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APARECE "LA SECTA JUDÍA" EL CRISTIANISMO

Oct 18th, 2013
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  1. Hay una raza nueva de hombres, nacidos ayer, sin patria ni tradiciones, unidos contra todas las instituciones religiosas y civiles, perseguidos por la justicia, universalmente marcados de infamia, pero que se glorian de la execración común.
  2. (Celso, "Discurso verdadero contra los cristianos").
  3.  
  4. … los judíos, amontonados en un rincón de Palestina, que por ignorantes en letras, jamás habían oído que tales cosas habían sido contadas otrora por Hesíodo, y por muchos poetas divinamente inspirados, imaginaron una historia muy creíble y muy grosera. Dios habría fabricado con sus propias manos un hombre, habría soplado sobre él, habría sacado una mujer de sus costillas, les habría dado unos mandamientos, y una serpiente que contra ellos se habría erguido, sobre ellos triunfó: buena fábula para las viejas, narración donde contra toda piedad, se hace de Dios un personaje tan pobre desde el comienzo, que se muestra incapaz de hacerse obedecer por el único hombre que él mismo ha formado.
  5. (Celso, "Discurso verdadero contra los cristianos").
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  7. APARECE "LA SECTA JUDÍA" EL CRISTIANISMO
  8.  
  9. Comenzamos en el año 33, fecha en la que fue crucificado a manos de los romanos un rebelde judío de nombre Yahsua o Jesús, que se había autoproclamado Mesías de los judíos y rey de Israel. En esta primera fase expansiva del cristianismo cobra especial importancia Schaul de Tarsus (para la posteridad, San Pablo), un judío con ciudadanía romana, de educación helenística y cosmopolita, aunque criado bajo el integrismo judío más recalcitrante. En un principio, este personaje se ha dedicado a perseguir a los cristianos (que, no olvidemos, eran todos judíos) en el nombre de las autoridades del judaísmo "oficial". En un momento dado de su vida, "cae del caballo" (literalmente, según se cuenta) y se dice a sí mismo que una doctrina que ha tenido semejante efecto hippiesco entre los mismos judíos, causaría una devastación terrible en Roma, odiada a muerte tanto por él como por casi todos los judíos de su tiempo, resentidos por la ominosa ocupación de las legiones, las graves guerras contra Roma y las deportaciones.
  10.  
  11. Tras su gran revelación, San Pablo decide que el cristianismo es una doctrina válida para ser predicada a los gentiles, esto es, a los no-judíos. Con esa inteligente y perversa habilidad diplomática para los "negocios" y los movimientos subversivos, San Pablo establece numerosas comunidades cristianas en Asia Menor y en el Egeo, desde las cuales se predicará histéricamente la "buena nueva". Posteriormente, se fundan numerosos centros de predicación en Noráfrica, Siria y Palestina, pasando inevitablemente a Grecia y a la misma Roma. Todo el mundo sabe hasta qué punto el cristianismo corrió como la pólvora por las "capas más humildes" de la población del Imperio, que eran las capas más orientalizadas étnicamente.
  12.  
  13. El cristianismo, pues, pasa al Imperio Romano con los judíos, encabezados por San Pablo, San Pedro y otros predicadores. Su naturaleza, basada en los siniestros misterios sirio-fenicios —que presuponían la pecaminosidad e impureza del ser que los practicaba—, resulta atractiva para las inmensas masas mestizas de los esclavos de Roma. Las primeras reuniones cristianas en Roma se llevan al cabo de manera secreta, en las catacumbas judías subterráneas, y en las mismas sinagogas judías se dan discursos y sermones cristianos, muy distintos a los que se darán en la posterior Europa cristiana: los discursos de San Pablo, por ejemplo, son gritos políticos, inteligentes, virulentas y fanáticas arengas a la rebelión contra todo el mundo europeo, y especialmente contra sus máximos exponentes: Grecia y Roma. En los discursos se mezclan incendiarias fórmulas como visiones delirantes del Apocalipsis, de la caída de Roma, la recuperación de Jerusalén, la reconstrucción del templo de Salomón, la matanza de los "infieles", la llegada del "reino de los cielos", la salvación eterna de Jesucristo, la horrenda condenación de los paganos pecadores y todas esas extrañas ideas orientales propias de mentes desequilibradas.
