Mi padre ha muerto. Y todos hemos muerto para mi madre. Se juntó el deseo de querer a una niña y se juntó el deseo de mi padre de darle todo a mi madre. Le dio todos sus deseos a mamá, incluso amor.

Cojo mi bici. La tengo atada a una farola justo enfrente de un gimansio que se cae de viejo. No entiendo como puede seguir ahí con el paso de los años. Tiene un montón de años, no solo por la apariencia. Mi padre antes de morir me contó, mientras no tomamos un ciocolatto en la pasticceria de la esquina, que está abierto más de 20 años. Todo aquí parece que tiene su encanto. Llevo casi toda mi vida viviendo aquí. Mi padre murió, mi madre perdió completamente la cordura tras su desaparición. Ahora vivo muy cerca de donde viví con mis padres, y mi hermana era un bebé cuando ocurrió lo peor. No sé nada de ella. Sin familia, sin nada, un desconocido en Turín, la señora de la pasticceria consiguió hacerse cargo de mi. Sin papeles en Turín, gracias a la mafia consiguió hacerse pasar por la hermana de mi madre.

Me adentro cerca del barrio de la Crocetta. Hoy no hay mercado pero hay algún tipo de evento de Ferrero. Odio el chocolate. Odio todo lo dulce, Odio todo lo que me haga pensar en el amor que tenía mi padre a mi madre. Recuerdo aquella tarde donde desapareció la pequeña. Así la llamábamos. Pequeña..., jamás he visto nada más bonito que mi hermana, jamás. Esa niña tenía ángel, tanto como mi madre, lo tenían tatuado en la mirada.

Llego a la stampa de la Crocetta, ya que el padre de Marco es el dueño de este kiosco y solemos ver el tuttosport por la cara. Hoy, que mierda pasa?? está cerrada, no hay señales de ninguno de ellos. Me giro y veo a lo lejos una biblioteca. Me acerco, aquí tendrán el tuttosport???? Quién sabe.... Marco y yo siempre venimos antes de entrenar en el estadio olímpico que tenemos justo a 3 paradas del tram de Orbassano Nord.

Llego a la puerta de la biblioteca municipal, pero no puedo entrar, solo socios. Miro de reojo el tablón de novedades, putos italianos y cuanta mierda nueva. Ehh...yo también soy italiano...vale...entendido. Hay una foto que me llama la atención, me acerco, y .... me quedo atónito. No sé que hacer. No sé si gritar, llorar o reventar el tablón. Es la portada de un libro. No es el libro en sí lo que me llama la atención, ni el autor, ni el título, es la foto, es la portada, son las manos de mi madre, atadas, en forma de cruz. Ese cuerpo. Esa silueta. Esa mujer es mi madre. Está arrodillada. Está rendida ante él.

#elpianistadetucuerpo