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Oct 17th, 2017
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  1. Preparación:
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  3. Llevaba mucho tiempo queriendo hacer algo de este tipo, pero mi preparación para este viaje comenzó una noche después de recibir una carta de una amiga demostrando que si le interesaba a alguien y no estaba todo perdido. En ese momento me di cuenta de que debía hacer algo, la situación tenia que cambiar y nadie excepto uno mismo iba a hacer nada por mejorarla, asique sin pensarlo dos veces cogí mi mochila y empece a reunir objetos, ropa y demás enseres que me serian útiles en situaciones imaginarias, ya que al no haber realizado esto nunca no sabia que iba a necesitar.
  4. Una vez estuvo todo listo espere tranquilamente la hora perfecta para salir, y esta llego al escuchar como mi padre se levantaba y se metía en la ducha. Era el momento perfecto así podría enmascarar el ruido de mi salida. Agarre mi mochila, la descolgué por la terraza con una cuerda y después salte yo. Por fin era libre, estaba en la calle sin saber a donde ir ni como llegar pero eso era lo de menos puesto que podía hacer lo que me apeteciese.
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  6. Día 1:
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  8. Tras unos 20 minutos caminando y, nada mas salir de La Berzosa, me recogió un coche conducido por dos jóvenes que volvían de fiesta y cuyo estado era imaginable después de beber durante toda la noche, pero conocía a uno de ellos y se ofreció amable para acercarme a la estación. Esto supuso que llegara demasiado pronto a coger el tren, casi con una hora de adelanto. Me senté, pedí un sándwich y comencé a escribir mis notas sobre este viaje sentado en uno de los típicos bancos tan rojos como incómodos de RENFE.
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  10. Al final tome el tren previsto, y llegue a Cercedilla a la hora programada pero por dificitudes del destino me fue imposible coger el tranvía que sube a Navacerrada, asique comencé a andar carretera arriba sin saber a donde iba. Al poco rato de empezar a caminar y una vez deje atrás el centro urbano, una llovizna o “cala bobos” empezó a caer sobre mi mochila, me apresure a subir un poco mas con la esperanza de encontrar un refugio y así fue, en el valle de la Fuenfria, donde me resguarde en el tejadillo de unos baños públicos. Mientras esperaba llego un simpático montañero con la intención de refugiarse de la misma forma que lo hice yo, pero la llovizna no daba tregua asique mientras el no dejaba de comer fruta yo le comente mis intenciones y el me recomendó cruzar la sierra por el Pto. De Navacerrada, aunque esto me hiciera retroceder hasta Cercedilla y empezar a subir de nuevo.
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  12. Mientras subía por la carretera del puerto de Navacerrada, aunque fue un trozo duro, me encontré con un señor mayor y con algún kilito de mas que me hizo mucha gracia, subía en bici casi muriéndose con una camiseta de adidas que decía “Imposible is nothing”.
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  14. Al llegar al puerto observe asombrado que estaba cubierto por un denso banco de niebla que no te permitía mirar mas allá de 5 metros, asique me quede sin disfrutar de las maravillosas vistas que esperaba. Y al no tener nada que hacer allí siendo media mañana, mochila al hombro me adentre en la niebla por la carretera del otro lado de la montaña hacia San Ildefonso, a donde llegue con cierta rapidez debido a la amabilidad de los conductores.
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  24. Bastante después, y tras haberme pegado una caminata interesante llegue a Segovia y pude comprobar mi estupidez al adquirir un mapa de la región y observar anonadado que no podía haber dado mas vueltas por los pueblos cercanos para llegar hasta aquí. Ya era medio día asique decidí tomar algo para comer, con el estomago lleno me di una vuelta por la ciudad y me senté a descansar en uno de los pilares del acueducto junto a mi mochila. En ese momento me hallaba describiendo la ultima parte de mi viaje en mi cuaderno de notas, siendo a la vez objetivo de muchas miradas y de algún asiático curioso que decidió tener un recuerdo sacándome fotos como si de una estatua se tratara.
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  26. Tras abandonar la humillación de antes en el acueducto fije un nuevo objetivo que alcanzar, Valladolid. Así pues enseguida me pongo en marcha y encuentro una furgoneta dispuesta a llevarme
  27. porque en su viaje a Santander le pilla de camino. Después de algún tiempo de viaje la señora se atrevió a iniciar una conversación afirmando que había una mejor ruta al otro lado de la ciudad, dejando una vez mas en evidencia mis conocimientos de geografía. Y en esta misma conversación lanzo una pregunta cual arma arrojadiza directa hacia mi persona:
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  29. -Supongo que seras mayor de edad ¿Verdad?- Preguntó insinuante la señora.
