"EL TRIPAS"
Se dirigió hacia mi con pasos alargados y a medida que se aproximaba, su mano se abria cruzando el espacio para apretar cordialmente  la mia. Era un hombre muy alto y huesudo. las personas delgadas por alguna razón creo que no son felices. tienen que privarse de tanto para conservarse esbeltas que no les queda tiempo para ser felices. Al menos eso pensaba hasta que conocí a este tipo  que mas bien pareciera que fué flaco desde siempre .
-Buenas tardes como esta?-
-Mi nombre es Jorge Gomez,  pero todos aqui en el vecindario me dicen el Dr Tripas.
- En que lo puedo ayudar?. -
- Mi presencia Dr Gomez es para conocer mas de personas que se han entregado a su comunidad y han hecho de su carrera un instrumento para ayudar a otros.-
- Cuenteme mas de ud. - Acoté.
Se acomodó frente a mi. cruzó sus escualidas piernas como cuando se cierra la tapa de un piano de manera elegante y sin prisa.
Se llevó la mano sobre la barbilla a modo de  urgar recuerdos. Ví que su rostro se cubrió de una sombra por sus pestañas grandes que ensombrecieron tenuemente  la camisa blanca almidonada que traia y sin titubear palabras. me contó.
Yo soy originario de Sanarate, Guatemala.vivi en el campo hasta los dieciseis años,  que fue el tiempo en que llegué aqui. Fui el mayor de cuatro hermanos y por ser asi tenia que cuidar de mi Padre que sufria de epilepsia. Alli aprendi la zafra de la caña.  A la par de mi padre haciamos el trabajo que le correspondia para alimentar a la familia. Desde niño se me asignó la tarea de verlo y cuidarlo. Al principio fue muy duro pero poco a poco fui conociendo su enfermedad y avisaba cuando llegaba. Yo no podia hacer más que recibir en mis pequeños brazos el cuerpo descompuesto de mi Padre. Una mañana me descuide por jugar a las canicas y cayó en las aguas estancadas del sembradío. Lo saqué casi muerto. Ya no volvio a ser el mismo. Me tocó trabajar a mi. Solo estudie hasta el tercer grado. Asi fue que me volvi alergico a la pelusa del bagazo de caña, esta caía constantemente sobre mi pequeña espalda mojada de sudor. Una noche, cuando ni los gallos quieren cantar por el frio,  se acercó hacia mi. Se sentó a la orilla de mi cama y me acarició la cabeza.
-Quiero que seas libre hijo mio-
enseguida me mostró un par de zapatos nuevos.
-Huye...anda al norte-
Asi fue que llegue aqui,  por un par de zapatos. Una esperanza. un sueño que nunca se deshizo. No me rendí. Estudié y regresé a Zanarate. Mi Padre ya habia muerto. Estaba enterrado entre los altivos Cañaverales. Mi madre ahora vive conmigo. Mis hermanos todavia siguen labrando la tierra. A mi se me dió la oportunidad de ser tan solo un instrumento para que otros asi como yo puedan cruzar el valle de los miedos. la suerte que tuve es que llevaba zapatos. Además que estaba encandilado en el camino con mis pies porque era la primera vez que usaba unos. Mi Padre los habia escogido bien. El sabia que necesitaba algo tan simple para ser libre.
Fausto Ravel.Se dirigió hacia mi, con pasos alargados y a medida que se aproximaba, su mano se abria cruzando el espacio para apretar cordialmente  la mia. Era un hombre muy alto y huesudo. las personas delgadas por alguna razón creo que no son felices. tienen que privarse de tanto para conservarse esbeltas que no les queda tiempo para ser felices. Pero este tipo pareceria mas bien que fue flaco desde siempre .
-Buenas tardes como esta?-
-Mi nombre es Jorge Gomez. Pero todos aqui en el vecindario me dicen el Dr Tripas. En que lo puedo ayudar?.
 Mi presencia Dr Gomez es mas bien para conocer mas de personas que se han entregado a su comunidad y han hecho de su carrera un instrumento para ayudar a otros. Cuenteme mas de ud.
Se acomodó frente a mi. cruzó sus escualidas piernas como cuando se cierra la tapa de un piano de manera elegante y sin prisa.
Se llevó la mano sobre la barbilla a modo de  urgar recuerdos. Vi que su rostro se cubrió de una sombra por sus pestañas grandes que ensombrecieron tenuemente   el suelo. Se reincorporó acomodandose el mandil de inpecable  blanco. Y enseguida sin titubear palabras. me contó.
Yo soy originario de Sanarate, Guatemala.vivi en el campo hasta los dieciseis años,  que fue el tiempo en que llegué aqui. Fui el mayor de cuatro hermanos y por ser asi tenia que cuidar de mi Padre que sufria de epilepsia. Alli aprendi la zafra de la caña.  A la par de mi padre haciamos el trabajo que le correspondia para alimentar a la familia. Desde niño se me asignó la tarea de verlo y cuidarlo. Al principio fue muy duro pero poco a poco fui conociendo su enfermedad y avisaba cuando llegaba. yo no podia hacer mas que recibir en mis pequeños brazos el cuerpo descompuesto de mi Padre. Una mañana me descuide por jugar a las canicas y calló en las aguas estancadas del sembradio. Lo saqué casi muerto. Ya no volvio a ser el mismo. Me tocó trabajar a mi. Solo estudie hasta el tercer grado. Asi fue que me volvi alergico a la pelusa del bagazo de caña.  Me caia sobre mi espalada mojada de sudor. Una noche, cuando ni los gallos quieren cantar,  se acercó hacia mi. Se sentó a la orilla de mi cama y me acarició.
-Quiero que seas libre hijo mio-
enseguida me mostró un par de zapatos nuevos.
-Huye, anda al norte- Asi fue que llegue aqui,  por un par de zapatos. Una esperanza. un sueño que nunca se deshizo. No me rendi. Estudié y regresé a Zanarate. Mi Padre ya habia muerto. Estaba enterrado entre los Cañaverales. Mi madre ahora vive conmigo. Mis hermanos todavia siguen labrando la tierra. A mi se me dio la oportunidad de ser tan solo un instrumento para que otros asi como yo puedan cruzar el valle de los miedos. la suerte que tuve yo es que llevaba zapatos. Ademas que estaba encandilado en el camino, porque era la primera vez que me los ponia. Mi Padre los habia escogido bien.
Fausto Ravel.