene a divertirse y a ver cómo trabajo
  6406. ahora no es tiempo de pensar en el novio
  6407. señor mió es mucho lo que falta por hacer
  6408. y todo tiene que salir de mis manos
  6409. al fin del día estoy muy cansada pero yo no te olvido y a todas horas pienso en tí
  6410. y además te dedico un rato todas las noches
  6411. y a esa hora no hago más que recordarte y ver tu retrato
  6412. son las once de la noche
  6413. estoy solita en mi pieza
  6414. y con lápiz porque olvidé traer el tintero y la pluma
  6415. te escribo estas lineas muy de prisa tan de prisa que no sé cuántos disparates estoy poniendo
  6416. me alegro que pienses de otro modo
  6417. qué es eso de creer que la vida es mala no
  6418. señor mío ni yo que he sido tan desgraciada tengo esas ideas
  6419. el otro día leí en un periódico un artículo muy largo en que trataban
  6420. de unos filósofos que tienen ideas parecidas a las tuyas
  6421. allí hablan de un alemán cuyo nombre no recuerdo porque es muy largo y muy revesado
  6422. del cual dicen que tiene ideas así como las tuyas
  6423. y yo me dije vaya sin duda que rorró ha leído los libros de ese señor
  6424. y en ellos aprendió esas tristezas con las cuales me apena y me congoja
  6425. pregunté a papá si esas obras están prohibidas
  6426. y me dijo que sí
  6427. de manera que ya lo sabes si las tienes quémalas si las has leído
  6428. no es cierto que así lo harás sí
  6429. cuando recibas esta carta ya estarás en santa clara
  6430. cuidado te enamores de gabrielita
  6431. es muy hermosa y muy simpática y muy inteligente y muy buena y además rica pero no te querrá tanto como yo
  6432. después que leia la carta en que me decías que ibas a colocarte en la hacienda del señor fernández me puse muy triste
  6433. por qué dios lo sabe como eso es bueno para tí debía yo ponerme alegre
  6434. muy alegre pues con ese destino ya no tendrás dificultades y tu vida será más tranquila pero voy a confesarte una cosa
  6435. aunque te rías de mí
  6436. me desagradó la noticia sentí que el corazón se me oprimía y que los ojos se me llenaban de lágrimas
  6437. ya sé la que vas a decir
  6438. dirás que estoy celosa
  6439. celosa no sé lo que son celos
  6440. acaso esto que siento al pensar que vives cerca de esa señorita tan hermosa y tan elegante acaso serán celos estos temores que me asaltan cuando recuerdo que hace tiempo que gabriela me preguntó por tí
  6441. comprendo que en ella encontrarás muchas cosas que yo no tengo gabriela es una señorita más digna que yo de ser amada
  6442. no me da pena confesarlo y óyelo bien
  6443. mira que te lo digo sinceramente
  6444. como lo siento como si mi madre me oyera si te enamoras de gabriela si en el amor de esa niña esta cifrada tu felicidad si ella es para tí dicha y ventura
  6445. no vaciles olvídame olvida a la pobre linilla
  6446. y se feliz ya te lo dije
  6447. te lo he dicho muchas veces
  6448. todo el anhelo de mi corazón es verte dichoso
  6449. porque lo seas lo sacrificaré todo
  6450. me arrancaré del alma tu cariño y procuraré olvidarte
  6451. acuérdate de lo que dice tu tía carmen que para tí
  6452. el corazón me dice que nuestros amores no serán dichosos
  6453. sabes por qué porque nací condenada a padecer
  6454. y no me conformo con el cariño de mi papá
  6455. que es lo único en que debo fiar
  6456. una cosa voy a pedirte que el día que ya no me quieras me hables francamente
  6457. y me digas la verdad
  6458. toda la verdad tú dirás que estos temores míos son infundados
  6459. dí lo que quieras yo cumplo con no ocultarte nada
  6460. nada de cuanto pienso y siento
  6461. ya sabes que no tengo secretos para ti
  6462. y que cuanto se me ocurre te lo digo
  6463. aunque sea en contra mía
  6464. quería decirte una cosa pero reflexiono y pienso que sería inoportuno hablar de ella
  6465. sin embargo voy a confesarte mi deseo de no ocultar a papá nuestros amores
  6466. no debí corresponder a tu cariño sin que papá tuviera noticia de que te amo y me amas
  6467. hice mal muy mal así lo comprendo y acaso esta pena que oprime mi corazón es un castigo para mí
  6468. lo que tú quieras yo sé que me duele el alma que no ceso de llorar
  6469. y que tengo que ocultar mis lágrimas
  6470. no tengo a quien contar lo que me pasa
  6471. y acaso el pobre anciano podría consolarme y aliviar mi pena
  6472. si papá supiera nuestro amor con él hablaría yo de tí
  6473. de mis temores de mis presentimientos de que sólo pienso en tu felicidad
  6474. aunque sea a costa de mi dicha
  6475. pero no le diré nada no jamás se apenaría el santo viejecito
  6476. y no quiero contristar ese noble y apasionado corazón
  6477. corazón de niño corazón de mujer que fácilmente se lastima
  6478. aunque tú me digas que sí
  6479. pero verdad rodolfo mío que me amas que me adoras que sólo vives para mí no es cierto que me apeno sin motivo y que no tengo razón para estar celosa y aun cuando tú quieras a gabriela o a cualquiera otra
  6480. qué me importa te amo
  6481. y con eso me basta no soy egoísta no te quiero porque tú me quieras
  6482. te amo y en amarte cifro toda mi dicha
  6483. me amas feliz de mi no me amas y qué me basta con amarte linilla
  6484. cincuenta y tres esta carta me causó profunda pena
  6485. linilla padecía y lloraba temerosa de que gabriela le robara mi corazón
  6486. obscura nube veló de pronto el cielo de mi dicha
  6487. y temblé al considerar que me aguardaban nuevas amarguras
  6488. pero a decir lo cierto no me causaron extrañeza ni las palabras de angelina
  6489. ni el tono de su carta
  6490. desde los primeros días cuando mi cariño era todavía un misterio para la doncella
  6491. pude observar mil veces que nunca le fueron gratos los elogios de mi tía para la gallarda señorita
  6492. y no porque la envidia o el orgullo fuesen causa de ello
  6493. que tales pasiones no tenían morada en aquel corazón generoso y sencillo
  6494. sino porque debido a las torpes murmuraciones villaverdinas o a presentimientos y recelos
  6495. muy naturales en una niña que ama y cree que es amada
  6496. la pobre linilla temió aun antes de corresponder a mi amor
  6497. que yo me prendara de gabriela
  6498. cuya belleza y elegancia no podían ser vistas sin interés por ningún mozo de mi edad
  6499. pobre niña infortunada el dolor y la desgracia la habían hecho temerosa
  6500. muchas veces me dijo rodolfo nuestros amores no serán dichosos
  6501. nací condenada al infortunio nací condenada a padecer
  6502. y cuanto es para mí felicidad y ventura perece y se malogra
  6503. me amas sí pues dejarás de amarme
  6504. te amo pues óyelo bien este amor que es en mi como la aurora de hermoso día este amor en el cual he cifrado todas mis ilusiones y todas mis esperanzas
  6505. no será coronado por la dicha
  6506. y la pobre niña no podía ocultar sus recelos
  6507. y me los confiaba sencillamente
  6508. como deseosa de conseguir por este medio la perennidad de un afecto que le parecía vano y fugitivo
  6509. después se arrepentía de haber dudado de mi constancia
  6510. y llorando me pedía que la perdonara
  6511. mas a poco cuando calmada por mis palabras y mis promesas sonreía dichosa
  6512. y en su pálido rostro irradiaba la alegría
  6513. tornaba a sus presentimientos no me engaño
  6514. me da pena decírtelo pero ya sabes que nada te oculto
  6515. que no quiero ocultarte nada
  6516. vives engañado dices que me amas
  6517. y no mientes no porque eres incapaz de mentir
  6518. dices que me amas y ciertamente tu corazón es mío y a toda hora piensas en mí
  6519. pero no es linilla la pobre linilla la huérfana recogida en un mesón por un sacerdote caritativo
  6520. la niña infeliz fruto de amores que el cielo no bendijo
  6521. la que será tu esposa
  6522. eres ambicioso deseas una mujer brillante que a todos cautive con su belleza
  6523. que deslumbre en los salones
  6524. sueñas al fin poeta con dichas que yo no puedo darte
  6525. me amas ya me olvidarás linilla se engañaba
  6526. la amaba yo con toda mi alma
  6527. y bien sabe dios que mi corazón era todo suyo que nunca mis ojos se fueron en pos de otra mujer
  6528. y que era yo celoso
  6529. en bien de mi amada
  6530. hasta de la menor palabra que pudiera salir de mis labios con olvido de angelina
  6531. y fuera para ella como una infidelidad mía
  6532. lo que nunca quiso hacer y de ello me acuso sinceramente
  6533. fué borrar de mi memoria el recuerdo de matilde
  6534. la dulce niña de mi primer amor
  6535. pero ah yo aliviaría las penas de mi amada
  6536. me vestí de prisa y me lancé a la calle
  6537. el domingo es alegre en villaverde muy alegre si se le compara con los demás días en que las calles y plazas están casi desiertas
  6538. la población rural viene a la ciudad con motivo del tianguis
  6539. y los villaverdinos salen de sus casillas para ir a misa y al mercado
  6540. las tiendas están abiertas hasta las tres de la tarde
  6541. y los rancheros muy vestidos de limpio luciendo la camisa planchada y azulosa
  6542. suben y bajan por las calles
  6543. llenan templos y tiendas y a eso de las tres se vuelven a sus campos y a sus aldeas
  6544. la misa de doce es la más concurrida a ella van
  6545. las muchachas en privanza muy emperejiladas y lindas y en el atrio de la parroquia
  6546. bajo los fresnos y los ahuehuetes
  6547. se reune la flor y nata de la pollería villaverdina
  6548. visité a don román el cual se mostró muy afable y cariñoso con su discípulo
  6549. estuve en la casa de sarmiento pero no tuve la fortuna de verle
  6550. como yo deseaba para darle las gracias por sus eficaces recomendaciones
  6551. le dejé una carta del señor fernández
  6552. en la cual le consultaba no sé qué acerca de las enfermedades de pepillo
  6553. y me fuí en busca de andrés hacia su tenducho de la legalidad
  6554. el pobre viejo se olvidó de sus marchantes
  6555. saltó por encima del mostrador
  6556. charló conmigo unos cuantos minutos y luego me dijo poniendo su mano en mi cabeza ya ves
  6557. y ya lo sabes el que tenga tienda que la atienda
  6558. esta noche iré a cenar contigo
  6559. diviértete que bastante habrás trabajado desde que te fuiste
  6560. al pasar frente a la botica de meconio oí que me llamaban
  6561. allí estaban los pedagogos y ricardo tejeda
  6562. todos se adelantaron a saludarme menos mi amigo el cual fingió que estaba muy engolfado en la lectura de el montañés
  6563. mancebos y maestros de escuela me veían
  6564. de pies a cabeza se miraban unos a otros
  6565. no dejaron de dirigirme algunas bromas
  6566. ya es usted charro
  6567. me decía uno de los mancebos
  6568. todo villaverde sabe que hace quince días vieron salir
  6569. camino de santa clara al ex covachuelista de castro pérez
  6570. jinete en un corcel brioso
  6571. vaya dejó la pluma por la reata
  6572. venegas y ocaña coreaban con ruidosas carcajadas las bromas del imberbe galeno
  6573. y ricardo seguía abismado en la lectura
  6574. después me hablaron de gabriela
  6575. chico repetían lograste lo que deseabas estás en la arena y junto al rio
