Señor Giró, su universidad es una mierda.

Muchos estudiantes de Campus Nord tienen algún amigo o antiguo compañero que sufrió una excelentísima patada en el culo.
Yo soy uno de esos y llevo la marca de su bota marcada en mi trasero.
Después de haber pasado 3 años en su universidad creo que tengo licencia para poder opinar, con suerte usted leerá este artículo y saltará al lago del rectorado con unas botas de cemento pues probablemente la universidad funcionaría mucho mejor sin usted ni ninguno de sus secuaces.

Ustedes se escudan en la “Excelencia” para defender unos porcentajes de aprobados extremadamente bajos criticando siempre al alumnado, porque en los planes de estudios era todo mucho más complicado y somos nosotros, los jóvenes estudiantes que no sabemos lo que es trabajar duro.
Bien, le recomiendo que recorra otras universidades, pero como alumno. No he trabajado tanto en mi vida como trabajé en la UPC, horas y horas de estudio, horas y horas de academia porque la gran mayoría de profesores que hay en los primeros cursos de carrera son pésimos. Para rematar las cosas, crean exámenes kafkianos de ahí que muchos de los alumnos se preocupe en intentar aprobar, porque no tienen tiempo para aprender sobre lo que se han matriculado.
Ahora podría tacharme de resentido, de un número más, como suelen hacer. Sin embargo le he de decir que este cuatrimestre, en otra universidad no he faltado casi a clase. No he necesitado ni un cuarto de las horas que dedicaba anteriormente al estudio y mucho menos me he planteado ir a una academia. Pero al igual que yo, pregunte a sus hijos bastardos, es decir, a todos aquellos que llevamos su bota en nuestro trasero.
Tranquilícese, no todo es culpa de los profesores y de los exámenes. También tiene un poderoso secuaz, la cínica Marga Cabrera, conocida como La mujer normativa. Se podría ahorrar su sueldo porque no hace nada. Cuando tienes una consulta con ella por algún motivo importante se dedica a darte largas hasta que encuentra el punto de la normativa que se debe aplicar, sin contemplar nada más, da igual si no van a llenar las plazas para esa recuperación que te daría una segunda oportunidad para no quedarte fuera de la universidad. Si la nota mínima del curso es un 3 y tienes un 2.9 no vas a entrar, la normativa no lo permite, da igual que el profesor de turno no te quiera subir esa décima para poder optar a entrar al curso o lo justo o injusto que sea. Estás fuera.
Puestos a hablar de normativa y de papeles importantes ¿Sabe una cosa? Estoy convencido de que ustedes roban a los estudiantes. Si no, explíqueme el porque es imposible en una amplia mayoría de casos no poder ver ese examen final que has suspendido de manera misteriosa, sobre el cual tampoco se ha publicado una corrección y por supuesto que no puedes alegar por que el profesor de la asignatura desaparece.
No le estoy descubriendo nada, solo hace falta pasearse por la universidad para enterarse de estas cosas.
A estas alturas estará pensando de mi que era el típico alumno mediocre que entró en Telecos por que la nota es un cinco. En parte tiene razón, en su universidad era un alumno mediocre, sin embargo donde estudio hoy en día, no solo soy el único que ha conseguido pasar el primer cuatrimestre sin tener que pasar por septiembre, si no que además soy de los primeros de la promoción. ¡Y estoy cursando asignaturas que nunca curse en su universidad!
En un principio me creí su historia de “És más fácil…” Hoy, lo dudo.
 Al ser una universidad pequeña no se pueden permitir maltratar a sus alumnos porque las explicaciones son las mismas, es decir, una convolución es igual en su “prestigiosa” universidad como en una universidad “tercermundista” en la cual existe un porcentaje de aprobados muy similar.
Si que hay una diferencia conmigo y con mis compañeros de clase, yo estoy acostumbrado a mediar con hijos de la grandísima **** como sus secuaces mientras ellos están acostumbrados a tratar con personas.
Casualmente, conocidos que han sufrido la misma suerte que yo en su universidad tienen una trayectoria muy similar en las distintas universidades en las que ha acabado cada uno. ¡Vaya con los alumnos mediocres!
Admita de una vez que tiene un problema.
Admitan de una vez que el problema son ustedes y pónganle remedio.