Asesine

Nunca creí que llegaría tan lejos en este ataque de locura, que podría presenciar tanta belleza, todo este arte desde el amparo de la libertad. Dentro de mi puedo sentir el fuego ardiente del arrepentimiento, uno que nunca me dejará descansar en paz, pero ¿qué más podía hacer? La melodía que aparecía dentro de mi cabeza tras cada asesinato, tal inspiración artística por cada acto consumado, no lo podía dejar pasar. Siempre he sido una persona apasionada por la música, y tal bella canción creciendo dentro de mí no podía ser desaprovechada, ni con mis queridas dos amigas, ni en este momento, ni en el futuro.

Te veo contemplando el horizonte Gonzalo, sé que nunca fuimos realmente muy apegados, vagamente conocidos, he ahí que no me reconocieses en la cafetería cuando te entregué tu café, pero me voy quedando sin opciones de con quién más inspirarme y el viaje hasta aquí no fue para nada económico, mucho menos la planeación para este momento. Me aseguré de darte una última bebida que pudieses disfrutar, un último regocijo antes del negro fin, ¿o acaso verás una luz en el pasillo?

Ciertamente la muerte es algo que todavía se nos escapa a la comprensión, pero he ahí la belleza de ella. Veo como caes, sientes que se te va el aire, intentas desesperadamente obtener cada molécula de oxígeno posible para ti, pero te será imposible, ya me aseguré de ello. Mientras lentamente caes al piso puedo ver como tu mirada me reconoce, me ves con asombro al darte cuenta de que soy el responsable de tu desfallecimiento, y tu mirada me llena de música por dentro, he aquí la bella melodía una vez más. Y mientras siento que tal vez pierdo pedazo por pedazo a aquello que me hace un ser humano, la belleza de tal canción recompensa cada sacrificio hecho.

Está casi completa, pero falta algo más, un intento más y podré finalmente organizar la que será la música de mi vida. Gracias por ser parte de esto Gonza, ten por seguro que tu muerte, las anteriores, y la última no serán en vano.

Fin?

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