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Manifiesto de la Resistencia Antisocialista Mexicana

Un espectro se cierne sobre latinoamérica: el espectro del socialismo. Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia... todos los países se pintan de rojo. No existe una fuerza que se les oponga. Con el motivo de ofrecer la necesaria resistencia al esparcimiento del virus del socialismo, contrarrevolucionarios hemos decidido formar el grupo antisubversivo de la Resistencia Antisocialista Mexicana, que se encargará de erradicar prontamente la plaga roja en nuestro país.

¿Qué objectivos persiguen los socialistas en la actualidad? Buscan, primero que nada, reducirnos a todos los mexicanos a la condición de virtuales esclavos del estado totalitario socialista. En latinoamérica viene formándose desde tiempos recientes un bloque socialista sin duda similar a la Unión Soviética en Eurasia durante el siglo XX. ¿Qué nombre tendrá? Quizá sea la Unión de las Repúblicas Socialistas de América Latina(U.R.S.A.L.). Este movimiento subversivo es llamado actualmente, "socialismo del siglo XXI".

¿Cuáles son los orígenes de este movimiento al socialismo? Podemos decir sin lugar a dudas que el creador intelectual de este movimiento es el funesto comandante Fidel Castro, quien implantaría poco después de 1959 el sistema totalitario en Cuba. Su objectivo era el de crear un bloque de estados "asociados" socialistas que servirían los intereses del gobierno comunista de Cuba.

Con este propósito, Fidel Castro y sus secuaces han utilizado toda una red de propaganda y subversión comunista que ha operado en toda América Latina. Incluso en países como Angola(en África), guerrilleros comunistas cubanos apoyaron a los comunistas de ese país en su lucha armada contra la libertad.

Su más reciente éxito lo podemos ver desde luego en el estado de Venezuela, donde con ayuda de su súbdito y aprendiz de dictador, el comandante Hugo Chávez, el estado Cubano ha logrado implantar un gobierno en todo idéntico al de Cuba, que ha hundido al país en la miseria, escacez y tiranía típica de los sistemas comunistas de siempre.

En este manifiesto, utilizamos indistinamente las palabras socialismo y comunismo, siendo ambas en la práctica la misma realidad; si el comunismo es la mítica fase final del socialismo, podemos decir que el comunismo en la realidad nunca existe, sólo existe el socialismo. Si por otra parte el socialismo lo vemos como una forma "lite" del comunismo, o como una ideología totalmente diferente, habiendo tantas variantes del socialismo como socialistas han existido, de todos modos el socialismo en todas sus variantes dentro del amplio espectro que abarcan dentro de la filosofía de izquierda, será siempre nuestro enemigo a vencer.

¿Qué métodos utilizan los socialistas para lograr sus objectivos? La metodología es primero que nada la de la subversión ideológica e indoctrinación de los tontos e ignorantes. Semejantes individuos representan siempre la masa que impulsa el comunismo en cualquier país. Aquellos que buscan vivir de subsidios del gobierno y sobre todo aquellos elementos criminales que buscan hacer de la guerrilla una forma de vida permanente.

Encontramos formas muy distintas de llegar al poder de los comunistas: la de la rebelión armada y la de la vía democrática. Por su parte, el comandante Fidel Castro, previamente preparado por la Unión Soviética, escogió la primera opción. Aquí encontramos una de las características fundamentales del comunista, que es la del engaño abierto y descarado. En efecto: cuando Fidel Castro llegó al poder nunca habló de comunismo, sino por el contrario, negó abiertamente ser comunista, y prometió la realización pronta de elecciones libres, en el plazo de un año. Además se expresó en favor de la libertad de prensa, y de la democracia liberal. Nada podía estar más lejos de la verdad, pues pronto comenzó su régimen del terror, ejecutando y apresando a miles de opositores a su régimen. No pasó mucho tiempo antes de que se declarara abiertamente marxista-leninista. Pronto se crearon los Comités de Defensa de la Revolución, "ojos y oídos" del régimen comunista, que se aseguraban de informar al gobierno de cualquier oposición. Así es como operan los tiranos comunistas; cualquier palabra que salga de sus bocas puede ser considerada una mentira, pues son las personas más mentirosas y deshonestas de todo el mundo.

