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Nov 22nd, 2017
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  1. Cuando me mueran quiero que me toquen cumbia es un relato de Cristian Alarcón, quien bajo la influencia simultánea de Rodolfo Walsh y Pedro Lemebel reconstruye la vida y la muerte de los jóvenes lúmpenes del conurbano bonaerense. El texto no es una investigación periodística clásica, un relato donde el autor quedó inevitablemente atravesado por los personajes que entrevistó y el ámbito socio-económico de la villa San Francisco de San Fernando (la 25). Narra la historia de Víctor Manuel "El Frente" Vital, que evoca la relación entre los villeros y el accionar del aparato policial. Considerado “el Santo de los pibes chorros”, el ídolo pagano, es una especie de Robin Hood, defensor de los marginales de las villas del suburbano bonaerense. Una persona que se convierte post mortem, en un personaje literario y reflejo de la realidad social donde la violencia, el robo y la muerte son el destino inevitable de toda una generación excluida. “El Frente Vital mantenía los códigos de la vieja delincuencia, ya caducos en un territorio donde el paco y el alcohol borraron todo rastro de lealtad y valor, y solo queda la supervivencia a cualquier precio”. La tarea del escritor será entonces la de reflejar el mito pero también todo aquello que lo rodea: su anillo ideológico, lo que confluye y representa como figura mítica. Un delincuente que fue muerto cuando aún no salía de la adolescencia. El relato aparece exento de códigos externos como el sociológico y se encuentra más bien inmiscuido en las vivencias interiores de ese territorio. Un lenguaje que describe con cuidadosa pluma ese microcosmos, pero que no aspira a su interpretación como clausura de su decir sino como un legitimar de aquel código de los pibes chorros. El autor ha destacado la importancia de la cumbia villera en su relato: “La cumbia villera es una pátina que reviste a esa vida de un tono melodramático y de algún modo mejora las condiciones de esa vida. No es que la haga glamorosa, apenas la hace soportable. Los pibes chorros necesitan recrear en el boliche su condición de grupo dominante, al igual que en el territorio del barrio. El libro trata de tener esa cadencia, de sonar desde el título al compás del fenómeno. Que es una cultura con ciertos territorios, con amigos y enemigos, drogas, familiares, robos y odio a la policía, entre otras cosas
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