Ella había ido a recolectar algunas cosas al bosque y él se quedó haciendo arreglos en la casa.
Al terminar, apartó la mano con la que tocaba la pared y la observó unos instantes: Un anillo, reluciente (antes había sellos de comando allí) (mucho antes, también.) La verdad no vale la pena pensar en estas cosas hoy en día, pero no puede evitarlo. Fue a tomar asiento al sofá sin apartar la mirada de la argolla.
¿Él merece todo esto? ¿Él merece gozar de tanta felicidad? A veces cree que su corazón no lo aguantará, pero lo aguanta cada vez. Cerró los ojos y-
-un yermo.
Lo entiende, esto no corresponde, pero no está mal y nunca harán que piense lo contrario.
Nunca pensó en sentar cabeza, nunca pensó en encadenarse a alguien, nunca pensó en dejar entrar a alguien. Nunca, nunca.
Se recostó y miró el techo, ¿es esto real? ¿Recordará este sueño cuando termine definitivamente? Es un poco frustrante pensar en la posibilidad, pero nunca debe descartarla. No quiere morir de dolor después de todo.
Alaya, ¿qué harás para recuperar tu máquina? Puedes borrar su memoria, pero su corazón seguramente recordará cada detalle, cada gesto, cada promesa. Estas cosas no deberían atormentarlo, pero es inevitable.
… No, esto está bien, ¿sino porqué siempre terminan cruzando caminos? Él no cree en el destino ni mucho menos, pero está comenzando a hacerlo; lo hará si eso le da esperanzas de ver su rostro algún día lejano.
Sus pesadillas han cambiado: no teme el quedarse solo; teme el perderla.
Pero es cierto que daría todo por la felicidad y bienestar de Saber.
Sin duda, han hecho en él un daño irreparable. ¿Es esto lamentable o algo para alegrarse? No lo sabe, no quiere saberlo. Cerrará los ojos y olvidará todo este asunto por hoy.
Lo siente mucho, Saber. Te mereces a alguien con menos inseguridades estúpidas.