Chris_76

Kiiro's BATTLEGIRLS: Adrian y La Búsqueda del Poder

Oct 13th, 2019
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  1. Capítulo 1
  2. Era un día caluroso en el pueblo Redthrone, pero esto no impedía que Karen y Adrian detuvieran su entrenamiento. Ambo estaban posicionados en el ring combatiendo ya hace una hora con todo lo que tenían, esta vez existía una gran diferencia, Adrian llevaba la delantera y tenía Karen, la joven boxeadora veloz contra las cuerdas. “¿Qué sucede Karen, ya no puedes resistir más?. Golpe tras golpe, el sudor empapaba la frente de Adrian quien no paraba de golpear la defensa de su amiga quien se encontraba acorralada. “¡Vamos Karen, puedes hacerlo!, grito el tímido Ben mientras observaba animadamente junto a Belle al borde del cuadrilátero. No pasaron unos segundos cuando el combate llegó a una resolución inesperada, con la velocidad de un pestañeo Karen se realizó un movimiento fugaz hacia la derecha de Adrian quien falló en conectar un gancho derecho letal, cuando el chico volteó la vista, un poderoso gancho izquierdo lo golpeó en la cien que lo hizo caer devastado. “¡ADRIAN!”, gritó Belle preocupada mientras se subia al ring para sostener al chico quien yacía sangrando de una ceja. “Maldición, no puede ni ver cuando se movió”, “¿estás bien?”, le respondió la rubia elfo pero fornido chico parecía estar sumido en su derrota. “No te preocupes Adrian, algún día aprenderás a bloquear ese movimiento”. Karen descendió del ring para acercarse a Ben quien le ofreció una botella de agua además de una toalla limpia. Luego de que ambos boxeadores fueran a las duchas todos decidieron ir por algo para comer en un restaurant cercano que había. Entrando en el local, todos ser sirvieron una modesta hamburguesa, junto con papas y una soda, menos Karen quien estaba hambrienta y decidió pedir triple porción. “Karen, deberías comer más despacio, te vas atragantar si comes así”, exclamó Ben quien estaba junto a chica de piel anaranjada mientras le ofrecía un pañuelo para que se limpiara la boca. “Hazle caso a Ben, Karen. No entiendo cómo puedes mantener tu figura siendo que comes tantos dulces y comida chatarra”, replicó Belle con una mirada un poco celosa. “Es cosa *ñam* *ñam* de hacer *ñam* *ñam* ejercicio” clamó la joven boxeadora mientras se terminaba su segunda hamburguesa. A Belle le llamó la atención que Adrian no había tocado su comida desde que habían llegado. “¿Qué te sucede Adrian?, está todo bien?”. El chico quien estaba fijamente mirando por la ventana a su derecha no respondió de buena gana. “Si, no me pasa nada”. Todos terminaron de comer excepto Adrian, Ben algo preocupado miró su reloj y dijo en voz alta, “Lo siento chicos, pero tengo que irme antes, mi madre me ha enviado un mensaje y debo ayudarla con algo”. Karen quien se encontraba terminando su soda preguntó, “¿Necesitas ayuda?”. “Bueno, no creo que a mi madre le moleste que vayas” respondió Ben algo dudoso. “Vamos, no haya problema, además, tu mami siempre tiene pasteles deliciosos”, exclamó Karen afirmándose con fuerza del brazo del tímido chico quien no pudo evitar ruborizarse. “Okey, nos vamos entonces, Belle, Adrian, nos vemos mañana”. Ambos se retiraron luego de desechar el contenido de sus bandejas en la basura. Belle no pudo evitar lanzar un comentario cuando ambos ya se habían ido. “Esos dos se nota que ya llevan tiempo juntos, lo puedo ver en la actitud de Karen”. Adrian no respondió. Belle observó a su amigo quien no había dicho una sola palabra durante la comida. “¿Qué te sucede Adrian?, ¿Esto tiene que ver con lo de Ben y Karen o algo asi? dijo la joven elfo. El chico fornido no pudo evitar apretar los dientes mostrando una expresión de furia. “Karen, Karen, Karen. ¡No