  30. -Por supuesto que si. - Respondí yo. Con una seguridad de la que no habrían dudado ni los mejores jurados.
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  32. Y así continuamos el viaje mientras yo conversaba con una buena amiga algo preocupada por mi desaparición.
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  35. Por fin después de tanto tiempo sin sentir la mochila sobre mis hombros, apareció un cartel indicando la inminente. Pero rompiendo con mis ilusiones el conductor dijo algo así como “Mejor te dejo en la otra parte de la ciudad que te sera mas fácil continuar”. Yo respondí con un inocente “Como quieras” pero pronto descubriría que me la estaba jugando.
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  37. Y allí mismo me dejo, en medio de la nada, con montones de coches pero ninguno que compartiese destino conmigo...
  38. Después de estar varias horas intentándolo un coche paro, y al conocer mis intenciones me advirtió que no era buen lugar y me llevo a otro en el que aseguraba, me recogerían enseguida. Y así fue a los pocos minutos me recogió una señora con destino a León.
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  40. En este caso el viaje fue mas largo pero indefiniblemente mas ameno pues la señora que me recogió tenia tanta simpatía como ganas de hablar. Hasta ese momento jamas imagine que una señora fuera capaz de mantener un monologo con sentido durante aproximadamente 2 horas.
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  42. Por llegue a León, eran las 8 de la tarde asique tenia el tiempo justo para visitar esta bonita ciudad, cenar y ponerme a buscar un sitio en el que pasar la noche.
  43. Después de mucho buscar encontré un cajero que parecía cómodo pero al poco tiempo llego un indigente con intención de “hacerme compañia” asique se lo deje a él y me fui a seguir buscando. Hacia las 3 de la madrugada, después de dar vueltas y mas vueltas encontré un bonito y oscuro parque protegido por vallas y cerrado, por lo tanto vació. Asalte aquel lugar y me dispuse a dormir con mi saco y sudadera por almohada en un banco pues me esperaba un día duro.
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  49. Día 2:
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  52. El segundo día desperté a las 6 en punto gracias a mi fiel despertador, para mi sorpresa seguía en el mismo lugar donde me acosté y, al revisar mis cosas, estaban todas intactas. Tenia que abandonar aquel lugar cuanto antes asique me quite el saco, recogí mis pertenencias y mochila al hombro empece a caminar por la ciudad cuando aun nadie había despierto.
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  54. Tras recorrerme la ciudad varias veces durante las dos horas mas frías que recuerdo, encontré un bar abierto y entre a desayunar. Pero nada mas servirme el café este fue derramado debido a habilidad indiscutible, supongo que como causa secundaria estaría la falta de sueño, el cansancio o cosas por el estilo.
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  56. Una vez quitado el ayuno y entrado en calor, retome mi viaje y lo primero que hice fue cruzar la ciudad para llegar a la estación de tren siguiendo un destello de esperanza de conseguir tren barato y rápido. Pero al preguntar, la dependienta tan guapa como borde, me dijo que los trenes salían tarde y eran tan caros que debería haberme quedado sin comer para poder comprar el billete.
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  58. Como no podía ser menos, mochila al hombro retome mi viaje sin tener la mas mínima idea de adonde ir pero como dice un conocido autor: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” y poco a poco se fueron quedando atrás los altos edificios para dejar paso a casas mas pequeñas y dispersas hasta llegar, después de mas de una hora, a un polígono industrial. A partir de ahi empezaron las peores rachas de mi viaje, andando sin parar fueron pasando pueblos y aldeas pequeñas, y hasta llegar a Astorga lo mas que monte en un coche fueron 10 o 15 minutos.
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  60. Llegue a Astorga pasada la hora de comer, hice un descanso y visite la ciudad. Cuando me vi con fuerzas emprendi de nuevo mi caminar, dirección Ponferrada, y esta vez tuve mas suerte. A unos 10 kilómetros a la salida de Astorga me recogió un “heavy” con rock a todo volumen y me llevo hasta una gasolinera cerca de Ponferrada. Pero empezaba a entrar la tarde y mi objetivo de llegar a Santiago se desvanecía por momentos hasta que me cruce con un coche que iba hacia Ourense, era un buen tramo asique no me iba a negar, ademas era un buen coche y muy confortable.
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  62. Durante este viaje en coche luchaba por mantener mis ojos abiertos debido al agotamiento que en ningún momento remitía.