  6576. buen partido te cayó el premio
  6577. cuándo es la boda cuándo nos das el gran día me indignaban aquellas burlas pero rechazarlas enérgicamente habría sido una tontería
  6578. hice risa de mi cólera me burlé de mí
  6579. repitiendo los dichos del boticario
  6580. y así logré que se calmara la tempestad
  6581. luego se habló de una compañía dramática
  6582. recién llegada y que esa noche daría su primera función en el teatro pancracio de la vega
  6583. buena compañía esta noche nos darán fe
  6584. no queda una butaca los palcos estarán llenos
  6585. y la temporada será magnífica
  6586. en aquellos momentos pasaron frente a nosotros las señoritas castro pérez
  6587. entonces empezó la murmuración y el hacer trizas a las pobres muchachas
  6588. ricardo dejó el periódico y salió a la puerta para ver a las señoritas
  6589. las chicas se detuvieron un instante
  6590. saludaron y la rubia exclamó dirigiéndose a mí rodolfo con permiso de los señores
  6591. acompáñenos hasta la iglesia
  6592. tenemos que hablar con usted
  6593. me despedí del grupo y acudí al llamado de la señorita
  6594. a la sazón salía ricardo vióle teresa
  6595. y la pobre niña se encendió como una amapola
  6596. cuando yo le tendí la mano estaba trémula y sofocada por la exitación
  6597. mi amigo la miraba desdeñoso y altivo
  6598. no bien nos alejamos de la botica
  6599. se soltó luisa conque se casa usted ya lo sabemos todo
  6600. buena suerte y gracias por el favor
  6601. vió usted a ricardo está que rabia el que se creía tan afortunado estaba seguro de que le correspondería gabriela
  6602. buen chasco se ha llevado muy merecido
  6603. sí sí no lo niegue usted ya todos saben que la familia le distingue a usted mucho que usted y gabriela están a partir un piñón que el negocio está
  6604. gabriela y usted echarán el resto
  6605. por dios interrumpió la hermana
  6606. protesté contra la murmuración villaverdina de la cual era yo víctima hacía tantos días declaré que me indignaba oír tantas mentiras como repetían las gentes
  6607. y supliqué a las niñas que no dieran oídos a tales dichos
  6608. pues usted lo negará
  6609. pero es cierto que gabriela y usted están arreglados
  6610. para que vea usted que nada ignoramos
  6611. le diremos lo que aquí se cuenta
  6612. no es cierto que esa niña y usted se pasean en el jardín
  6613. y qué y qué pues qué quiere decir cristiano cierto que todas las tardes paseamos en el jardín pero no solos
  6614. don carlos y doña gabriela van detrás de nosotros
  6615. y pepillo nos hace compañía
  6616. sí pepillo como quien dice el bufón del rey
  6617. sabe usted cómo le llama éste a pepillo
  6618. a su cuñadito de usted
  6619. rigoleto las chicas se echaron a reír
  6620. estábamos en el atrio de la parroquia
  6621. allí a la sombra de los ahuehuetes
  6622. charlaban y reían cinco o seis lechuguinos
  6623. entre ellos estaba el joven cuyo destino fuí a ocupar
  6624. oí mi nombre y el de gabriela
  6625. y una voz que decía se casarán es cosa arreglada exclamó alguno
  6626. y no escuché más
  6627. hablaron tan quedo que no percibí lo que decían
  6628. alguna infamia las señoritas castro pérez entraron en el templo
  6629. yo las seguí maquinalmente
  6630. estas palabras resonaban en mis oídos como los rumores de lejana tempestad
  6631. bien sabía yo hasta dónde era capaz de llegar la murmuración villaverdina cincuenta y cuatro lejos de esta gente me dije esa mañana al salir de la misa de doce
  6632. y me fui a mi casa
  6633. a mi pobre casita resuelto a no tratar más ni con los tertulios de la botica ni con las señoritas castro pérez
  6634. y decidido a no venir a villaverde sino de tiempo en tiempo
  6635. después de la comida me puse a escribir
  6636. la idea de que linilla padecía y lloraba por causa mía me tuvo inquieto toda la tarde
  6637. en ella le hablé francamente a qué pensar en eso
  6638. linilla mía te amo te adoro qué motivos tienes para dudar de mi fidelidad me ofendes cuando dices que tarde o temprano he de olvidarte
  6639. angelina eres cruel conmigo y no temes lastimar mi corazón
  6640. no dices que me amas pues entonces
  6641. por qué dudas así de mi cariño más de una vez he oído de tu boca que soy ambicioso
  6642. que sueño con opulencias y lujos
  6643. no comprendes que con esas palabras me desgarras el corazón
  6644. dime con toda sinceridad crees que sería yo capaz de buscar fortuna y riquezas por ese camino no ambiciono grandezas con poco me conformo poco necesito para ser feliz
  6645. una posición modesta modestísima rayana en la pobreza es cuanto deseo para que mis pobres tías pasen tranquilas los últimos años de su vida
  6646. y nada más nada me seduce en el mundo como no seas tú
  6647. tú linilla alma de mi alma en quien cifro ilusiones y esperanzas
  6648. en quien he puesto todo mi cariño
  6649. mientras yo sueño a todas horas contigo
  6650. mientras vivo pensando en tí
  6651. tú te complaces en dudar de mis palabras
  6652. y temes que prendado de gabriela y empujado por una ambición vulgar
  6653. desdeñe tu amor olvide que me amas y que vives para mí
  6654. y corra en busca de un enlace que me proporcione bienestar y riquezas
  6655. no piensas que me calumnias que calumnias a tu rodolfo huérfano
  6656. desgraciado pobre el mundo era para mí un valle de dolores quise cerrar mi corazón a todo afecto
  6657. no amar ni ser amado
  6658. cuando te conocí y te amé
  6659. te hablé noble y desinteresadamente
  6660. qué interés podía guiarme te amé y te quinientos uno mi corazón me amaste
  6661. y al oír de tus labios que me amabas se disiparon las tinieblas de mi vida se iluminó mi alma con los esplendores de la tuya
  6662. y anhelé ser bueno porque tú eras buena quiso tener resignación como tú
  6663. y la tuve y el que poco antes deseaba morir
  6664. amó la vida y soñó con dichas y felicidades
  6665. no esas que tú supones
  6666. un hogar modesto y tranquilo ni envidiado ni envidioso del cual tú fueras alegría
  6667. tú amas como yo a las buenas ancianas que ampararon mi orfandad
  6668. qué dichosos seremos a veces por la noche cuando todos duermen me paso las horas en el balcón
  6669. tengo delante el real solitario la llanura desierta y silenciosa
  6670. en el fondo de la cual corre el pedregoso adormecido y manso bajo las arboledas
  6671. me abismo en la contemplación del paisaje te nombro
  6672. y mi alma corre hacia las montañas esas que me separan de tí
  6673. y escala las cimas y vuela con las nubes
  6674. y va a velar tu sueño
  6675. y me imagino que eres mi esposa que vivimos tranquilos y felices al lado de mis tías
  6676. en una casita muy linda y muy alegre
  6677. embellecida por tí llena de flores y cantos de pájaros
  6678. sueño que mi casa hoy tan triste está de fiesta que tu papá ha venido a pasar con nosotros algunos días que celebramos su cumpleaños y que todos reímos venturosos y satisfechos
  6679. tía carmen sentada en su sillón y muy aliviada de sus males
  6680. nos contempla y sonríe tía pepilla parece una abuela bondadosa y tierna tu papá charla y se goza en nuestra dicha
  6681. y mientras tú y yo estamos en el comedor y preparamos una sorpresa al santo sacerdote
  6682. poniendo entre los pliegues de su servilleta los retratos de la gente menuda
  6683. allá en el fondo del jardín
  6684. dos chiquitines inteligentes y guapos muy vestidos de gala una niña que se parece a tí
  6685. y un rapazuelo que se parece a mí corren en pos de un aro tintinante
  6686. ya lo ves linilla y así dudas de mi cariño
  6687. dime haces bien en eso verdad que no mira la señorita gabriela vale mucho
  6688. es muy buena y a cada rato me habla de tí
  6689. y se queja de que tú no la quieras
  6690. estás celosa sí celosa mal que te pese y no hay motivo para ello
  6691. por el contrario debe ser objeto de tu cariño
  6692. esta familia me trata muy bien
  6693. ya te he dicho que me distinguen como no lo merezco
  6694. vamos linilla quieres que deje yo esta casa
  6695. que pierda yo esta colocación tan codiciada en villaverde
  6696. y que vuelva yo a ser amanuense de castro pérez tal vez ni eso pudiera yo conseguir
  6697. quieres que me vaya a la tienda de andrés a vender cominos y pimienta responde
  6698. te conozco y creo que sólo así estarás tranquila
  6699. desde luego me iría yo de santa clara así quedarías contenta pero pienso que no debo privar a mis pobres tías del bienestar que ahora les proporciono
  6700. el señor fernández me quiere mucho
  6701. y muchas veces me ha dicho que él me pondrá en buenas condiciones para que pueda yo vivir tranquilo
  6702. es hombre que cumple lo que promete
  6703. y entonces linilla qué más podremos desear dices que no le dirás a tu papá que te amo y que me amas haz lo que te plazca
  6704. el deber y el amor filial aconsejan que no le ocultes nada pero
  6705. a decir la verdad como no tengo asegurado el porvenir
  6706. me parece inoportuno que le hables de eso
  6707. sin embargo repito haz lo que te parezca mejor
  6708. acaso lleguen a tus oídos ciertas murmuraciones de las gentes de villaverde
  6709. dicen que soy novio de gabriela
  6710. ya me imagino quién inventó eso
  6711. las castro pérez que odian a la señorita fernández
  6712. o ricardo tejeda que ha estado muy enamorado de la niña
  6713. hoy me le hallé en la botica
  6714. y no me habló ni siquiera se dignó saludarme
  6715. ellos lo inventaron y todos lo darán por cierto
  6716. y lo creerán y dirán como yo lo he oído de labios de las castro pérez
  6717. que la cosa es hecha
  6718. y que nos casaremos gabriela y yo dentro de pocos meses
  6719. espero linilla mía que no darás oído a las murmuraciones villaverdinas
  6720. te confieso que tales embustes me tienen apenado
  6721. qué dirá el señor fernández si llega a saberlos es persona de buen juicio y de mucha experiencia
  6722. pero se trata de su hija
  6723. y no le será grato saber que gabriela y yo somos a estas fechas sabrosísimo plato para los villaverdinos maldicientes
  6724. pensará que yo he dado motivo para esas conversaciones
  6725. andrés vino a cenar conmigo
  6726. don román pasó con nosotros la velada
  6727. y al siguiente día muy de mañana salí camino de la hacienda
  6728. cincuenta y cinco gracias a las advertencias de gabriela que me pusieron en guardia contra los caprichos del niño
  6729. pepillo fué siempre dócil y cariñoso conmigo
  6730. todas las mañanas iba al escritorio
  6731. me pedía lápiz y papel
  6732. y se pasaba las horas pintando monos y casitas
  6733. tenía el corcovadito ciertas aptitudes para el dibujo
  6734. cierto espíritu observador y en dos por tres
  6735. de un rasgo con dos o tres líneas trazaba la silueta de un buey o de una vaca
  6736. sus animales predilectos predilectos porque les tenía miedo
  6737. no así con otros había declarado la guerra a las palomas y a las gallinas
  6738. se entretenía en atormentar los insectos que caían en sus manos
  6739. y de ellas no escapaban con vida ni mayales ni mariposas
  6740. el gato un gato regalón muy querido de todos en la casa