puedo creerlo!. ¡He luchado tantas veces con ella, hemos entrenado juntos y todavía no he podido vencer ese maldito movimiento!. ¡¿Es que acaso yo soy tan débil?!. Belle estaba sorprendida por la repentina respuesta del chico. “Adrian, tómatelo con calma. Fue sólo un entrenamiento, cuando llegue su momento podrás hacerlo mejor”. “¡¿Hacerlo mejor?!, ¿Y luego qué?, ¡Karen no va a parar de entrenar sólo porque yo no pueda vencerla!. Belle se sintió un poco asustada, el chico de cabello oscuro estaba completamente descontrolado, intentó tranquilizarlo tomándolo de las manos gentilmente. “Adrian, por favor cálmate. La gente nos esta…” la joven elfa no pudo terminar su frase cuando el fornido muchacho se levantó de su asiento. “Tú no entiendes nada, nadie lo entiende, no quiero tu compasión. Me largo”. Adrian recogió su bolso molestó y salió del local dejando a la rubia muchacha detrás preocupada. Varios minutos fue los que estuvo deambulando alrededor del pueblo, cuando súbitamente comenzó a llover, Adrian se acercó la fachada de una tienda y se protegió de la lluvia. “Maldición” exclamó furioso. Sus pensamientos de furia se vieron interrumpidos cuando un poderoso relámpago iluminó el cielo. Las destellan tes luces hicieron que Adrian notara un importante edificio en la lejanía que él nunca le había prestado la mínima atención. La mansión Redthrone. Según lo que había escuchado en ese lugar vivía la reína con su hija, una misteriosa familia que Belle le había comentado que eran ancestrales vampiros que podían vivir por años con una fuerza sobrehumana al momento de combatir. En cosa de segundos la mente de Adrian se aclaró completamente, y sin importarle la lluvia comenzó a caminar en dirección a las afueras del pueblo.
  3.  
  4. Capítulo 2
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  6. Gigantes era la puerta para la entrada a la mansión, Adrian golpeó la madera casi temblando porque no sabía que podía pasar. Nunca había considerado la opción de visitar este lugar, pero necesitaba el secreto de la familia Redthrone a como dé lugar. Luego de que unos minutos pasaran y nadie abriera la puerta, el chico fornido intentó nuevamente pero con mucha más fuerza. “Maldición, ¿es que acaso no hay nadie”, su molestia reflexiva fue interrumpida cuando una de las puertas se abrió lentamente. Una joven mujer delgada, usando un traje negro de encaje y cabello color café con forma de coleta miró fijamente al muchacho. “¿Qué necesitas?”, respondió de una forma fría. “Bueno..” tartamudeó Adrian. “He venido a ver a la Reina, necesito hablar con ella”. La chica de mirada serena respondió, “La ama Vivianne no recibe visitantes inesperados”. “Necesito verla por favor, quiero… saber su secreto. Quiero que me de poder” replicó Adrian desesperado con un gesto de querer entrar aun teniendo una negativa como respuesta. “Lo siento chico, debo pedirte que te largues antes que…” la frase de la muchacha fue interrumpida cuando una voz grave pero hipnotizaste resonó desde el interior. “¿Quién está en la puerta Coffee?”, la voz parecía pertenecer a una mujer adulta. “Señorita Vivianne, un joven desconocido desea verla, pero no se preocupe, lo sacaré de aquí de inmediato” respondió la chica de mirada serena casi haciendo una reverencia. “Oooh! ¡Un invitado!. Deja que entre, hace mucho que no tengo visitas” replicó la misteriosa voz. La muchacha del traje le hizo un gesto al fornido chico para que ingresara a la mansión. Adrian puso un pie dentro de la casa, y pudo ver un deslumbrante vestíbulo. Frente a él, una escalera de mármol cubierta con una roja alfombra de terciopelo guiaba a otras habitaciones en el segundo piso. En la parte superior de las escalas estaba una mujer con un vestido rojo color carmesí que parecía brillar con la luz del candelabro en el techo. “Así que tú eres el visitante que tanto insiste en verme, ¿eh?”