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Jun 30th, 2016
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  1. Tras años de estudio y bastante esfuerzo, llegó el día de mi graduación, pese a estar feliz por ellos, aún tenía muchas dudas sobre mi futuro.
  2.  
  3. Gracias a mi padre logré obtener un puesto para realizar mis prácticas en ABB, me llamaba la atención la idea de viajar mientras adquiría la prácticas de todo lo que ya sabía por la teoría, fueron sorprendentes todos los viajes que realicé, afiancé bastante mis conocimientos e iba en constante crecimiento en el mundo laborar, pese a ello me sentía vacío, aún no sabía que era el amor.
  4.  
  5. Con 23 años, y un mundo adelanta no sabía diferenciar entre el sexo, el afecto y el amor, solía tener charlas de carácter sexual por el celular, pero no de estilo morboso, sino más bien educativo, no se hace cuánto tiempo hablábamos no solo sobre esto sino también sobre otros temas “trascendentales”, después de todo no me gusta hablar mierda siempre; esta mujer siempre me causaba algo de curiosidad, y deseé conocerla, el destino jugó a mi favor, ya que en la empresa nos habían ordenado hacer algunos arreglos en unos generadores ubicados en cercanías a donde vivía aquella mujer.
  6.  
  7. Tras unos días en el nuevo país decidí llamarla para vernos, tomar algo y hablar un rato, al inició se mostró un tanto impresionada por el hecho de estar en su tierra, y tras meditarlo un instante aceptó con sencillez.
  8. Continué en mi trabajo mientras pasaban los días para tan esperado encuentro, quedamos en vernos en un pequeño parque donde preparaban los mejores capuchinos de la ciudad, habían allí algunas sillas y cuatro arboles bastante viejos, de sus ramas colgaban barbas que alcanzaban los 10 metros de longitud, un lugar bastante conciliador bajo mi mirada.
  9. Nos veríamos a las 3:00 de la tarde, como de costumbre llegué media hora antes, y sin previo aviso, ella se apareció faltando un cuarto, nos vimos de lejos, un tanto apenados, se sentó frente a mí en la mesa donde la esperaba, no hubo saludo, así que para romper el hielo, llamé le traje una taza de café, unas cuantas miradas y sonrisas, y comenzamos a hablar con fluidez, de la misma forma en que lo hacíamos al chatear.
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