Nunca pensó que podría verse en semejante desastre, su cara mostraba tanta preocupación que se veía un poco desfigurada, estaba en la cornisa del edificio, tenía un pie delante del otro y estaba dispuesto a caer, las gotas de sudor le resbalaban por las mejillas, su traje lo incomodaba y la máscara se le caía lentamente, estaba dejándose caer al vacío.

Todo comenzó aquella madrugada, el frío lo envolvía de pies a cabeza, abrió los ojos y se sentó en la cama, se talló la cara y se esforzó por levantarse, una vez que lo hizo, prendió su lámpara de buró, caminó hacia el baño de su cuarto, prendió la luz  y se miró en el espejo, era un día como cualquier otro, sus pesadillas lo habían despertado otra vez, se enjuagó la cara y se secó con la toalla, caminó hasta el closet del cuarto, tomó una chamarra gris y se la puso, se quitó su pantalón de piyama y se puso un short para correr. Antes de salir paso por el pasillo y vio su computadora, la encendió y se sentó en su silla ejecutiva, movió el ratón de la computadora y abrió su foro de noticias, como la mayoría de las veces, al querer escribir un nuevo artículo, no sabía por dónde empezar, después de un rato comenzó a escribir y escribir, nunca pensó en ser escritor incluso aunque era muy bueno redactando y describiendo sus intereses, su sitio estaba entre los más populares del país, en ese sitio el motivaba a la gente a protestar y expresaba sus puntos de vista, también era un poderoso activista online, tenía tecnología para hackear datos de páginas web, por supuesto, nunca dejando atrás el anonimato, termino su nuevo artículo y apago el monitor de la computadora, bajó las escaleras y salió de la casa. Él vivía no muy alejado de una pequeña ciudad, apartado solamente por un bosque. Como todas las mañanas, se estiró un poco y empezó a correr, veía los mismos árboles y tomaba la misma ruta de siempre, no había nada diferente.
Su vida no era tan interesante desde que lo despidieron de su trabajo, él había estudiado medicina y era cirujano con certificados en bioquímica, pero cuando salió de la universidad no pudo encontrar un trabajo así que, se convirtió en maestro de química, aunque no dejó de buscar otras oportunidades, unos años después, cuando reunió suficiente dinero, instaló su consultorio privado donde trabajaba con otros médicos con los que había estudiado, aunque eso duró poco ya que uno de sus compañeros fue arrestado por vender medicamentos ilegales y el consultorio se cerró. Algunos meses después encontró un trabajo en un hospital donde trabajo varios años, por su trabajo constante lo nombraron supervisor del hospital y luego de un tiempo ya era director general, fue ahí cuando cometió su gran error, diagnosticó equivocadamente a un paciente y no comprobó previamente si este padecía alergias a algún tipo de medicamento y estuvo a punto de ocasionarle un grave problema de salud. Abría la puerta de su casa hasta que sintió algo en el hombro y giró,
en el pórtico de su casa estaba un hombre con un traje gris, unos zapatos negros y tenía su sombrero en la mano,
- ¿Es usted Alexander Starkey? – Si, - respondió titubeando – Vengo a entregar su correo - dijo el hombre con un tono espeluznante.
- ¿Mi correo? Este… ¿Usted no es el cartero verdad?
- ¿Puedo pasar? – le preguntó el hombre.- Adelante- le contestó con curiosidad.
Adentro de la casa el hombre dejó su sombrero y tres sobres en la mesa, se sentó en el sillón y cruzo las piernas, - ¿Desea algo?- preguntó Alex
- No, no, gracias está bien, solo tengo un mensaje rápido que compartir con usted. ¿Cuál es? -Dígame. Soy un ex agente de la CIA, renuncié por gente como usted. ¿Cómo yo? – Respondió sorprendido - ¿Usted está familiarizado con el foro de internet InformaticSec.net? Si, ¿Qué tiene que ver con…? -Yo trabajaba en la división de seguridad informática, Renuncié a la CIA porque vi tus textos, lo que escribías ahí, ¿era tuyo? – Lo interrumpió bruscamente el hombre - Si, todo lo escribí yo, ¿para qué son los sobres?
Dinero, pasaportes e instrucciones. - Pero yo ni siquiera lo conozco, no sé ni cómo se llama usted o…- No necesita saber nada, tome todo esto y siga las instrucciones, necesito irme, me están buscando, - ¡¿si corre peligro para que vino a mi casa?!