  6741. huía del niño como del agua fría
  6742. sólo leal el terranova pacífico y bonachón
  6743. el favorito de don carlos
  6744. le sufría paciente y resignado
  6745. el corcovadito le maltrataba de diario
  6746. aguzaba el ingenio para atormentarle
  6747. y todos los días inventaba nuevas diabluras contra el pobre animal que
  6748. cansado de las fechorías del muchacho
  6749. así quería pepillo que fuesen con él las personas y criados que le trataban y servían así quería que fuese gabriela
  6750. la cual no cesaba de corregir en el niño cuanto en él observaba contrario a una buena educación
  6751. pero el pobre niño no sufría las reprensiones de su hermana
  6752. se revelaba contra ella y la colmaba de insultos
  6753. la joven apelaba a sus padres pero éstos rara vez la escuchaban
  6754. nada le toleras a pepillo niña piensa que el pobrecillo está enfermo
  6755. recuerda que es muy desgraciado
  6756. el jorobadito y yo hicimos buenas migas yo compadecía su miseria
  6757. y él me respetaba y me quería
  6758. a fuerza de paciencia y de dulzura conseguí que fuese amable con su hermana
  6759. y aunque de tiempo en tiempo renovaba su odiosidad
  6760. en algo mejoré las atroces tendencias del niño
  6761. mucho me agradeció la señorita mi empeño en dulcificar el carácter de su hermanito
  6762. y esta gratitud hizo que cada día fuese gabriela más y más obsequiosa con su amigo
  6763. me hizo una confidencia me refirió que había estado enamorada de un joven muy rico y apuesto
  6764. mas por desgracia dado al juego y a los vicios
  6765. le quise mucho me decía entristecida
  6766. fué preciso poner término a esos amores que no eran del agrado de mi papá pero le confieso a usted
  6767. se parece usted mucho a él
  6768. cualquiera que los viese juntos diría que son hermanos
  6769. una vez acaso no lo recuerde usted
  6770. estaba yo tocando pasó usted y se detuvo en la ventana
  6771. yo no pude contenerme y corrí a la reja
  6772. usted siguió su camino
  6773. desde ese día me simpatizó usted
  6774. pregunté quién es ese joven y angelina me dijo se llama rodolfo
  6775. si supiera usted lo que pensé sabe usted qué a que no adivina que linilla estaba enamorada
  6776. ahora estoy segura de que usted también está enamorado
  6777. cuando hablamos de angelina no puede usted dominar su emoción
  6778. sean ustedes felices yo
  6779. no volveré a querer a nadie
  6780. la hermosa señorita bajó los ojos y suspiró tristemente
  6781. no supe qué decir y me quedé contemplándola
  6782. después de un rato de silencio
  6783. durante el cual me sentí dominado por la soberana belleza de la joven
  6784. usted merece ser dichosa
  6785. llora usted muerta la más dulce ilusión ya renacerán en esa pobre alma dolorida las flores de la esperanza
  6786. y será feliz levantó gabriela su gallarda cabeza
  6787. y fijó en mí sus ojos
  6788. una imagen que no se aparta de mi memoria surgió de pronto ante mis ojos
  6789. así así me miró muchas veces la hermosa niña rubia
  6790. objeto de mi primer amor
  6791. dejó gabriela el libro que tenía en las manos
  6792. y se dirigió lentamente hacia un extremo de la sala
  6793. abrió el piano y me llamó diciendo ha oído usted esta sonata y no hablamos más aquella noche
  6794. al acabar la pieza llegó don carlos vamos
  6795. amiguito un partido de ajedrez
  6796. desde ese día me persiguió a todas horas el recuerdo de gabriela me pasaba yo el día pensando en ella
  6797. y las horas eran instantes cuando estaba yo a su lado
  6798. entonces sí que solía yo olvidarme de angelina
  6799. no ha dicho byron que la amistad es el amor sin alas puse gran empeño en saber lo que pasaba en mi corazón
  6800. qué sentimiento era aquél que no me apartaba de angelina
  6801. y que sin embargo me arrastraba hacia gabriela me acusaba yo de infidelidad para con linilla repasaba mis actos uno por uno
  6802. y aunque me hallaba yo inocente
  6803. me condenaba yo con la severidad del juez más recto
  6804. y me proponía alejarme de gabriela
  6805. en vano no se me pasaba un instante sin pensar en ella
  6806. era para mí luz alegría juvenil regocijo primera aspiración de amor ilusión de niño que yo creía perdida para siempre y que de pronto aparecía delante de mí
  6807. esperanza malograda que ébria de vida sacudía sus alas de mariposa en el fondo de mi corazón
  6808. reanimada por la luz de los ojos azules de la niña
  6809. y preciso es decirlo aunque nadie lo crea aunque estas páginas hagan sonreír a los lectores no estaba yo enamorado de gabriela
  6810. no mi corazón era de linilla
  6811. de la huérfana tierna y cariñosa
  6812. que allá en un rincón de la sierra
  6813. no sabia yo qué fuerza misteriosa me arrastraba hacía gabriela
  6814. su belleza su elegancia su discreción el fraternal afecto con que me distinguía acaso todo esto
  6815. y algo más de lo cual no me daba yo cuenta
  6816. y que era poderoso irresistible secreto impulso contra el cual no podía yo luchar
  6817. y qué noches de insomnio y qué días tan penosos a las veces me reía de mí sí
  6818. reía de mi locura y maldecía yo de aquella pasión que poco a poco me iba subyugando
  6819. que me tenía intranquilo y que ante mi propia conciencia me hacía parecer despreciable y desleal
  6820. cuánta razón tenía linilla para dudar de mí procuré dominarme
  6821. me decidí aun a trueque de que gabriela me creyera descortés
  6822. a huir de ella y me mostré durante varios días desabrido y huraño
  6823. me pasaba yo en el escritorio las horas de descanso
  6824. fingiendo ocupaciones extraordinarias o me iba yo como escapado a vagar por la llanura o a tenderme en la hierba
  6825. bajo los árboles del río
  6826. varias veces me llamó la señorita para enseñarme sus dibujos
  6827. y una linda acuarela pintada en obsequio mío un ramo de violetas puesto en una copa de cristal
  6828. y tardé en acudir a su llamado
  6829. por la noche a la hora en que nos reuníamos en la sala
  6830. permanecía yo lejos de gabriela
  6831. hojeando los periódicos hasta que al fin
  6832. comprendiendo ella que algo grave me tenía pensativo y cabizbajo
  6833. me dijo cariñosamente como una hermana que trata de consolar al pequeñuelo preferido
  6834. qué tiene usted enojos de linilla cincuenta y seis a fin de semana recibí una carta de tía pepa
  6835. en ella me decía que la enferma había sufrido un ataque horrible que el doctor se mostraba muy alarmado e inquieto
  6836. y que la cosa iba mal
  6837. yo quiero que estés aquí en caso de una desgracia
  6838. para que me acompañes y me ayudes
  6839. juana hace cuanto puede
  6840. la pobre ya no sirve para cuidar a un enfermo
  6841. y la criada no tiene modo
  6842. qué falta me hace angelina si estuviera aquí no seria tan grande mi inquietud
  6843. no por eso vengas sarmiento dice que vamos bien
  6844. que el peligro pasó ya
  6845. y que dios mediante no hay que temer una desgracia
  6846. pero yo veo las cosas de otra manera carmen no puede durar mucho eso no es vivir
  6847. y de día en día la veo más débil y caída
  6848. antes comía muy bien pero ahora me cuesta mucho trabajo conseguir que tome alguna cosa un triunfo cuesta el que acepte las medicinas
  6849. considérame estoy muy acongojada apenas duermo y vivo en constante zozobra
  6850. don román vino a verme y vino también tu amigo don quintín
  6851. es un joven muy bueno
  6852. me preguntó si en algo podía serme útil y si necesitaba yo alguna cosa
  6853. le dije que no y le quinientos uno las gracias
  6854. también vinieron las niñas de castro pérez
  6855. me preguntaron por tí y me encargaron que te diera memorias de parte suya de su papá
  6856. no me simpatizan esas niñas ya te lo he dicho
  6857. qué murmuradoras y qué indiscretas tú dirás le preguntaron a carmen
  6858. sin considerar el estado que guarda
  6859. que si era cierto que eras novio de la señorita fernández y que te ibas a casar con ella
  6860. a mí me dio mucha cólera eso porque comprendí que sólo por averiguar y saber la verdad habían venido
  6861. se estuvieron aquí más de tres cuartos de hora
  6862. si vuelven que no volverán se quedarán en la sala
  6863. y por nada de esta vida las dejaré entrar en la recámara
  6864. no te inquietes ni te aflijas si hay algo grave te escribiré para que vengas
  6865. sarmiento me ha ofrecido decirme la verdad
  6866. ayer le escribí a linilla con unos músicos que fueron a san sebastián a tocar en los oficios de la semana santa
  6867. qué semana santa voy a pasar
  6868. hijito y yo que deseaba ir a todo
  6869. va a predicar un padre nuevo
  6870. dicen que lo hace muy bien
  6871. las siete palabras van a estar magníficas
  6872. en la casa de castro pérez están ensayando el stabat mater
  6873. pero a nada de eso iré yo
  6874. el pobre de andrés viene todas las noches
  6875. luego que cierra su tienda
  6876. y dos veces se quedó acá para acompañarme
  6877. a mí me agrada eso porque así no estoy tan sola
  6878. y si se ofrece algo hay quien vaya a la botica o a llamar al médico pero temo que una noche
  6879. mientras él está aquí pase algo en la tienda
  6880. tengo la esperanza de que angelina venga con el padre
  6881. luego que pasen los días santos
  6882. dios lo haga no quise enseñar esta carta al señor fernández
  6883. ni hablé de ella pero gabriela que me vió pensativo y triste inquirió la causa de mi abatimiento
  6884. y yo le conté todo
  6885. pues dígaselo usted a papá me negué a ello
  6886. más tarde sería preciso ir cuando la situación fuese verdaderamente grave
  6887. así las cosas llegó el miércoles santo
  6888. la familia se fué a villaverde
  6889. y sólo nos quedamos en la hacienda el mayordomo
  6890. yo y mauricio el caballerango un muchacho muy simpático y muy servicial
  6891. iba a la ciudad todos los días
  6892. muy de mañana para traerme noticias de la enferma
  6893. el peligro había pasado tía carmen mejoraba y las cartas que recibía yo eran satisfactorias
  6894. gabriela volvió el lunes de pascua
  6895. dichoso el momento en que la ví aquellos cinco días de ausencia fueron siglos para mí
  6896. cómo eché de menos a la joven recorría yo la casa en busca de ella me iba yo a vagar por el jardín
  6897. imaginándome que allí la encontraría
  6898. y turnaba yo a mi cuarto desconsolado y abatido
  6899. el piano la mesa de dibujo los periódicos que gabriela leía y las plantas que ella cultivaba me hablaban de la joven
  6900. y a solas en la sala me complacía yo en recordar sus palabras
  6901. cerrar los ojos para fijar en mi mente la imagen de la niña
  6902. y sin embargo aseguro que mi corazón era de angelina
  6903. porque a las voces en mis ensueños no veía yo a gabriela
  6904. sino a linilla a linilla que me miraba tristemente
  6905. como si fuera a decirme ingrato por qué te olvidas de mí aquello era una locura
  6906. un delirio algo como un hechizo que me dominaba y me poseía
  6907. me decía yo estás enamorado de gabriela
  6908. y mi corazón contestaba que no
