Agradezco a mi inspiración en los malos momentos, Emmanuel Herrera Batista, por proporcionar la música clásica de fondo que necesito para concentrarme y expresar mis ideas. “El que nació para tener dos pesos se encuentra tres, y se le pierde uno. El animal, el sicario.” El animal, obviamente alude a como somos nada más que un mamífero, y cuanta inteligencia proclamemos, tenemos una ética basada en las jerarquías que nuestra especie ha definido hace millones de años como instinto. El sicario, un matador solo posible con la mentalidad humana, contradice nuestros instintos básicos y daña por conveniencia más allá de la subsistencia, por su ego y codicia… por eso este concepto se expande más allá de un prófugo matón, representa el daño que estamos dispuestos a provocar solo para elevar nuestra imagen, sea compartiendo un rumor de dudosa procedencia, provocar la despedida de alguien por un desacuerdo, o quebrar una familia inocente para comprar una nueva motocicleta. Pero independientemente de que el caso sea un resultado de nuestra evolución o vileza, lo único que nos queda es estar siempre listo ante lo que intente dar un mundo devorador, virtual o no.