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  15. A MODO DE CONCLUSIÓN
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  17. El cristianismo primitivo se caracterizó por su intolerancia e intransigencia, y por considerarse a sí mismo como la única vía de salvación para todos los hombres del planeta; estas características fueron heredadas del judaísmo, del cual procedía y al cual imitaba. Demostró que, paradójicamente, el considerar iguales a todos los seres humanos es la peor forma de intolerancia, pues se asume como dogma de fe que la misma religión o moral es válida y obligatoria para todos los hombres, y por tanto se les impone, aun en contra de su voluntad. Este aspecto se renovó después con las otras grandes y virulentas doctrinas igualitarias: la democracia y el comunismo.
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  19. Los paganos, al aceptar la diferencia de pueblos, aceptaban también que éstos adoraran a dioses distintos a los suyos y tuvieran costumbres distintas, y nunca hubieran pensado en predicar su religión o su moral fuera de su pueblo. Les hubiera parecido ridículo predicar la adoración de Odín entre los negros, por ejemplo, y les daba exactamente igual que los semitas adoraran a Molloch. La táctica del pagano europeo siempre fue dominar por encima mediante el triunfo militar, no convertir a la fuerza o manipular los pensamientos. La reacción del cristianismo, en cambio, fue arrasar con todo aquello que pudiera recordar a las antiguas creencias y tradiciones paganas. Cualquier conocimiento medicinal, de las plantas o de los animales, era tachado de herejía y perseguido. En verdad, cualquier tipo de conocimiento que no fuera judeocristiano, fue perseguido concienzudamente. El terror espiritual había hecho su aparición en el mundo antiguo, irrumpiendo sangrientamente en Europa.
  20.  
  21. Esto es el cristianismo, y lo que vino después, amagos, collages, palimpsestos y mezclas de éste con el paganismo, en combinaciones inestables que nunca terminaron de cuajar en el confuso inconsciente colectivo europeo. En esos tiempos se sentó la esquizofrenia del actual Occidente: debatirse entre la heroica herencia romano-pagana o la humanista herencia judeocristiana.
  22.  
  23. Los fundadores de pueblos y los grandes conquistadores, habían querido que sus pueblos triunfaran y fueran eternos sobre la Tierra. No lo consiguieron a largo plazo, y desaparecieron todos. Los romanos, pues, pasaron a engrosar esa macabra lista. En Occidente, el futuro de milenios pertenecía a los germanos, que instauraron en toda Europa Occidental reinos feudales donde ellos se alzaron como aristocracia.
  24.  
  25. He enumerado hechos que señalaron el fin de la antigüedad clásica con toda su sabiduría, y el principio de una edad oscura. Esta edad oscura, que utilizó como herramienta a los germanos, y de la cual los germanos no fueron culpables (sólo dieron el toque de gracia a un monstruo decadente, y precisamente fueron ellos los que preservaron obras de arte romanas de la destrucción cristiana cuando tomaron el poder —ver el caso del rey Teodorico), duraría en Europa hasta la época del catarismo, de los vikingos y de las cruzadas en el Siglo XI, cuando los caballeros europeos descubrieron la tradición que Oriente había guardado y algunos frailes se dedicaron a recopilar conocimientos naturales como la medicina o la botánica. El legado mesopotámico, egipcio, persa y hasta cierto punto el griego y el hindú, fue conservado por la civilización islámica que, a diferencia del cristianismo, no sólo no destruyó el legado pagano, sino que lo conservó.
  26.  
  27. Decimos que el resurgir de la espiritualidad europea vino de mano de las castas guerreras y caballerescas. Y los resultados (unos más limpios que otros) más visibles de tal resurgir fueron el Sacro Imperio Romano-Germánico, los vikingos, la civilización occitana, los templarios, el Renacimiento italiano con su fascinación por el mundo greco-romano, y el Imperio Español.
