Advertisement
Not a member of Pastebin yet?
Sign Up,
it unlocks many cool features!
- La luna es un hombre de ojos verdes
- "Susurraban sus secretos en los huecos de los arboles
- los enterraban con barro
- se limpiaban sus labios, como si todo fuera pecado
- y las palabras
- recorrían como rayos llegando a las raíces."
- Crearé un árbol único
- hecho del color de tu piel, hojas de tus iris
- encuentra la oquedad para susurrar
- las palabras que no me dices, por Dios
- porque son emociones enredadas
- son ríos desbordados
- pero mírame
- estoy en este puente a salvo
- aguanto el equilibrio
- arrugo con fuerza el vestido con mis puños
- pues como un imán me atrae saltar en tu angustia
- y esconderme contigo.
- Busca las palabras entre las hojas de primavera
- esperaré paciente entre tu oleaje
- pues la yo de tu cabeza danza en espiral
- no deja de marearme
- ¿tendrá un destino fatal?
- Pero ¿no es, sino poesía, lo que sentimos dentro?
- La yo de tu cabeza es una desconocida
- es un ser impertinente
- es una bruja de mil lenguas venenosas
- es una amante de todas las lunas que existen en el universo
- es el amor hecha carne y la soledad hecha agua.
- Tu yo mío es un evidente vidente
- de mis días alfas y omegas
- de mis palpitos extasiados.
- La yo tuya y el tú mío son girasoles bellos y espléndidos
- son niños acomodados en limbos
- big bangs creadores
- olas fuera de sí
- ojos que equivocaron el sentido intrínseco, no ven, se sienten.
- Pues en la oscuridad te veo
- y al verte te toco
- y al tocarte descubro el sentido sexto.
- Sobre amor y barro
- Desde el eterno beso bajo el arco
- hasta la infinitud de nuestros deseos
- he aquí la mujer que se ha rendido
- a los cincuenta billones de cantos que se escuchan tras los iris del hombre,
- la mujer con dedos de lava
- no toca lo sagrado porque conoce las maldiciones
- espera y espera
- en el lago, con su vestido de barro
- bajo las cuatro estaciones
- siempre las cuatro
- y sabe que su piel se agrietará
- que el profuso amor se olvidará
- Hay tanto dolor en ese metro sesenta y ocho
- que los demonios lo consideran un lugar de descanso
- y deben exorcizarla de cuando en cuando
- es por eso que sólo deja tras de si
- frases imperfectas sucias de arena
- ¡no la subyuguen mas!
- que sólo anhelaba yacer de su mano en los bosques
- hasta que sus cuerpos tuvieran raíces.
- Inocente.
- Se asienta el hielo de este invierno infinito en las aceras
- no es un amanecer cualquiera
- todo está vivo, oscuro y hechizado
- con nuestras botas rotas, paso a paso
- imagino mi metamorfosis
- seré estrella
- de ese cielo aún vago que está nocturno
- patinadora de piernas escarlata
- que danza para enamorar al alba.
- Los árboles, un día frondosos y fértiles
- en esta aurora, carecen del calor que necesitan por derecho
- no puedo taparlos, son todos, son muchos, soy menuda, soy nada
- soy pequeña y melancólica
- como una vela
- mi piel también daña, pero no ahora
- no ahora que recorro las calles con mis hermanas
- ellas pueden proteger a los demás de mi alma hambrienta
- se dan la mano y crean círculos alrededor de mi cuerpo
- danzando, ¡inculpándome con belleza!
- Hay cantos, pero son tristes
- y las estrellas se han escondido,
- y siguen danzando mis hermanas
- pero yo no pertenezco a esta tierra
- soy versátil e inconsciente
- inocente y nostálgica
- os juro que soy la princesa de una tierra muerta,
- pero mía, mía, mía.
- ¡deteneos!
- soy menuda y soy estrella
- No pueden tocarme, porque no pertenezco a la carne,
- mis pies están mojados, siento que he pisado todos los océanos
- y mis hermanas no lo saben, me tocan la cara, las manos
- ¡No estoy! ¡No intentéis violentarme!