En Venezuela fue el cripto-comunista Hugo Chávez también un partidario de la rebelión armada, dando éste un golpe de estado en 1992, que terminaría en fracaso. Pero no por ello se daría por vencido este asqueroso comunista, sino que optaría entonces por la vía democrática, logrando de esta forma obtener el poder. Vemos aquí otro ejemplo de lo mentirosos que son los comunistas, pues al igual que Fidel Castro, Chávez también declaró que no era comunista ni socialista. Más aún, prometió que no habría nacionalizaciones, que entregaría el poder en 5 años, o incluso antes, ya que se sometería a un referendum revocatorio cada 2 años; que respetaría la libertad de prensa, etc. Mediante la asamblea constituyente, este hombre modificó la constitución a su antojo, para concentrar el poder en sí mismo. Desde luego planeaba reelegirse indefinidamente, y así ocurrió tres veces hasta su muerte en 2013. Bajo su mando las fuerzas armadas se convirtieron en "bolivarianas" y "chavistas", pero no le bastó ésta pues formó además otros dos brazos armados de la revolución: los colectivos, y la milicia bolivariana. Solo así se puede asegurar el control total de la población: mediante el terror.

De éstos dos casos de estudio, ¿qué podemos aprender los antisocialistas? Que debemos estar preparados para la lucha armada contra los rojos, pues no hay otra forma de combatir este virus. Los socialistas no son personas de dejar el poder por las buenas, es necesario darles una buena patada en el culo y sacarlos por la fuerza. Protestas masivas y otros métodos pacifistas son inútiles contra el comunismo. El pacifismo se revela como una forma más de subversión comunista.

Debemos pues preparanos de manera anticipada, ya que el comunismo llega pronto y sin avisar, y toma el control del país rápidamente; haremos una contrarrevolución preventiva. De otra forma detenerlo es imposible a no ser que se cuente con el apoyo de las fuerzas armadas del propio país, o de otro, y como es bien sabido, las fuerzas armadas del propio país se muestran casi siempre fáciles de comprar con dinero y amenazas.

Para combatir el comunismo, se debe aplicar el principio de que en la guerra todo se vale. Los líderes comunistas siempre deben de ser ejecutados, pues de lo contrario se corre el peligro de que sean eventualmente liberados y vuelvan a tomar el control del país; este es un riesgo que nunca debe ser tomado. Ante desventaja numérica puede ser necesario recurrir a métodos francamente terroristas, como el uso de explosivos para acabar con líderes comunistas o incluso con masas de sus seguidores. Nunca debemos olvidar que el objectivo de los comunistas es esclavizarnos y convertir al estado en un sistema de represión totalitario; los comunistas no son personas.

Las medidas económicas del socialismo son bien conocidas: control de precios y de salarios, expropiaciones, control de divisas, racionamiento, centralización y colectivización. La creación de cooperativas y comunas es una de las formas en que los comunistas aparentan estar en favor de la descentralización ecónomica, siendo que en realidad hay una total centralización económica en manos del estado. El control de precios siempre crea un mercado negro del que los allegados al gobierno siempre logran sacar una gran ventaja. El control de divisas crea otro mercado negro: el de la moneda, y también aquí los principales beneficiados son aquellos que controlan el acceso a las divisas. El colapso económico del socialismo siempre lleva a las conocidas colas para obtener productos cada vez más escasos. "Revolución", "salarios justos", "precios justos", "soberanía económica", "prevenir fugas de capital", "abastecimiento popular", "democratización de la economía", ya conocemos las frases que usan los comunistas para justificar su destrucción.

Los comunistas buscan centralizar todo el poder en sí mismos. Exclaman: "¡todo el poder para los soviets!", "¡todo el poder para las comunas!"; lo que significan es: "todo el poder para el estado!", "todo el poder para nosotros!". Desprecian nuestras libertades como "libertades burguesas": no las necesitan. Prefieren la "libertad y soberanía cubana", y su "forma de democracia".

Los comunistas han infiltrado todos los países, y extienden sus tentáculos por todas partes. Son expertos en infiltración y subversión. Promotores siempre de la lucha armada y responsables de las más grandes masacres que la humanidad haya presenciado, han encontrado una táctica muy útil al promover el pacifismo y el desarme entre todos aquellos que se les oponen, mientras simultáneamente arman y entrenan guerrillas, colectivos, milicias y otros grupos paramilitares e infiltran las fuerzas armadas. Los comunistas han además aprendido a ser víctimas profesionales; cuando cae uno de sus guerrilleros ponen en marcha toda una red de propaganda, haciendo marchas y plantones, escribiendo artículos en periódicos y revistas; utilizando a intelectuales de izquierda para escribir libros y formar grupos de presión al gobierno. Siempre son pintados como "inocentes estudiantes" y "víctimas del gobierno represor", tal es la subversión ideológica que han logrado; ningún otro grupo armado jamás recibiría tal tratamiento, imaginemos que en lugar de ser comunistas fueran nazis, ¿quién los apoyaría? Sin embargo los comunistas, cuya ideología ha causado la muerte a ~100 millones de personas reciben lástima y apoyo.