. Adrian estaba anonadado por la belleza que mostraba la dama. Tenía un cuerpo curvilíneo digno de una modelo y un busto inmenso. Sobre su rojo liso cabello y su piel pálida esta poseía una corona brillante de oro. Era la reina Vivianne de Redthrone. El fornido muchacho trago saliva y respondió, “Así es señora… digo, señorita, he venido en su búsqueda por algo muy importante”. “¿y que sería eso que te ha hecho venir a mi hogar?” respondió la reina poniendo su mano izquierda, cubierta por unos guantes largos negros, sobre el mentón con una expresión curiosa. “He venido en búsqueda de poder, del secreto de la vida eterna y fuerza infinita que su familia posee” dijo el muchacho seguro y mirando desafiante a la mujer quien no le quitaba la mirada de encima. “Hoo? ¿De dónde habéis conseguido tal información tan fantástica?” replicó la reina algo escéptica. “Alguien me lo ha contado”, respondió Adrian ocultando la identidad de su elfa amiga. “Bueno, lamento decirte que ese secreto no existe, es falso. No soy más que una digna reina que vive junto a su hija en esta casa. Puedes irte entonces”, dijo la reina casi burlona. “No, no me iré hasta saber la verdad, por favor. Haré lo que sea, pero bríndame ese poder”, dijo Adrian desesperado. La reina quien estaba a punto de retirarse a sus aposentos volteó para mirar al chico de re-ojo. “¿Lo que sea?”. Adrian tragó saliva, esta era su oportunidad para obtener el poder ilimitado, para vencer a Karen de una vez por todas. Cerrando sus ojos por un segundo y como si su vida dependiera de ello respondió con una mirada desafiante, “Sí, lo que sea”.
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  8.  
  9. Capítulo 3
  10.  
  11. Adrian entró lentamente en la habitación de Vivianne. Si bien estaba dispuesto a hacer lo que fuese para obtener poder, no sabía que tendría que hacer exactamente para conseguirlo. Vivianne entró detrás de él para cerrar la puerta del dormitorio con fuerza, el joven muchacho no pudo evitar dar un pequeño salto. La habitación de la reina era bastante amplia, además poseía su propio baño privado en una puerta contigua. Habia una estantería llena de libros , además de una chimenea la cuál Adrian supuso que era para mantener la habitación caliente. Vivianne se acercó a su camarote, removiendo las cortinas carmesí dejo ver una cama la cuál era gigante comparada con la del chico. Tenía unas sábanas y cobertores rojos, con detalles dorados que parecían de oro. La reina se acercó a su velador y revelando unas copas junto con una botella de vino. “Espero no seas tan joven para no disfrutar este trago”, dijo Vivianne en un tono burlón mientras llenaba ambas copas. “No estaría nada de mal”, respondió Adrian acercándose a una mesa en donde la mujer le dispuso una silla antigua forrada también con terciopelo bastante cómoda. “Entonces cuéntame chico”, dijo la reina dando un sorbo a su copa. “Me llamo Adrian, su majestad”, replicó el chico. “Muy bien, Adrian. Me gusta tu nombre, te sienta con tu cuerpo”, exclamó Vivianne mientras repasaba al chico con su mirada lentamente. “¿Para que necesitas esta fuerza que tanto pides?. “Hay una chica, que es mucho más fuerte que yo, necesito este poder para derrotarla. Sin importar lo que haga nunca he podido vencerla”. “¿Entonces necesitas de mí para consolar un capricho?”, respondió algo disgustada la reina. “Por favor, sé que suena burdo, pero es importante para mí, si he venido antes usted y he aceptado estar aquí es porque de verdad estoy dispuesto a hacer lo que me pida para conseguirlo, sin importar que pase”. Vivianne