Advertisement
Guest User

La primera impresión

a guest
Dec 27th, 2013
101
0
Never
Not a member of Pastebin yet? Sign Up, it unlocks many cool features!
text 3.99 KB | None | 0 0
  1. Antes de venir a Venezuela lo único que sabía es que las cosas serían muy diferentes a lo que estaba acostumbrada en Noruega. Las diferencias fueron notables desde el vuelo hacia Caracas en Frankfurt. Había muchas (y ruidosas) conversaciones entre los pasajeros que obviamente no se conocían. La chica sentada a mi lado intentó hablar conmigo usando el poco inglés que sabía, y yo le contesté (incómoda, pero educadamente) con el poco de español que sabía. Era muy amigable e incluso me dijo su nombre y su número telefónico por si algún día necesitaba algo. Esto ciertamente no pasaría nunca en Noruega donde la gente no habla con extraños a menos que sea estrictamente necesario.
  2. Cuando el avión aterrizó la gente ya se había parado de sus asientos y estaban listos con sus maletas antes de que el capitán pudiera siquiera anunciar nuestra llegada a Caracas. La tripulación intentó de la mejor manera informarle a los pasajeros que todos tenían que permanecer sentados hasta que la señal del cinturón se apagara, pero a nadie pareció importarle un coño. No pude evitar reírme, aunque fuera un poquito.
  3. Cuando llegué al control de pasaportes estaba muy confundida porque no había señales que seguir ni línea que formar. ¡De hecho ni siquiera había un sistema de filas! En el completo caos decidí solo pararme detrás de una persona y esperar que fuera el lugar correcto; por suerte lo fue. Después de una buena hora más o menos logré pasar sin problemas, pero no pude evitar notar un gran cartel que decía que sobornar a los controladores estaba estrictamente prohibido.
  4. Cuando me dieron mis maletas y ya estaba lista para dejar la seguridad del aeropuerto me di cuenta de que ese era el momento. No había vuelta atrás. Estaba sola en una de las ciudades más peligrosas del mundo. Debo admitirlo: estaba muy asustada, pero al mismo tiempo emocionada y algo orgullosa de ser tan aventurera. Tomé aliento y salí de la zona de llegada.
  5. ¡Y qué caos! Había gente en todos lados con carteles de llevar pasajeros. No podía parecer perdida, así que caminé determinadamente hacia una cafetería y le pedí al guardia de seguridad una llamada al chofer de mi hotel. Mientras estuve ahí parada esperándolo me di cuenta de lo paranóica que estaba. Todos parecían criminales, mi mente se puso en modo de supervivencia: "¡no confíes en nadie!". Por supuesto la mayoría de las personas era gente normal esperando por amistades y familiares, pero las historias acerca de secuestros y robos seguían apareciendo en mi cabeza.
  6. Sí, estaba asustada, pero logré calmar mi cara. Mientras la gente pasaba a mi lado oía gente ofreciendo taxis baratos o buenas tasas de dólar. ¡Finalmente mi chofer llego! Salimos (que fue como entrar en un horno) y entré en el cuarto que me llevaba a mi hotel en el centro de Caracas.
  7. Es difícil describir lo que sentí en el carro cuando me llevaba desde el aeropuerto hacia Caracas en la oscuridad, pero haré lo posible. Primero que nada: ¡Dios mío, definitivamente me voy a morir si no baja la velocidad o deja de mandar mensajes de texto! El viaje fue algo que nunca había experimentado en mi vida: la velocidad, el cambio constante de canales, el uso del hombrillo como un canal real, las cornetas, la mensajeadera, la falta de cinturón de seguridad y el extremo olor a gasolina eran abrumadores. Al mismo tiempo, era hermoso. Las montañas llenas de luces por todos lados y la sensación de estar en un lugar completamente desconocido me hicieron sonreír, a pesar de mi miedo a morir en un accidente de tráfico.
  8. Ahora sé que las bonitas montañas llenas de luces no son tan bonitas de día. Mientras nos acercamos al centro llegamos a los "barrios", que tienden a ser áreas... menos seguras, por ponerlo de un modo amable. Ahí estaba asustada y realmente solo quería estar en la seguridad del hotel. Esta experiencia fue una montaña rusa emocional y no podía estar más feliz cuando llegué y me dieron las llaves de mi cuarto, que tenía aire acondicionado y una cama inmensa.
Advertisement
Add Comment
Please, Sign In to add comment
Advertisement