EL RUMBO DEL BURNLEY — @paconxy
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Tras una fatídica racha de tres derrotas en Premier League y otros tantos resultados dudosos en jornadas anteriores, el Burnley de Sean Dyche podría necesitar una remodelación de su esquema y ciertos ajustes en su plantilla.
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Y es que hay ciertas piezas que, o no están bien encajadas, o no están en su mejor nivel, o están directamente lesionadas. Es el caso de Ashley Westwood, un jugador crucial para el centro del campo de Dyche, que junto a Jack Cork confeccionaría la medular con la que ganaron al West Ham en casa o al Watford en Vicarage Road a finales de noviembre.
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Otros de los nombres más sonados y que no han estado en los últimos partidos son el lateral Charlie Taylor y, en el caso de la visita a White Hart Lane en la que perdieron por 5-0 (con ese ya histórico gol de Son), el capitán Ashley Barnes, que pese a la mala forma del equipo lleva 6 goles en liga (los mismos que la temporada pasada por estas mismas fechas).
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Estas sensibles bajas han sido suplidas por jugadores como Pieters, Drinkwater, Hendrick o Jay Rodriguez, y no hay duda de que los clarets aún no han conseguido dar con la clave.
Si bien es cierto que Hendrick y Rodriguez son piezas que pueden funcionar (veíamos a Dyche probar un 4-4-1-1 con Chris Wood en punta y Hendrick detrás, aunque normalmente juegue con 4-4-2 con el neozelandés y Rodriguez arriba), el tren de Danny Drinkwater ya pasó (lo vimos reflejado en los pocos minutos que tuvo en su estancia en Chelsea), y no estoy seguro de que Pieters o Lowton sean suficientemente buenos defensores como para mantener al Burnley en el top 10 de la Premier League.
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En general, observamos una plantilla con cierto envejecimiento y con un problema mayor que la edad: la falta de talento y de jugadores que puedan decidir un partido por su calidad en el campo. Si bien es cierto que este tipo de jugador no es de perfil Burnley, donde se trabaja mucho más el grupo y el trabajo duro, quizás sí sería conveniente hacerse con los servicios de algún jugador en el mercado invernal. O eso, o bien que Sean Dyche encuentre la manera de encajar sus mejores piezas en un once que funcione y refleje su idea de juego.