  6909. que no jamás me hubiera atrevido a murmurar en sus oídos una frase amorosa nunca hubiera sido capaz de decirlo gabriela
  6910. vivo para usted no porque amaba yo a linilla para ella soñaba yo dichas y venturas en ella pensaba yo cuando en el silencio de la noche
  6911. de codos en el balcón
  6912. meditaba yo en lo porvenir
  6913. y hasta me ocurría que si mis deseos se realizaban
  6914. si un día me era dado llevar a linilla al pie de los altares
  6915. gabriela y don carlos apadrinarían nuestra boda
  6916. ser amado de gabriela no lo pensaba yo
  6917. y si alguna vez llegó a ocurrírseme tal idea
  6918. la aparté de mi mente como un pensamiento criminal
  6919. pero no se me ocultó que aquella alegría que embargaba mi ánimo al ver a gabriela
  6920. al estar a su lado
  6921. al conversar con ella en la mesa o en la sala
  6922. y la tristeza que se apoderaba de mi espíritu cuando me veía lejos de la encantadora señorita eran indicios de que en mi pecho se encendía irresistible amor
  6923. no me dije no es preciso ahogar esta pasión que apenas nace y ya me quema
  6924. huiré de gabriela seré con ella desdeñoso
  6925. indiferente frío procuraré hacerme odioso quiero que me aborrezca
  6926. vanos propósitos empeño inútil me refugiaba yo en el recuerdo de angelina
  6927. como en un puerto salvador me repetía una y mil veces cuanto ella me había dicho
  6928. sus palabras más tiernas sus frases más doloridas las expresiones que más hondamente habían penetrado en mi corazón
  6929. y cuando me creía victorioso y alardeaba de haber triunfado en mí mismo
  6930. la voz de gabriela el eco de su piano
  6931. el ruido de su falda
  6932. el aroma de sus vestidos
  6933. cualquiera cosa suya me hacía estremecer
  6934. y me sentía débil como un niño
  6935. impotente para resistir una mirada
  6936. me resolví a confiar a gabriela mis amores con angelina
  6937. así pensaba yo me salvaré y no podré decirle nunca que la amo
  6938. usted amiga mía amiga cariñosa le diría usted sabrá antes que nadie que en la dicha de esa joven
  6939. que es y ha sido muy desgraciada
  6940. cifro todas mis ilusiones todas mis esperanzas estoy lejos de ella
  6941. muy lejos hace mucho tiempo que no la veo
  6942. y necesito oir su nombre
  6943. necesito que alguno sepa que la amo
  6944. pero llegaba el momento deseado y mis labios permanecían mudos
  6945. y el corazón quería salírseme del pecho
  6946. cincuenta y siete de tarde en tarde después del despacho salíamos de paseo a lo largo del río
  6947. hacia los campos de caña de azúcar
  6948. hasta las faldas de pintoresca y cercana colina
  6949. mauricio empujaba el cochecito de pepillo
  6950. y don carlos y doña gabriela le seguían a corta distancia
  6951. la joven y yo nos deteníamos aquí y allá en busca de flores o de helechos
  6952. una ocasión viéndonos a gran distancia de los señores
  6953. nos sentamos al pie de un árbol
  6954. uno de los más hermosos de la ribera
  6955. cerca del cual se precipita el río a través de tupidos carrizales
  6956. delante de nosotros teníamos hermoso panorama
  6957. dilatada dehesa verdes gramales risueños collados arboledas seculares cubiertas por floridas enredaderas
  6958. viejos troncos poblados de orquídeas y de mil plantas trepadoras
  6959. a la izquierda lejano caserío la fábrica el real los establos hacia los cuales volvía el ganado
  6960. la capilla con su torre envuelta en un manto de hiedras a la derecha la vega villaverdina iluminada por los últimos reflejos del sol y en el fondo las altas montañas de la sierra
  6961. sombrías boscosas coronadas de abetos y de ocotes
  6962. gabriela observaba atentamente el magnífico espectáculo de la puesta del sol
  6963. prestando atento oído a los ruidos del campo
  6964. a los rumores del río
  6965. a los zumbidos extraños con que los insectos saludan el advenimiento de la noche yo
  6966. recostado en el tronco de aquel árbol gigantesco
  6967. no apartaba los ojos de la encantadora señorita
  6968. gabriela volvióse de pronto y me dijo con sencilla franqueza a que adivino en qué piensa usted en qué me ofrece usted decirme la verdad sí
  6969. linilla en angelina sí desde que salimos no aparta usted los ojos de aquellas montañas
  6970. el amor no puede estar escondido
  6971. cuando hablo de esa niña no me responde usted
  6972. le inspiro poca confianza no gabriela a quién mejor que a usted pudiera yo confiar uno de esos secretos que no se pueden guardar mucho tiempo hable usted
  6973. una amiga como yo suele ser buena consejera
  6974. hay enojos en la niña pues contarlos a esa amiga
  6975. la niña está contenta pues decirlo
  6976. es usted feliz la felicidad es expansiva y franca
  6977. sólo el dolor suele ser reservado y silencioso
  6978. corresponde usted mal a mi amistad
  6979. no he sido yo la primera en contarle la triste historia de un amor desgraciado sí
  6980. pues entonces dígame usted que ama a linilla
  6981. y que linilla le ama a usted
  6982. no gabriela le dije trémulo y sonrojado estimo la confianza de usted agradezco infinito la bondad con que usted me trata
  6983. la amabilidad con que me distingue
  6984. pero qué decir de linilla que la amo con fraternal afecto fraternal solamente cómo a mí sentí que me ahogaba la emoción
  6985. gabriela escribía en la arena con la contera de la sombrilla
  6986. una letra una letra que brilló ante mis ojos como si fuera de fuego
  6987. me dolió el corazón como si me le mordiera una víbora
  6988. tuve celos celos horribles en quién pensaba la señorita aquella letra era la primera de un hombre amado
  6989. no era el mío cómo a mí repitió la doncella
  6990. angelina es dueña de ese corazón
  6991. mi perspicacia de mujer supo descubrirlo ha tiempo
  6992. el nombre de angelina suena en los oídos de usted como celeste melodía
  6993. ya usted lo vé me estoy volviendo poetisa
  6994. nada le ha dicho usted algún día le confesará usted que la ama
  6995. y entonces ella que calla y oculta su secreto en lo más hondo del corazón
  6996. hablará también y quedito muy quedito así se dicen esas cosas contestará te amo cómo se hablan ustedes
  6997. de tú o de usted de usted
  6998. gabriela la señorita se echó a reir
  6999. y exclamó los labios dirán así
  7000. pero los corazones no en aquellos momentos oímos voces que nos llamaban
  7001. los señores se habían detenido en un puentecillo por donde el coche del corcovadito no podía pasar
  7002. gabriela se levantó y antes de dar un paso miró entristecida la cifra escrita en la arena
  7003. yo al pasar la borré con los pies
  7004. quién pudiera olvidar cincuenta y ocho oí que preguntaban por mí
  7005. dejé la pluma me restregué los ojos y salí al corredor
  7006. era mauricio que volvía de villaverde con la correspondencia
  7007. tenga usted me dijo el mancebo
  7008. quitándose respetuosamente el jarano ahí vienen dos cartas para usted
  7009. me dieron una en la casa la otra en el correo
  7010. hablé con la señora
  7011. y ví a la enferma yo creo que va muy de alivio porque estaba en la sala
  7012. me pareció muy alegre
  7013. no se ofrece nada dígale usted al amo que ya vine
  7014. estoy hecho un pato me cogió el aguacero al pasar por la garita
  7015. qué aguacero qué dios lo mandaba el primero del año vaya y ya lo necesitaban las tierras
  7016. que la seca ha sido buena
  7017. los pastos estaban amarillos amarillos se ha muerto más ganado me voy
  7018. puse en la mesa de don carlos el paquete de periódicos volví a mi asiento acabé los apuntes empezados
  7019. y en seguida leí mis cartas
  7020. una era de cierto condiscípulo mío que solía escribirme de tiempo en tiempo
  7021. la otra de la tía pepa que me decía carmen va muy bien
  7022. sarmiento viene todos los días y está contentísimo porque la pobrecilla come y duerme a las mil maravillas
  7023. ahora me ha confesado don crisanto que en el último ataque vio a tu madrina muy mala
  7024. tan mala que poco faltó para que la mandara disponer
  7025. la virgen me ha hecho el milagro se lo pedí de todo corazón
  7026. y le ofrecí unos ramilletes
  7027. dios te lo pague
  7028. eres muy bueno con nosotras
  7029. por qué mandaste todo el sueldo
  7030. y nada guardaste para tí andrés dice que nada le debes
  7031. dios lo ayudará siempre porque es muy bueno y muy agradecido
  7032. del dinero he tomado para los avíos de los ramilletes de la virgen
  7033. tú pondrás el dinero que se necesite y yo el trabajo
  7034. porque la promesa la hice por los dos
  7035. por tí y por mí
  7036. angelina no ha escrito
  7037. no ha venido el mozo en toda la semana
  7038. y por acá estamos con mucho cuidado
  7039. temiendo que el padre siga malo
  7040. el trabajo de la semana santa es pesadísimo
  7041. figúrate que el padre tiene que hacerlo todo
  7042. yo estoy temiendo que siga malo pero me tranquiliza la idea de que a ser así ya hubieran venido por sarmiento
  7043. que es el médico de allá
  7044. aunque quién sabe si por estar más cerca llamarían a alguno de pluviosilla
  7045. hay allá uno que acaba de recibirse y dicen que ha hecho curas muy buenas
  7046. lo que sí me disgusta es que angelina no escriba
  7047. ni siquiera para saber de la salud de tu madrina
  7048. el domingo me puso cuatro letras
  7049. pero nada me dice para tí
  7050. si hay carta te la mandaré con el muchacho
  7051. ya sé que eres muy impaciente
  7052. saluda de nuestra parte a doña gabriela
  7053. a gabrielita y a don carlos
  7054. y diles que deseamos que el niño esté mejorcito
  7055. herrera ni en que estuviera enfermo
  7056. me asaltó el presentimiento de que linilla no escribía por alguna otra causa
  7057. y a decir verdad me creía yo culpable y me pareció que angelina adivinaba que la señorita gabriela le robaba mi amor
  7058. linilla no me quiere linilla no me ama linilla desea olvidarme
  7059. y entonces oh miseria del corazón humano la pobre niña ocupó mi pensamiento
  7060. y cuando me encontré con gabriela a la entrada del comedor me pareció que era otra mujer
  7061. otra joven cualquiera que ni me causaba interés ni era simpática para mí
  7062. durante la cena hablé de angelina
  7063. de su belleza de la dulzura de su carácter
  7064. de su discreción de sus habilidades y de lo mucho que todos la queríamos en casa
  7065. gabriela acogió los elogios muy contenta
  7066. y repitió con entusiasmo cuanto yo decía
  7067. herrera y don carlos dijo que era muy digno de ocupar los puestos más elevados en la diócesis que merecía ser obispo
  7068. y que su extremada modestia le tenía relegado en la sierra
  7069. en un pueblo remoto que era como una tebaida
  7070. después fuimos a la sala
  7071. gabriela dijo don carlos siéntate al piano y tócanos algo obedeció la señorita
  7072. y durante una hora hasta las once estuvo tocando cuanto sabía que era del agrado de su padre
  7073. me puse a leer los periódicos pero ni oía yo la música ni me enteraba yo de las noticias
  7074. mi pensamiento y mi alma estaban en otra parte
  7075. me sentía yo satisfecho de mí
  7076. la conversación acerca de linilla había sido