  28.  
  29. Habrá quien pueda hacerse un lío con eso de la "herencia cristiana" de Europa. Yo no. Yo veo europeos viviendo con unas costumbres y unos ritos naturales, bellos y armoniosos, que llevaban al cabo automáticamente como la cosa más normal del mundo, tomando así parte en esa inmensa orquestra que es la Tierra. Veo un credo fanático predicado por integristas semitas procedentes de Oriente y de África, que inflamaron los ánimos de la basura del mundo en contra de las personas de bien, en contra de los europeos nativos, en contra de los representantes del orden y de la luz. Dijeron que esas ancestrales costumbres nuestras eran abominaciones. Dijeron que quienes las practicábamos éramos pecadores. Dijeron que nuestra ciencia era hechicería demoniaca, y nuestro arte, una blasfemia. Dijeron que quien no se arrodillara ante un nuevo y extraño dios oriental, merecía los peores tormentos. Maldijeron a los fuertes, a los nobles, a los luchadores, a los puros, a los filósofos y a los sabios, y bendijeron a los esclavos, los enfermos, los pisoteados, las prostitutas, los ignorantes y los cobardes. Destruyeron el legado que habíamos acumulado durante siglos. Mataron a nuestros líderes. Pusieron fin a un Imperio que bien hubiese podido, bajo influencia germánica, extenderse por el mundo entero. Sumieron a Europa en la ignorancia y proscribieron el saber. Durante siglos, extendieron la depresión, la culpa y el sentimiento de pecado, introduciendo en Europa ese cáncer que es el Antiguo Testamento, y ese veneno castrador que es el Nuevo Testamento. Si Europa pudo desarrollarse en esas condiciones, no fue gracias al cristianismo, sino a pesar de él, y gracias a las cosas que el cristianismo aun no había tocado.
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  33. NIETZSCHE SOBRE EL CRISTIANISMO
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  35. ¿Pero no lo comprendéis? ¿No tenéis ojos para ver algo que ha necesitado dos milenios para alcanzar la victoria?…
  36.  
  37. Ese Jesús de Nazaret, evangelio viviente del amor, ese "redentor" que trae bienaventuranza y la victoria a los pobres, a los enfermos, a los pecadores —¿no era él precisamente la seducción en su forma más inquietante e irresistible, la seducción y el desvío precisamente hacia aquellos valores judíos y hacia aquellas innovaciones judías del ideal? ¿No ha alcanzado Israel, justamente por el rodeo de ese "redentor", de ese aparente antagonista y liquidador de Israel, la última meta de su sublime ansia de venganza? ¿No forma parte de la oculta magia negra de una política verdaderamente grande de la venganza, de una venganza de amplias miras, subterránea, de avance lento, precalculadora, el hecho de que Israel mismo tuviese que negar y que clavar en la cruz ante el mundo entero, como si se tratase se su enemigo mortal, al auténtico instrumento de su venganza, a fin de que "el mundo entero", es decir, todos los adversarios de Israel, pudieran morder sin recelos precisamente de ese cebo? ¿Y por otro lado, se podría imaginar en absoluto, con todo el refinamiento del espíritu… algo que iguale en fuerza atractiva, embriagadora, aturdidora, corruptora… a aquella horrorosa paradoja de un "dios en la cruz", a aquel misterio de una inimaginable, última, extrema crueldad y autocrucifixión de Dios para salvación del hombre?… Cuando menos, es cierto que sub hoc signo [bajo este signo, latín] Israel ha venido triunfando una y otra vez, con su venganza y su transvaloración de todos los valores sobre todos los demás ideales, sobre todos los ideales más nobles.
  38.  
  39. ("Genealogía de la moral", Tratado Primero,
  40.  
  41. * * * * * * * *
  42.  
