Advertisement
Guest User

Untitled

a guest
Mar 19th, 2019
80
0
Never
Not a member of Pastebin yet? Sign Up, it unlocks many cool features!
text 10.33 KB | None | 0 0
  1. Junto al informe mensual de las actividades de la Vigilia de la Luz por parte de los agentes inquisitoriales a la Inquisidora TorreArdiente, se incluye un paquete junto a un sobre marcado —también— con el sello inquisitorial. En el se encontrarían dos misivas perfectamente redactadas en la caligrafía de XIII, una de ellas, cabe resaltar, escrita a nombre de otra persona.
  2.  
  3. La inquisidora, conociendo el pasado de ambas hermanas de la Iglesia —así como seguramente con sus expedientes de la abadía de Canterville— podría suponer que la segunda carta fue redactada tras una o dos sesiones de ambas realizando el lenguaje de gestos desarrollado por ambas.
  4.  
  5. Este, aún pudiendo desconocer su origen, no sería especialmente difícil de deducir dado el expediente de ambas. La escasez de habla por parte de la hermana Cassia Helena seguramente es el fruto de la mudez infantil provocada por el trauma que la llevó a la abadía. No sería alocado presuponer, que las primeras conversaciones entre ambas se realizaron a gestos.
  6.  
  7.  
  8. A continuación, y como es de proceder, se le deja por escrito un informe sobre las actividades de la novicia Alondra Benet durante nuestra estancia en la Vigilia de la Luz.
  9.  
  10. Tenga presente que estas palabras son redactadas en un estado de no plenitud, contando la rutina de la joven y las observaciones realizadas por los agentes Inquisitoriales respecto a ella. En ningún momento debe suponer un juicio final por parte de estos puesto que, como bien sabrá, no podrá ser finalizada debido a la expulsión de la muchacha del asentamiento.
  11.  
  12. Ahora, hallándose en este impás, quedará sobre su mano, su inminencia Inquisitoria, el decidir qué hacer con dicha información y cómo proceder con ella. He dejado por escrito la localización de la muchacha —por si lo requiere— así como el nombre del templario que la tiene al cargo.
  13.  
  14. En vistas de que nuestra misión era permanecer en la Vigilia para estudiar a la joven y, con ella, tratar de localizar a los herejes Dieter y Jason, sugeriría trasladar a los operativos de inmediato a la Tumba de Uther y, ahí, realizar un interrogatorio —al nivel de profundidad de su discreción y aprovechando su alejamiento de la influencia de su padre— para discernir si falta algo de información para proseguir con nuestra misión.
  15.  
  16. Una vez finalizado ese segmento, lo ideal sería proceder a retornar ante su presencia y, con ello, aguardar nuevas instrucciones.
  17.  
  18. [El informe sobre la novicia Alondra Benet sería un dossier grueso con numerosos papeles y notas. Una transcripción de cada misión que ha realizado para la vigilia así como numerosos anexos sobre su rutina en el lugar, amistades y conexiones, conversaciones mantenidas por ella que se han escuchado, así como una lista de infracciones que incluyen, pero no se limitan a: desobediencia al orden, falta de respeto a la cadena de mando, insulto a la Iglesia y el conocimiento, estudio e interés en las prácticas heréticas.
  19.  
  20. Tras todo el documento se podría distinguir sin mucha dificultad que las últimas órdenes respecto a la muchacha eran las de actuar con cautela, informando al Escudero Miller de dichas transgresiones y solicitándole que mantuviera un ojo echado en la muchacha. En caso de que prosiguiera con la actitud, el mismo juró el acabar con su vida.]
  21.  
  22.  
  23. A su eminencia la Inquisidora Tamia TorreArdiente,
  24.  
  25. Ante todo —y por supuesto como primero—, mis disculpas por importunarla con esta misiva. Los hechos sucedidos —aunque parte de ellos bajo mi control— han escalado de un modo que ha puesto en compromiso la misión con la que se nos asignó al puesto.
  26.  
  27. Sin dudas —y si el protector ha sido fiel a su palabra— ya habrá sido informada de los cargos que pesan sobre mí respecto a las acciones y actos comprendidos entre el cuarto día de este mes de marzo y el decimoctavo día de este mismo mes.
  28.  
  29. Ante los cargos de insubordinación declaro mi inocencia, y con lo tal, procedo a la relatar de los hechos acontecidos con un par de notar y apuntes de mi propia mano y visión:
  30.  
  31. Pudimos distinguir al objetivo en una especie de altar en el centro de un campo abierto. No había flancos por los que acercarse ni posiciones ventajosas más allá de dos graneros semi-derruidos.
  32. Tras las palabras de Janos, dije que se reunieran con el otro grupo para atacar, que les cubriría desde la distancia con mi ballesta. Ni Alondra Benet, Madlyn Bolster, Darlon Gebb o el propio Janos Smith objetaron, sin embargo, tan solo se quedaron quietos, asustados por la estampa del ritual ante sus ojos.
  33. En vistas de que ninguno iba a hacer nada y el mago —Janos— no dejaba de repetir que había que detener el ritual, tomé la decisión de motivarles a actuar efectuando un disparo al objetivo. Eso, como no, tuvo el efecto deseado que comenzó la carga contra el objetivo.
  34. No hubo heridos y bajas en el altercado más allá del nigromante que, por su estado, aún respiraba pero necesitaría urgente —e imposible de entregar en ese escenario—, tratamiento médico. En pos de que cargar con el haría que no sobreviviera al viaje —de dos días, concretamente— e interrogarlo en el lugar demasiado arriesgado por la posición, procedí a ejecutarlo bajo la objeción del escudero Miller —el cual realizó el golpe que lo dejó en ese estado—.