  7077. a mi ver como una prueba de fidelidad
  7078. como una manifestación pública de mi amor
  7079. linilla estaría contenta el corazón le diría que su rodolfo no amaba a otra que su rodolfo vivía sólo para ella que su rodolfo es incapaz de olvidarla
  7080. la idea de que linilla dejase de quererme me llenaba de espanto y me prometía yo serle fiel hasta más allá de la tumba
  7081. la idea de que podía yo perder a linilla me perseguía de tal modo
  7082. y de tal modo me asediaba que hubiera yo querido volar en busca de la joven para decirle linilla
  7083. perdóname perdóname he faltado a mis promesas te he olvidado un instante
  7084. pero un instante nada más por piedad no me niegues tu cariño
  7085. mira que sólo vivo para tí
  7086. para tí linilla mía no paré mientes en la música
  7087. cuando dejó de sonar el piano advertí que gabriela estaba cerca de mí
  7088. qué de noticias interesantes traerán los periódicos
  7089. rodolfo cuando abismado en la lectura no ha oído usted la sonata aquella
  7090. no supe como disculparme murmuré torpes excusas
  7091. alabé una pieza que no había yo escuchado
  7092. y me levanté para despedirme
  7093. habló don carlos de villaverde del día de la cruz
  7094. del paseo en la alameda y en la colina del escobillar
  7095. y de la fiesta del cinco de mayo
  7096. dijo la señora que pepillo deseaba pasar ese día en villaverde
  7097. se resolvió darle gusto y la salida quedó acordada para el día siguiente
  7098. en los momentos de retirarnos me detuvo don carlos el día cinco le esperamos a usted
  7099. verá usted a sus tías y comerá con nosotros
  7100. en la plaza es la fiesta
  7101. y sin salir a la calle lo veremos todo el paseo cívico
  7102. que será cuanto habrá que ver
  7103. me trajo una carta de tía pepilla tu madrina sigue bien
  7104. don crisanto me dijo ayer que ya pasó el peligro pero que el estado de carmen no es bueno
  7105. me ofreció venir a verla cada tres días
  7106. bendita sea la santísima virgen que nos ha sacado con bien los ramilletes salieron lindísimos
  7107. y ya estarán en el altar
  7108. se llevaron de avíos más de cinco pesos
  7109. pero eso sí son de papel muy fino no han escrito de san sebastián
  7110. ni angelina ni el padre será porque han tenido mucho a que atender con las fiestas de semana santa
  7111. ahora tienen huéspedes castro pérez anda por allá con motivo de que fué a dar posesión de unos terrenos a don pedro amador
  7112. uno de los ricos de por allá
  7113. qué ocurrencias de don juan ir cargando con las muchachas el juez se va mañana
  7114. como vive aquí enfrente vimos que ya le trajeron los caballos
  7115. tú dirás en san sebastián no hay más que jacales
  7116. y toda esa gente habrá posado en la casa del padre
  7117. no sé lo que harán para colocar a tantos en una casa tan chica y tan incómoda
  7118. ni qué darán de comer a tanta boca
  7119. mandarían por víveres a pluviosilla
  7120. antier a las seis de la mañana pasaron por aquí las castro pérez iban a caballo
  7121. buena visita pobre de angelina que habrá tenido que lidiar con ellas a la una
  7122. cuando volvía yo de misa
  7123. me encontré a don carlos
  7124. de veras que la muchacha es hermosa me dijeron que el día cinco vendrás a la fiesta
  7125. nosotras estamos contando las horas
  7126. carmen te manda un abrazo y también juana y andrés
  7127. sabes cuánto te quiere tu tía maría josefa
  7128. esta carta de la tía me devolvió la tranquilidad
  7129. angelina no había escrito por los quehaceres de la semana santa y por los huéspedes
  7130. de seguro que al llegar a villaverde tendría yo carta de linilla
  7131. y acaso dentro de pocas semanas vendría el padre
  7132. bueno era el santo señor para no traerla después de la cena
  7133. luego que los empleados se retiraron a sus habitaciones
  7134. me fui a la sala
  7135. abrí el balcón y sentado en una mecedora
  7136. gozando del fresco de la noche
  7137. una hermosa noche de luna
  7138. me puse a pensar en linilla
  7139. sí sí ella sería la dulce compañera de mi vida me la imaginaba yo vestida de blanco
  7140. ya me parecía verla a mi lado
  7141. por el balcón abierto de par en par
  7142. llegaban hasta mí en alas de la brisa
  7143. los rumores del río el susurro de los árboles
  7144. el zumbido de los insectos
  7145. el silbido de los reptiles
  7146. la voz vibrante de alado trovador
  7147. delante de mí se abría dilatada calle de árboles
  7148. la luz de la luna pasaba a través del follaje y dibujaba en la arena blanquecina círculos vagarosos
  7149. en los vecinos naranjales se abrían los últimos azahares
  7150. hermosa noche qué dulcemente que susurraban los vientos pero
  7151. ay qué solitaria y triste me pareció la sala
  7152. estaba fría como una tumba desolada como una alcoba de la cual han sacado un cadáver
  7153. el piano mudo los pinceles olvidados las rosas
  7154. pálidas y desfallecidas se inclinaban al borde del rico tazón de sévres
  7155. y cuando el viento las movía dejaban caer
  7156. aun quedaba en el aposento el aroma de los vestidos de gabriela
  7157. el rumor de las hojas secas que caían
  7158. en el balcón remedaba el roce de una falda de seda
  7159. se había ido la hermosa señorita
  7160. no vivía para mí no me amaba no podía amarme y ay me había robado el corazón
  7161. pensé muy seriamente en la vida
  7162. la vida un crepúsculo espléndido que dura unos cuantos minutos después
  7163. amamos queremos ser amados caemos a los pies de una mujer
  7164. y le ofrecemos el corazón
  7165. la vida el alma y luego cuando somos correspondidos cuando la dicha y la felicidad nos sonríen
  7166. olvidamos nuestras promesas más sinceras
  7167. me sentí desalentado y triste comprendí que aquel amor que poco a poco iba apoderándose de mi alma
  7168. era un delirio una locura que me arrastraba hacia la ingratitud y la infidelidad
  7169. pobre niña desgraciada huérfana víctima del infortunio me amaba había escuchado mis ruegos me había dado su corazón
  7170. aquel corazón hecho pedazos por el dolor
  7171. y yo pagaba tanta ternura con el olvido
  7172. no mi conducta era infame inicua vergonzosa qué amaba yo en gabriela la hermosura
  7173. la discreción también angelina era hermosa y discreta
  7174. la elegancia sí angelina con sus trajes humildes y sencillos era tan elegante como gabriela
  7175. la riqueza no la riqueza no puede dar felicidad a los corazones
  7176. tía carmen me había dicho que la señorita fernández era rica
  7177. sí pero también me decía no seas causa de que una mujer llore un desengaño
  7178. ahogaré este amor y viviré para linilla pensé sólo para ella le escribiré
  7179. iré a verla y le confesaré todo es tan buena
  7180. he sido infiel a tu cariño
  7181. de hoy más te lo juro por la memoria de mis padres viviré para ti
  7182. qué haré si me faltas tú
  7183. si me niegas tu cariño qué haré abatido y postrado por el dolor si no tengo el consuelo de tus palabras eres buena
  7184. yo quiero ser bueno como tú
  7185. una palabra tuya puede salvarme
  7186. verdad que me perdonas verdad niña mía que todo lo olvidarás nadie te ha dicho nada
  7187. y yo mismo yo mismo sin temer tus enojos vengo a confesarte que durante varios días otra mujer ha sido dueña de este corazón que es tuyo
  7188. pero nunca te olvidé aunque quise olvidarme de ti
  7189. linilla me perdonaría seríamos felices viviríamos dichosos y veríamos realizadas nuestras más bellas esperanzas
  7190. pensando en estas cosas pasé dos o tres horas
  7191. la codicia sí la codicia porque sólo ella me podía hablar de ese modo
  7192. me decía dices que gabriela ama a otro
  7193. que vive pensando en otro
  7194. que no puede amarte ten paciencia
  7195. ten calma que no todo ha de ir tan de prisa como tú quieres ese joven a quien ya detestas
  7196. aunque no le conoces no es digno del amor de gabriela
  7197. y tarde o temprano el mejor día se casará con alguna señorita más rica que ésta a quien ya amas
  7198. ten calma eres un muchacho sin experiencia déjate de melancolías y de novelas abomina de lamartine y de zorrilla
  7199. y recuerda que tu poeta favorito fué rico porque se casó con una inglesa millonaria
  7200. ya verás cómo zorrilla se muere de hambre
  7201. sin que le valgan glorias ni laureles
  7202. sin que los favores de príncipes y reyes le hayan sacado de pobre
  7203. ya sé lo que vas a responderme que eso de casarse por interés te parece indigno de un caballero escrúpulos pueriles ya procederás de modo que tu buen nombre salga ileso
  7204. qué gabriela no te ama espera
  7205. el amor hablaba noblemente
  7206. eres un villano no seas egoísta angelina te ama con todo el corazón
  7207. pobre niña piensa que ha sido muy desgraciada recuerda con qué franqueza
  7208. con qué sublime sencillez te contó la triste historia de su vida
  7209. no tiene parientes ni amigos
  7210. herrera la hermosa linilla se quedará sola en el mundo
  7211. y se quedará en la miseria
  7212. qué de amarguras se le esperan aun no te había visto y ya te amaba viniste y desde que tú llegaste fué dichosa gabriela es buena
  7213. pero angelina es un ángel
  7214. rodolfo eres un loco el corazón de la huérfana es un manantial inagotable de ternura
  7215. en esa alma dolorida viven el amor con todas sus virtudes
  7216. estás en uno de los momentos más solemnes de tu vida mira lo que haces no eres codicioso ni avaro no ambicionas riquezas sueñas con una felicidad modesta y tranquila
  7217. hace pocos días pintabas en una carta bellísimo cuadro
  7218. te acuerdas una casa embellecida por angelina tus tías
  7219. herrera lleno de alegría tú y linilla preparándole una sorpresa y allá en el jardín dos niños
  7220. que parecían dos querubines jugando con un arillo encascabelado
  7221. eso es lo que tú quieres lo tendrás a poco que te empeñes
  7222. oyeme óyeme tú eres el único amor de angelina
  7223. antes de amarte a tí no amó a ninguno
  7224. gabriela ama a otro y acaso no le olvide jamás
  7225. supongamos que mañana eres esposo de esa elegante señorita
  7226. quién responde quién de que gabriela es decir tu esposa no piense algunas veces en ernesto el otro día le viste escribir una letra
  7227. y sentiste celos celos horribles me pides consejo haz lo que quieras pero antes consulta con tu conciencia
  7228. esta me acusaba de ingrato
  7229. la conciencia quedaría tranquila y callaría
  7230. la firmeza de mis propósitos y mi conducta futura lograrían dejarla satisfecha
  7231. linilla no sabría nunca que su rodolfo le había sido infiel
  7232. me asaltó entonces horrible presentimiento
  7233. las señoritas castro pérez estaban en san sebastián
  7234. eran tan indiscretas pero en suma qué podrían decir los embustes que todos repetían en villaverde
  7235. y nada más cuando me levanté de la mecedora para cerrar el balcón
  7236. daban las doce en el reloj del escritorio
  7237. allá en el fondo del jardín
  7238. seguía cantando el trovador alado
  7239. al atravesar la sala aspiré con delicia el aroma de las flores que se morían en el tazón de sévres el piano de gabriela me pareció como todos los pianos los pinceles esparcidos en la mesa de trabajo