- Todo es blanco y negro, blanca nieve, negros atuendos
- Patino, y los árboles se inclinan
- Humedad que me abraza.
- Y todo termina.
- Crucifixión
- Aquí viene la crucifixión de esta alma bucólica
- yazco en el precipicio
- gigante sol quemándome
- perdona mi cuerpo,
- no me dejes rota tu también, universo
- escóndete poco a poco, no mires
- aguantas el peso del dolor segundo a segundo
- y son tantas las penas, tantas ansiedades
- se manifiestan como moratones rosados
- profanando mi piel
- cansada de este terrorismo emocional
- incertidumbre asquerosa.
- Soñé que movías la cama
- y mi lado estaba contra la pared
- y todo se está derrumbando
- los cuadros, los espejos, mi ropa, las macetas, las paredes
- y reposo aquí
- en un campo yermo
- con un cuerpo yermo
- y únicamente espero recordando
- como creé mi altar en tus clavículas
- como confundí tu soledad con amor,
- tu carácter violento con una personalidad idílica,
- mientras sigo aquí esperando el pinchazo
- mientras cortas el fino hilo que ató nuestros ojos
- mientras ya eres solo arena deslizándose por mis dedos
- mientras me creeré ser nada de nuevo
- escucho reverberaciones de vidas pasadas
- de golpes contra la pared en laberintos poblados de tierra seca
- caducados corazones que después de todo
- siguen teniendo miedo.
- Y por alguna extraña bendición
- otros siguen frescos, cazando mariposas
- hasta matarlas y escupir sus alas.
- Pensamientos tras la tormenta.
- Miré al cielo mientras paseaba por ese cementerio de arenas
- peces muertos en la orilla tras la tormenta,
- y había un duelo entre demonios en las nubes
- ¡Se disipa! ¡El gran diablo ladrador huye!
- Y el mar golpea mis costillas
- como un vals violento
- me quiere dentro, todos me quieren dentro
- luchar es un arte que no comprendo muchas veces
- mis ojos lloran sal, mis huesos son espinas peligrosas
- y aún así me quieren dentro
- en áticos, océanos, en baños, en ascensores, en entierros
- sus lenguas, músculos curiosos e insaciables, no dejan de dañarme
- y de hacer cada día todo un poco mas imperfecto
- de expulsar mi alma y pegarme en el pecho.
- Aquí, en la mar, sólo soy un punto en la lejanía
- flotando y hundida, no tengo que esconderme
- que me golpean las olas
- y acepto, acepto.
- Destruye.
- Acojo en un gran abrazo tu tormenta primaveral.
- Destruye todos los cimientos
- en los que he confinado mis principios
- para renacer.
- Tribulación
- Me empeño en detener la atracción de los polos magnéticos opuestos.
- Quién es negro, quién es blanco
- si todo lo ilumina una lámpara roja creando un escenario trágico.
- Estás aquí, allí.
- Profundamente te pido que te alejes de mí
- No calmes mis ansias, déjame febril.
- Es mi mal, hay algo que te retiene, te expulsa
- es un mar de convulsiones este juego nuestro
- tan secreto y tan a voces
- me siento expuesta
- tápame.
- Deidades y otros cantos.
- Dignificarse
- es cazar mariposas en el desierto
- anorexia espiritual
- cuaresma y sólo deseo lo prohibido
- tu casa de madera
- y cerillas por el suelo
- dancé con pies vírgenes
- y mis piernas de hielo
- lamentos del hombre del acordeón
- no es París ya y nos queda un sombrero roto
- ¡Nos miran mis antepasados!
- Noto cuchillos en la nuca
- Y uso mis párpados como guillotina
- lo peor es que la sangre sabe a lágrimas
- Han muerto las deidades
- Han corrompido las ciudades
- soy el sonido de la polilla
- chocando con la bombilla
- Suben sus manos por mi muslo
- tienen lenguas de azúcar
- y mientras recuerdo
- los caballitos del carrusel
- les faltan colores y trozos
- y no puedo bajar
- Y madre no está
- y cada año está todo mas roto
- y vorágines que no se pueden abrazar.
- Imaginaba que eras tú quien me salvaba
- pero aún veo larvas en tu corazón
- tu incapacidad de amar
- es una carga muy pesada.