- Lo entenderá, por favor siga todas las instrucciones al pie de la letra, no puede leer la siguiente instrucción hasta que cumpla con la primera, recuerde, no puede escribir nada en ningún sitio web de ninguna manera  ¿está bien? – ok, está bien, ¿quiere que le ayude en algo? -No, me voy, solo sigue las instrucciones. El hombre abrió la puerta, hizo un gesto y se despidió con la cabeza, cerró la puerta y se escuchó el motor de un auto arrancar y marcharse.
Alex se paró y empezó a dar vueltas, pensando que iba a hacer, si la CIA había visto lo que escribió,  lo irían a buscar seguramente, él no quería ir a la cárcel y no tenía dinero para ningún tipo de fianza o el pago de un abogado, subió las escaleras y mientras caminaba por el pasillo vio de nuevo su computadora de escritorio, la encendió y empezó a borrar todos los datos que tenía, hizo tantos movimientos que la computadora empezó a calentarse, la apago y tomó el CPU, continuó caminando por el pasillo y giró a la derecha, justo a las escaleras que llevaban al sótano, abrió la cerradura de la puerta y se metió, dejó el aparato en lo más recóndito del lugar y corrió escaleras arriba, fue a su cuarto y sacó una maleta del closet, tomó toda la ropa que alcanzo y la amontono toda dentro de ella, cerró la maleta y se fue por su computadora portátil, le sacó el disco duro y lo echó por el inodoro, caminó hacia la cocina y abrió una gaveta,  sacó de adentro una bolsa con muchas latas y tomó un galón de agua , lo metió en un compartimiento de la maleta y corrió a su cuarto otra vez, se sacó una llave del bolsillo, abrió la cerradura de un cajón de su escritorio, ahí había otro disco duro, lo tomó y se lo puso a su laptop, caminó hacia la puerta y la abrió, tomó la llave del auto y quito el seguro de la puerta de la casa, la cual se cerró justo después de que el salió, caminó con un paso apresurado al carro y apretó el botón que abre los seguros. Se metió, colocó la llave dentro del encendido y arrancó el motor, puso marcha atrás, las ruedas rechinaban en la tierra y las ramas, sin importarle que le pasara algo, se fue a toda velocidad, pero se heló su corazón cuando vio por el espejo del auto y se percató de que alguien lo estaba siguiendo, dio una vuelta en U y paso justo al lado de este y lo vio, era un hombre con un traje negro y unos lentes de sol, su rostro era inexpresivo y serio, se fue apresurado a la ciudad y por más que giraba por las calles, el auto lo seguía discretamente. Empezaba a anochecer y Alex se sentía cada vez más nervioso, después de unos minutos lo pudo perder, se estacionó en un motel de la ciudad y se bajó, alquiló una habitación, fue una noche muy difícil, ya que estaba muy asustado por lo que le había acontecido, durante varias horas estuvo pensando que iba a hacer, cuando recordó que le había dado unos sobres el hombre de traje, tomo un sobre, lo vio por fuera y luego se sentó en la cama, rompió la esquina y la jaló poco a poco hasta que lo rompió por completo, lo extendió un poco y vio una gran cantidad de dinero, ¿Quién le daría tal magnitud de dinero a una persona que ni siquiera conoce?, sacó su billetera del bolsillo trasero y puso algo de dinero ahí dentro, guardó su billetera y sacó el siguiente sobre, lo rompió en pedazos y vio que tenía pasaportes de muchos países con una foto suya que subió a una red social, lo guardó en  su maleta y cogió el último sobre, este lo abrió cuidadosamente y sacó una hoja de papel doblada en partes, la desdobló y tenía una dirección y un número.
San Carlos Bariloche #1932
Puerta 27
Al día siguiente cuando acudió a la dirección se encontró con un edificio de bodegas bastante peculiar, era antiguo y adaptado a la época moderna, tenía colores obscuros, bajó del auto y entró, había un pequeño mostrador al final del pasillo, camino hacia él y puso el papel sobre el escritorio, la mujer le entrego una llave y le hizo una seña hacia dónde ir. Se acercó a la puerta donde la mujer le indicó y giró para agradecerle, pero ella ya no estaba, la puerta lo condujo a otro pasillo donde había varios lockers, busco el número 27 y cuando lo encontró se quedó parado viéndolo, intrigado abrió la puerta y para su sorpresa encontró una máscara de plástico duro. La tomó y la admiró un momento, estaba totalmente blanca y tenía la nariz un poco alargada, un bigote negro en V que llegaba hasta sus grandes cachetes, tenía una boca recta y con el labio inferior un poco más marcado, unos ojos ligeramente rasgados con las cejas negras en curva hacia arriba y por último una barba que se marcaba hacia abajo. Detrás de esta había un sobre mas, no tenía nada escrito por fuera, levantó la pequeña pestaña y lo jaló todo, dentro había una un boleto de avión y una nota que solo decía:
Aeropuerto John F. Kennedy
19:30
- ¿Nueva York eh? – se preguntó a sí mismo, se subió en su auto y se encaminó en la carretera hacia su destino, su viaje fue largo y aburrido.