  7240. junto a la acuarela principiada
  7241. nada me dijeron de la rubia señorita
  7242. así deben dormir los que tienen una buena conciencia
  7243. sesenta valiente fiesta villaverde fué imperialista hasta la médula de los huesos
  7244. y por aquellos tiempos hizo alarde de su hostilidad al partido imperante
  7245. en mi querida ciudad natal todos eran conservadores
  7246. y al advenimiento del régimen monárquico más de un budista villaverdino soñó con títulos y blasones
  7247. ya se comprenderá por lo dicho que las fiestas del cinco de mayo no podían ser en villaverde ni populares ni lucidas
  7248. repiques y disparos de morterete al amanecer
  7249. a medio día y a la caída de la tarde procesión cívica a las once de la mañana discurso de jurado y versos de venegas en la alameda de santa catalina
  7250. y fuegos artificiales en la plaza principal
  7251. bautizada ese día con el nombre de don pancracio de la vega
  7252. junta patriótica el cual impreso en grandes pliegos de papel tricolor
  7253. fué repartido profusamente y fijado en todas las esquinas
  7254. en un artículo transitorio se decía que la junta pedía y reclamaba de los villaverdinos que decorasen por el día e iluminasen por la noche el frente de las casas
  7255. junta patriótica presidida por el eterno don basilio
  7256. nadie correspondió a tan cortés invitación
  7257. los edificios públicos esto es el palacio municipal la aduana el juzgado la escuela y el hospital pancracio de la vega amanecieron muy adornados con banderas de papel y festones de rama de tinaja
  7258. y así la casa del alcalde
  7259. la de venegas y la de jurado
  7260. la procesión cívica o como dicen en villaverde el paseo salió muy rascuacho y ratonero
  7261. iban en ella los individuos del ayuntamiento y de la junta
  7262. los empleados el comandante de la policía
  7263. diez o doce gendarmes y los chicos de la escuela
  7264. estos llevaban sendas banderitas de papel de china
  7265. cerca de don basilio marchaban los oradores jurado y venegas
  7266. el primero muy orondo y gravedoso con vestido negro y sombrero de seda
  7267. dejando ver entre las solapas de la levita voluminoso papasal el segundo no se echó encima el fondo del baúl
  7268. iba con el traje diario
  7269. pero aseado y limpio y fingía una modestia verdaderamente angelical
  7270. leíase en el rostro de todos que la indiferencia del público los tenía contrariados
  7271. y que la hostilidad de mis paisanos los hacía rabiar
  7272. de seguro que jurado previó el desaire y se preparó para el desquite
  7273. porque en su discurso que duró cerca de una hora
  7274. trató atrozmente a los conservadores
  7275. dijo pestes de las testas coronadas
  7276. y maldijo mil veces de quienes habían vendido a su patria por un puñado de lentejas
  7277. el tal discurso fué aplaudido calurosamente
  7278. no pude oir los versos del pedagogo
  7279. porque las doce habían dado ya
  7280. y me esperaban en la casa del señor fernández
  7281. usted me perdonará le dije mis tías me aguardan
  7282. tiene usted razón me contestó
  7283. pero vendrá usted esta noche
  7284. desde aquí gozaremos de la fiesta
  7285. me pasé la tarde con mis tías
  7286. andrés fué a comer con nosotros
  7287. y allá como a las seis me propuso que saliéramos a dar una vuelta
  7288. el viejo servidor estaba contentísimo
  7289. qué gusto exclamaba a cada rato
  7290. qué gusto hijo no te lo dije el señor don carlos es muy buena persona
  7291. apúrate aprende esas cosas del comercio que antes no sabías
  7292. y adelante hijito el corazón me dice que antes de morirme te veré establecido y casado
  7293. casado por supuesto con quién con una muchacha buena
  7294. pobre o rica eso será como dios quiera por mi gusto
  7295. el buen viejo sonreía maliciosamente guiñaba los ojuelos vivarachos yo me sospecho que no le pareces a linilla un costal de paja
  7296. vaya y ella bien que te agrada te alabo el gusto
  7297. si tus padres vivieran estarían muy contentos
  7298. las muchachas así como angelina le gustaban mucho a tu mamá
  7299. yo no me casé porque cuando pude hacerlo ya era viejo
  7300. y además no necesitaba de familia
  7301. con los de tu casa tenía yo bastante
  7302. siempre me quisieron mucho
  7303. lo único que siento es que no he podido pagarles tantos favores como les debo
  7304. amito si yo fuera rico no tendrías que servir a nadie
  7305. el pobre andrés me abrazaba enternecido
  7306. llegamos a la tienda de la legalidad
  7307. quieres un refresco no voy a tomar chocolate con las tías
  7308. y luego a casa de don carlos
  7309. a qué hora saldrás de allá después de los fuegos
  7310. te aguardaré en la esquina de la parroquia
  7311. pasa por mí a la casa del señor fernández
  7312. por qué no bonita facha la mía para ir allá qué viene a buscar ese viejo dirán
  7313. andrés no amito conocerse no es morirse
  7314. a las nueve y media llegué a la casa de gabriela
  7315. en la antesala jugaban a los naipes varios amigos
  7316. la señora y pepillo estaban todavía en el comedor
  7317. no bien saludé a los jugadores cuando apareció gabriela
  7318. rodolfo usted no gusta del tresillo
  7319. le enseñaré unas acuarelas de mi maestro
  7320. nos dirigimos a la sala que estaba a media luz
  7321. mientras gabriela fué a traer los dibujos yo me acerqué a la reja
  7322. la plaza estaba iluminada a giorno
  7323. como decían los programas de la junta
  7324. en el palacio ardían centenares de vasos de colores
  7325. cerca de la fuente en un tablado la charanga del maestro bemoles tocaba una desastrada fantasía del baile de máscaras
  7326. la concurrencia era numerosa pero popular popularísima gente humilde la que acude en tropel a los espectáculos gratuitos
  7327. al pié de la balaustrada a lo largo del atrio y a la orilla de las aceras
  7328. puestos de cacahuates de torrados de nueces iluminados con hogueras de ocote
  7329. y algunos con mortecinas linternas
  7330. en todas partes se oían los gritos de los vendedores cuarenta nueces al buen tostado a tomar la niii
  7331. eve de limón y de leche en los espacios libres de paseantes jugaban al toro los granujas
  7332. los chicos quemaban petardos y cohetes chinos
  7333. y todo era bullicio y confusión
  7334. no lejos de mí una vieja de superabundante plasticidad freía sus buñuelos
  7335. la fina membrana blanca suavísima iba en pocos minutos de la rodilla de la buñolera
  7336. de la servilleta nivea a la sartén hirviente chillaba la manteca al apoderarse de la masa
  7337. la cual se esponjaba en mil ampollas
  7338. y a poco salía el buñuelo incitante y tentador
  7339. aunque despidiendo cierta fragancia empalagosa
  7340. de tiempo en tiempo un cohete de arranque subía rasgando los aires
  7341. estallaba en las alturas y se deshacía en chorros de fuego
  7342. en luces blancas verdes rojas que esmaltaban con los colores nacionales el obscuro cielo
  7343. tronaban en el atrio los mortereres disparando marquesas
  7344. reventaba la bomba y se iluminaban con rapidísima claridad
  7345. aquí rodolfo me dijo la señorita desde el velador
  7346. verá usted qué linda colección
  7347. y me mostró veinte o treinta acuarelas flores
  7348. nunca seis a gabriela más hermosa vestía galano traje azul
  7349. de un azul desvanecido pálido como el color del cielo en una mañana de otoño
  7350. nosotros nos colocaremos en esa ventana
  7351. dejaremos la otra para pepillo que se divierte mucho con estas cosas
  7352. repito que nunca me pareció más bella la rubia señorita
  7353. cuando la contemplé a la luz del quinqué la seis como envuelta en una atmósfera de oro
  7354. todos mis proyectos vinieron a tierra la pasión adormecida se despertó anhelante
  7355. y la imagen de linilla
  7356. presente hasta ese momento en mi memoria
  7357. se desvaneció de pronto en las tinieblas del olvido
  7358. me sentí sin fuerzas ante la hermosura de gabriela
  7359. sopla un viento muy fresco
  7360. cosa rara en este mes
  7361. sin duda ha llovido en la sierra
  7362. no tiene usted frío yo sí
  7363. será porque estoy muy nerviosa
  7364. voy por un abrigo
  7365. se dirigió a la recámara
  7366. mis ojos la siguieron
  7367. a poco salió envuelta en un chal anchísimo
  7368. en aquel instante levantaban frente a nosotros a cincuenta pasos de la acera
  7369. un árbol de fuego la pieza principal que era saludada por los granujas con jubiloso vocerío
  7370. los discípulos de bemoles volvían a la carga con festiva polca
  7371. arlequín muy en boga a la caída del imperio y popularizada por los famosos músicos de la legión austríaca
  7372. tengo que contarle muchas cosas tengo que darle muy alegres noticias
  7373. no merece usted amigo mío que yo le confíe dichas de mi corazón
  7374. no ciertamente que no usted no ha sido franco conmigo
  7375. creí que usted y linilla se amaban
  7376. y lo dije quería yo que tuviese usted en mí una amiga
  7377. una hermana a quien le contara usted sus dichas y sus penas
  7378. y usted rodolfo no me dijo la verdad
  7379. bien prosiguió alegremente yo no pago en la misma moneda
  7380. sé bien que el amor el verdadero amor es tímido y pudoroso que no gusta de revelar secretos
  7381. que se afana por vivir escondido
  7382. merece usted disculpa pero sé también que cuando amamos
  7383. cuando se ama como yo sé amar
  7384. es necesario que hablemos con alguno
  7385. se entiende que con alguno que sepa sentir como nosotros
  7386. yo me había soñado que seriamos muy buenos amigos
  7387. usted sería el confidente de mis tristes amores yo
  7388. de los venturosos amores de usted
  7389. pero el caballero don rodolfo no tuvo confianza
  7390. en gabriela en la pobre gabriela que amaba y no era feliz
  7391. y me decía yo dichosa linilla ama
  7392. en aquellos momentos principiaron los fuegos
  7393. ni gabriela ni yo volvimos el rostro hacia la calle
  7394. ardían ruedas y ruedas tronaban las marquesas surcaban el aire vistosos cohetes
  7395. y nosotros no mirábamos nada
  7396. gabriela prosiguió dígame usted
  7397. no es verdad que está usted enamorado de linilla no pude articular una palabra
  7398. no es cierto que ustedes se aman respóndame
  7399. rodolfo oiga yo antes gabriela esas noticias alegres que tienen a usted tan contenta
  7400. ah prorrumpió la hermosa señorita iluminada por los reflejos multicolores de las luces de bengala
  7401. quiero que usted participe de mi dicha presentí lo que gabriela iba a decir
  7402. un ser invisible lo murmuró a mis oídos
  7403. entorné los ojos deslumbrado por el incendio general del árbol de fuego
  7404. y a través de la mancha rojiza que percibían mis lastimadas pupilas
  7405. me pareció ver el rostro de angelina pálida y llorosa
  7406. me ha escrito me ha escrito una carta muy tierna
  7407. una carta muy sentida quién ernesto
  7408. sí le sorprende a usted no
  7409. pero no lo esperaba
  7410. la resolución de usted
  7411. los deseos de don carlos
  7412. en cuanto a mí