tomó otro sorbo de su vino y se levantó para rellenar su copa. “Sabes que chico, si fueras cualquier otra persona ya estarías muerto para este punto. Pero la verdad es que… me agradas. Puedo verlo en tu mirada que tienes decisión en cumplir tus metas, por esa razón te he traído aquí. Voy a cumplir tu deseo”. Adrian no puedo dejar de esbozar una sonrisa, y vaciando su copa hasta sin dejar la última gota se levantó de su asiento y con seguridad exclamó; “Muy bien, estoy listo”. Vivianne volvió a beber de su vaso y dejando la copa sobre la mesa se acercó al chico. “Agarra tus caballos chico, primero… quiero divertirme un poco”. Terminada sus palabras, la mujer de voz hipnotizante comenzó a remover su vestido. Este cayó al suelo de forma sutil dejando a la vista una roja y detallada ropa interior de encaje sobre perfecto cuerpo de la mujer. Sus caderas eran anchas y sus pechos no parecían poder mantenerse en el brassier. “¿Estás listo?”, le susurró en el odio la reina al chico quien estaba de pie perplejo. “ Por lo que veo, ya estas empezando”, continuó la mujer mientras pasaba lentamente su mano sobre el cuerpo de Adrian quien ya comenzaba a sentir un fuerte calor en el cuerpo. “Vamos, quítate esto”. Vivianne le removió la chaqueta y polera a Adrian dejando ver su fornido pectoral. “Me encantas, tu cuerpo es excitante”, exclamó la mujer descendiendo lentamente. Sin previo aviso, la reina le desató el cinturón al chico y le bajó los pantalones y su ropa interior. Grande sería su sorpresa al ver ya la erecta verga de Adrian la cual ya comenzaba a palpitar. Lentamente Vivianne acercó su rostro al caliente mimbro del chico. “Mmmm.. su forma me encanta, su olor… es fascinante”, decía mientras la veía de cerca y jugaba con ella un poco utilizando su mano izquierda. “No puedo aguantarme más”, le dijo la mujer con una voz suave. “Déjame probarla, quiero saborear tu esencia Adrian”. El chico fornido movió la cabeza de forma asertiva mientras dejaba soltar un suspiro. No hubo un segundo de pausa cuando la reina comenzó lentamente a mamar el prepucio de Adrian quien no pudo evitar esconder sus gemidos. Rápidamente la mujer comenzó a engullir más y más el miembro viril del chico, envolviéndolo de saliva la cual comenzó a manchar el piso. Adrian no lo podía creer, hace unos momentos creía que estaba a punto de morir, y ahora la reina del pueblo le estaba chupando la verga de forma apasionada. Era un sueño hecho realidad. La mujer utilizaba su lengua de forma ondular mientras el chico comenzaba a temblar del placer que le ocasionaba tal acción. Súbitamente, la mujer removió su brassier, dejando expuesto unos gigantes senos con pezones de color lila. La verga de Adrian comenzó a palpitar más intensamente luego de que la Vivianne con la ayuda de sus suaves pero consistentes pechos añadiera aún más placer a la intensa mamada que le estaba aplicando al fornido chico. No pasaron unos minutos cuando Adrian comenzó a gemir insistentemente, “Su majestad, voy a… “exclamó el chico de forma repentina. La reina no se detuvo a pesar de la advertencia. “Hazlo chico, quiero probar tu masculina esencia, dámela en mi boca, sírveme con tus fluidos humanos calientes”. Luego de unos segundos de movimientos frenéticos Adrian dio un grito de placer incontrolable representado en su orgasmo. El semen del chico salió disparado a través de los pechos de la Reina quien recibió todo el fluido seminal con su rostro con una expresión de éxtasis. Poco a poco el miembro de Adrian comenzó a dejar de latir mientras dejaba la pegajosa sustancia sobre los pechos de Vivianne. La mujer de cabello rojo respiraba profundamente, y usando sus manos comenzó remover para luego digerir todo el semen que tenía sobre