Ultima llamada a la razon

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Un trabajador británico ARP británico lee una copia del discurso de Adolf Hitler " UN ÚLTIMO LLAMAMIENTO A LA RAZÓN ", que fueron lanzados desde un bombardero alemán el 2 de agosto de 1940, sobre Londres.

La andanada contenía una traducción al Inglés de un discurso que Adolf Hitler hizo en el Reichstag instando a Inglaterra a abandonar su animadversión por Alemania, evitar la guerra en el continente y unirse contra los esfuerzos de expansión bolcheviques de Stalin. A juzgar por la expresión de la cara del hombre, se puede asumir este Británico ya ha tomado una decisión: la guerra con Alemania era inevitable y la paz un chiste.

El rechazo de Winston Churchill de las numerosas propuestas de paz alemanas condenó a un estimado de 60 millones de seres humanos a la muerte a través de Europa.

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UN ÚLTIMO LLAMAMIENTO A LA RAZÓN POR ADOLF HITLER, DISCURSO ANTE EL REICHSTAG, 19 de Julio de 1940

Debe haber tomado al menos 2 horas entregar el discurso, a partir de la pérdida sufrida tras la Guerra 1914-118 y que las condiciones impuestas a Alemania en Versalles eran intolerables y una humillante discriminación, privando así a la nación alemana de todos sus derechos. Las relaciones del Reich con el resto del mundo era simplemente un intento de llevar a cabo una revisión definitiva del Tratado de Versalles, tanto como fuese posible, esto se lograría por medios pacíficos. El folleto dice que todos los intentos realizados por Alemania para obtener la igualdad para el pueblo alemán a través de una revisión del Tratado resultaron infructuosos.

En octubre de 1939 Hitler hizo un llamado a la alianza de Francia-Gran Bretaña para no continuar la guerra e hizo hincapié en las consecuencias de la esta guerra que sólo pueden ser devastadoras de ser ignorada esta apelación.

Alegando que eran los belicistas los que necesitaban una larga guerra porque habían invertido gran parte de su capital en acciones de armamento, habían comprado la maquinaria y por lo tanto el tiempo requerido para el desarrollo de sus negocios y la amortización de sus inversiones. Haciendo hincapié en el punto de que fue Francia y Gran Bretaña, los que declararon la guerra a Alemania en 1914 y de nuevo en 1939.

La inteligencia alemana dijo haber tenido información de las intenciones anglo-francesas de crear problemas en los Balcanes que se traduciría en la corte del suministro de petróleo de Alemania y la ocupación inmediata de un número de los puntos más importantes, con el pretexto de impedir a Alemania de otros recursos de guerra. El caso del "Altmark" mostró en el momento, que el Gobierno de Noruega no estaba preparado para salvaguardar su propia neutralidad.

La concentración de tropas aliadas en las fronteras de Holanda y Bélgica puso la neutralidad de estos países en duda, haciendo necesario para Alemania el tomar algún tipo de acción preventiva en la protección de sus propias fronteras. Los folletos cubren la acción militar desde septiembre 1939 hasta la caída de Francia y figuran en detalle todas las promociones y honores otorgados a los altos oficiales del estado mayor.

Los miembros del Reichstag fueron informados de que la pérdida de armas en Noruega y en especial durante la campaña contra Holanda, Bélgica y Francia era totalmente insignificante y que el ejército y la fuerza aérea fueron más que perfectamente equipados y más fuerte en el avance contra Gran Bretaña. Los volantes destacaron el pesar de Hitler que, a pesar de todos sus esfuerzos honestos y determinados, no había tenido éxito en lograr una amistad con Inglaterra que a su juicio habría sido una bendición para ambos pueblos.

Dos tercios de las últimas páginas tratan sobre el futuro plan de cuatro años propuesto por Alemania y terminando con la declaración final de Hitler:

"En esta hora siento que es mi deber ante mi propia conciencia el apelar una vez más a la razón y el sentido común, en Gran Bretaña tanto como en otros lugares. Me considero en condiciones de presentar esta apelación ya que no soy el vencido mendigando favores, sino que soy el vencedor hablando en nombre de la razón. Yo no puedo ver ninguna razón por la que esta guerra deba continuar. Posiblemente el señor Churchill nuevamente haga a un lado esta declaración mía diciendo que no es más que el miedo y la duda en nuestra victoria final. En ese caso, yo ya he liberado mi conciencia en cuanto a las cosas que están por venir”