Para un populista es fácil obtener el apoyo de gran parte de la población durante un tiempo, regalando el dinero y subsidiando a todo el mundo, mientras quema las reservas de la nación y reparte la riqueza de los demás; sin embargo, cuando se acaban las reservas y las políticas económicas llevan inevitablemente al colapso económico, no hay forma alguna de mantener el apoyo de la mayor parte de la población. El comunismo sin duda es una potente religión, e incluso ante el colapso económico, cuando aparecen las colas, y la violencia y represión se generalizan, todavía habrá una proporción significativa de la población que seguirá creyendo en la revolución, pero imposible que sean mayoría. Hasta los más tontos comenzarán a despertar y cuestionar al régimen. Es por esta razón que la totalidad de la población debe estar armada; una población donde todos sus miembros están fuertemente armados es imposible de mantener bajo el yugo comunista. En México los comunistas están a punto de hacerse con el poder; es obligación de todo mexicano, armarse hasta los dientes y resistir cualquier intento de desarme por parte del gobierno. Los problemas y riesgos de las armas palidecen ante el peligro del comunismo.

Todos aquellos que se opongan al comunismo deben inmediatamente formar grupos armados bien preparados y entrenados para resistir el asedio comunista. Una población que se deja doblegar por el comunismo no merece lástima: aquellos que no están dispuestos a luchar por la libertad merecen la esclavitud; no derramaremos lágrimas por ellos.

El comunismo es una religión: sólo los tontos se la creen, y mientras más tontos, más se la creen. Los que más en serio se toman los principios de su religión, y sus estúpidos textos sagrados, son también los más violentos y represivos. Lo mismo ocurre con el comunismo, donde los más fervientes creyentes son los que han creado los regímenes más brutales y asesinos. Karl Marx prometió el cese al "tráfico"[de mercancías] y la desaparición del dinero; cada quién daría lo que pudiera y recibiría lo que necesitara; no habría tampoco división del trabajo en el comunismo, cada quién podría hacer cualquier cosa a cualquier hora.

Aquellos que se tomaron más en serio esas promesas fueron los jemeres rojos en Camboya; eliminaron el dinero y destruyeron todos los registros bancarios, eliminaron la división del trabajo y pusieron a todos a trabajar en campos colectivos; masacraron a gran parte de la población. No todos se han creído esas promesas, por eso no todos los comunistas han llegado tan lejos en su aplicación.

Karl Marx sin duda fue un genio, y es natural que su Manifiesto Comunista haya tenido tanta influencia en el mundo. Sus argumentos son falaces, pero suenan verdaderos; ni el argumento más riguroso puede combatirlos, ha sido necesario un siglo de desastrosos experimentos comunistas para entender sus consecuencias, y aún así no ha desaparecido esta religión, mostrando tremenda persistencia. Es un error fatal pensar que esta ideología ha acabado en el siglo XX, luego de su colapso generalizado; sin duda volverá a cubrir el globo terrestre, con terribles consecuencias.

En Rusia todavía hay gran cantidad de comunistas; entendible hasta cierto punto, a pesar de la enorme represión que sufrieron y de la pobreza a que los condenó el comunismo, puesto que el colapso del comunismo significó también el colapso de su economía: las reformas económicas no se realizaron en forma correcta y su economía en vez de mejorar se desplomó. Ya se ha recuperado enormemente su economía bajo el liderazgo de Vladimir Putin, sin embargo Rusia nunca transformó del todo su economía. No podemos confiarnos en que no reaparezca la fallida Unión Soviética en un futuro cercano.

En China, ese enorme territorio donde los maoistas realizaron las mayores masacres que haya presenciado la humanidad en toda su historia, aún siguen siendo comunistas. Si bien ha habido grandes reformas económicas para una transición al mercado, nunca debe ignorarse que el país aún es controlado por el Partido Comunista y aunque su ideología se ha moderado, puede en un futuro volver a radicalizarse.

Así pues todavía tenemos un mundo dominado en gran parte por el comunismo, que yace latente, como dormido, esperando la oportunidad para volver a infectar.

Pero, ¿cómo va a llegar el comunismo a México? Las instituciones mexicanas gozan de absoluto desprestigio por su corrupción. La gente cansada de los partidos de siempre vuelve su mirada a la izquierda, donde encuentran promesas de cambio: un gobierno sin corrupción y una nueva era de prosperidad. Tras el velo de moderación se ocultan los radicales de izquierda. Su triunfo por la vía democrática es casi inevitable, y aunque así no fuera tomarían el poder mediante un golpe de estado, y sin duda con gran apoyo popular. La transformación de México no ocurriría de manera instantánea, sino con el tiempo, gradualmente. El colapso absoluto tardaría unos años en aparecer, pero ya entonces sería demasiado tarde para hacer algo al respecto: el control ya estaría en sus manos.

Tomemos las armas y preparémonos para la larga lucha hacia la libertad. ¡Muerte al comunismo!