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- <span style="font-size:20px;">Presentación</span>
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- Esta historia es muy antigua; ha sido transmitida por generaciones, habiendo así llegando a mí por boca de mi padre, a quien también se la contó su padre. Hoy, te la contaré a ti, y así, tal vez logres descubrir la verdad que hay detrás, detrás de esta historia, detrás de esta leyenda, la leyenda del dragón.
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- Hace aproximadamente 500 años, un grupo de arqueólogos descubrió en algún lugar un montón de huesos gigantes. A pesar de encontrarse en mal estado, el tamaño, la forma, y los daños que tenían dejaban muy en claro que se trataba del cadáver de una criatura que, aún viva, había sido incinerada hasta morir.
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- Sin embargo, hubo alguien que se atrevió a investigar a fondo tal suceso, Acrasio, quien no se conformó con la idea de que se tratara de una lagartija gigante que escupía fuego, pues en ese entonces la existencia de los dragones no era más que un mito; algunos decían haberlos visto, pero la presencia de estos parecía tan escaza que la idea no lograba instalarse como algo real, pues no bastaba con que fueran solo unos cuantos los testigos.
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- Conforme Acrasio investigaba, se fue dando cuenta de que algo andaba mal; todo era extraño, confuso y enredado; las teorías que había acerca del cadáver se contradecían, por lo Acrasio se acercaba cada vez más a la verdad, una cruda verdad.
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- El Dragón, efectivamente exitió, es más, probablemente aún exista.
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- <span style="font-size:20px;">Capitulo 1</span>
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- Ahí me encontraba yo, en el campamento que el profesor Acrasio y sus pupilos habíamos instalado en las cercanías del Pueblo Rábano. Era ya muy noche, por lo que me encontraba en mi cama más que preparado para dormir. Cerré mis ojos, di un último suspiro y, cuando al fin estaba a putno de consiliar el sueño, un sonido molesto me lo arrebató. Pam-pam-pam hacía la campana del campamento, la cual debía ser tocada únicamente en caso de emergencias. Sabiendo esto, me levanté rápidamente de mi cama y salí a ver qué sucedía. Ahí había ya bastante gente reunida, toda con expresiones en el rostro que me hacían pensar que se encontraban tan desconcertados como yo sobre lo que estaba pasando. Delante de todos ellos se encontraba el profesor, quien más que preocupado, parecía feliz, si no es que hasta eufórico. En cuanto me vio, me llamó hacia él y me dijo que a partir de ese momento debía documentar todo lo que sucediera. Así, inmediatamente después de que se girara para comenzar a dar instrucciones al resto de sus pupilos, saqué de mi mochila un cuaderno y un lapiz y empecé a escribir todo lo que veía.
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- El profesor se puso a seleccionar gente de manera aparentemente aleatoria, aunque tiempo después me daría cuenta de que había seleccionado a gente con aptitudes específicas para la larga aventura en la que estábamos por adentrarnos. Una aventura que sin duda resultaría ser una de las experiencias más increíbles de mi vida, y que terminaría cambiando mi forma de ver el mundo.
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- <span style="font-size:16px;">Diario - Día 1</span>
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- El día de hoy hemos dejado el campamento muy temprano. El cielo estaba algo nublado y hacía bastante frío, por lo que tuve que ponerme el abrigo que mi esposa Emilia me tejió el mes pasado.
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- Justo como el profesor lo había etablecido ayer, debíamos viajar a la Ciuad de Madrian, actualmente en ruinas, pues según lo dicho por él, se encontraba ahí una pista clave para resolver el misterio. Sin embargo, siendo tan largo el trayecto hasta allá, debíamos parar antes en el Pueblo Norton para descanzar y reabastecernos de comida.
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