-vaya, has derrotado a uno de mis mejores pokemon...- pareció lamentarlo por instantes para sólo echarse a reír al momento siguiente- pero sabes? No hubiera venido hasta acá sin haberme preparado para enfrentarme a alguien fuerte... un halago para ustedes!!!

Nuevamente, de su gabardina tomó otra pokeball, pero esta era distinta a cualquiera que haya visto antes: se parecía a una Master Ball pero de alguna forma más segura. Daba la impresión que lo que tuviera dentro apenas podía ser contenido allí. La amplia sonrisa que esbozó Giovanni afirmaba esas dudas.

-Con esto... tomaré control de su pobre escusa de equipo, y de toda su región!

El jefe del Team Rocket lanzó la extraña pokeball al aire, y en media caída los mecanismos de seguridad de esta se rompieron, lo que estaba dentro haciendo explotar el artefacto que ya no podía aprisionarlo, formando un pequeño vacío que atraía los vientos como un remolino. Rodeado de luz y de su aura de energía que deformaba sus alrededores, el monstruo humanoide se erguía de su incómodo letargo, revelandose ante ellos.

-Mewtwo...- murmuró el peliblanco, incrédulo al reconocer al pokemon frente a él. Con que ellos tenían a ese pokemon...

-Heheh... Veo que lo conoces. Si es así debes saber lo fuerte que dicen que es... Serás el primero en probar su poder destructivo! No son demasiadas exclusividades las que estas recibiendo? Eres sólo un subordinado más... Deberías ser un buen lacayo y regresar con tu líder e informarle las buenas nuevas: el Team Rocket tomará control ahora!


El Don parecía esperar temor de su contrincante, pero Dufaux no se había inmutado más para su sorpresa de tener a Mewtwo frente a él. Casi nulas veces tenía miedo, y no tendría miedo con sólo eso. Hasta el Swampert con la poca salud que le quedaba se veía intimidado, más bien, estaba mas impaciente por que reanude la batalla-- era su naturaleza brusca.