Khaira, La Errante

Khaira Rune

Edad 70 años

Sexo: Mujer

Ocupación: Variada

Habilidades destacables:

-Movimientos felinos y ágiles, una mayor fuerza y resistencia al dolor usual.

-Conocimientos de metalurgia y Herrería.

-Baile y ligeras nociones de etiqueta.

-Conocimientos de bosques

(habilidades raciales)



Descripción fisica:

Alta, rondando el 1,90m complexión fuerte, musculada. Ojos púrpura, tez pálida, media melena de cabellos rojizos fuego. Figura sensual, movimientos medidos, marciales con un toque bailarin. Cicatrices repartidas por el cuerpo así como una multitud de tatuajes. Suele vestir con armadura completa y cuero.





Descripción Psicológica:

Observadora, silenciosa y de palabras medidas, de carácter reservado, no suele hablar de su pasado, aunque le gustan los cuentos y leyendas, posee a veces un aire de nostalgia. En la lucha es cruel y despiadada, sin remordimientos, no disfruta con el dolor ajeno pero no le importa inflngirlo.



Transfondo



La suave brisa mecía los árboles junto a la superficie del lago, pero los ojos purpúreos de la elfa que estaba en las inmediaciones no prestaban atención a lo que la rodeaban.


Hacía decadas que no pisaba aquél lugar. La memoria volvía, a trazos, en lineas generales y a veces en pequeñas escenas, que se reflejaba en las expresiones de su rostro, normalmente inmutable.

Había salido del bosque junto a viajeros y otros jovenes elfos, tras escuchar relatos de otras tierras, dioses, aventureros y leyendas. Buscando algo más que mirar ruinas y a antiguos guerreros de tiempos inmemoriables. Algo inmutable y demasiado rígido sin cabida para otros pujantes y con potencial malgastado.

Sin embargo, había pagado un gran precio por sus pretenciones. Había sido capturada por unos esclavistas haraian en mitad de una travesía en barco abordados por piratas. Subastada a un noble Haraian, con una guardia de Firrans a su cargo. Metida en una sala de tortura y condicionamiento durante años.

Su travesía por ese mundo fue variada, agónica, siendo instruida con sangre y dolor, participando en pozos de lucha. O participando como bailarina, en entretenimiento, o mero adorno viviente. Finalmente hubo una rebelión de esclavos, que aprovechó para escapar, huyendo, siendo perseguida, hasta que pudo volver a Nuian como polizonte.

A partir de ahí, vago bastante en solitario, sus amigos muertos o desaparecidos, hasta oir de la Marina Mercante, acercándose, decidiendo que era momento de pasar página. De dejar la soledad...