  7413. ruega suplica y no puedo despreciarle porque le amo
  7414. puede mucho una mujer
  7415. yo mataré en el corazón de ernesto esa pasión funesta
  7416. yo seré su ángel tutelar
  7417. y cuando le vea yo regenerado
  7418. cuando haya dejado para siempre ese vicio horrible
  7419. le daré mi mano dicen que soy hermosa
  7420. pues bien todas esas cualidades me servirán para redimirle
  7421. aprueba usted mi pensamiento y si no consigue usted lo que se ha propuesto entonces
  7422. entonces seguiré amándole como ahora si es mi primer amor
  7423. mi único amor la pobre señorita bajó la mirada
  7424. y quedó pensativa y silenciosa
  7425. entraba por la ventana un torrente de luz
  7426. y la estancia casi obscura se iluminó con melancólica claridad lunar
  7427. los fuegos habían terminado
  7428. ascendían trazando en los espacios gigantescas curvas
  7429. tronaban en lo alto y de la explosión brotaban raudales de polvo de oro
  7430. centenares de luces que al descender semejaban una lluvia de piedras preciosas
  7431. la charanga se soltó tocando el himno nacional
  7432. dominó gabriela su abatimiento y me dijo en voz baja
  7433. con expresivo acento sigiloso hoy le contesté a ernesto
  7434. dígame rodolfo quiere usted a angelina
  7435. así como yo quiero a ernesto sí
  7436. y ella le ama a usted sí
  7437. mucho cómo no lo merezco pues bien
  7438. amigo mío sea usted digno de ella la fiesta había concluido
  7439. la multitud se dispersaba y los tertulios de don carlos salían en busca de las señoras para despedirse de ellas
  7440. media hora después estaba yo en mi casa
  7441. me encerré en mi cuarto y escribí larguísima carta
  7442. ay una carta que nunca llegó a manos de angelina
  7443. sesenta y uno a las siete cansado de esperar a mi tía pepilla
  7444. me senté a la mesa
  7445. juana se apresuró a servirme
  7446. en esos momentos llegó la anciana
  7447. ay rorró qué dirás de mi pero
  7448. hijito de mi alma qué misa tan larga ya te desayunaste no pues aquí tienes compañera
  7449. vamos juana pronto prontito vea usted que rorró tiene que irse
  7450. tía pepilla puso en un extremo de la mesa el libro y el rosario
  7451. y quitándose el pañolón le arrojó sobre el respaldo de una silla
  7452. ahí en mi mesa está una carta para linilla
  7453. mándela usted con el que venga de san sebastián
  7454. hoy o mañana vendrá el muchacho
  7455. si tú vieras rorró contestó mi tía precipitadamente que ya voy entrando en cuidado
  7456. hace más de quince días que no tenemos noticias de angelina
  7457. las niñas castro pérez llegaron desde antier
  7458. por qué no escribió con ellas así la dejarían de aburrida tal vez
  7459. quieres mantequilla juana traiga usted la mantequilla yo voy a escribir esta tarde
  7460. para que si alguno viene no tenga que esperar
  7461. luego tengo que andar a las carreras
  7462. oiga usted tía si angelina me escribe
  7463. le diré a mauricio que pase por acá todos los días
  7464. bueno con él te mandaré la ropa
  7465. ese mauricio tiene cara de buen muchacho
  7466. qué respetuoso qué bien hablado y la tía se soltó charlando alegremente
  7467. qué gusto rorró qué gusto nada de lidiar con los chicos
  7468. desde el día primero voy a descansar
  7469. ya los niños me tienen hasta aquí para eso angelina
  7470. lo mismo que para cuidar de un enfermo
  7471. ya te lo he dicho rorró si angelina no se casa ha de parar en hermana de la caridad
  7472. solís angelina monja dios nos libre linilla será esposa y madre de familia
  7473. miróme fijamente la anciana y sonriendo me dijo te casarías con linilla de mil amores ese casamiento seria muy de mi gusto
  7474. dicen por ahí pero yo no lo creo
  7475. que estás enamorado de gabriela
  7476. no tía ya sabe usted que las gentes dicen cuanto se les ocurre
  7477. pues mejor hijo mejor yo quiero mucho a linilla
  7478. gabriela será muy elegante muy bonita muy rica cuánto tú quieras pero donde está angelina
  7479. no te despides de tu madrina sí
  7480. cómo no nos dirigimos a la recámara
  7481. tía carmen estaba cerca de la cama
  7482. me recibió risueña y cariñosa
  7483. nunca la seis más pálida ni más débil apenas oíamos lo que decía
  7484. la parálisis era casi completa
  7485. la pobre anciana tenía un brazo completamente inmóvil y los dedos contraídos
  7486. en las extremidades inferiores no había fuerza los pies estaban hinchados
  7487. rorró exclamó tía pepilla dile a tu madrina lo que te recomendó el doctor
  7488. sí tía ejercicio mucho ejercicio siquiera una vuelta por la sala todos los días una vuelta
  7489. una sola madrina eso de estar así
  7490. tía pepa me hizo una seña para que viera yo los pies de la enferma
  7491. los tenía tan hinchados que apenas cabían en los pantuflos
  7492. verdad madrina que hará usted todo lo que le mande el doctor me respondió que sí
  7493. verdad que tomará usted las medicinas sonrió e hizo un movimiento afirmativo
  7494. tía pepilla tenía húmedos los ojos
  7495. me acerqué y arrodillándome junto al sillón quise abrazar a la anciana
  7496. adiós tía vendré la próxima semana
  7497. buenodijo con mucha dificultad y con voz tan débil
  7498. quiera dios que me encuentres viva estoy muy mala
  7499. ni ésta ni sarmiento quieren creerlo
  7500. está usted nerviosa y por eso se siente usted tan débil
  7501. vaya me dijo sonriendo dolorosamente dame un abrazo
  7502. cuando me levanté y me incliné para darle un beso en la frente
  7503. seis que por las pálidas mejillas de la enferma rodaban dos lágrimas
  7504. dos lágrimas de esas que en el rostro de un cadáver parecen gotas de rocío en el seno de una rosa blanca
  7505. salí del aposento con el corazón hecho pedazos
  7506. tía pepa me seguía silenciosa y cabizbaja
  7507. por fin habló qué dices de eso nada
  7508. tía que si por mí fuera
  7509. no me iría yo
  7510. cuándo vuelves el domingo
  7511. dígale usted a andrés que venga todas las noches
  7512. no dejes de venir el domingo aquí estaré
  7513. no quise irme sin hablar con sarmiento
  7514. le hallé en su casa
  7515. si algo tenemos que me parezca grave
  7516. pero no quiero que vivas engañado
  7517. todas las cosas tienen su fin
  7518. el estado general de tu tía es malo
  7519. malísimo pero repito por ahora no hay que temer
  7520. dios dirá vete con dios
  7521. al pasar hablé con andrés
  7522. iré todas las noches
  7523. anoche estuve con tu tía y estaba muy contenta
  7524. y tomé el camino de la hacienda
  7525. el corazón me iba diciendo que tía carmen no viviría mucho
  7526. siete años de enfermedad ya era tiempo
  7527. sesenta y dos no me atreví a pedir licencia para ir a villaverde
  7528. aunque las noticias recibidas esa tarde no eran buenas
  7529. tía carmen había tenido calentura muy ligera
  7530. trabajamos en el escritorio hasta las ocho de la noche
  7531. y al sentarnos a la mesa
  7532. me dijo don carlos mañana
  7533. después de misa escribirá usted esas cartas y por la tarde haremos la liquidación esa
  7534. quiere gabriela unos papeles de música
  7535. me dice que están en el piano recójalos usted y mándeselos
  7536. ahí en la mesa está la lista
  7537. el señor fernández estaba de buen humor
  7538. y durante la comida charló a su gusto de las fiestas de villaverde
  7539. después habló de trabajos agrícolas y de las obras del camino de hierro
  7540. es de sentirse decía que el ferrocarril no pase por villaverde
  7541. pluviosilla será la ciudad que saque más provecho
  7542. en sus aguas y en sus ríos tiene una fuente de riqueza
  7543. cuántas fábricas tiene ahora una
  7544. pues de aquí a veinte años ya verán ustedes
  7545. sería oportuno adquirir terrenos en pluviosilla
  7546. particularmente cerca de los ríos
  7547. dentro de pocos años han de valer el doble de lo que ahora cuesten
  7548. pluviosilla será no hay que dudarlo la primera ciudad fabril del estado y de la república
  7549. los criados se habían retirado ya
  7550. de pronto apareció mauricio en el comedor
  7551. diciendo que alguien me buscaba
  7552. a mí pregunté sobresaltado
  7553. quién la trae no lo conozco
  7554. me levanté precipitadamente en busca del desconocido
  7555. me traía dos cartas una de linilla y otra de tía pepa
  7556. qué pasa preguntó don carlos
  7557. algo de cuidado abrí el pliego
  7558. no contenía más que unos cuantos renglones
  7559. carmen está muy grave
  7560. ya el doctor mandó que se disponga
  7561. y a las cinco recibirá el viático
  7562. vente luego luego pide permiso que el señor don carlos no te lo ha de negar
  7563. puse la cartita en manos de don carlos
  7564. leyóla de una ojeada y exclamó pues que ensille mauricio
  7565. y vayase usted y dirigiéndose al mozo agregó te vas con el señor
  7566. la noche estaba obscura
  7567. allá en el corazón de la sierra fulguraba lejana tempestad
  7568. oíanse truenos lejanos muy lejanos y de cuando en cuando
  7569. a la luz de los relámpagos
  7570. descubríamos las cimas de los montes más distantes
  7571. el cielo parecía envuelto en una red de rayos
  7572. amenazábanos la lluvia caían gruesas gotas y en el bosque cercano resonaban las arboledas como al paso de impetuoso viento
  7573. silbaban las serpientes entre los matorrales del camino
  7574. zumbaban mil insectos entre las hierbas
  7575. y el ruido del aguacero se aproximaba rápido y pavoroso
  7576. los árboles me parecían espectros las luces de las chozas cirios que ardían delante de un cadáver
  7577. yo iba silencioso y angustiado mauricio me seguía diligente y respetuoso
  7578. la lluvia no invadió el valle
  7579. se detuvo en las montañas
  7580. descargó allí y pronto fué despejándose el cielo
  7581. allá rumbo a villaverde centelleaban las estrellas del carro
  7582. la tempestad seguía batallando pero ya floja y desmayada
  7583. en lo más remoto de la sierra
  7584. la muerte pensaba yo mientras mauricio silbaba entre dientes un canto melancólico
  7585. la muerte voy a verla llegar
  7586. acaso ha llegado a esta hora
  7587. me dolía el corazón y mi pensamiento iba de una cosa a otra sin detenerse en ninguna
  7588. complacióme el recuerdo de mejores años
  7589. de venturosos días suspiraba yo por la tranquilidad del colegio en que pasé dos lustros
  7590. y me parecía que las alegres memorias de la infancia alejaban de mí pesares y dolores
  7591. angelina dónde estaba angelina cómo lloraría por la enferma gabriela qué dulcemente consolaría a su amigo pero luego caía yo en un abatimiento tal y tan grande
  7592. que no acertaba a guiar la caballería
  7593. por qué se mueren las gentes dios mío por qué repetía yo
  7594. por qué quieres llevarte a la pobre anciana necio de mí que no acerté a pensar que la muerte estaba tan cerca no
  7595. sí lo pensé lo pensé muchas veces pero siempre la ví lejos
  7596. el que se muere me decía yo es como un náufrago arrebatado por las olas lucha por ganar la orilla
  7597. todos los que le aman quieren salvarle
  7598. y el infeliz pide socorro
  7599. y parece que no le oyen
  7600. horrible horrible angustiado trémulo me dirigía yo a dios
