Toda historia debe tener un comienzo, desarrollo y final, de esa manera es más sencillo entender cómo las cosas van cambiando y se ven los resultados de sus acciones en las transformaciones que hayan sufrido. Un sueño no tiene por qué respetar esas leyes, el principio puede ser el final y el cierre no es más que el comienzo de una historia que no se puede saber si ha ocurrido. Espero que sea fácil de asimilar que nada de esto tiene una motivación de tener sentido, es emoción pura, en su estado mas natural que se muestra para ser expresado con palabras. No busco convencerte, motivarte o inspirarte, solo que seas capaz de ver un aspecto de mi personalidad que nada mas existe cuando tu estas.

Era de dia, recuerdo poder sentir el calor y la luz del sol dejaba ver más allá de lo que me rodeaba de manera sencilla, somo si el mismo sueño estuviese mostrando que ante ti nada puedo ocultar. Me diste las llaves de un carro, cuando intente encenderle la llave se partio, quedando en pedazos tan pequeños que ni siquiera era capaz de recogerlos para realizar el intento de encendido. Subi mi mirada y alli estabas, la reacción estaba tan atada a mi personalidad que ni siquiera dormido puedo huir de ella, la culpa y ese sentimiento de no ser capaz de poder evitar a toda costa los errores que cometo, invadio y toda la luz que antes podia ver se habia ido. La noche cayo junto con los pedazos de las llaves. Al verte, la luz de la calle te iluminaba y dejaba tu rostro con detalles tan precisos que me impresiona comprender el entusisamo con el que te recuerdo, era solo ese faro lo que podía ver junto con tu cara, como si ante la oscuridad de la noche aún me permitieras ver el camino hacia donde debo ir. Nada dijiste, nada expresaste, sin embargo, todo de ti entendí cuando tu mirada me hizo comprender que no había razón ninguna para seguir culpandome por equivocarme, verte era saber que los errores eran una forma de aprender y que todo podía estar en paz mientras tuviese la fuerza de seguirte observando. Y si hubiese estado naufragando, en tus ojos hallaría el faro que me devolviese la esperanza de retornar a la vida.

Los sueños y la vida despiertan estan basados en la misma motivación, todo cambia, a veces sin que puedas darte cuenta de esa evolución. Aparecimos en mi casa, estaba parado frente a la cocina y tu te acercabas con los brazos abiertos, no pude hacer más que imitar el gesto abrazandote y aunque hubiese querido evitarlo, la razón se hallaba dominada por la emoción de sentirte en contacto con mi piel para dejar salir cada caricia que en algún momento imaginé y que el miedo impedia. Mientras te abrazaba subiste la mirada, hallé lo mismo al verte que había encontrando en la escena anterior, seguridad y la suficiente confianza como para dejarme llevar por la emoción en la que tus labios se encontraba la muestra más grande de perfección que en ningun otro lugar pudiese haber encontrado. La victoria se hallaba en la batalla que cada uno libraba con los labios, mi lengua dejaba salir su fuerza y la tuya resistia cada intento mostrandose aún más capaz de seguir adelante. Mis manos subían por tu espalda, la camisa que tenías se deslizaba como si supiese que debía dejarse llevar y evitar seguir conteniendo tu cuerpo desnudo, nada se me imponía, nada evitaba que viese tu piel, todo se dejaba ir ante el fluir de mis manos sobre ti. La habitación nos llamaba, encajaste en la cama como quien reposa sobre un lugar que siempre estuvo hecho para sí, tu pantalón había desaparecido y ya solo quedaba la ropa interior que se mostraba como el último esfuerzo que debía causar. Solo se iría si era capaz de erizar cada nervio y ella por cuenta propia se marcharía como quien sede ante la seducción de un encanto; eran los besos más pacientes, que se alimentaban de calma al escuharte gemir por lugares que nunca habías sentido capaz de dejar salir tal sonido, subía con mi lengua a través de tus piernas, muslos y cada paso se daba con movimientos circulares que el calor de mi respiración más te inspiraba a dejar salir en forma de palabras no dichas que era justo así como debías ser tocada. Cuando llegué a tu entrepierna nada me impedía ver los labios que ahora con mucha más pasión quería besar, la respiración entrecortada podías sentirla allí, era la sensación de estar en la cima del mundo y haber alcanzando el más placentero logro. Asomé mi lengua, te erizaste como si al mismo tiempo todo tu cuerpo hubiese sentido la misma emoción, un escalofrío que solo es capaz de sentirse cuando todo tu cuerpo esta abierto al hecho de disfrutar que alguien más te haga compañía. Fuiste tu quien me contuvo, fuiste tu quien lo pidio y que como serpiente que es tendada por el sonido, me acerque hacia ti dejando que todo mi cuerpo penetrara en el tuyo, mis manos calzaron en tus senos como piezas que esperan unirse para encajar y así los movimientos de ambos eran la danza que solo el sexo podía hacer bailar. En cada instante sentía la perfección, cada segundo era eterno porvenir de bienestar y todo pesar se dejaba fluir entre los liquidos que brotaban del cuerpo, el sudor de tu cuello era el más dulce nectar que pudiese probar y el sondio de los gemidos que emanaban al movernos ascendia al mas perfecto coro de angeles. Por todo ese tiempo, la perfección se hallaba cruzada con nuestros nombres.


No recuerdo como desperté, si el sueño terminó de alguna u otra manera, ni siquiera qué pasó después de la sensación de que encajaban con cada parte de tu cuerpo que pude sentir. Solo recuerdo que al despertar, quería regresar, verte y hacerte sentir todo lo que allí ocurrió, como un hecho que jamás debió haber encontrado final.