Capítulo uno

 Me encuentro debajo de un cerezo, la brisa causada por el viento hace que las hojas rosadas caigan lentamente hacia el suelo, formando un hermoso escenario junto al césped verde y brillante por el sol acogedor de la primavera. El canto de los pájaros me tranquiliza y relaja mí mente, mientras que la sombra que produce el cerezo me mantiene fresco y dócil.
 A lo lejos veo acercarse una chica con un vestido blanco y algo transparente, creo que alcanzo a notar su hermosa piel blanca. Cuando se acerca puedo ver mejor un cabello rubio atado con un listón rojo, junto unos ojos color miel y un rostro indescriptiblemente hermoso.
 Oh, antes de darme cuenta, ya está parada enfrente mío. Sin decir nada, se recuesta a mí lado y apoya su cabeza en mi hombro, esto es extraño, pero me gusta.
 No intento iniciar una conversación, pero volteo a ver mejor su cara y a observar con mayor detenimiento. Tiene unos labios grandes y color rosado pálido, sus pestañas son largas y bien definidas, junto unos ojos grandes y llamativos. Es perfecta.
 Gira su cabeza y nos miramos mutuamente por unos segundos, hasta que se acerca a unos de mis oídos y dice: ¡levántate boludo!
-Ya son las 12:40 Max, vas a llegar tarde a tu primer día de clases.
-Ma, es re temprano.
- ¿Cómo que temprano? Entras a las 13:00 pelotudo, vestite y rajá al colegio.
- ¿Y la comida?
-Ya está en la mesa, apúrate o me vas a conocer Max Williams. -Mierda, que diga mi nombre completo es señal de que en serio está enojada.
 Me levanto mi cama con muchísima pereza, buscó mis zapatillas, me pongo inmediatamente mi chomba blanca, jean negro, agarro mi SUBE y me voy directo a comer.
 Yendo por el pasillo escucho a mi madre putear y repetir: "Pendejo de mierda, ya tiene 13 años y hay que estar levantándole al señorito para que vaya a estudiar, que bárbaro." Me siento en la mesa y almuerzo lo más rápido que puedo, mientras más lejos me vaya de mí casa en estos momentos, mejor.
 Me despido de mí madre y tomo rumbo hacia la parada del colectivo línea 3, que me llevará a mí nuevo colegio. Espero alrededor de unos 8 minutos hasta que llegue mi colectivo y emprenda mi viaje a la escuela que elegí luego de terminar séptimo.
 En el transcurso dentro del colectivo me puse a pensar en el sueño de esta mañana. Si la chica tenía un vestido transparente, entonces ¿por qué carajos no se le vio nada más que la piel? Literalmente no pude ver ni sus pechos ni ninguna otra cosa, que decepción, no sirvo ni siquiera para tener un sueño erótico. Veo mi celular para verificar la hora y, son las 12:53... Mierda, llegaré tarde.
 Llegué al colegio a las 13:10, afortunadamente sabía que las primeras clases solo son charlas para conocerse y bla, bla, bla.
 No sabía ni dónde demonios estaba mi curso, no conocía la escuela, así que entré al salón más llamativo con la esperanza de que sea el de los directivos y auxiliares. Afortunadamente sí.
-Buenas tardes
-Hola, señor, ¿no debería estar en clases usted?
-Acabo de llegar señora, no sé dónde se encuentra mi curso, solo sé que soy de primer año.
- ¿Usted ve la hora que es?
-Sí, mil disculpas, no volverá a suceder. -La verdad andaría necesitando que me digas donde mierda tengo que ir antes de que se me haga más tarde. - ¿Puede decirme mi curso, por favor?
-Tú nombre
-Max Williams
 La señora se levanta y busca entre sus archivos.
-Primero primera, Williams. Suba por las escaleras, el último salón es el suyo.
- ¡Muchas gracias!
 Me apresuro a subir las escaleras que mencionó y buscar rápidamente el salón que me dijo, me paro en frente de la puerta y me detengo a pensar; bien Max, primer día, tenés que causar una buena impresión para poder encajar con el grupo y hacer muchos amigos, vos podés.
