“Eddie, ¡Eddie!”

No es mi nombre, pero me llaman por el.
Jamás me explicaron de donde había salido ese apodo.

“¿Eddie?”

Yo corro y corro, pero las voces se siguen escuchando igual de cerca.
Mis piernas se sienten petrificadas, pero no puedo detenerme.

“¡Eddie!”

 Las voces no estan en mi cabeza, lo acepte desde que comencé a huir, las ideas de otros me habían influenciado demasiado, las mentiras de otros ya habían sido justificado de demasiadas maneras.

“Eddie, Eddie, Eddie, Eddie, Eddie”

 El observatorio era una enorme silueta negra con una hermosa tarde violeta de nubes naranjas tras el.

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-Uno, tres, cinco, siete, once… trece… diecisiete…
-¿Qué hacés?
-...Veintiuno, veintitr… Ah, eh, estoy contando números primos, vos sabés de matemática, ¿como voy?
-¿Por que estas contando números primos?
Tommy se rascó la barbilla antes de contestarme, no parecía muy seguro.
-Quiero ser mas recordable.
-No te sigo.
-Bueno, uno cuando presenta a un amigo o habla de alguien más, si esa persona hace algo interesante se suele empezar por ese algo, por ejemplo: “Ana, la chica que tiene memoria fotográfica, Juan, el que puede correr sin cansarse, Juana, la que toma fotos a todo.”
-Ajá
 Tommy se había equivocado mas de cuatro veces.
 Pero no podía negarse que lo estaba intentando.
-Bueno, yo tengo un amigo que sabe contar en números primos.
-Jeje.