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- ❏ Nombre: Katia Ivanov
- ❏ Edad: 25 años
- ❏ Lugar de nacimiento: Rusia
- ❏ Ocupación: psicóloga.
- ❏ Complexión:
- *Raza: asiática
- *Altura: 1.71
- *Peso: 49 Kg
- *Color de ojos: marrón oscuro.
- *Color de pelo: su color natural es negro, pero le gusta teñirse para cambiar de look.
- *Vestimenta: es alguien a quien le gusta ir a la moda y disfruta arreglándose. Se considera coqueta, femenina, por lo que resalta esos atributos. Sin embargo, sabe cuándo hay que dejar los vestidos elegantes y los tacones a un lado y cambiarlos por unos vaqueros y un chándal. Su lema es "Para estar bella no hay que sufrir"
- ❏Personalidad:
- Es realmente complicado hablar acerca de uno mismo y más de una forma tan poco concreta. Imagino que lo más correcto sería empezar por mi nombre o mi edad, pero creo que son cosas irrelevantes ya que yo no las elegí, fueron cosas destinadas por el azar. ¿Si hubiera nacido otro día también me habría seguido llamando Katia? Quizá sí, quizá no, eso es algo que sólo mis progenitores podrían habernos aclarado.
- Para ser sincera, tengo 25 años aunque no los aparente. La fuente de la juventud eterna lo llamarían algunos. Sin embargo, yo lo llamo buenos genes y vida saludable. Y, queridos míos, no os dejéis engañar. Pese a que posea un rostro angelical no lo soy. Soy alguien que mantiene las distancias en todo momento hasta que se traspasa la primera barrera que da paso a que se comience a tejer poco a poco la confianza.
- No sé qué más añadir acerca de mí. Podría enumerar de manera casual los gustos más estándar que tiene todo el mundo: el cine, viajar, leer, escuchar música. Pero eso es tan común y tan aburrido que con una leve mención ya se le ha dado más importancia de la que merece en realidad.
- Para no saber qué decir acerca de mí, he de admitir que he revelado más información acerca de mi misma de la que me gustaría. Aunque, desgraciadamente, no puedo hacer ya nada por volver a ocultarla.
- ❏Fragmento de su historia:
- Parpadeó despacio y llevó los ojos a sus
- piernas desnudas. No sabía el tiempo que llevaba en la bañera vacía, pero
- tampoco le importaba. Por algún motivo extraño e incompresible, se sentía
- segura en aquel lugar, como si algo la protegiese, pese a saber que aquello era
- algo completamente ilógico. De nuevo, parpadeó despacio. Tanto, que creyó que
- no sería capaz de volver a abrir los ojos aunque lo intentase con todas sus
- fuerzas. Sin embargo, aquella teoría falló y frente a ella encontró el borde de
- la bañera, levemente manchado y desgastado por el paso de los años.
- En aquel instante, le faltaba algo, pero no
- sabía el qué. Sin demasiada prisa, repasó las necesidades básicas de su vida y
- llegó a la conclusión de que todas y cada una de ellas estaban cubiertas. Después,
- tras unos segundos, su pensamiento derivó en hacer un listado mental de las
- otras “necesidades” básicas.
- ¿Sexo…? No
- necesito más, no por el momento.
- ¿Alguien a mi lado
- al despertar…? No, también lo tengo.
- ¿Alguien a quien
- querer…? No, no lo necesito.
- Su mente continuó divagando, tratando de
- encontrar qué era lo que hacía falta en su vida. De forma inconsciente, llevó
- los ojos al espejo roto que había a su derecha y al encontrarse con su propio
- reflejo la primera palabra que le vino a la cabeza fue “patética”. Y, lo peor
- de todo, es que en realidad lo era. O, al menos, así se sentía desde hacía
- varios años.
- Pese a que hubiera tratado de explicar aquel
- suceso más de cien veces con la esperanza de que alguien le creyese, ni una
- sola de las personas que escucharon aquella historia lo hizo. Nadie pudo
- entender por qué con diez años trató de asesinar a aquel gatito indefenso que
- le regalaron por su cumpleaños. Nadie a excepción de ella entendió el mensaje
- que aquel animal le envió directamente a su mente. “O tú, o yo, no hay cabida
- para los dos” Y aquella niña de diez años lo único que hizo fue jugar sus
- cartas lo mejor que pudo. Era cuestión de pura supervivencia. Nadie en su sano
- juicio habría renunciado a la vida en el caso de haber tenido elección a
- hacerlo, por lo que sin dudarlo un solo instante, llevó los pulgares hasta sus
- ojos y los hundió sobre su blanda cabeza con tanta fuerza que llegó a creer que
- sus pulgares llegarían a atravesarla.
- El chillido de aquel animal que fue
- acompañado con el de las personas que había a su alrededor retumbaba en el
- interior de su cabeza con la misma intensidad que la primera vez que lo escuchó
- quince años atrás. Sin embargo, aún sentía que no era libre, que estaba
- encadenada a aquel animal que trató de quitarle su puesto sin que nadie fuese
- consciente de ello. Cansada de permanecer en aquella posición, cerró los ojos
- con suavidad y se concentró en sí misma. En sentir cada parte de su cuerpo, en
- controlar cada nervio, cada músculo, cada parte de su alma. Tras unos segundos
- en los que siempre sentía que se ahogaba, volvió a abrir los ojos dándose
- cuenta de que todo a su alrededor había cambiado. Con cierta indiferencia, miró
- la ropa que había ahora sobre la bañera y salió de ésta con un salto grácil y
- elegante. Como era costumbre en ella, se acercó al espejo y se observó en él,
- sintiendo por primera vez en su vida un extraño respeto hacia sí misma. Como si
- aquella fuera la primera vez que finalmente aceptaba quién era y lo que aquel
- hombre había hecho con ella cuando tan sólo era un bebé indefenso y abandonado
- a su suerte en un hospicio de mala muerte. Con los ojos llenos de sed de
- venganza, comenzó a caminar sin prisa, de forma elegante, notando en cada una
- de las almohadillas de sus patas la refrialdad del suelo de terrazo que había
- en el cuarto de baño. Sin molestarse en salir por la puerta puesto que no era
- necesario, saltó por la venta y ondeando la cola como si se tratase de una
- reina, comenzó a caminar camino hacia el bosque con la única intención de
- sentirse libre de verdad.
- ❏Forma de rol:
- El personaje posee dos aspectos. Uno como humana, que tendrá el avatar de Im Ji Nah (Nana) y el de animal en el que encarna a una pantera. Puede cambiar a voluntad, según le interese a ella.
- Como humana se comporta como una persona normal y trabaja de psicóloga.
- Como pantera puede comunicarse de forma mental pero sólo en el caso de que ella quiera. Entiende todo lo que le dicen porque bajo esa apariencia su mente sigue siendo humana.
- En el caso de no querer rolear con el animal, esa parte se puede obviar.
- Rol preferiblemente por privado o chat, aunque prefiero éste último para hacer los acuerdos de las historias a nivel offrol.
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