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Guest User

Bisha

a guest
Jun 25th, 2018
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  1. La habitación del motel estaba oscura. La escaza luz que entraba por las ventanas, de la luna en cuarto menguante, era suficiente para notar la ligera forma de las dos personas sentadas en lados opuestos de la cama de doble plaza. La carretera exterior no tenía luces, rotas por la cantidad de tiempo sin mantenimiento. En el aparcamiento había solo 3 coches, y uno era del propietario del lugar. Solo había otra persona hospedándose.
  2. El silencio era sepulcral.
  3. El hombre, sentado de espaldas a la ventana, se giró lentamente.
  4. La chica, en dirección contraria, reaccionó al movimiento en la cama.
  5. - Bueno… com... comenzamos? Si quieres, claro – Preguntó con voz entrecortada el hombre. Sus ojos verdes centelleaban entre las sombras.
  6. - Yeah – La chica se volteó también. El hombre se levantó de la cama, dio la vuelta y se arrodilló frente a ella.
  7. - Si en cualquier momento hago algo que no te guste, dilo, pararé al instante, te lo prometo – Dijo con una mezcla de nerviosismo y miedo.
  8. - Ok, no te preocupes – Dijo ella, despreocupada, aunque la voz le temblaba un poco.
  9. El hombre extendió una mano y con cuidado tomó la bota derecha de la chica. Desató los cordones y, lentamente, se la quitó. Repitió la acción con la otra y las dejó cuidadosamente a un lado de la cama. Se sacó sus propias zapatillas y luego se sentó junto a ella. Miró a sus ojos castaños por un segundo. Se inclinó lentamente, tomándola de la cintura y la besó. Ella respondió, y durante varios segundos, eso es todo lo que hicieron. La chica comenzó a levantar la camiseta de él, lentamente, mientras él le pasaba la mano por la cabellera castaña. Cuando la camiseta tocó el mentón, se separaron un segundo y el hombre dejó que se la sacara. Él tuvo un escalofrío antes sacarle la blusa y mirarle el brasier. Extendió una mano y rozó el lugar donde el pezón estaba marcado. Presionó un poco, antes de volver a besar a la chica y mirar a su espalda para quitárselo. Por obra y gracia del destino, no lo logró. La chica soltó una ligera risa antes de ayudarlo con el tema.
  10. Bill la besó, primero en la boca, y bajando beso a beso, respirando fuertemente, sintiendo su olor, impregnándose en él. Ella le revolvió el cabello rubio y apoyó la barbilla en su cabeza. Llegó al pezón izquierdo y lamió un poco, luego, succionó. Moviendo la lengua y presionando con la cabeza. Mordisqueaba sin fuerza. Misha se mordió el labio y lo atrajo hacia sí sin pensarlo. Él cambió de pecho y con la mano izquierda masajeó el pecho que acababa de lamer. Estuvo un rato haciendo esto antes de bajar y besar su estómago. Cuando llegó a los pantalones, ambos estaban ya completamente tendidos en la cama.
  11. Bill la des-abotonó y le bajó el cierre. Tomó ambos lados del pantalón y comenzó a bajarlos. Misha levantó ambas piernas, con cierto temblor, y se dejó quitar completamente el pantalón. La humedad se pegaba a la piel de su entrepierna, revelando la forma de sus labios, aunque no era algo obvio siendo la ropa interior negra. La miró a la cara un segundo para confirmar que seguía por buen camino antes de continuar. Se acercó a ella, le abrió un poco las piernas y la rozó. Por encima de la tela, sintiendo su figura, y presionando solo un poco. Metió un dedo por un lado para sentir la humedad de dentro, tocando el clítoris y metiendo el dedo dentro solo un poco. Misha soltó un suspiro. La besó en el muslo, acercándose poco a poco a la entrepierna, y antes de llegar, ella se comenzó a sacar las bragas, sola. Bill la ayudó, y por un segundo, presenció el espectáculo, aunque no vio mucho. Luego, volvió a agacharse y la besó en los labios ya ligeramente abiertos por la excitación. Ella apretó los puños.
  12. Usando la lengua, primero, movió el clítoris. Lo presionó un poco con los dientes y con comenzó a dirigirse hacia abajo. Misha gimió, aunque no muy fuerte. Bill metió la lengua dentro, primero pasándola por abajo, pero subiendo mientras la doblaba. La movió de un lado a otro, de arriba abajo, adelante o atrás o en círculos, dependiendo de lo que sintiera correcto en ese momento. Ella gimió, varias veces, cada vez más alto que la anterior. Tomó la cabeza de Bill y la presionó contra sí misma, abriendo las piernas y levantándolas al tiempo que soltaba un largo suspiro mezclado con gemido. En cierto punto, de forma casi inconsciente, comenzó a masajearse un pecho.
  13. Esto continuó hasta qué, de repente, Misha tuvo un espasmo y soltó una mezcla entre gemido y grito que informó a Bill de que había logrado su cometido. Se levantó y se quedó mirándola, esperando por su reacción.
  14. Ella tardó aproximadamente un minuto en recomponerse y sentarse. Aunque no era realmente visible, Bill notaba el blanco asomando entremedio de los labios. Misha abrió la boca, a punto de decir algo, pareció pensarlo por un segundo, y al final lo dijo.
