A ver, como todos, tiene sus puntos fuertes y sus flojos. Empezaré hablando del problemático final, pero no sin antes poner las cosas en situación desde mi punto de vista. Las dos entregas anteriores tuvieron finales abiertos que daban pie a ampliar el universo y DR3 (si pongo DR3, estoy hablando de la serie, y si pongo DRV3, hablo de este juego) deja un final, mejor o peor, pero un final que podría cerrar la historia de la Academia Kibōgamine. Esto queda claro cuando nos tiramos la mitad del juego sin que la historia tenga relación alguna con los títulos anteriores. Hasta aquí todo guay: nuevo universo, una nueva historia, aunque peculiar.

Llegados a cierto punto, descubrimos que supuestamente son los últimos supervivientes de la humanidad y que habían sido enviados a otro planeta porque la Tierra se había vuelto inhabitable por la constante lluvia de meteoritos y un virus que vino en esta al que son los únicos inmunes, pero la nave-academia es saboteada y los mandan de vuelta mientras están hibernando. Todo el plan de mandarlos al espacio es idea de Naegi, ya director, y los jóvenes eran alumnos de la Academia Kibōgamine antes de que toda esta nueva catástrofe ocurriese. Hasta aquí triste, pero aceptable como el que dice.

Último juicio: la primera mitad nos sirve para descubrir que la responsable resulta ser Shirogane y que además fue ella la que mató a Amami y no Akamatsu, cuya bola falló. A partir de este punto es cuando llega el desmadre y toda la polémica: DRV3 es la 53.ª entrega de Danganronpa (los japoneses y los números romanos se llevan mal), que en cierto punto se volvió un reality ficticio. Todo esto ocurre en una realidad paralela al mundo real, y toda la historia de los juegos, novelas, series, etc., también es ficción en esta. Los participantes son voluntarios y se les modifica la memoria, borrando lo que no interesa a los organizadores y creando recuerdos falsos, por ejemplo, los recuerdos de las linternas que van saliendo durante el juego. Por este mismo motivo, sus talentos son más normalitos (dejando de lado a K1-B0 que se puede explicar conque esto trascurre en el futuro, y a Shirogane, con el equipo técnico) y lo más suprahumano de estos ocurre en el pasado ficticio de estos, como Hoshi matando a media mafia a pelotazos de tenis.

Lo que más ofendió es que diversas cosas pueden tomarse como un insulto a los jugadores. La extensión de la franquicia hasta una entrega tan avanzada en la que muere gente «real» o el hecho de que se refiera a los espectadores del reality como gente violenta es fácil de asociar como una crítica al jugador. Aunque el mismísimo Kodaka saliese a disculparse y aclarar que nunca quiso que esa fuese su interpretación, suena más a excusa por la mala recepción que tuvo el final que otra cosa.

Aun así, hay demasiadas cosas que se quedan en el aire. Teniendo en cuenta que este título abandona la temática de esperanza y desesperación y adopta la de verdades y mentiras, ¿cuánto de lo que dice Shirogane al final es real? ¿Qué pasa con los tres supervivientes? ¿Por qué tenía una textura de relleno el exterior?

Mi interpretación de la última pregunta es que todo transcurre en una simulación, muy al estilo de DR2. Lo mismo viene alguien y me contraargumenta, pero es lo que creo ahora mismo. Lo que tengo claro con una certeza del 90 % es que no habrá más títulos principales de Danganronpa, por lo menos en una larga temporada. Sí veo factible que haya títulos secundarios tipo UDG, pero espero que sean mejores que este.


En cuanto a los personajes, Saihara es el mejor protagonista con diferencia, Naegi hecho bien. Si bien Naegi era plano por propio interés de los desarrolladores, Saihara sigue reflejando esa debilidad frente al resto de personajes en sus dudas sobre su propio talento como detective y el remordimiento por lo de Akamatsu. El hecho de que puedas mentir para protegerla en el primer caso y que aun así ella lo admita es hasta más doloroso viéndolo a través de él. La amistad que forma con Momota es bastante similar a la de Simon y Kamina, lo cual nunca está de más y le ayuda a tener más confianza en sí mismo.

De Akamatsu qué decir. Me habría gustado que hubiese estado más tiempo, pero siendo la que unía a todo el grupo y no podía pasar del primer capítulo. Es en cierto modo irónico que fuese la primera en intentar matar, aunque fallase el intento y la inculpasen igual, pero buscaba acabar con el juego básicamente antes de empezar.

Ōma, siendo el rival, lo veo más flojo para mi gusto que Komaeda. Para resumirlo: Komaeda estaba loco, Ōma simplemente es un capullo. El primero busca la esperanza por cualquier medio, no por gusto de hacer daño a nadie. El segundo ya lo vimos en el cuarto capítulo: sabiendo que Iruma quería matarlo, su plan es simplemente manipular a Gokuhara, el único que confiaba en él, para que la mate, en lugar de exponerla. Por muy buenas intenciones que tuviese después en el capítulo 5, no sacrificas a «tu mejor amigo», hostia.

Podría hablar más de todos de forma específica, pero esto está siendo más largo de lo que esperaba, así que resumiré en que me gusta en general más el elenco de este que el de los anteriores juegos.

En general, he limitado las cosas que quería comentar, así que he puesto solo lo más gordo, incluyendo algo de contexto.