sus rostros y senos. “Mmmm… me encanta su sabor, es mucho más espeso y fuerte que de costumbre”. Adrian no puedo evitar dejarse caer sobre la silla que tenía detrás. Había comenzado a sudar y su verga debía recomponerse de tal descarga. La reina había limpiado de su rostro la última gota de semen que tenía, pero aún sus labios cometían el líquido blanco impreso. “Espérame un segundo cariño, vuelvo enseguida”. Vivianne se levantó y se dirigió al baño. Adrian podía escuchar con un grifo de agua se había abierto. Pasaron unos minutos cuando la Reina volvió ahora limpia completamente. “Ahora si querido, sigamos”. La mujer de piel pálida se acercó al chico y sentándose en su regazo comenzó a besarlo lentamente. Adrian podía distinguir que los labios de la Reina eran suaves pero poseían un sabor particular que no podía recordar. “Creo que estás listo”, exclamó Vivianne luego de sentir que el miembro de Adrian frotaba su trasero. “Muy bien, déjame ayudarte”. Vivianne se levantó un segundo para coger la verga de Adrian que se encontraba erecta denuevo. Frotandola lentamente en la entrada de su vagina la Reina no dudó ni un segundo antes de sentarse encima de ella totalmente decidida. Un pequeño gemido de placer salió de su boca cuando esta fue engullida completamente: “*Aahmmm* lo sabía *aah*. Sabía que llegaría hasta adentro *mm*”. Lentamente a mujer comenzó a dar pequeños saltos en el regazo del chico dando inicio a la esperada penetración por ambos. Adrian comenzó a abrazar a Vivianne mientras esta lo rodeaba con sus brazos en el cuello besándolo apasionadamente. “Vivianne *aaah* sigue *aaah*… *aaah*”. “Eres un buen chico Adrian *aaah*, me encanta *aaah* tu verga *aaah*”. Varios minutos fueron los que pasaron compartiendo el calor de sus cuerpos hasta que Adrian no puedo contenerse más. “Vivi voy a *aaah*”. La reina se detuvo en seco antes de que el chico pudiera correrse. “No tan rápido Adrian”. La mujer de piel pálida se puso de pie y cogiéndolo de la mano lo acercó lanzó sobre la cama. La reina se posicionó sobre el chico y poniendo su vagina sobre su rostro exclamó “ahora es tu turno”. Adrian comprendió de inmediato lo que debía hacer. Sacando su lengua rápidamente comenzó a comer el coño de Vivianne. “Eso es chico *aaah*, más adentro *aaah* usa tus dedos *mmm*”. El joven fornido rápidamente introducía sus dedos mientras pasaba su lengua de forma frenética sobre el clítoris de la Reina. Luego de unos minutos Vivianne se levantó y apoyando su extremidades sobre la cama le indicó al chico, “Ven, por aquí ahora”. Adrian pudo notar como la mujer extendía su cavidad anal la cuál no parecía estar estrecha. Tomando su verga el muchacho fornido la introdujo lentamente por la parte trasera de la Reina quien no escondió su gemido de placer. “Eso es Adrian *aaaaah*, ahora hazlo duro, *aaah* vamos, *aaah* como si fueras a romperme *aaah*. El muchacho comenzó a concentrar toda su fuerza en sus caderas que se movían de forma incesante. Vivianne ya no contenía sus gemidos los cuales retumbaban por toda la habitación. “Eso es Adrian *AAAH* eso *AAAH* más duro *AAH*, duro *AAAH*”. El sonido de la penetración animal parecía que en cualquier momento la pelvis de Adrian iba a quebrarse. El chico empapado de sudor no podía aguantar más sus ganas de correrse. “Vivi *aaah* no puedo *aaah* voy a ¨*aaah*”. La mujer de piel palida había parecido entrar en un trance, y casi salivando le pedía al chico que no parara “¡No te detengas! *aaaah* lléname *aaah* hazlo dentro **aaaha* sólo sigue *mmm*”. Adrian afirmando fuertemente los brazos de su compañera continuó incesante hasta que dando un rugido desde el fondo de su pecho acabo llenando el ano de Vivianne hasta que rebasó de semen. El