Sus ojos no eran rojos, pero su pelo si, lo que me jodía la vista y me hacia ver casi todo detalle en su rostro menos en su piel, rojo.
 Así que rojo hice el monumento hacia todas las cosas lindas que nunca pudo llegar a hacer.
 Rojo era para que no me olvidaba de cómo me jodia la vista, la vista, y porque era lo que mas logica tenia, una escultura azul hubiera sido un insulto.

 Con el pasar de los años me empece a obsesionar con su forma de vestir, vestidos azules, mamelucos azules, un azul tan fuerte que me jodia la vista, y solo podia ver azul cuando pensaba en ella, azules sus caderas, sus piernas, sus brazos.
 Así que azul hice una pintura que representara todas las cosas lindas que me hizo creer que podía llegar a hacer.
 Azul… Azul porque solo en eso podía pensar.

 Violeta, violetas eran sus palabras, un fuerte violeta, un violento violeta.
 Cuando trataba de recordar su voz, solo podía pensar en violeta, violeta.
 Así que hice una canción, una canción violeta.
 Una canción que embelleciera sus últimas palabras.

“No es asi
No es asi como fue
No veas mas alla

Me pierdes y me ganas
No me asustes
No me llames

Me duele
Sangra
Mis piernas, atadas

Perdón, perdón, perdón
Este no soy yo
Este… Este color, no soy yo.”

 Roja eran mis manos, rojo era su rostro
 Azules eran las cuerdas, azules su piernas
 Violencia, eso era, no solo los colores me jodian la vista, también la idea de la violencia.