  15. - ¿No quieres… Que… te haga lo mismo? – Bill no pudo saber su expresión, pero su voz, aunque quebrada, denotaba más confianza.
  16. Se dio cuenta de que aún llevaba los pantalones puestos.
  17. Dejó que Misha se acercara y le quitara el cinturón. Ella le desabotonó y él se levantó para quitárselos. Ella se asomó al borde de la cama y comenzó por su cuenta a bajarle los calzones, aunque la figura de su miembro viril ya era más que obvia. Bill estaba notoriamente incomodo cuando se sentó en el borde de la cama y dejó que ella se arrodillara frente a él. Aunque algo insegura, echó el prepucio hacia atrás y miró la ligera gota de humedad que salía de la punta del glande.
  18. Le dio una lamida ligera, tanteando el terreno. Miró a Bill a los ojos, quizá en busca de guía, o confirmando que no hiciera nada mal. Extendió la lengua y, poco a poco, se la introdujo el pene en la boca. Jugando con la lengua, moviendo la cabeza de arriba abajo a diferentes ritmos o a veces alejándose y usando la mano, podía ver la expresión de él cambiar hasta volverse una de placer. Suspiraba y soltaba extraños ruidos guturales, como gruñidos. Ella continuó, a veces succionando, a veces simplemente lamiendo. Y, con un temblor repentino de parte de él, sintió la boca llena de semen caliente.
  19. Bill se dejó caer en la cama, hacia atrás. Misha se levantó y lo miró del mismo modo en que él la había mirado hace rato. Él tardó un poco más en reaccionar. Vio su figura contra la ventana y palmeó la cama suavemente, indicándole que se recostara. Ella lo hizo y por un breve momento, ambos se miraron fijamente a los ojos, solo con el reflejo de la luz de fuera indicando donde estaban.
  20. Cuando volvió a estar duro, extendió una mano a la mesilla de noche que tenía a la derecha y tomó un condón. Se lo puso y volvió a la cama, poniéndose encima de Misha.
  21. - ¿Lista? – Preguntó.
  22. - Cuando quieras – Ella abrió las piernas lo suficiente como para que él pudiera acomodarse.
  23. Lentamente, centímetro a centímetro, Bill penetró. Misha, a pesar de sentir algo de dolor, disfrutó. Comenzó a embestir lentamente. Ella puso sus manos a los lados, y no tardó en comenzar a gemir un poco. Bill cambiaba el ritmo a gusto, y eso a veces la volvía loca y a veces no acababa de gustarle. Había estado bastante bien, pero no había llegado a correrse, cuando él paró. La miró a los ojos y se echó a un lado. Sin decir nada, le dio un ligero tirón, hacia un lado. Ella giró hacia ese lado e instintivamente llevó sus rodillas hacia su estomago, aunque no tan lejos como para hacerse una bola.
  24. Bill se metió en ella de nuevo, pero esta vez lento y consistente. Al inicio fue raro, para ambos. Pero con paciencia, ambos se calentaron, más que antes incluso. Bill ya había pillado ritmo e iba variando, entre embestidas fuertes y suaves, su velocidad. Los gemidos de Misha eran más notorios que antes, y los bufidos de Bill no quedaban atrás.
  25. La tensión se construyó lentamente. Bill fue el primero en correrse, con un gran gemido, pero fue rápido en volver a la acción. Luego de un rato más, Misha dejó de respirar durante unos segundos, mientras el segundo orgasmo de la noche le llegaba. Ambos se tumbaron de espaldas. Misha necesitaba un momento para descanzar, y aunque Bill ya estaba prendido otra vez, también él lo necesitaba.
  26. Luego de unos minutos, Bill se levantó sobre su codo, pero ella lo detuvo y lo volvió a tumbar. Lentamente, se subió encima de él y con algo de dificultad, guió ella misma su miembro viril hacia dentro. Bill levantó las rodillas para ofrecerle soporte, y ella, agradecida, las usó como punto de apoyo. Él disfrutó las vistas, aunque fueran solo una silueta. Ella comenzó a moverse. Arriba abajo, arriba abajo. La penetración era profunda, aunque a ella no parecía molestarle. Comenzó a gemir, disfrutando del control. Varios minutos luego, se inclinó hacia delante y puso sus manos en el torso de él, sin bajar el ritmo gemía más que antes, y él estaba batallando solo por respirar.
  27. Esta vez, el orgasmo le vino antes a ella. Con un grito a los cielos y una contracción de su cuerpo, Bill sintió el liquido caliente bajando lentamente por la vagina de Misha. Pero, aún caliente, se sentó, la tomó por las piernas y poco a poco siguió embistiendo. Durante varios minutos, ella lo abrazó y simplemente disfrutó de las embestidas hasta qué, con un fuerte gemido, él se corrió también.
  28. Al separarse, Bill se quitó el condón y lo tiró a la basura, junto al otro. Luego, se echó en la cama, junto a Misha.
  29. Ambos despertaron pasado el mediodía del día siguiente, con una necesidad insana de pegarse una ducha.
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