- Y tengo ya inviernos acumulados
- helando las flores
- frío en mis pulmones.
- Verde y cenizas.
- A través del espacio y tiempo te he escrito, rezado.
- Y eso es lo que no queda,
- ni espacio ni tiempo.
- Hay caminos sin tierra
- se vislumbran halos de luz,
- como apariciones de ángeles, entre arboles.
- Hay verde y hay cenizas,
- pero no ocupo el sitio que debería
- soy una espectadora incómoda
- soy una impostora de la verdad
- alargo el hilo invisible que une nuestros ojos
- hasta romperlo y cegarnos
- deduzco que la fragilidad es algo intrínseco, genético.
- y equivocándome de nuevo percibo tu piel con mi piel como arte.
- Yo también estoy hecha de rojo.
- El color pecador, el color mortal.
- No puedes ver rojo
- tiembla tu cuerpo como danzando en ritos sagrados
- en convulsiones espasmódicas terribles
- Y he aquí,
- el rojo de mi interior
- que extendería por tus labios como carmín.
- El rojo de mis uñas,
- abriéndote en canal y reparando con suavidad tu interior.
- El rojo de los ojos de mis huéspedes demoníacos internos
- El rojo del cielo quemándose,
- en esa apocalíptica despedida entre los cultivos.
- De rojo era el coche de tu tía
- es
- esté donde esté ese maldito coche
- y esté donde esté ella
- después de quitar(se) vidas.
- De rojo el corazón que no usas
- pudriéndose
- y piadosa lloro por él cada una de mis putas noches.
- Rojo lava de volcán eres
- destruyes todo lo que tocas.
- El cazador, mi padre.
- Bucólica voluntad la de mi padre
- aún veo el huerto, sus pies danzando sobre las coliflores
- desordenando la vida, imitando el baile del poeta borracho
- con tal frenesí que tiembla el suelo.
- Coge un arma, me dice
- Escóndete
- aunque pueda volar sin oponer resistencia
- Soraya, soraya, no eres inmortal
- y yo soy inmoral
- Ahí está mi padre
- Seco, ojos rojos de lagarto
- Dragón viejo, aún creyéndose importante
- Ahí está mi padre
- Y no tengo el arma,
- tengo doscientas cincuenta y tres palabrotas con las que pelear
- Tengo dos pies, zapatitos blancos
- Pero mi padre sigue merodeando
- ¿Protector o cazador?
- Han muerto las coliflores
- Huelo y me ahogo con su chaqueta de cuero
- Los ladrillos no están sueltos
- forman una unidad fuerte, orgía incapaz de terminarse
- ¡De poco me servís!
- Porque mi padre danza, en círculos, espirales diabólicas
- Porque es capaz de echar fuego, es capaz de romper el techo estrellado
- Sigue ese hombre que representa todo lo que detesto
- manos arrugadas, whisky, corrupto
- Tengo tierra entre las uñas, y sangre por las espinas de las rosas
- Ahí está el criminal de mi padre
- postrado, desafiando a los dioses,
- después de conseguir que este ángel muera
- el secreto que desconoce, mi querido padre
- es que ya puedo arrastrarme silenciosamente como las serpientes
- que he creado mi propio veneno
- que morderé sus pies, que caerá ensimismado
- Aquí está la hija
- con cuchillos en forma de vocales
- con danzas que mesmerizan, con santos rezándome.
- Lo que hubo.
- No vale retroceder dos mil pasos,
- lamentablemente andaría el mismo camino a ciegas
- y tu sabes que no supe amar tímidamente,
- celebro fiestas de cumpleaños nocturnas,
- y así es como quiero que me evoques,
- entre los cuatro mil billones de segundos de besos que se van perdiendo en la distancia
- Desde tu torre de vigía casi tocas el cielo
- pero no puedes reconocerme
- equivocas mi cuerpo con otros cien cuerpos.
- Yo si se dónde estas,
- empezando por los huecos vacíos y siguiendo en la oscuridad.
