El planeta Plutonia

Plutonia es un planeta errante, es decir, caracterizado por no tener sol. Esto no es un problema para sus habitantes, ya que pescan torrentes de radiación de las galaxias más cercanas. De esta manera, el clima es una primavera perpetua con un poco de estática de fondo.

El otro rasgo principal de Plutonia es que su vaga y lenta órbita se encuentra justo al borde del campo de atención del Archimago. El Archimago es una deidad feérica llena de furia y de violencia. Es caprichoso, inestable, estridente y se comporta como un maníaco. Por eso mismo, todos los mundos a los que presta atención continuada suelen ser eriales de explosiones, ilusiones y juegos que ya le aburren. La vida sólo se desarrolla con normalidad en aquellos planetas que ignora.

Pero Plutonia está en el punto medio perfecto. Por eso sus habitantes son tan dramáticos. Muchos se parecen al Archimago, pero no porque éste los haya transformado en réplicas de sí mismo, sino por un desarrollo orgánico de sus obsesiones. Éstas se expresan bajo la forma de sectas feéricas. El planeta está lleno de estas agrupaciones de magos cuyas principales actividades son la búsqueda de ciudades que no existen y el robo mutuo de grimorios.

Plutonia no se puede explicar simplemente como un caos. Muchos otros mundos envidian el riesgo en el que vive, pues es una fuente constante de secretos y poder. Como siempre ocurre, los plutonianos reciprocan la envidia de estos otros mundos tranquilos. Pero cuando el Archimago pone los ojos en un lugar fuera de su campo usual de atención (cosa que suele hacer cada diez mil años aproximadamente), sus habitantes raramente aguantan tanto como los de Plutonia.

El último caso del que tengo constancia fue el del planeta Egipcia, en el que todo el mundo acabó transformado en cerdo. Cuando alguien saca este ejemplo para discutir con un plutoniano, éste no cede en sus quejas. Suelen decir que a los egipcíacos se los ve felices en su animalidad.