  43. La compasión pone trabas a esa ley de la evolución que es laselección. Conserva lo que ya está maduro para perecer; constituye una resistencia que milita a favor de los desheredados y los sentenciados de la vida. A causa del gran número y de la gran variedad de cosas fracasadas que conserva en la vida, confiere a ésta un aspecto sombrío y dudoso.
  44.  
  45. Multiplicar la miseria y conservar todo lo miserable, significa uno de los principales instrumentos para incrementar la decadencia.
  46.  
  47. ("El Anticristo", 7)
  48.  
  49. * * * * * * * *
  50.  
  51. El cristianismo sólo puede ser entendido si se parte del ámbito en el que apareció: no fue un movimiento de reacción contra el instinto judío, sino su consecuencia lógica, una deducción más de su terrible lógica. Por decirlo con las palabras del Redentor: "La Salvación viene de los judíos."
  52.  
  53. ("El Anticristo", 24)
  54.  
  55. * * * * * * * *
  56.  
  57. La incapacidad de ofrecer resistencia se traduce en una moral ("no resistas al mal" constituye la frase evangélica más profunda, y la que, en cierta medida, nos ofrece su clave).
  58.  
  59. ("El Anticristo", 29)
  60.  
  61. * * * * * * * *
  62.  
  63. El cristianismo ha difundido de la manera más intensa el veneno de esa doctrina que afirma que "todos tenemos los mismos derechos". El cristianismo ha hecho una guerra a muerte, desde los más recónditos rincones de los malos instintos, a todo sentimiento de respeto y de distancia posible entre los seres humanos; es decir, ha combatido elfundamento y la base de toda elevación, de todo avance de la cultura. Ha convertido en su arma principal el resentimiento de las masas contra nosotros, contra todo individuo aristocrático, alegre y generoso que pueda haber en la Tierra; contra nuestra felicidad en la Tierra. Conceder la "inmortalidad" a cualquier hijo de vecino ha supuesto el atentado mayor y más perverso que se ha cometido hasta hoy contra la humanidad aristocrática.
  64.  
  65. El cristianismo es una rebelión de todo lo que se arrastra por el suelo contra todo lo que tiene altura.
  66.  
  67. ("El Anticristo", 43)
  68.  
  69. * * * * * * * *
  70.  
  71. Para no perder de vista el hilo, consideremos ante todo que estamos entre judíos. La elevación de lo personal a la categoría de lo "santo", que alcanza en este caso un nivel de genialidad no logrado jamás por ningún otro libro ni por ningún ser humano, esa falsedad de palabra y de obra hecha arte, no es el fruto casual del don de un individuo, de un carácter personal fuera de serie. Es el producto de una raza. Todo el judaísmo, con su aprendizaje y su técnica seculares y rígidos, logra su obra maestra en el cristianismo en cuanto al arte de mentir santamente. Esa última ratio de la mentira que es el cristianismo representa al judío elevado al cuadrado e incluso al cubo…
  72.  
  73. Toda esa falsedad sólo fue posible por el hecho de que ya existía en el mundo una especie semejante, radicalmente semejante, de delirio de grandeza: el delirio de grandeza característico del judío. Cuando se abrió el abismo entre judíos y judeocristianos, no les quedó a estos últimos otra alternativa que utilizar contra los judíos los mismos procedimientos para sobrevivir que había dictado el instinto judío, mientras que los judíos habían estado hasta entonces empleando esos procedimientos contra los no-judíos exclusivamente.
  74.  
  75. ("El Anticristo", 44)
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  77. * * * * * * * *
  78.  
  79. En el momento en que los estratos enfermos y corrompidos de los parias (chandalas) se cristianizaron en todo el Imperio, existía, en su manifestación más hermosa y madura, su tipo contrapuesto: la aristocracia. La mayoría acabó dominando; el espíritu democrático de los instintos cristianos se impuso. El Cristianismo no tenía un carácter "nacional", ni estaba determinado por la raza: se dirigía a todas las variedades de desheredados de la vida, contaba con aliados en todos los sitios. El cristianismo se fundó en ese rencor característico de los enfermos que se dirige instintivamente contra los sanos, contra la salud. Todo lo que está bien constituido, lo altivo, lo soberbio y, sobre todo, lo hermoso, le hiere los ojos y los oídos.