Una vez en la gran manzana se estacionó en una estación de gasolina y continuó hacia el aeropuerto, cuando llegó se puso a pensar a donde tendría que volar, cuando llegó a la puerta vio el tablero de destinos, 19:30… No encontraba ningún vuelo, - Pasajeros con destino a Los Ángeles a las 19:30 reportarse en la puerta 5, Alex verificó que tenía el boleto y caminó hacia el lugar indicado, pasó por varias revisiones y ya en el avión, tomó una siesta. Bajó del avión y todo iba tranquilo hasta que vio un hombre con un traje negro y lentes oscuros que tenía un letrero en la mano que decía “Alexander Starkey”, Alex se quedó mirando al tipo y de repente, este lo reconoció y corrió como loco detrás de él, Alex corrió como jamás lo había hecho en su vida, evadiendo a todas las personas, giró a la derecha y se encontró con un pasillo estrecho con dos puertas al final, intento abrir una y la perilla estaba trabada, intentó con la otra y también estaba trabada, retrocedió unos metros y se abalanzó sobre la puerta, esta se abrió y luego de un segundo la cerró detrás del hombre, siguió corriendo por donde podía y se encontró con otra puerta, la abrió y se encontraba en otra sala de espera, busco letreros por todos lados,
- ¡Bingo! Puerta 3 – exclamó Alex con felicidad mientras cerraba la puerta detrás de él, caminó por la sala buscando la salida cuando escuchó una mujer gritando su nombre - ¿Pasa algo malo? – Preguntó asustado – No, nada, es solo que tenemos un paquete para usted, pero bajo tan rápido del avión que no se lo pudimos entregar – Muchísimas gracias señorita – le respondió haciendo un gesto con la mano. Se sentó en una de las sillas de la sala de espera y removió las cintas de la caja poco a poco, dentro de esta encontró un traje de su talla totalmente negro, una camisa blanca y una corbata roja de seda, debajo de todo había una nota:
Park Avenue #21
Apartamento 6, Los Ángeles
Tomó un taxi desde el aeropuerto hacia la dirección, cuando llegó vio un anuncio que decía que el departamento era suyo, que hiciera lo que quisiera, pronto le daría más instrucciones. El departamento era muy bonito, tenía un balcón donde podía ver una gran parte de Los Ángeles y era muy amplio, le gustaba mucho y estaba contento de que fuera suyo. Pasaron unas semanas y Alex no sabía qué hacer, había continuado escribiendo en su sitio web y también expreso algunas ideas en la comunidad 4chan.com, mucha gente lo empezó a seguir y todo iba bien, descargó todos los programas para su computadora portátil y ya le era posible hacer lo que hacía antes, tenía su traje nuevo puesto y estaba creando un logo nuevo para su organización en línea, cuando iba a dibujar la cara del personaje no se le ocurrió nada más que la máscara que le habían dado días antes, pero antes de que pudiera modificarlo, la puerta retumbó, miró fijamente hacia afuera y corrió a su habitación, tomó la máscara, se la puso y se fue hacia el balcón.
Nunca pensó que podría verse en semejante desastre, su cara mostraba tanta preocupación que se veía un poco desfigurada, estaba en la cornisa del edificio, tenía un pie delante del otro y estaba dispuesto a caer, las gotas de sudor le resbalaban por las mejillas, su traje lo incomodaba y la máscara se le caía lentamente, estaba dejándose caer al vacío.
La puerta finalmente fue destrabada y llegaron varios hombres con trajes negros y lentes de sol junto con el tipo que le había metido en este lío.
- ¿Acaso no te dije que no comentaras nada en ningún lado? Toda esa gente que manipulaste ahora seguirá tus ideas, ¿tienes la menor idea de lo que esto nos hace perder?, será diferente de ahora en adelante, todo por tu culpa.
Sabía que si lo atrapaban lo torturarían y lo matarían, pero tenía una escapatoria fácil, el hombre sacó un arma de su bolsillo del saco y lo apunto, Alex volteó a verlo y esbozó una sonrisa, e incluso, aunque la máscara le cubría la cara, sabía que podía verla, el hombre estaba a punto de jalar el gatillo, pero Alex había desaparecido.

-Anónimo