La ideocracia: análisis y crítica

La ideocracia, desde el simple hecho de mirar la palabra, es poder o gobierno de las ideas. O como dice Unamuno en sus propias palabras, ‘tiranía de las ideas’. Estoy de acuerdo con Unamuno en sus varias opiniones sobre el concepto de las ideas y las personas que las sostienen. En que la ideocracia es esencialmente una jerarquía de las ideas, lo que en sí mismo es inútil, dado que las ideas son sólo un medio para alcanzar un fin. En mi opinión, las ideas son un medio para lograr cambios o actos, no el acto en sí. Por lo tanto, vivir bajo una ideocracia es perjudicial no sólo para las personas, sino también para el concepto de libertad. Si se espera que tengamos un cierto conjunto de ideas, la libertad de expresión o de pensamiento será imposible. Además, bajo una ideocracia la gente sólo será reconocida por las ideas que tiene, en lugar de por los actos que lleva a cabo.

Unamuno redactó este ensayo como una carta para su amigo Ramiro de Maeztu, ensayista español (“De las tiranías todas, la más odiosa me es, amigo Maeztu”; “He aquí por qué, amigo Maeztu”). Ambos escritores pertenecían a la Generación del 98, nombre con el que se conoce a un grupo de escritores, ensayistas y poetas españoles que nacieron entre 1864 y 1876. También llamada "generación del desastre”, estos escritores se vieron profundamente afectados por la crisis moral, política y social desatada en España por la derrota militar en la guerra hispano-americana y la consiguiente pérdida de Puerto Rico, Guam, Cuba y las Filipinas en 1898. Este acontecimiento llevó al grupo de escritores a cuestionar y a reexaminar las enseñanzas que habían recibido hasta aquel momento. Unamuno reflexiona en su carta a Maeztu en cómo las ideas se toman como verdades absolutas cuando simplemente son ideas y cómo ellos daban por cierto las ideas que les habían enseñado: a esto se refiere con la palabra “ideocracia”.

Aunque las ideas que Unamuno trae acerca de este tema son interesantes y provocativas, la lectura de este ensayo fue agotadora y extenuante. Tal vez sea porque no tenía la disposición adecuada antes de leer o simplemente porque no estoy acostumbrado a analizar e interpretar ensayos como éste, pero yo realmente no pude disfrutar leyéndolo. La utilización de lenguaje figurada en su retórica honestamente me confundía, perdiéndome en un océano de símiles y metáforas. Unamuno utiliza términos con los cuales no estoy familiarizado, tuve que tener a mi lado un diccionario durante mi lectura para poder entender de lo que estaba hablando. Quizás si este ensayo hubiera sido escrito en estos tiempos modernos, donde todo es condensado y más directo (debido a las alcances tecnológicos y la disponibilidad de información en el Internet), se me hubiera hecho más fácil comprender y disfrutar de La ideocracia de Miguel de Unamuno.