  35. En ese momento la iniciada —e hija del protector— realizó un ataque sobre mi persona. Admito que de un inicio me vi en la necesidad de contraatacar, más cuando vi su rostro esta cesó. Debo señalar que hubo cierto intercambio verbal —ningún insulto por mi parte, aunque la novicia mancilló el nombre de su ilustrísima Inquisidora y, por ende, tuve que recordarle al protector que controlara la lengua de su retoño—.
  36. Eventualmente el protector examinó el nigromante, y tras caer en lo a mis ojos era claro, me dio la orden de ejecutarle tras hacerme la portadora de los artefactos heréticos que había recuperado del —para entonces— vivo e inerte cuerpo.
  37.  
  38. Dado que las órdenes del Templario eran acabar con el nigromante, recuperar sus artefactos y averiguar el estado de sus tropas desaparecidas. No considero que haya faltado, en lo que respeta a mi persona, a ningún aspecto de la misión y la cadena de mando.
  39.  
  40. Actué bajo el margen que se me había dado y procedí del mejor modo posible. En caso de que sea insubordinación haber abierto fuego antes de tiempo, debería serlo también el quedarse petrificado y sin actuar. Cosa que, debo recordar, supone un acto de cobardía.
  41.  
  42. Ante los cargos de falta de respeto al Templario Gofred y, por adhesión, a la orden del Alba Argenta, declaro mi inocencia. Con lo tal, procedo a la relatación de los hechos acontecidos con un par de notar y apuntes de mi propia mano y visión:
  43.  
  44. Desde mi llegada al campamento permanecí silenciosa y calmada. Para cuando el Templario Gofred solició de la presencia del grupo, me levanté y coloqué a un lado hasta que solicitó que se le entregaran los artefactos heréticos.
  45. Cumpliendo con sus deseos, hice un paso al frente y los saqué de mi bolsillo. Sin romper protocolo en ningún momento le hice saber que sería preferente que la iglesia se quedara con ellos para su estudio. Dudando de mis palabras, me detuve un instante para clarificarlas y tenderle los artefactos —hecho que ignoró—. Mi tono de voz siempre fue claro y conciso, con un lenguaje directo, franco y pulcro.
  46. No contento con mi respuesta el Templario procedió a amenazarme con su lanza, profanando la palabra una vez y exigiendo que se le entregaran los artefactos. El protector trató de mediar pero yo me limité a recordarle que ya llevaba con el brazo tendido por cerca de un minuto, esperando que las tomara. Cuando cayó en la cuenta de eso, pareció recular.
  47. Más tarde expresó su deseo de que abandonara el campamento. Educadamente me despedí y aguardé fuera.
  48.  
  49. Como comprenderá ahí, muestro mi absoluto desconcierto ante ese cargo. Debería ser el Templario Gofred, el cual se mostró irrespetuoso y descortés durante todo el incidente, a quien deberían ir dirigidos.
  50.  
  51. Ante los —posibles— cargos de resistencia a la detención, y como ya resultará aparente, declaro mi inocencia:
  52.  
  53. El pasado día 18 de marzo fui citada al despacho del protector Thomas sin aviso o cita previa. Al poco tiempo apareció su hija escoltada por dos soldados del Alba.
  54. El protector, ignorando todo procedimiento legal —y ni siquiera permitiendo que justificara mis actos—, me acusó de los cargos anteriormente mentados. Como es obvio, yo los negué y declaré mi inocencia. De nuevo, ignorando el procedimiento, el protector desestimó la declaración y, tras remarcar que usted, su ilustrísima, iba a ser informada de mis actos, procedió a sentenciar un castigo. Como bien sabrá, el código legislativo de nuestro Imperio prohíbe a un miembro de nuestra Iglesia ser juzgado —y por supuesto, sentenciado— bajo un tribunal civil o militar. Por ende, su castigo fue ilegalmente impartido.
  55. Haciendo caso omiso a mis protestas, el protector procedió a tratar de amenazarme con los soldados allí apostados, declarando que podía proceder por las buenas o ante el filo de su espada.
  56. Exigí un juicio, como declara mi derecho, y, aunque rehusante, finalmente accedió. A lo que procedí, sin oponerme, a la jaula —en la que ahora me encuentro— a la espera de su misiva.
  57.  
  58. Esa actitud, en mezcla a lo mencionado de que fui la única en tener cargos presentados por desacato, me hace sospechar de que el protector opera en contra de los intereses de la Inquisición, en concreto, el seguimiento e investigación de su hija con tal de dar con los herejes Dareth y Jason.
  59.  
  60. No digo que el protector está confabulando de un modo consciente o activo —aunque, desde luego, encuentro sospechoso que la haya alejado de la Vigilia, lugar donde se la investigaba—, simplemente que —por su perfil psicológico—, la compasión se está llevando lo mejor de él.
  61.  
  62. Sin más, y tras realizar la declaración, procedo a postrarme ante su juicio, Inquisidora, y el veredicto que postule será el que aceptaré. Sin embargo, y hasta su orden, mantengo mis ya postuladas declaraciones respecto a mi persona, aunque —me gustaría señalar— sin el deseo alguno de emprender acción legal por ninguna. La situación en el frente es parca y frágil, lo último que se necesita en el es la destitución de dos oficiales.
  63.  
  64. Sin más —y a su completo servicio— Amberly Torchwood.
Advertisement
Add Comment
Please, Sign In to add comment
Advertisement