 Me armo de vamos y empujo la puerta para ingresar al salón, lo primero que veo, lógicamente, es el profesor, y luego giro mi cabeza hacia mis compañeros. No tuve el valor para ver con detenimiento a cada uno, así que simplemente esperé a que mi profesor me diga algo.
-Buenas tardes, ¿señor?...
-Max, me llamo Max Williams.
-Excelente Max, medio tarde, y eso que es el primer día. - El curso se ríe.
-Perdón, me dormí.
-Que no vuelva a suceder, pasa y toma asiento.
-Gracias.
 Dios, menos mal no me aplicó ningún castigo, pensé que sería como esos profesores que te ponen una represalia por llegar tarde, pero afortunadamente no. Avanzo rápidamente y me hago dueño de un banco, me senté a pocos metros de un chico alto y con cabello rizado y a otros pocos metros de un par de chicas que estaban sentadas juntas.
 Pensé que pasaría un poco más de vergüenza, pero no pasó nada de eso, el profesor hizo que cada quien dijéramos nuestro nombre y nos presentáramos.
 Rápidamente supe identificar a los chistosos del curso, a los inteligentes, y a los que solo vienen a molestar. No me quedó el nombre de nadie, hasta que llegó el momento en el que yo debía presentarme:
-Señor, levántese de su banco y preséntese
-Hola, mi nombre es Max Williams, tengo 13 años y me gustan las milanesas. - ¿en serio, milanesas? pelotudo.
- ¿Sólo eso?
-Supongo que sí
-Está bien, tome asiento.
 Qué presentación de mierda loco, literalmente es la presentación más vacía que escuché en mí vida, ahora quedaré como el típico chico que tiene un cartel en la frente que dice "no hablar, es medio boludito".
 Pasó la hora y se hicieron las 14:20, hora del recreo. Claramente me quedé en mi zona de confort y no me acerqué a hablar con nadie, tampoco salí al recreo a explorar la escuela, pero, me alegraba saber que todo el curso estaba más o menos igual, solo se hablaban entre conocidos e ignoraban a los desconocidos.
 Se hicieron las 14:30 y siguió el próximo maestro. Así siguieron todos los maestros con casi el mismo formato, "preséntate, hablo de lo que haremos en el año y luego nos divertimos, fin." Mientras tanto yo, estuve en una esquina y haciendo la misma presentación del orto, con algo más de entusiasmo, pero básicamente, lo mismo. Logré memorizar algunos nombres, pero se me olvidaran para mañana.
  Tocó el timbre que marcaba el fin de las clases, no entendía nada, así que simplemente seguí a mis compañeros para ver a dónde tenía que ir.
 Los sigo hasta lo que vendría siendo la entrada de la escuela, y nos formamos para presentar nuestro respeto a la bandera. En este periodo sinceramente nunca le presté mucha atención, en mí anterior curso siempre molestaba a los demás con la esperanza de causar una carcajada y hacerle pasar vergüenza, pero ahora no puedo hacerlo. Lo sé, soy malvado.
 Al salir, tampoco presté atención a mi alrededor, me propuse intensamente ir a la parada del colectivo para llegar lo más rápido posible a mi casa, pero algo me estaba incomodando. Detrás de mí venia una pareja tomada de la mano, automáticamente yo, el ser más inteligente del planeta, deduje que son pareja, a no ser que los amigos/conocidos o familias también lo hagan, pero tenían toda la pinta de ser una pareja. Eso me hizo pensar, ¿Por qué hacen eso?, ¿es acaso necesario para mantener una relación estable? o ya se volvió tradición y yo no me enteré. Eso me hizo pensar en qué haré de mí vida amorosa, en mis 13 años, jamás entendí el significado de la palabra "amor", no es cómo si no pudiera diferenciar entre el bien y el mal, pero la palabra amor me deja totalmente desconcertado. No quiero sonar como una máquina sin sentimientos, pero leí varias definiciones de amor y ninguna me funcionó o me ayudó a entender de qué trata. No sé muy bien que haré, pero supongo que son uno de mis propósitos para este año, no pierdo nada con plantearme todos los días "¿Qué es el amor?".