Advertisement
irokoin

¿Democracia... Realidad o Ilusión?

Aug 5th, 2013
90
0
Never
Not a member of Pastebin yet? Sign Up, it unlocks many cool features!
text 5.86 KB | None | 0 0
  1. LA GRAN SUPERSTICIÓN
  2.  
  3. Vaya por delante que cada vez que, en las siguientes líneas, nos referimos a "democracia" estamos haciéndolo, indistintamente (¿qué más da?), a cualquiera de los sistemas políticos que utilizan tal fachada, sea la plutocracia con apariencia partitocrática, que sea esa "verdadera" democracia fantasmagórica de la que tanto se habla sin que nadie sea capaz de situarla concretamente ni en el tiempo ni en el espacio. Todo apunta a que aquello que en Bachiller estudiábamos como una de las varias formas de gobierno, con la que puede estarse de acuerdo o no, ha llegado a convertirse en una superstición con todas sus características.
  4.  
  5. Los que creen en la democracia, como buenos supersticiosos, creen estar protegidos de todo mal merced a su mágico influjo. Piensan incluso que en aquellos casos en que la democracia no pueda protegerles totalmente, actuará como una especie de piedra filosofal que convertirá el mal en bien. Lo habéis visto muchas veces: si a cambio de tener democracia hay que soportar paro, droga, quiebra de valores, terrorismo, miseria, delincuencia, vasallaje, lo que sea, no importa. Lo importante es la democracia. Ella lo solucionará todo. Así, cuando alguien ofrece soluciones a esos y otros problemas es rápidamente anatematizado por no creer en la democracia (la democracia, como superstición que es, no tiene soluciones reales para nada) y se rechazan sus planteamientos, prefiriéndose seguir soportando cualesquiera calamidades siempre que el tótem no sea tocado.
  6.  
  7. Como cualquier superstición, se justifica a sí misma y no encuentra defensa más que en sí misma. Mientras que el marxismo considera enemigos a los de la "clase obrera", del “materialismo dialéctico” o de la "dictadura del proletariado" y el fascismo se coloca a los enemigos de la Patria, la Raza o la Civilización, la democracia habla sólo de enemigos de la democracia. ¡Usted no es demócrata! ¡Eso no es democrático! ¡Lo de mas allá no es propio de una democracia!. Y ya está. Se quedan tan satisfechos. No hay mas qué hablar: los no creyentes están excluidos sin más discusión. Las supersticiones nunca han resistido el debate ni el razonamiento, por eso hay que evitarlos a toda costa. Al igual que otras supersticiones, tiene sus rituales propios que se "sabe" que, independientemente de su desarrollo y resultados reales, funcionan y que lo importante es que se participe ellos. El más importante de esos rituales se llama "elecciones".
  8.  
  9. Cuando hay elecciones, los gurús de la secta siempre afirman que lo mas importante es que todo el mundo participe y, tras ellas, siempre, sin excepción, ocurra lo que ocurra, se afirma que se ha dado una lección de comportamiento democrático. El solo hecho de la existencia de ese ritual y su participación en él garantizan el bien futuro. Exactamente igual que cuando se creía que determinada ceremonia garantizaba cosechas, protegía de los guerreros enemigos, sanaba enfermedades o aseguraba la descendencia.
  10.  
  11. Las supersticiones al institucionalizarse, como ha ocurrido con la democracia, se convierten en idolatría. Estas tienen sus sumos sacerdotes, los cuales jamás creen realmente en la superstición, pero se sirven de ella para controlar a los creyentes, eliminar a sus enemigos, ganar posiciones de poder y obtener ventajas sociales y económicas. Los sumos sacerdotes de la democracia demuestran su descreimiento cuando predican democracia y, a un tiempo, reprimen cruelmente a los que no creen en ella (no son raros los sacrificios humanos en sociedades idolátricas), lo que no les impide seguir ensalzándola y viviendo espléndidamente a costa de los supersticiosos "de base".
  12.  
  13. Es normal que el supersticioso identifique el Mal con el no creyente, aunque éste observe un comportamiento impecable (el fascismo es anatematizado e identificado con el Mal sólo por no creer en supersticiones) y aunque ese mal sea consecuencia de la democracia, además de su aliado (por ejemplo, en España, los supersticiosos y sus santones insisten sospechosamente en identificar a ETA y los compañeros de viaje de ésta con los enemigos de la democracia, sin explicar por que los etarras fueron tan perseguidos por Franco y tan bien tratados por nuestro democrático régimen; sin explicar por qué ETA asesinó al nada demócrata Carrero Blanco -además con la inestimable colaboración de la embajada de EEUU y de la CIA, grandes guardianes de la democracia en todo el mundo-, abriendo el camino a la instauración de la democracia en España; sin explicar por qué la formación política que cuenta con más caídos a manos de ETA es Falange, aunque ello parece ser un secreto para los hierofantes democráticos; sin explicar por qué el mayor ensañamiento etarra lo han sufrido durante años y años los escasamente demócratas falangistas, requetés y franquistas; sin explicar muchas otras cosas. Pero es que las supersticiones, ya lo hemos dicho, no pueden explicarse ni razonarse). Resumiendo, el que no cree es malo y el malo lo es porque no cree.
  14.  
  15. Exactamente la supersticiosa teoría del gafe. Pero la relación del supersticioso con el que no lo es no termina ahí. Idéntico horror al que expresan los demócratas cuando tienen noticia de un no creyente es el demostrado por el supersticioso convencional cuando ve a alguien que, carente de manías, pasa bajo una escalera. Y el mismo desdén que un demócrata dirige a quien no lo es podemos observarlo cuando a un creyente en el Tarot se le discute su fanática creencia. Cualquier crimen cometido en nombre de la Gran Superstición no es propiamente un crimen, sino una necesidad para mantener la propia superstición. Montecasino, Dresde, Hamburgo, Hiroshima, Nagasaki, Prusia, Palestina, Vietnam, Corea, Granada, Panamá, Somalia, Haití, Yugoslavia, Irak, etc. han tenido que ser víctimas del "fuego purificador democrático", sin que ello importe lo más mínimo, porque ha sido por la Democracia.
Advertisement
Add Comment
Please, Sign In to add comment
Advertisement