apoyaba la cabeza contra el cristal de la pared, con el vaso en la mano,
mirando el centro como si en el fondo se reprodujeran las imagenes de su mente.
-no se... estoy perdido. de verdad que ya no se lo que estoy haciendo, no lo se...
-no dramatices, siempre que estas borracho dramatizas.
aquel chico con corbata se sento en la cama a su lado, con aire confidente, cruzado de piernas.
el chico del vaso entrecerro los ojos, arqueando las cejas.
-no estoy borracho, y tu lo sabes. lo sabes perfectamente. -replico.
-bueno, que mas da... estas dramatizando, y odio cuando dramatizas. es como si necesitaras
darle a todo un tono tragico para llegar a darte cuenta de lo mal que haces las cosas.
luego no cambias nada y sigues mordiendo el polvo exactamente de la misma forma que lo
has hecho siempre, ni mas ni menos. por eso me da asco.
-joder, suerte que te tengo a ti para lo peor, eh? - habia empezado a darle vueltas al vaso,
esperando encontrar algo valioso escondido en el reflejo de alguna de sus curvas. entonces
levanto la cabeza, y mirando al frente, con la vista perdida en el aire añadio
-bueno, y que? acaso tu has hecho algo por mi aparte de contar las cucharadas de polvo que me trago?
el chico de corbata, que a estas alturas se habia levantado para dar algunos pasos, cavilando
con la mirada a ras del suelo, de pronto giro la cabeza hacia su compañero, sorprendido.
-por lo menos, yo hago algo por mi mismo. por lo menos, yo no voy a quedarme el resto de
mi vida encerrado en esta habitacion, alucinando con el puñetero culo de un vaso. y por lo menos,
si lo hago, tu no vas a tener que saberlo.
pese a que no habia levantado el tono, la hostilidad era evidente. ambos llevaban demasiado
tiempo juntos, compartiendo aquella vida bajo el mismo techo, arrastrando las mismas cargas
en la misma celda del purgatorio. el chico de la corbata se habia acercado a su compañero,
plantandole cara de frente y mirandole a los ojos, y pese a que este ultimo le rehuia la mirada,
al final enderezo su postura sobre la cama, dejo el vaso sobre la mesilla de noche y le dirigio
una mirada gelida, intentando ocultar que reprimia las lagrimas. no era su mejor momento.
-que te jodan. yo no te he pedido nada. llevas toda la vida detras de mi comparandome con todo lo
que no soy. como si fuera yo el reflejo deforme de lo que TU quieres ser.-
el chico de la corbata respiro despacio, mirandole con desden, pero tras un momento, sus labios se
curvaron en una sonrisa desagradable y fingiendo condescendencia le susurro:
-tanto jode ser un perdedor?
el chico del vaso tiro la mesilla de una patada repentina y le vocifero a su compañero que se
callara.
-como voy a dejar de morder el polvo si nunca has quitado tu bota de mi cabeza?!
las manos se habian cerrado con fuerza y sus brazos temblaban con violencia. todo su cuerpo lo
hacia. pero sabiendo lo poco que sirve la rabia contra la derrota irrecuperable, el odio hacia la
verdad, desvio la mirada al suelo, y llevandose las manos a la cabeza le escupio un ultimo grito.
-largate!
su viejo amigo retrocedio un paso, permanecio alli de pie un instante, observando aquella imagen,
aquel hombre sin vida, sin expresion, temblando con las manos sobre la cabeza como un crio asustado.
entonces dio media vuelta y se dirigio hacia la puerta.
el chico del vaso se dejo caer hacia delante, apoyando su cabeza sobre el espejo de la pared,
sollozando y clavando sus dedos en la sien. pero su reflejo ya se habia apartado de el, y su sombra
recien estaba despegandose de sus pies. el color se le caia de la cara como una mascara y el sonido
huyo de su voz como una estampida de caballos salvajes mientras su reflejo alcanzaba el quicio de
la puerta.
derrotado y exhausto, su dueño se echo hacia atras, sentado en la cama con la cabeza hacia arriba,
como si algun dios pudiera oirle. el veneno habia empezado a hacer efecto hace rato, hace mucho rato,
y ahora le parecia evidente. entonces entreabrio la boca y suspiro la poca fuerza que habia quedado
estancada en su cuerpo tembloroso, murmurandole a su reflejo, con un ultimo hilillo de voz.
-y ahora que?
su reflejo, ya entrando en el pasillo, se dio media vuelta, y mirandose a si mismo a traves del espejo,
se ajusto la corbata.
-buscate la vida.
dejo que la frialdad se filtrara por su voz hasta empañar el cristal.
entonces se arreglo las mangas de la chaqueta y se fue, dejando que los pasos resonaran en el pasillo,
como si marcara el ritmo de una solitaria marcha funebre, hasta que abrio la ultima puerta y se hizo
la oscuridad.