  7601. el corazón rendido de cansancio quedaba insensible la inteligencia entorpecida no acertaba a fijarse en nada
  7602. hasta que recobraba fuerzas el corazón
  7603. entonces me ocurría que todo aquello era una pesadilla espantosa
  7604. de la cual despertaría consolado y feliz
  7605. pero ah la realidad estaba allí
  7606. y oraba devotamente lleno de fe con fe de santo y acudían a mis labios las oraciones que aprendí de niño
  7607. y las recitaba cuidadosamente poniendo el alma y la vida en cada frase
  7608. deseaba llegar a villaverde y me sentía tentado de volverme a la hacienda
  7609. y huir huir a las montañas a los bosques a ciudades remotas para no saber nada nada de lo que acontecía en mi casa
  7610. quería verme rodeado de mis amigos
  7611. de todos mis amigos de todos para refugiarme en su afecto como en un puerto de salvación
  7612. tenía miedo de estar solo y a cada rato miraba si mauricio iba cerca de mí
  7613. no sé qué hora sería cuando entramos en villaverde
  7614. pasada la garita seguimos por la calle principal
  7615. estaba desierta no podía ser de otra manera
  7616. pero yo esperaba que estuviese llena de gentes
  7617. de amigos que vendrían a mi encuentro para decirme no temas todo ha sido un sueño
  7618. y no había nadie nadie aullaba un perro en una callejuela
  7619. los serenos que dormitaban en las esquinas
  7620. sentados cerca de su linterna
  7621. se levantaban al oir el paso de los caballos
  7622. saludaban y se iban a lo largo de las aceras perezosos y distraídos
  7623. los faroles mortecinos brillaban de trecho en trecho con luz rojiza en la obscuridad de las calles
  7624. como cirios en funeraria pompa
  7625. unos cuantos minutos y estaría yo a la cabecera de la enferma
  7626. las pulmonías y las fiebres perniciosas son terribles en villaverde
  7627. si era una santa por aquí
  7628. señor por aquí llegaremos más pronto
  7629. me dijo mauricio que iba a mi lado
  7630. yo conozco muy bien las calles
  7631. porque antes venia yo todos los días a vender leche
  7632. le seguí sin oir lo que el mancebo decía
  7633. cómo resonaba en la calle desierta el paso de las cabalgaduras aquí exclamó mauricio
  7634. el zaguán estaba abierto
  7635. por una de las ventanas salía un torrente de luz
  7636. sentí que se me desgarraba el corazón
  7637. que la sangre se me subía al cerebro
  7638. al apearme del caballo ví sin quererlo el cadáver de mi madrina
  7639. estaba velado con un lienzo blanco
  7640. andrés me recibió en sus brazos
  7641. bien te lo decía el corazón vacilante
  7642. sin saber lo que hacía
  7643. me dirigí a la sala
  7644. apoyado en el noble servidor que no podía contener los sollozos
  7645. tía pepa salió a mi encuentro
  7646. reclinó en mi hombro la encanecida cabeza
  7647. y sin decir una palabra me abrazó fuertemente
  7648. sesenta y tres cuando regresamos del cementerio me retiré a mi cuarto
  7649. allá me siguió andrés
  7650. sentado cerca de mi pretendía distraerme con no sé qué historias de mi infancia
  7651. yo le oía sin contestar
  7652. de pronto entró mi tía
  7653. rorró te dieron una carta de angelina no
  7654. cómo no te la mandé ayer con el mozo que fué
  7655. me levanté y fui en busca de la carta
  7656. la tenía yo en el bolsillo de la blusa
  7657. rodolfo perdóname si esta carta te llena de amargura
  7658. bien sé que me amas y comprendo que mis palabras van a lastimarte el corazón pero algún día
  7659. cuando seas feliz porque hoy no lo eres
  7660. me agradecerás lo que ahora ha de causarte tanta pena
  7661. olvídame olvídame yo te lo ruego yo te lo pido por la santa memoria de tus padres que están en el cielo
  7662. por tus tías a quienes tanto quieres y que te quieren tanto al escribir estos renglones estoy bañada en lágrimas
  7663. siento que el alma se me va
  7664. porque te he amado y te amo todavía con todas las fuerzas de mi corazón pero he comprendido que debo ser franca que haría mal
  7665. muy mal si fomentara en el tuyo un sentimiento que te cierra las puertas de un porvenir que yo no debo malograr
  7666. te causan sorpresa mis palabras pues óyeme en calma
  7667. muchas veces le he preguntado a mi corazón si te ama como mereces ser amado
  7668. y siempre me responde que sí pero mis gustos me inclinan hacia otro lado
  7669. me llevan por otro camino
  7670. a dónde yo misma no lo sé
  7671. acaso a servir a los pobres
  7672. a los enfermos a los huérfanos como yo
  7673. para quienes el mundo es un desierto
  7674. tal vez no sería yo una buena esposa
  7675. y tú puedes y debes ser amado de quien sea digna de tí
  7676. la ilusión engaña la esperanza es una sirena que nos atrae a los abismos
  7677. estás seguro de que el amor que me tienes no es una impresión fugitiva verdad que no empiezas a vivir
  7678. eres un niño y no sabes que los afectos son efímeros
  7679. te engañas cuando dices que a nada aspiras
  7680. no sospechas cuántos encantos y cuántas seducciones tiene la vida perdóname
  7681. y no pienses mal de mí serías injusto
  7682. y la injusticia no cabe ni cabrá nunca en un corazón tan noble y tan generoso como el tuyo
  7683. vive para tus tías vive para ser feliz que yo buscaré en dios otra felicidad mejor que todas esas tan codiciadas en el mundo
  7684. no pienses que el término de nuestros amores se debe a todos esos embustes que corren en villaverde
  7685. que trajeron hasta aquí las castro pérez
  7686. y de los cuales tú mismo me has hablado no
  7687. rodolfo no soy injusta ni ligera
  7688. nunca he creído que fueses capaz de engañarme
  7689. tampoco creas si elijo un estado distinto del que prefieren todas las mujeres
  7690. que lo hago por despecho o atraída por una falsa vocación
  7691. no considera que si no he querido engañar a un hombre
  7692. no he de querer engañarme yo misma
  7693. mucho le pido que te dé fuerzas y resignación para sufrir este golpe
  7694. y te dará las dos cosas porque en cambio le he ofrecido mi vida
  7695. papá te dará tus cartas tú le entregarás las mías
  7696. te acuerdas que al despedirme de tí me quité del cuello una medallita
  7697. y te la quinientos uno pues deseo que la conserves siempre
  7698. para que si un día te casas y tienes hijos se la des al que tú prefieras
  7699. harás lo que te pido sí porque con eso me darás una prueba de que mi memoria es dulce para tí
  7700. verdad rodolfo que no me guardarás rencor eres muy bueno
  7701. para qué acabaron nuestros amores es cierto pero en lo de adelante seremos muy buenos amigos
  7702. cuida mucho de tus tías
  7703. si algún día necesita papá de tus cuidados
  7704. indignado colérico estrujé la carta y yo que no tuve en mis ojos una lágrima ni en los momentos de amortajar a mi tía
  7705. a quien tanto amé a quien tanto debía yo
  7706. que tanto me quiso que fué para mí como una madre
  7707. no pude resistir aquel nuevo dolor
  7708. sentí que me ahogaba y me eché a llorar como un chiquillo
  7709. qué te pasa gritó andrés asustado
  7710. nada le respondí sollozando
  7711. sesenta y cuatro respeté con gran dolor de mi alma
  7712. los deseos de la joven
  7713. seguro de la sinceridad de sus palabras
  7714. oculté mi pena y busqué consuelo en el trabajo
  7715. luego que angelina supo el fallecimiento de mi tía
  7716. nos escribió una carta muy sentida
  7717. herrera vino a villaverde pocos meses después
  7718. le hospedamos en nuestra casa
  7719. y estuvo con nosotros varios días
  7720. entonces le contó a mi tía
  7721. muy en secreto que la muñeca quería dejar el mundo y hacerse hermana de la caridad
  7722. el santo sacerdote estaba muy triste
  7723. todos temíamos que aquel monjío le costara la vida
  7724. hágase la voluntad de dios exclamaba
  7725. yo me había soñado que linilla y rodolfo
  7726. vaya con la muñeca dios me la trajo y dios se la lleva aun conservo las cartas de linilla
  7727. herrera nunca me dio las mías
  7728. cosas de muchachos angelina profesó en méxico dos años después
  7729. cuando las hermanas fueron expulsadas pasó a parís
  7730. y de allí la mandaron a cochinchina
  7731. en parís la vieron los señores fernández
  7732. si usted la viera rodolfo me decía la señora
  7733. lindísima parece una santa
  7734. herrera murió a fines del setenta y ocho en su curato de san sebastián
  7735. poco antes fué llamado al coro de la catedral de jalapa
  7736. pero el humilde anciano renunció la prebenda
  7737. al cielo si dios nuestro señor tiene piedad de este pobre pecador gabriela casó con ernesto
  7738. y es madre de dos niños tan hermosos como ella
  7739. es feliz creo que sí
  7740. la rubia señorita era muy lista e hizo de su novio un marido discreto
  7741. laborioso y de excelentes costumbres
  7742. a mi juicio nunca fué calavera ni jugador
  7743. sospecho que le calumniaron que para el caso cualquiera ciudad se parece a villaverde
  7744. y en todas partes abunban los amigos como ricardo tejeda y los señorones como castro pérez
  7745. mi generoso rival cayó en la red
  7746. y se casó con teresa
  7747. luisa se ha quedado para vestir santos
  7748. ocaña se metió a tinterillo
  7749. venegas renunció la escuela nacional se lanzó a la revolución
  7750. y ahora es diputado por obra y gracia de tuxtepec
  7751. buena memoria dejaron en villaverde el doctor sarmiento y mi buen maestro don román
  7752. todos se acuerdan de ellos alaban sus virtudes y se dicen amigos del uno y discípulos del otro
  7753. andrés y tía pepilla vivieron todavía mucho tiempo tranquilos y contentos
  7754. tuve la dicha de cerrarles los ojos
  7755. y les dí cristiana sepultura junto a la tumba de mis padres
  7756. en cuanto a mí
  7757. no me he casado y vivo muy feliz gozando del fruto de mi trabajo
  7758. en él encontré consuelo y fortaleza
  7759. el trabajo productivo me apartó de aquellos idealismos románticos que me causaron tantas amarguras
  7760. no soy rico pero estoy contento con mi suerte ya sé lo que valen los hombres
  7761. y no espero de ellos lo que no pueden darme
  7762. tengo pocos amigos pero eso sí muy buenos y merecedores de toda estimación
  7763. no hago versos ni vivo entregado a los delirios de la fantasía
  7764. creo que no es cuerdo andarse por las nubes cuando hay abajo tantas cosas que reclaman nuestra atención
  7765. sin embargo no desdeño los libros he comprado muchos y con ellos me paso largas horas
  7766. aun suelo leer versos de lamartine
  7767. como lamartine no hay otro poeta para mí sesenta y cinco aquí concluye esta novela sencilla y vulgar
  7768. he vivido otras muchas que no merecen ser escritas muy dramáticas e interesantes
  7769. pero ninguna como ésta tan sincera y tan casta
  7770. triste flor de mi dolorida juventud
  7771. angelina se llama en memoria de la pobre niña que sacrificó por mí
  7772. con sublime heroismo todas las ilusiones de su vida
  7773. en lo más hondo de mi corazón
  7774. como la huérfana lo deseaba
  7775. hay un rinconcito que no he profanado con el amor de otra mujer
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