- Donde hay grietas, planto semillas
- Qué prisa, qué desazón
- la de los amantes en las paradas de autobuses
- en los portales, en los aeropuertos
- Sacuden en todos el ansía de poseer
- el estúpido e intenso estado de caer
- en redes que parecen eternas, vertiginosas, exclusivas.
- ¡Cómo iba a pensar yo en el descenso!
- Si estaba cegada por soles espléndidos
- En mí no cabían ya tantas soledades, sólo la intrínseca
- la de siempre, mi gemela malvada.
- Qué íntimo ese último beso
- qué mirones inoportunos
- Esa calidez nos toca de lejos, como el alma que deja el cuerpo
- y dice un último adiós.
- Todos tenemos ese adiós accidentado
- Tan interno para siempre.
- Has dejado semillas en mi estómago
- de petunias, margaritas y rosas
- crecerán por mi garganta
- florecerán en mi boca.
- Busco la infancia
- Apareció y me susurró en sueños
- ¿Recuerdas las tardes de verano?
- Incluso los insectos parecían diferentes
- fáciles, mareados, alcanzándolos con nuestros puños pequeños.
- Por supuesto que recuerdo mi boca desdentada
- Agarraba fuertemente mi vestido cuando una muela bailaba
- Tus manos suaves se adentraban
- errante mi manifestación exaltada
- Busco, la tierra antigua entre la nueva
- y no encuentro mínima prueba
- Debajo del gran árbol estaba nuestro pájaro
- en una cajita, con una polaroid dentro, enterrado.
- Dónde estás abuelo, que te intuyo
- qué me hablas desde lejos
- noto tu aliento, tu pelo huelo
- serás huesos, pero he aquí algo tuyo
- Y soy yo, que formo parte de nosotros
- heredando tu carácter, reconociendo de lejos los malos rostros
- y tu abrazo alentador siento que atraviesa mi cuerpo
- mientras observo estrellas que caen, cansada, de este juego solitario y eterno.
- Calma el alma.
- Desde el silencio
- las ventanas con cortinas malva sin oscilar
- estoy viciada con este encierro de primavera
- oh querido, nada que sacrificar
- No es lo que prometimos,
- pero sirve para calmar mi ansia por defender la belleza
- Pero nadie me busca, nadie me alaba,
- nadie me reza.
- O si..
- Despiertas y caminas, aún nocturna,
- y piensas si desear es añorar lo que sentiste
- o si desear es anhelar sin más lo que no has sentido
- o si es evocar lo que tuviste
- o si añoras lo que no tendrás mas
- o si
- o
- Feminidad
- Extasiada y poseída abandono estas cuatro paredes confortables
- Ya que están aquí los pájaros nocturnos
- y algo saben de nosotros
- sus épicos cantos a la noche incitan a desvestirse
- y danzar, entre ramas y hojas muertas
- a alzar los brazos, a buscarse o perderse
- sin pretender buscar respuestas
- sin importar lo que sus palabras cuentan
- desnudos y perfectos en la oscuridad
- como tiernos ángeles, con sus pelirrojos caracoles,
- con sus pulcros pies descalzos.
- ¡Amadme! Gritan los hombres
- ¡Amadme y abandonad la tranquila oscuridad!
- Si debo elegir entre la incertidumbre que me ofrecerán
- o la locura de la luna
- acepto ser lunática y libre
- acepto bailar entre flores
- acepto acogerme a los santos oscuros
- No me tendrán si van a atarme
- No me dañarán en el nombre del amor
- Volved con vuestras madres
- traviesos egoístas,
- dejadme en la noche camuflada por las olas
- comulgo con todas las soledades humanas
- entierro todos nuestros pecados en esta tierra mojada.
- Vamos a besarnos las manos
- y acunar nuestra alma maltratada.
- Vamos a rezarnos a nosotros
- besaremos arboles, comeremos sus manzanas.
- Des(interés)
- Ya no tengo miedo
- si abro mis finos brazos, abrazo sólo el aire
- tu cuerpo es alucinación
- tu voz esquizofrenia
- He estado durante mucho tiempo cuidando de tí
- regándote
- alimentándote
- hablándote de viajes interestelares
- del cosmos
- de mi ropa interior
- de que yo lloro del revés,
- las lágrimas caen dentro del globo ocular.
