13 de abril de 1942. Tenía 4 años, y mi conciencia estaba en pleno desarrollo. Pero una serie de sucesos de tiempos de antaño tocaron increíblemente tanto a mi memoria como a mi personalidad cognitiva hacia muchísimas cosas. Vivía con mi madre en una casa muy maja, al lado de un importante agente de Gestapo llamado Jonas. Jamás he conocido a mi padre, y mamá nunca me quiso hablar de él a fondo. Ni siquiera se ha dignado a enseñarme una foto, pero bueno, he aprendido a convivir con ello. La cuestión era que ese año me iba a tocar ir a la escuela. Mamá me enseñó a leer, y yo realmente disfrutaba con ella leyendo y aprendiendo muchas cosas nuevas cada día. Estaba realmente emocionado de que sea septiembre, puesto que iba a empezar la escuela e iba a conocer a muchos niños. Pero un día, mi madre me interrumpió mientras daba patadas al balón en el patio de mi casa y me dijo “David…ven un momento.”. Jamás había visto anteriormente a mi madre tan circunspecta. “¿Qué ocurre, mami”? le pregunté. “David, sé que eres un chico fantástico que haría muchos amigos en la escuela, pero…me temo que este año no podrás ir”. Mi estado de ánimo cambió radicalmente. “¿¿¿Por qué???” le respondí. “Verás, hijo, es hora de que conozcas cómo es el mundo realmente. Yo siempre he intentado educarte en un mundo fantástico, ¡como los de aquellos tebeos que leemos juntos!, pero ya no puedo hacer nada. Nos están buscando, y nos tachan de…de…razas inferiores.”. El terror, miedo y el sentimiento tan profundamente caído que sentía en aquel momento es imposible de describir. “…¿por qué nos buscan, mami? ¿Hemos hecho algo mal?”. “Ser nosotros. Ese fue nuestro delito.”.

A partir de aquel día ya nada volvió a ser lo mismo. Empecé a comprender por qué algunos vecinos nos miraban mal, el por qué algunos niños rubios nos escupían en el jardín…Mamá siempre decía que eran niñatos sin importancia. Pero lo que más me intrigó fue cómo cambió Jonas aquellos días. Jamás habíamos mantenido relación alguna con nuestro vecino, pero llevaba semanas mirando a mamá, como si del planeta Cancri se tratase (y no precisamente porque es un diamante…)