chico derrotado se hecho sobre la cabecera de la cama, respirando agitadamente como a punto de desmayarse. La reina todavía se encontraba limpiando el líquido blanquecino de su zona rectal cuando se acercó al chico cariñosamente. “Lo has hecho muy bien Adrian, muy bien. Me has complacido para ser tu primera vez conmigo”. El chico pudo responder sonriendo entre bocanadas. “Bueno, *aaah*, fue mucho mejor de lo que esperaba, majestad”. “Oh, no tienes idea Adrian”, dijo la reina sentándose otra vez en el regazo del chico. “Vivianne, por favor. No puedo más, estoy agotado. Déjame descansar un momento”. La reina roja se acercó al oído derecho del muchacho susurrando unas palabras. “Ahora, te daré lo que tanto deseas”. Adrian quedó extrañado ante estas palabras, pero luego de unos segundos sus brazos fueron apretados con una inmensa fuerza inhumana, seguido de un increíble dolor que lo hizo gritar de forma instantánea. “*!AAAAAAAAAH!* ¿PERO QUE...?”. La mujer de piel pálida le había mordido el cuello casi como si hubiera querido cortárle la yugular. “Ahora eres mío, chico”. El rostro de la Reina había cambiado completamente. Unos colmillos afilados llenos de sangre salían de su boca escarlata y sus ojos plateados se habían tornado en un amarillo rubí. “Ahora duerme bien querido, mañana será otro día”. Adrian comenzó a ver borroso. La imagen de Vivianne se comenzó a difuminar para luego terminar en un oscuro silencio.
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  13. Capítulo 4
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  15. “¡Ya es hora de comer!, fueron las palabras que retumbaron por todo el gran salón mientras Vivianne esperaba que sus hijos bajaran a probar la cena que con tanto amor les habría preparado. Junto a su silla Coffee, su guardaespaldas y mayordomo de la familia esperaba estoica a recibir órdenes de su Patrona. “Estos chiquillos siempre se tardan, aun cuando ya les he avisado de antemano”, el primero en aparecer fue Andrew, el pequeño niño de 12 años de cabellos rubios y una mirada alegre se acercó a su madre adoptiva con una sonrisa y la saludo con un beso en la mejilla. “¡Buenos días madre!”, le dijo. Vivianne sonriendo le regreso el saludo a su retoño, pero su impaciencia se podía denotar en su mirada cuando esta clavo la vista en la puerta al ver que su hija aún no mostraba señas. Ya era una costumbre que la hija de la Reina se encerrara en su habitación por horas por lo que Coffee no tenía más remedio que volver y dar el mensaje. “Adivinare, otra vez tarde”, dijo Vivianne al ver llegar a la joven. Andrew ya estaba hambriento por lo que Vivi le permitió empezar a comer antes de que bajara su hermana. Pasado varios minutos, la hija de la Reina aparecía con su caballera negra despeinada y recién levantada, aún con su camiseta favorita de dormir. La joven heredera al trono de la familia y única hija de Vivianne, (Andrew era adoptado) tenía ya quince años, por lo que a veces era un problema lidiar con su personalidad frontal y malhumorada. “Hasta que te dignaste a aparecer” dijo su madre de forma altanera. “Estaba ocupada con mis cosas”, “Lo suficiente para no venir a comer con tu familia al parecer”, reprocho la Reina. Silvy no le prestó caso a la respuesta de su madre. “Bueno niños, hoy es un día especial porque les tengo que enseñar una sorpresa a ambos”. Andrew se mostró bastante emocionado, mientras que Silvanne estaba un poco enfadada. “¿Ahora qué hiciste mamá?”. “Algo que les va a encantar, les presento al nuevo integrante de la familia Redhtrone”. Dicha estas palabras un joven fornido, de mirada seria, ojos color carmesí y actitud solitaria apareció en la puerta del comedor.
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