- La naturaleza
- Malditos animales vertebrados
- capaces de arrastrarse como si no lo fueran
- involución intelectual, supervivencia sentimental
-
- Esa costumbre de alimentar corazones viscosos
- como perros rabiosos hambrientos.
- Acurrucada en la oscuridad.
- quí otra vez
- Esta devoción hacía el vacío, este enamoramiento hacía lo hueco
- venerando llantos, obnubilada por la parte oscura de la luna.
- Entender las cosas y amarlas en su forma,
- pero es sólo que yo me obesiono con las partes oscuras, encuentro alivio en este ostracismo impuesto a voluntad
- La libre oquedad entre mis costillas
- a veces, mi rechazo me llena
- a veces, mi amor siente nauseas
- El destino y la elección
- La elección del destino.
- El destino ventrículo
- Algo que busco lamer, algo para besar, algo vano.
- Haz que tiemble mi cuerpo caprichoso.
- No me dejes en mitad de este camino errante, sinuoso.
- Me quiero de formas equivocadas.
- Perdóname.
- No abrazaré la muerte.
- Detrás de la vieja sombra de esta ciudad
- día tras dia, sombra cansada, sombra que siempre sabe a otoño, aún con su sol cegador
- y su luz brillante y a veces azul
- azul como mi cuerpo al anochecer
- azul, como las flores vivas entre las cosas muertas del cementerio de Torrero
- en el que hay ramas, en el que hay un camino, en el que las piedras pequeñas te acompañan, arañan mis dedos
- se adhieren como post it amarillos en neveras de barrios
- Detrás se esconden los regalos
- los regalos de la muerte que han escogido mis primos para ellos
- sin duda, sin pelea
- y tenemos que abrazarnos los que quedamos para no implosionar y sus palabras hermanas
- y mientras sigo detrás busco una nueva obsesión para tí
- ya que yo ya no soy suficiente
- ya que voy detrás de una sombra, paciente, tenue, cansada
- Regaría las ramas y hierbas muertas
- Regaría los gatos, regaría mis piernas para crecer
- para ver por encima de bloques de 13 pisos
- para dar un paso y cruzar de país
- para no elegir la febril tranquilidad
- para entender, desde la cima del mundo, por qué ellos abrazaron la muerte con un cuerpo tan poco usado.
- La pureza sobrevalorada
- beso el suelo cada vez que presiento el terremoto.
- Hora muerta
- Como una hostia de Dios que merma mi boca hasta desaparecer y
- hay un sabor agridulce en las cosas a punto de morir
- pero yo así estoy, sometida, no puedo hablar
- está todo tan corrupto, estoy toda tan corrupta
- que soy como la amante secreta de la Verdad.
- De imprevisto es como que los artículos entre nuestras palabras
- se hayan dado la mano
- y no pueda existir ni una frase con sentido.
- A veces mi cabeza está tan confundida
- que las pesadillas son sueños placenteros
- Y los pinchazos en la sien
- son como mensajes en código morse
- El silencio es el bien mas preciado
- la consciencia es como una bola mágica
- que sólo existe en los cuentos.
- Terminar no es sólo un verbo
- Me pregunto si los antagonistas
- tienen encuentros secretos de madrugada.
- El amor entre las sábanas blancas no es tan puro como creía
- y todo lo contrario se convierte en una forma única de existir
- todo pensamiento es una manera equivocada de seguir adelante.
- Tengo la verdad.
- Descubrí que mueren venas en mi cuerpo
- son líneas rojas chiquitas, como mini mordiscos.
- Me recuerdan al amor, es cadena perpetua
- son mis cicatrices
- son mis pensamientos oscuros
- son las supernovas que ocurren aquí y ahora.
- Es un mapa secreto.
- Ojalá siendo devorada por leones, trozo a trozo,
- pudierais todos ser liberados de esta gran condena impuesta silenciosamente.
- Yo soy el sacrificio
- Yo tengo el cuchillo.