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  64. Una vez llegado a Ourense debía salir inmediatamente hacia Santiago pues ya se hacia tarde. De pronto un ángel me sonrió, o le quite la suerte a toda la ciudad porque paro una furgoneta que iba a Santiago, me subí enseguida y nos pusimos en marcha. Poco después de montarme empece a hablar con ellos, eran tres chicas y un chico y saltaba a la vista la simpatía y amabilidad de todos. Ese trozo de camino no lo olvidare jamas, me contaron que eran artistas de circo y después de todo el viaje de cachondeo y riéndome, me invitaron a su actuación esa misma noche junto a la catedral de Santiago,
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  66. Al fin llegue, parecía mentira pero estaba en Santiago de Compostela y en un tiempo récord teniendo en cuenta mi forma de viajar. Lo primero que hice es pegarme un festín digno de reyes pues ya era tarde y me lo merecía, cuando termine y con la tripa tan llena que me costaba andar, fui a ver el espectáculo y fue increíble, nunca en la vida había visto cosa igual.
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  68. Al terminar hable con ellos y me preguntaron si tenia donde dormir, yo, les dije la verdad y sin pensárselo dos veces me consiguieron una habitación en una de las mejores hospederías de Santiago, justo al lado de la catedral. Yo seguía sin creérmelo, después de todo creo que si hay alguien ahí arriba, es mas puedo asegurar que me esta cuidando durante este camino. Gracias.
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  70. Día 3:
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  72. El ultimo día me desperté a las 7:30 pero estaba tan cómodo y cansado que me quede tumbado durante una hora mas, una vez levantado lo primero que hice fue ducharme, que ya me hacia falta, y volví a vestirme limpio como si no llevara dos días jugando el rol de un perroflauta. Después baje a desayunar, donde seguí dando gracias a la compañía de circo pues venia incluido en la habitación y era digno de nobles. Con el estomago lleno recogí mis cosas y entregue la llave, el recepcionista, muy educado me deseo buen viaje y nada mas salir me tope de frente con la catedral. Como no podía ser menos entre a visitarla y asistí a la misa del peregrino a la que estaba invitado un coro de una iglesia panameña y habían llegado allí de peregrinos. Cuando termino la misa y habiendo disfrutado de la calidad del coro, fui a confesarme allí mismo en la catedral y hable con un sacerdote muy simpático.
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  75. Después de todo, y muy apenado por acercarse el final del viaje, decidí que era hora de marchar y atravesé la ciudad hasta la estación de trenes, allí pregunte y me dijeron que no había tren a Madrid hasta el día 30. Fui hacia la estación de autobuses, a las afueras de la ciudad y allí compre el billete de vuelta, pero el autobús no salia hasta las 9:30 de la noche. Lo cierto es que esta noticia me gusto, tenia todo el día para disfrutarlo en la ciudad y ademas viajaría de noche para poder dormir.
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  77. Salí de la estación y me encontré con una pista de baloncesto y gente jugando en ella, me acerque a ellos y pregunte si podía jugar, aceptaron. Debido a que no eran demasiado buenos y que las canastas estaban un poquito bajas, tuve la oportunidad de lucirme y lo hice.
  78. Cuando llego el medio día tuvieron que irse los chicos con los que jugaba, asique yo también fui a comer algo y después llegue a un parque donde me tumbe en el césped. Tras largo rato allí empece a oír de lejos una conversación muy interesante, digna de algún sabio o pensador, me acerque y descubrí con asombro que se trataba de un vendedor, un artesano callejero sentado en el parque, asique como no tenia nada que hacer me senté a su lado a escuchar. Él vendía y estaba haciendo artesanía con monedas, las talla por dentro el relieve que tengan y quedan muy bien. Empece a hablar con el y descubrí que era muy buena persona y sobre todo muy sabio, ademas le escuche hablar hasta 5 idiomas diferentes con los turistas que pasaban. Al parecer le di suerte porque me dijo que no había vendido nada en todo el día y desde que me senté a su lado a hablar con el empezó a vender, lo que hizo que me lo agradeciera bastante y siguiéramos hablando largo rato.
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  80. Cuando ya se acercaba el final de la tarde decidí que seria mejor estar cerca de la estación de autobuses y como no podía ser menos, fui andando con la mochila al hombro. Al llegar busque el autobús que me llevaría de vuelta a casa, cargue la mochila y me subí. Fueron unas interminables horas de autobús pero por fin llegue a Madrid. Fui a Moncloa y para mi sorpresa el conductor que me llevaría a casa era el mismo que durante el curso me recogía a la salida del instituto. Aproximadamente unos 25 minutos después llegue a La Berzosa, solo eran las 7 pero por fin estaba en casa después de este apasionante viaje.
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  83. Alberto Jimenez Tabasco.
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