  80.  
  81. ("El Anticristo", 51)
  82.  
  83. * * * * * * * * *
  84.  
  85. El cristianismo fue el vampiro del Imperio Romano; en una noche aniquiló esa obra ingente llevada a cabo por los romanos de conquistar un terreno sobre el que construir un imperio perdurable.
  86.  
  87. Efectivamente, San Pablo representó el odio del chandala a Roma, al "mundo", encarnado, convertido en genio; el eterno judío por antonomasia. Él fue quien intuyó la forma como se podría provocar "un incendio a escala mundial", con ayuda de la reducida secta cristiana, al margen del Judaísmo; el modo como se podía concentrar en un ingente poder, bajo el símbolo del "Dios crucificado", todo lo inferior, lo clandestinamente rebelde, la herencia entera de las intrigas anarquistas existentes en el seno del imperio. "La Salvación proviene de los judíos". El Cristianismo podía ser la fórmula que superar a todos los tipos de culto subterráneo (los de Osiris, los de la Gran Madre, los de Mitra, por ejemplo).
  88.  
  89. ("El Anticristo", 58)
  90.  
  91. * * * * * * * * *
  92.  
  93. En todas las épocas se ha querido "mejorar" a los hombres, y a esto se le ha llamado por antonomasia "moral". No obstante, en esta misma palabra se encierran las más diferentes tendencias. A la doma de la bestia humana y a la cría de una determinada clase de hombres se le dio el nombre de "mejoramiento": sólo estos términos zoológicos designan realidades, y realidades que precisamente el "mejorador" característico, el sacerdote, ni conoce ni quiere conocer... Llamar "mejoramiento" a la doma de un animal es algo que a nosotros nos suena casi como una burla. Quien sepa lo que pasa en los lugares donde se doma a animales salvajes dudará mucho de que éstos sean "mejorados". Se les debilita, se les hace menos dañinos, se les convierte en unos animales enfermizos, a base de deprimirles mediante el miedo, el dolor, las heridas y el hambre. Lo mismo pasa con el hombre domado que ha "mejorado" el sacerdote.
  94.  
  95. En la Alta Edad Media, cuando la Iglesia era realmente un lugar de doma de animales, se daba caza por todas partes a los mejores ejemplares de la "bestia rubia"; se "mejoró", por ejemplo, a los aristócratas germanos. Pero, ¿qué aspecto presentaba luego este germano "mejorado" a quien recluían con engaños en un monasterio? El de una caricatura de hombre, el de un engendro: lo habían convertido en "pecador", encerrado en una jaula y aprisionado por terribles ideas. Allí yacía enfermo, sombrío, aborreciéndose a sí mismo, con un odio mortal a todos los impulsos que incitan a vivir, recelando de todo lo que seguía siendo fuerte y dichoso: en suma, había sido convertido en un cristiano. Hablando en términos fisiológicos, en la lucha con la bestia, la única forma de debilitarle puede ser conseguir que enferme. Así lo entendió la Iglesia; echó a perder al hombre, lo debilitó, pero pretendió haberlo mejorado.
  96.  
  97. ("El ocaso de los ídolos", 5)
  98.  
  99. * * * * * * * * *
  100.  
  101. …los Evangelios constituyen un documento de primer orden; más incluso que el libro de Henoch. El cristianismo, surgido de raíces judías y sólo explicable como planta característica de este suelo, representa el movimiento opuesto a toda moral de cría, de raza y de privilegio. Es la religión antiaria por excelencia. El cristianismo es la inversión de todos los valores arios, el triunfo de los valores chandalas, el evangelio dirigido a los pobres e inferiores, la rebelión general de todos los oprimidos, miserables, malogrados y fracasados dirigida contra la "Raza"; la venganza eterna de los chandalas convertida en religión del amor.
  102.  
  103. ("El ocaso de los ídolos", 4)
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