- Diez mil flores malditas
- Yaces sobre mi y no es un cuerpo hecho de carne
- son mil flores acariciándome,
- al entrecerrar los ojos puedo verlas, entre éxtasis huelo el jazmín
- no pueden engañarme, no es equívoco
- Estamos perpetuamente encadenados en un rizo
- siempre impertinente te busco entré pétalos
- gateando por caminos sinuosos, entre zarzas, piedras y moho
- Que es mayo y no estás, joder
- y estoy sucia de entre tanto deseo, lágrimas, vómitos, convulsiones
- Prometerse la verdad ha sido un pacto suicida.
- ¿Y si en realidad ha sido mi cadáver quien ha conseguido florecerte?
- 17
- Entre sacrificios, santuarios
- corona de espinas enredada en mi pelo rubio
- sangrante manifestación del amor
- cómo obtener piedad si una misma se condena.
- Y la imagen grotesca que proyecto
- Que la sangre entra en mis ojos y no ves que lloro
- Me arrodillo ante ti con los brazos extendidos
- besando un suelo con musgo
- pletórica y en éxtasis al alcanzar tus pies pequeños.
- Tú alzando la mirada al cielo
- la luz ciega
- también sé yo que la tierra es para alimentar a los muertos.
- leoN
- Príncipe del mar mediterráneo
- estoy en comunión con tu color verdoso
- ¡Cuanto tardas en cubrirme!
- Te enamoras de corales, decoraste caracolas en mi cabello
- Mi piel está escamándose
- y tu no estás cuando te canto.
- Pez rey de las corrientes marinas
- arrastrame hasta tus tesoros
- puedo sentir como tu todo reluce
- tan libre y solitario
- ¡tienes todo y no me dejas nada!
- Hay arena mojada escurriéndose por mis manos
- Te lamí
- y del dolor del vacío acabaste en espinas
- una a una estás en mí
- ahogando mi garganta.
- Moho
- Orbitando alrededor
- siempre omnipresente con su olor a hierba cortada
- nada ofrezco, sólo tengo esta vieja biblioteca en carne
- polvo, laureles, ramas
- Y mi cara estuvo en tus pupilas
- siempre condenado a repetirse
- Creándote un soplo en el corazón
- como una forma de amor.
- Las trompetas ensayan
- anuncian llegadas, pérdidas
- me aferro a lo que queda, que es nada, pero es mío
- ¡Maldita dualidad!
- Reiteradamente grito
- pero no pronuncio sonido alguno
- Si nací impura, por favor, no me bautices
- Empújame al fondo
- deja que escuche la fiesta que me anuncia
- El hueco que ocupo, será tuyo,
- haz amor o desolación
- Araña el vacío, el aire
- pero no me pienses
- te quedan acantilados, flores marchitas, crepúsculos
- lo veo todo cuando no me ciega la luz de tu sol.
- 27
- Que muera la poesía en mi caja torácica
- que ya no soporto el dolor al abrazarme tan fuerte a mi misma
- Estabas allí antes de nacer, mucho antes
- Te veo difuminado
- arrastrando tus extremidades hacía mi, aletargado
- ¡qué dolor! cómo separarme, cómo impedírmelo
- Efusivamente necesito tu aliento
- te quiero cálido e imperfecto, te quiero mudo con ojos de cocodrilo
- quiero que los límites los ponga la gravedad, no la desazón
- equiparando el amor con el drama, siempre,
- que no se borran estos dolores de palabras
- que no ves
- que no vestirse
- qué esculpido está el destino si uno confía en las maldiciones
- tantas jodidas bromas infinitas
- conquisté para mi reino cada centímetro imprudentemente de tu cuerpo.
- De(tener)
- Esta excéntrica mente
- es absorbente, estranguladora
- Recorre las baldosas de mi calle y da la vuelta y la vuelta
- Me pierdo de madrugada mientras me buscas los labios, en un laberinto sofocante
- No puedo contar todo lo que guardo
- implosionar da vértigos
- respiro y dejo todo
- todo por alimentar las ratas muertas
- todo por guardar figuras geométricas que me rodeen
- y somos mas que estrellas
- deformadas y brillantes
- y aguardo, y pierdo, y me observan
- los secretos al final son tumbas derruidas.
- Soraya Oliva.
Advertisement
Add Comment
Please, Sign In to add comment
Advertisement